lunes, 26 de junio de 2017

"COMPAÑÍAS DEL FUTURO", UN RETO PENDIENTE DE LOS DIRECTIVOS ACTUALES




Se imaginan una compañía que abra una franquicia nueva cada 17 horas; que tenga 35.000 establecimientos, 68 millones de clientes diarios, que esté presente en 119 países y que dé trabajo a más de un millón y medio de personas. Pues existe, es McDonald’s. Dos hermanos, un puesto de comida rápida y un sueño. Richard y Maurice McDonald revolucionaron la minúscula población de Arcadia (California) cuando abrieron un puesto de hamburguesas a 10 centavos, servidas en un minuto, envueltas en papel y sin necesidad de camareros: el cliente pedía su menú directamente al cocinero. Tres años después, en 1940, los hermanos McDonald convirtieron su caravana de comida ágil en un restaurante con cimientos, flanqueado por una M amarilla de 7,5 metros de altura que no se podía ver desde el espacio, pero sí desde cualquier punto del pueblo. En 1999, la revista Time homenajeó a las 100 personas más importantes del siglo. Albert Einstein, Mahatma Ghandi, Bart Simpson y, por supuesto, el fundador de McDonald's: Ray Kroc. Un momento, ¿quién es Ray Kroc? ¿No habíamos hablado de los hermanos McDonald? Vayamos con esta historia de traiciones. Ray Kroc es un hombre hecho a sí mismo, pero con pedazos de otros. El sueño americano envuelto para llevar y servido en tiempo récord. Ray Kroc (Chicago, 1902 – San Diego, 1984) se dedicaba a vender máquinas de batidos (sin demasiado éxito) cuando los hermanos McDonald le hicieron un pedido de seis batidoras. Kroc sintió que le había tocado la lotería, pero no tenía ni idea de hasta qué punto. Enseguida vio el potencial del innovador sistema de comida vertiginosa del restaurante McDonald's: el coste era minúsculo, y los clientes infinitos.
Por eso se ofreció para trabajar como comercial de la marca. En 1955 comenzó a vender licencias. En 1961, Ray Kroc ansiaba la expansión a nivel nacional. Los hermanos McDonald carecían de esa ambición (su sueño era llegar al millón de dólares antes de cumplir 50 años), así que le vendieron la empresa por 2,5 millones de euros y un 0.5 % de los beneficios. Kroc racaneó hasta el último dólar, y posteriormente les definió en un libro como, "obtusos, abiertamente indiferentes ante el hecho de que yo estaba invirtiendo cada centavo que tenía en su proyecto".
Según Kroc, los hermanos McDonald exigieron esos 2,5 millones en efectivo para boicotear sus planes de expansión, un "truco podrido" que sin embargo Richard y Maurice justificaron por haberse pasado 30 años trabajando siete días a la semana. "Muy conmovedor", escribió Kroc, "pero por alguna razón no fui capaz de generar lágrimas de pena". A regañadientes, Kroc accedió a comprarles la compañía por esos 2,5 millones, mientras sin duda ya organizaba su venganza.
Este acuerdo entre Kroc y los McDonald se cerró con un apretón de manos. Nada de contratos. La excusa fue que a ninguno de los tres les interesaba declarar el 0,5 % ante hacienda. De este modo, Richard y Maurice McDonald pasaron de tener la mejor idea de la historia de la hostelería a la peor idea de la historia de los negocios. Nunca recibieron ese porcentaje.
Ray Kroc expandió la cadena de restaurantes por todo el país, y recicló el concepto de comida rápida rematándolo con un consumo más rápido todavía ¿Cómo? Para que los clientes no se apoltronasen, apagaba la calefacción; instaló asientos con respaldo recto, de modo que los comensales tomaban una postura inclinada sobre la mesa y así comían más rápido; se instalaron mesas más grandes para que los clientes no pudieran hablar a gusto; y las bebidas se servían en conos de papel imposibles de apoyar: si el cliente tenía que sostener su bebida, comería más rápido. Los consumidores se tragaron este formato de restaurante, por pura coherencia. La experiencia resultaba tan barata como la comida.
Tras convertir McDonalds en una meca de peregrinación de la cultura popular americana, Ray Kroc se obstinó en comprar el restaurante original. Los hermanos McDonald se negaron contundentemente, porque su intención era dejárselo a los empleados que lo habían inaugurado en 1940. Paradójicamente, este establecimiento original tuvo que ser rebautizado como The Big M (la gran M), porque el nombre "McDonald's" era una marca registrada propiedad de Ray Kroc. La reacción de Kroc fue abrir un McDonald's al otro lado de la calle. En un par de años, The Big M cerró sus puertas incapaz de competir con el McDonald's de enfrente.
Uno de los hermanos McDonald, Maurice, murió de un ataque al corazón, superado por el estrés y la rabia de haber sido embaucado y estafado primero, y fulminado de la historia después.
Kroc se aseguró de pasar a la historia como el fundador de McDonalds. En su autobiografía dató el origen de la compañía en 1955, con la apertura del primer restaurante supervisado por él en Des Plaines, Illionis. El sobrino de los hermanos McDonald, Ronald (sí, se llama igual que el payaso imagen de la marca) condena el ego desbocado de Ray Kroc: "¿Por qué si no pondría un busto de su cara en cada restaurante?, ¿por qué puso su nombre en los manteles? No existe otra corporación en Estados Unidos en la que un empleado se convirtiese en el fundador". Richard McDonald se quejó de que Kroc esperase a comprar su empresa para empezar a forjar su legado como el fundador oficial. "Nadie se refería a él como el fundador, hasta que le vendimos la empresa. Si lo llego a saber, se habría quedado vendiendo máquinas de batidos".
En 1990, la compañía compró el puesto móvil de hamburguesas con el que todo comenzó. Lo rehabilitó, lo pintó con los colores corporativos de rojo y amarillo y lo instaló en un museo que recogía la historia de McDonald's. Así de rápido se reescriben los mitos, casi tan rápido como se prepara un Big Mac. Y la historia siempre la escriben los ganadores. Si Maurice McDonald murió de un ataque al corazón en 1971 después de ser embaucado y estafado, su hermano Richard se lo tomó con más tranquilidad, y vivió hasta los 89 años.



