domingo, 29 de noviembre de 2020

BBVA Y TELEFÓNICA, TIENEN DOS PRESIDENTES QUE COMPARTEN EL MISMO DESTINO... LA SALIDA

 

Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: “una vez como tragedia y la otra como farsa”.

El párrafo se corresponde con el inicio de 'El 18 de brumario de Luis Bonaparte' de Carlos Marx, una obra seminal en la que “demostró”, así lo expresa, “cómo la lucha de clases creó en Francia las circunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe” en referencia a Luis Bonaparte, sobrino del famoso Bonaparte. Lo cierto es que Marx proporciona dos categorías más de análisis para pensar la realidad política y que estaban en el fondo de las cuitas: la tragedia y la farsa. Que a veces los emperadores de alguna compañía del IBEX van desnudos lo sabemos, sin embargo, uno empieza a pensar que son irresponsable e indecentemente conscientes de su farsa mientras que el resto, y en especial sus “aduladores”, no. O sí, pero, al igual que a sus jefes de filas, les importa un bledo, por eso son “aduladores”, ¿no? Esta mala comedia repleta de figurantes que interpretan un papel con la vista puesta exclusivamente en el momento concreto de la representación, es la tierra quemada en la que habitan dichos directivos. Dirigir y gestionar requiere de responsabilidad y en el paquete que la conforma hay dos elementos esenciales: la idea de un proyecto societario y un cierto recorrido en la mirada, por su puesto más allá del ombligo propio pero también más allá del “ahora”. Tanto el presidente del BBVA como el de Telefónica realizan una representación teatral con su gestión, donde los pretendidos contendientes hacen acrobacias y simulan que se agreden. Todo ello, conforma una farsa con resultados nulos en cuanto a las promesas que realizan, sin embargo, entretiene y distrae de lo importante, que es la política de tierra quemada que queda allí en las compañías que dirigen.

El 27 de noviembre se publicaba en prensa la siguiente noticia, “Sabadell y BBVA dan por terminadas sin acuerdo sus conversaciones para una fusión” https://bit.ly/2VgQNGy En la noticia, se recoge que los motivos de dicha ruptura hay que verlos en la ecuación de canje y el reparto de poder. Dicha conclusión de las negociaciones se produce apenas dos semanas después de comenzar a estudiar una posible operación corporativa. Aunque desde BBVA niegan cualquier tipo de influencia de los máximos directivos del banco vasco en la operación, otras fuentes del mercado señalan que el encaje de los equipos directivos unido al caso Villarejo en el que anda inmerso BBVA han hecho que salten chispas en los últimos días. La opción de que el presidente de Sabadell, Josep Oliu, ocupara una vicepresidencia en el nuevo grupo, generó disensiones en el banco vasco, ya que en una muy posible imputación del presidente del BBVA, Torres, hubiera ascendido a primer ejecutivo del grupo fusionado. La rotura de dicha fusión aun cuando quedaban por concluir dos semanas para la 'due diligence' (revisión de activos) que encargaron a Deloitte, en el caso de BBVA, y PwC, en el de Sabadell es muy sintomático que las razones que arguyeron para dar por finalizada dicha fusión, no son solamente el origen de dicho abandono. En dicha fusión hay otra serie de actores que por la importancia que tienen no deben ser obviados, ya que en algunos casos son la llave para que la misma salga adelante en unas condiciones preestablecidas.  El primero de dichos factores es el PNV (Partido Nacionalista Vasco), el mismo es un elemento central en la política española en cuanto a que conforma parte del bloque que ayuda al Gobierno a sacar adelante los presupuestos y otras leyes que tratan de poner en marcha actualmente. Sus 6 escaños son de “oro” para conformar una mayoría que permite gobernar y dar estabilidad a un Gobierno conformado por PSOE-UP de 155 diputados. Una de sus viejas aspiraciones ha sido y es integrar dentro de su órbita al banco vasco que un día conformaban los hombres de Neguri” con magníficos presidentes como; José Ángel Sánchez Asiain o Emilio Ibarra http://bit.ly/2YVD9ca , y que un día fue arrebatado por un advenedizo de la banca como fue el presidente Francisco González, con el único mérito de estar arrimado al ascua del PP, sin ningún bagaje en temas bancarios. Pues bien, el PNV ha visto la oportunidad de fusionar Kutxabank (la cual controla) con el banco vasco y pasar a ser el mayor accionista de referencia de la nueva entidad fusionada, proporcionando el control de la misma y reubicando otra vez la sede de dicha entidad al País Vasco https://bit.ly/39sS1ow

