Una burbuja especulativa (también llamada burbuja económica, burbuja financiera o burbuja de mercado), es un fenómeno económico consistente en el incremento desproporcionado del precio corriente de algún activo como por ejemplo las acciones de una compañía, de forma que dicho precio se aleja sustancialmente del valor teórico del mismo. Esta situación surge principalmente como consecuencia de la gestión especulativa que realiza su equipo directivo de una compañía, esta situación se mantiene hasta que finaliza la euforia de los inversores y se produce un cambio en sus expectativas, que pierden la confianza en las perspectivas de futuro al evaluar sus métricas y comprobar que no podrá cumplir las perspectivas prometidas a los inversores. Esta falta de expectativas y credibilidad, vienen originadas por las acciones tomadas por el equipo directivo, que tras decisiones erráticas en la gestión y la larga agonía a la que someten a la compañía, termina produciendo la aparición de un pánico financiero en los mercados donde cotizan sus acciones. Los inversores corren a vender sus acciones adquiridas de la compañía con el fin de minimizar sus pérdidas o de obtener beneficios, propiciando con sus actitud una caída brusca o prolongada en el tiempo de los precios de las acciones objeto de la especulación. Esta situación trae consigo la destrucción de una gran cantidad de riqueza y valor que se agrava al entrar en bucle el equipo directivo al aplicar recetas defensivas como son las que se suelen poner en marcha cuando uno compite en un “océano rojo”, tras abandonar la búsqueda de “océanos azules” que propicien la continuidad de la compañía con nuevos productos y servicios. Cuando esta situación se produce surge el miedo y malestar en los diferentes “stakeholders” (grupos de interés) de la compañía, como son: los accionistas, empleados, proveedores, reguladores, sociedad, gobierno, acreedores, clientes, etc. https://tinyurl.com/yc5adcb3
Desde el 5 de septiembre que se anunció en todos los medios de comunicación la entrada en el accionariado de Telefónica de la compañía saudí, STC, con la compra del 4,9% de acciones en bolsa y el 5% en instrumentos sobre derivados para convertirlos en acciones por medio del banco de negocios, Morgan Stanley, la operadora ha vivido un periodo de constante turbulencias que han ido agravando el estado de la misma. Hoy sabemos ya que los saudís dan por perdida la entrada en Telefónica con el 9,9% del capital que pretendían y por ende la entrada en el consejo de administración, la mejor prueba de ello es que no piden el permiso porque saben que no lo van a recibir. Tras los pronunciamientos de diferentes miembros del gobierno, principalmente desde el primer momento, su vicepresidenta, Yolanda Díaz, a la cual se han ido sumando en la calificación de “estratégica” otros como la vicepresidenta Nadia Calviño, la cual afirmó en un diario el 23 de octubre lo siguiente, “el Gobierno de España ha sido muy claro con respecto a que Telefónica es una de las compañías más estratégicas, sino la más estratégica de nuestro país, no sólo por su importante papel en el ámbito de las telecomunicaciones, sino también en la defensa”. Este antecedente tiene su origen en el largo devenir de caídas bursátiles que lleva padeciendo la operadora desde el 8 de abril del 2016 con la llegada del actual presidente. En aquel día la acción cotizó a 9,31 euros, hoy lo hace a 3,56 euros, esta caída es del (-61,76%) sin contar dividendos. Esta larga agonía de más de siete años, han tenido diferentes señales y alarmas por parte de los bancos de negocios como ha sido JP Morgan, el cual ha venido anunciando recortes constantes en el valor de las acciones de la compañía por diferentes motivos como he escrito en el blog en los siguientes post; https://bit.ly/3sUKCbu , https://bit.ly/3kpfueS , https://bit.ly/35uw20i https://bit.ly/3eFnbd7, https://bit.ly/2yCKbdC, https://bit.ly/3m6nMJ4, pero quizás la última previsión que ha hecho es la más devastadora que se podría esperar.