Las compañías de alto rendimiento se mueven potenciadas por redes cuyo mayor impulsor son; la cultura, los sistemas de información y la movilidad del talento. Las organizaciones empresariales se están reinventando permanentemente en tiempos de cambio con el fin de adaptarse a un nuevo escenario donde la incertidumbre forma parte del adn de las mismas. A medida que las redes y los ecosistemas reemplazan las jerarquías organizativas, la pregunta tradicional de, ¿para quién trabajas?, ha sido reemplazada por la de, ¿con quién trabajas? Según una encuesta realizada recientemente por la consultora Deloitte, el 88% de los encuestados creen que la construcción de la organización del futuro es una cuestión importante o muy importante. Sin embargo el reto de construir dicha organización del futuro sigue estando ahí, ya que solamente el 11% cree que sabe cómo construir dicha organización. El diseño organizativo ha escalado en la lista de importancia dentro de las tendencias del capital humano. Esto ha sido motivado por el funcionamiento que tienen las organizaciones de alto rendimiento con respecto a la mayoría de las mismas, que siguen funcionando con modelos de gestión de hace 100 años. Sus estructuras jerárquicas pesadas dificultan su competitividad en esta nueva era digital. Cada vez es más necesario tener compañías ágiles, que se rediseñen y se adapten más rápido al escenario donde compiten, que faciliten el aprendizaje a sus empleados de forma dinámica con el entorno, que abracen la creatividad intrínseca de la organización como el principal elemento que garantizará el futuro de la misma. Sin embargo, muchos líderes empresariales tienen poca confianza en que obtendrán el proceso correcto para llegar a esa “nueva organización”, esto es debido a que el cambio y diseño organizacional son elementos complejos. Muchos rediseños organizacionales fracasan porque se reducen a un ejercicio  único para reducir costes, otros fallan porque se enfrentan a una falta de liderazgo claro, existe mucho “poder” desde arriba y poca “autoridad”.  Para abrazar el cambio con éxito como dice el experto en gestión del cambio John Kotter se necesita corregir el siguiente error;


“El gran error que se ha venido repitiendo en todos los procesos de cambio organizacional, reside en el hecho de que la mayor parte de las organizaciones concentran un 80 % de sus esfuerzos en enfrentar cambios dentro de la gerencia y sólo el 20 % en el liderazgo, lo que choca necesariamente con una orientación mucho más realista y objetiva: el problema no está en cambiar la gerencia sin cambiar el liderazgo, sino en convencer a un número suficiente de personas para que ejerzan una posición de liderazgo que permita realizar las transformaciones dentro de la organización. Para que el cambio resulte se necesita que el 75% de las personas compren dicho cambio”.