El segundo de los actores es el caso Tándem y las derivadas que está abriendo a la actual cúpula directiva del BBVA. Los riesgos judiciales son una variable frecuentemente no muy estudiada al analizar estos procesos, por su dificultad para reflejarlos en números, pero no han dejado de suponer un factor destacado en las últimas grandes fusiones bancarias en España. El Banco de Santander tuvo que plantearse los peligros legales a los que le exponía la adquisición de Banco Popular, y pese a tratar de acotarlos, no ha dejado de verse penalizado de diversas maneras, llegando a resultar imputado, incluso con parte de sus directivos, los cuales han desfilado por sede judicial https://bit.ly/3qiSxO7 La declaración en la Audiencia Nacional el viernes 27 de noviembre del exdirectivo de BBVA Antonio Béjar, en el marco de las investigaciones por la relación del banco con el comisario José Manuel Villarejo, vuelve a situar en primera plana los peligros legales, justo cuando ambos bancos trataron de cerrar los flecos de la operación. Sin embargo, Béjar ha manifestado en más de una ocasión que los sistemas de control interno del banco fallaron, lo que sitúa en una posición complicada la entidad presidida por Carlos Torres como imputado. El caso “Cenyt” es uno de los puntos sensibles que penden sobre los gestores y el consejo del banco. Cualquier golpe a la cúpula en este caso judicial podría desestabilizar la entidad. Por ello, el hecho de que BBVA haya decidido negociar con Sabadell ha hecho que se disparen los rumores de que el banco va a tener una alfombra roja en los tribunales. Las anteriores citas de Béjar en la Audiencia Nacional impulsaron la imputación de Francisco González y de algunos exdirectivos. "Si no existe ningún informe de Auditoría Interna durante 13 o 14 años de una firma que ha trabajado para el banco durante 13 o 14 años, es porque alguien le ha dicho que no haga ningún informe sobre esa firma o ha decidido hacerlo de manera voluntaria", afirmó. Los intereses del exdirectivo, FG y la entidad presidida por Torres son casi irreconciliables en sede penal. El futuro de Béjar pasa por que el juez y los fiscales crean que la contratación de Villarejo estaba institucionalizada en BBVA y que él solo ejecutó las órdenes de sus superiores, algo que contradice la versión de Francisco González y que tira por tierra la tesis del banco de que tenía un buen sistema de control interno. Béjar irrumpió en el caso BBVA-Cenyt en la primera mitad de 2019. Si bien Torres ha negado siempre, de forma taxativa, cualquier responsabilidad en los tratos del banco con el controvertido comisario, pero el hecho de que las relaciones con este se prolongaran después de que Torres fuera nombrado consejero delegado de BBVA, en mayo de 2015, no permite descartar totalmente el riesgo de imputación, lo que a su vez podría llevar al Banco Central Europeo (BCE), que vigila de cerca la investigación, a instar la salida del banco, tanto del presidente como de su Consejo. El Banco Central Europeo tiene en su radar a la entidad vasca, hasta el punto de recibir exigencias para cambiar su reparto de poder interno. La escasa colaboración con el juez que lleva las diligencias de instrucción sobre dicho caso, Manuel García Castellón, ha propiciado entre otras cuestiones que el “forensic” contratado “ah hoc” al bufete Garrigues, este en la órbita de la policía judicial para comprobar si el mismo fue efectuado correctamente https://bit.ly/2Jqgzp6 Si a lo anteriormente reseñado, añadimos que en la última comparecencia de Antonio Béjar ante el juez de instrucción se personó también por primera vez la Abogacía del Estado, como posible perjudicada en las actividades de Cenyt (empresa del comisario Villarejo) con el banco, tenemos cuando menos una fotografía del hecho poco o nada tranquilizadora. A todo esto, hay que añadir que la fiscalía ha ido moviendo sus hilos en busca de garantizar que no se agoten los plazos y prescriban los posibles delitos https://bit.ly/3lkgsss  con lo que el final del mismo parece que se complica y mucho a los imputados actuales de la entidad bancaria.