Según estudios recientes citados por Deloitte, el 70% por ciento de las reorganizaciones fallan debido a una "desobediencia creativa" del equipo directivo. Esto desemboca en una frustración que hace si cabe todavía más difícil dicha tarea. La frustración es un riesgo que acompaña a cualquier equipo de directivos en el tránsito hacia una nueva organización. A veces, algunas partes de dicho proceso se convierten en una tarea desordenada donde no existe más que la prueba de ensayo y error, siendo esto un factor que alarga dicho proceso. Sin embargo cuando se encauza el mismo los beneficios y recompensas que trae dicho cambio son inmensos en términos de rendimiento, beneficios, productividad, compromiso de los empleados, etc. Antiguamente las compañías se organizaban basándose en la eficiencia y eficacia de patrones y predicciones comerciales. Sin embargo este tipo de organización en el contexto actual no sirve debido a lo impredecible que resulta el escenario económico en el que se mueven.  En lugar de la mera eficiencia, las compañías exitosas tienen que tener en su diseño, variables como; la velocidad de respuesta así como la agilidad y adaptabilidad que les permitan competir y ganar en un entorno empresarial global como es el actual de incertidumbre. Para lograr esta meta, un factor que se vuelve fundamental es el diseño de los equipos de trabajo. De hecho, sólo el 14% de los directivos creen que el modelo de organización tradicional –con niveles jerárquicos de trabajo basados en la experiencia hace que su organización sea altamente efectiva. Todo lo contrario de lo que hacen las empresas líderes, estas están más centradas en los equipos. A medida que las compañías hacen esta transición, se encuentran con que los equipos más pequeños son una forma natural para trabajar con un mejor desempeño. El trabajo se hace sobre una “red de equipos” como se ve en la figura de abajo. 


Las mejores compañías se basan en sistemas de equipos e individuos que comparten información de forma transparente e inmediata. Diferentes redes pueden tener diferentes especialidades, como la innovación, la comercialización, etc., sin embargo el principio es el mismo. Para que una compañía sea ágil las personas tienen que estar formadas, las compañías digitales son aquellas que construyen una “experiencia digital del cliente" en base a la capacidad que tienen los miembros de sus equipos de moverse entre ellos mismos sin un riesgo elevado, precisamente por esa formación de la que disponen. Ante esta situación se puede afirmar sin lugar a dudas, que la existencia de un atributo como es la transversalidad  entre áreas dentro de una compañía, es un factor crítico para lograr el éxito y es quizás una de las principales demandas que existen en la actualidad por parte de las compañías. 

Recientemente en una encuesta lanzada sobre un grupo de compañías según recoge un documento de Deloitte, el 94% afirman que "agilidad y colaboración" son fundamentales para su éxito, pero sólo el 6% dice que son "agiles actualmente"; un 19 % se describen "como no ágiles". Entre los encuestados, el 32% dice que se encuentran diseñando su organización para ser más adaptable y centrado en el equipo. Las empresas de alto rendimiento suelen desarrollar primero estos modelos flexibles pequeños y autónomos para avanzar más rápido, se concentran en desarrollar un liderazgo que premia la innovación, la experimentación, el aprendizaje y está centrado en el cliente. Las compañías necesitan saber cambiar constantemente, ya que si lo consiguen su estructura cambiara sincronizada con el escenario que tenga que abordar y podrá competir de forma más satisfactoria.  

En la actualidad se están desarrollando poderosas herramientas que facilitan este desarrollo en red, quizás una de las que ofrece mayor potencial son las redes ONA, Red de Análisis Organizacional. Esta red se ocupa de cuestiones de interés propias del ámbito de análisis y comportamiento organizacional, como son; los flujos de trabajo, la gestión del conocimiento, la comunicación interna y la detección de individuos destacados. En determinados contextos, un estudio ONA puede estar orientado al análisis de redes formadas por las interacciones que se producen a nivel inter-organizacional como: redes económicas, redes de dependencia de recursos, etc. En el ámbito de los recursos humanos, los estudios ONA se llevan a cabo a nivel intra-organizacional, es decir, analizando las relaciones entre miembros de una misma organización como por ejemplo: redes de colaboración, redes de apoyo, redes de comunicación interna. Este enfoque pretende examinar el funcionamiento de las estructuras, tanto formales como no formales, que generan y mantienen la actividad dentro de una organización, así como las interacciones de sus agentes. Cada una de estas estructuras tiene sus propias características que la hacen única. Este tipo de análisis pueden usar patrones como; correos electrónicos, mensajes instantáneos, proximidad y otros datos y permite a los líderes ver rápidamente qué redes están en su lugar e identificar factores de conexión. Sólo el 8% de las empresas en la actualidad utilizan redes ONA,  pero su uso está creciendo rápidamente. Otro de los campos donde se tiene que avanzar es en la simplificación de las prácticas y herramientas de trabajo. Mientras que una organización en red basa su agilidad en velocidad de respuesta, esta muchas veces va asociada a un incremento considerable de por ejemplo; correos electrónicos y canales de comunicación. Si no se depura dicha cantidad de información, esta sobrecarga cognitiva puede reducir drásticamente la productividad.

                                                       REDES ONA

Para este tipo de modelos organizativos se necesitan nuevos enfoques de liderazgo, los líderes tienen que disponer de habilidades tales como; negociación, resiliencia, inteligencia emocional, manejo de herramientas digitales como blogs, redes sociales, etc. A medida que las organizaciones en red continúan emergiendo aparecen nuevas herramientas que facilitan esa colaboración en red, algunas son muy conocidas por todo el mundo como: Facebook, Slack, Google Team Drives, Atlassian Confluence, Microsoft Skype, etc.  Estos medios digitales están facilitando una transición hacia esa organización en “red de equipos”. Aproximadamente tres cuartas partes de Empresas (73%) están experimentando ya con estas herramientas. Dentro de ese nuevo liderazgo es fundamental empoderar a la gente para tomar decisiones y confiar en las redes de interacciones que existen dentro de la compañía. Esto no significa que haya una dejación de responsabilidades por parte de los mandos o directivos, sino que dicho empoderamiento tiene una función de autoafirmación y responsabilidad por parte de cada uno de los miembros del equipo para que haga suyo el proyecto. De esta forma la rendición de cuentas se vuelve más transparente ya que tanto metas como métricas individuales y de equipo se visualizan por todos, creando un gran sentido de pertenencia. Una capacidad clave de la organización del futuro será la capacidad de formar equipos rápidamente, para ello se requiere un conocimiento claro y explícito de las habilidades de cada empleado. Una organización que ha logrado dicha situación es el  Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DOD) .La población militar del DOD incluye más de 7 millones de personas, entre activos, jubilados o Guardia Nacional. Este departamento ha logrado calificar las habilidades de cada uno de sus soldados en liderazgo y otras que recoge en un historial que utiliza posteriormente para asignar los recursos a las necesidades que surjan. Este tipo de sistema solo funciona si los datos son actuales y se tiene fácil acceso por parte de los agentes que gestionan dichas necesidades.
El camino en el mundo corporativo en este tipo de herramientas es todavía muy largo por recorrer, sin embargo esto no quiere decir que no haya que ponerse en movimiento para alcanzar un sistema de funcionamiento que garantice la supervivencia de las compañías. Algunas de las cuestiones que se deberían de abordar son las siguientes:
                
• Adaptar la velocidad del cambio, reflexionar las formas en que las demandas digitales pueden ser utilizadas para que el cambio organizacional sea más rápido. Para ello establecer las conexiones que pueden existir entre talento y estrategia dentro de la compañía. 
• Movilizar el talento es fundamental para los ejecutivos, con ello la compañía se vuelve más ágil. Construir procesos que apoyen la fluidez de los equipos, de tal forma que los miembros puedan regresar a su equipo de origen una vez acabada su presencia en otro proyecto. 
• Capacitar en un mayor desempeño organizacional, ver que programas funcionan y establecer sistemas de recompensa. Agilizar la comunicación de abajo hacia arriba en la estructura.
• Examinar nuevas herramientas de comunicación: Tecnologías como Workplace, Slack, Basecamp, Asana, Trello, Workboard y otros. Luego, estandarizarlos e implementarlos, siendo un magnifico complemento a otros existentes como pueden ser: ERP, CRM, etc.
•Adoptar un rendimiento continuo basado en la retroalimentación de la gestión: comentar regularmente los hechos y proyectos, capacita a los empleados y reajustar metas permanentemente, hacer encuestas a los empleados solicitándoles opinión y feedback. Todas estas herramientas brindan una magnifica información sobre rendimiento que sirve para aumentar la transparencia

                                       Reglas en la gestión empresarial                                  

Ray Kroc  fue un ejemplo en cuanto a visionario en la nueva época empresarial en la que apareció McDonald, aunque  su ética dejara bastante que desear como relato al comienzo de este post. En la nueva época corporativa que se aproxima, la construcción de equipos será una de las principales tareas de los directivos y líderes, las principales organizaciones ofrecerán oportunidades de desarrollo dinámicas para los empleados, con ello construirán sus carreras y desarrollo. En el nuevo mundo corporativo, las organizaciones más ágiles tendrán ciertas ventajas, pero sólo las grandes organizaciones exitosas mantendrán el ritmo al tener un ecosistema más fuerte y asociaciones que amplíen su fuerza de trabajo y capacidades en un mundo globalizado. Así pues, el reto es formidable pero el desafío por alcanzar una organización más humana y cercana a sus diferentes stakeholders bien merece la pena.



Ya lo dijo Peter Kreft: “Los tiempos malos o duros son para la gente buena.”