En cuanto a Telefónica, continúa su devenir instalada sobre la fantasía de una rentabilidad por dividendo estimado a doce meses, del 9%. Todo un despropósito si tenemos en cuenta que lleva cotizando a la baja y alcanzando mínimos históricos prácticamente desde que comenzara la crisis financiera, arrastrando la competencia de nuevos jugadores en el mercado y un endeudamiento que se ha generado en apuestas de sectores que han resultado un fracaso en la rentabilidad esperada, como por ejemplo la televisión. A cierre del tercer trimestre, la deuda financiera neta alcanzó en Telefónica los 36.676 millones de euros, con un beneficio bruto de explotación (OIBDA) de 2.672 millones de euros —es decir, una ratio de casi 14 veces—. Mientras que la caja libre alcanzó los 1.579 millones de euros, la retribución al accionista llegó a los 631 millones de euros. En las últimas semanas, la rentabilidad por dividendo se ha relajado desde un máximo histórico del 14% hasta el 9% debido a las subidas en bolsa (un 32% en el mes); sin embargo, el debate sobre la retribución al accionista está lejos de amainar. Las propias agencias de 'rating' han tocado el dividendo en sus últimos informes, S&P ha rebajado la nota sobre la deuda de la operadora a un peldaño del grado de especulación o “bono basura”. Telefónica propuso el modelo de 'script' para retribuir al accionista este año con el fin de amortiguar la salida de caja, sin embargo, S&P cree que abandonará el año que viene dicho modelo, haciendo que su salida de caja alance los 2.500 millones de euros.  Una de las cuestiones que se viene reiterando dentro de la operadora por el actual equipo directivo es la enajenación de activos con el fin de captar liquidez, pese a que como vengo diciendo la compañía se encuentra intervenida por el Gobierno actual https://bit.ly/3kLqjr2 

Una parte del mercado viene avisando de que dicha situación no es sostenible, los bancos de inversión JP Morgan y Goldman Sachs, ya mostraron su preocupación en la presentación de resultados por el aguante de la caja y, de fondo, la estructura de capital de Telefónica. De hecho, JP Morgan considera que el dividendo "está mal cubierto por el 'free cash flow' y las inversiones necesarias del espectro", argumentando que si Telefónica paga el dividendo no podrá rebajar la deuda al nivel necesario para combatir las caídas en bolsa. Los analistas de Bankinter también lo ven difícil, aún tras los resultados del tercer trimestre. Apuntan a que el mantenimiento del dividendo a 0,4 euros por acción implica un 'payout' de más del 100% entre 2019 y 2021, por lo que consideran que "no es descartable un recorte del dividendo en 2021". "El potencial de crecimiento estructural es reducido y la reducción de la deuda avanza muy despacio lastrando la evolución del grupo", zanjaron tras ver las cuentas. "En el entorno actual, el objetivo de estabilizar el 'cash flow' libre (OIBDA – Capex) requiere necesariamente una contención de la inversión que merma la competitividad del grupo a medio plazo" https://bit.ly/33nO1DN   


Para terminar el post, decir que la aprobación de los presupuestos abre la vía para que se aborden desafíos que estaban parados y que son imprescindibles para salir de la profunda crisis económica en la que se encuentra nuestro país. Dichos desafíos necesitan de directivos al frente de las compañías emblemáticas que no tengan la remora de gestiones y hechos manifiestamente mejorables, sino que sean impulsores y creadores de una gestión que no viva tanto de la “propaganda” y si de las métricas que amparen la generación de riqueza. Si esa cuestión se consigue realizar, se matarán de un plumazo dos pájaros de un tiro… La "tragedia" en la que están instaladas algunas compañías, así como la "farsa" que cubre las mismas.

Ya lo dijo Hegel: “La independencia del hombre consiste en esto: en que sabe lo que lo determina”.