El 24 de octubre se publicaron en un diario las previsiones de JP Morgan con respecto a Telefónica tras perder más de un 10% de su valor en el último mes, una vez diluido el efecto de la entrada de Arabia Saudí en su accionariado. Hoy mismo, el precio de las acciones en bolsa está por debajo por primera vez del precio pagado por STC en la compra de acciones de la operadora, que se estima que está entre 3,68 y 3,69 euros por acción. Un paso atrás que ha ido acompañado de un deterioro de la opinión de las casas de análisis, como fueron, Citi, Barclays, o HSBC, este último por primera vez en 17 años recomienda vender, todas ellas dedican a Telefónica su peor mix de recomendaciones (un 37,5% aconseja comprar, frente a un 46,9% que opta por mantener y un 15,6% que recomienda vender) desde finales de 2022, según los registros de Bloomberg. Este deterioro, se produce a 13 días de la celebración del “Investor Day” que se celebrará el 8 de noviembre, tras más de una década donde no hubo dicho evento. En el mismo se anunciará el lanzamiento de un nuevo plan estratégico para el periodo 2024-2026. En este tipo de eventos, es donde el equipo directivo promete “el oro y el moro” a sus stakeholders, pero si tenemos en cuenta lo prometido en el que está a punto de terminar que se lanzó el 28 de noviembre del 2019 https://tinyurl.com/2n5ny6c5, con el valor de la acción cerrando a 6,86 euros, hoy la pérdida bursátil del valor de las acciones tras la ejecución de dicho plan estratégico alcanza el (48,1%) … Un completo fracaso.
En el último informe sobre el sector europeo de telecomunicaciones emitido por JPMorgan, se insta a Telefónica (junto a Vodafone) a recortar su dividendo y advierte de que su apalancamiento actual resulta insostenible. Los analistas del banco estadounidense, que actualmente otorga a Telefónica la peor valoración del mercado (un precio objetivo de 2,70 euros, un 26,7% por debajo de su cotización actual), lanzan estos mensajes a partir de la idea de que la operadora podría ver reducirse sus flujos de capital libre del accionista (EFCF) durante los próximos años en más de la mitad desde los actuales 4.000 millones de euros. De este modo, señalan, la caja de la compañía “sería insuficiente para cubrir el dividendo y, además, no dejaría margen para el desapalancamiento”.
Según JPMorgan, los riesgos que enfrenta Telefónica
son la reciente pérdida del contrato de
Telefónica Deutschland con 1&1, en Alemania, que,
calculan, supondrá una merma de alrededor de 300 millones en términos de
EFCF. Además, prevén la pérdida de una parte sustancial de los más de
1.000 millones de euros en dividendos que el grupo español viene recibiendo
de la alianza que mantiene con Liberty
en Reino Unido. Según advierten, esta compañía
presenta actualmente unos niveles de deuda de más de seis veces ebitda, mientras
que está distribuyendo en dividendos el doble de su EFCF. "Por lo
tanto, esperamos que a medio plazo esta recaudación de dividendos disminuya
sustancialmente", indica JP Morgan, que no
descarta, incluso, una cancelación total de estos pagos para priorizar el
desapalancamiento. Adicionalmente,
JP Morgan, apunta al efecto que puede tener en el balance de
Telefónica el incremento
de los costes de la deuda, que calcula que podrían elevarse hasta el 5,4% en
2030, frente al 3,9% actual, lo que, unido a un encarecimiento de los
contratos de arrendamiento sobre los activos que enajenó con dichos contratos
como son las torres de Telxius, los activos de fibra, etc., implicaría una merma de unos 700
millones de euros al año en el largo plazo. Finalmente, JPMorgan pone sobre la
mesa una previsión de alrededor de 550 millones de euros que tendrían que
destinarse anualmente a inversión en espectro. Todas estos
asuntos llevan a JP Morgan a señalar que Telefónica es la compañía del sector
peor posicionada para lidiar con el aumento de los tipos de interés, estimando un recorte base del 22%
de su EFCF a largo plazo. La reducción de deuda acometida por la operadora ha sido posible a través de un agresivo programa de desinversiones,
venta y arrendamiento de infraestructura que, en última instancia, ha hecho
poco por aliviar su balance. "Ajustando estos elementos, calculamos la ratio de apalancamiento proporcional de
Telefónica en unas elevadísimas 3,9 veces", apuntan https://tinyurl.com/57dbwfhs
Con esta situación de la compañía propiciada por el
equipo directivo, el lunes 23 de octubre se anuncia una reducción de plantilla
de al menos 5000 trabajadores con el fin de reducir los gastos, cuestión curiosa
si tenemos en cuenta que los ahorros prometidos con dichas medidas tienen un
impacto “limitado”, según argumentan los analistas de Banco Sabadell,
dado el número de empleados potencialmente afectados. Según
los cálculos de estos expertos, de mantenerse el coste medio por empleado del
último plan de salidas, “el impacto de sufragar la salida de 2.500 empleados
sería de unos 1.160 millones de euros https://tinyurl.com/32yzatjy
Hasta el momento
la operadora no ha manifestado nada al respecto de dicho plan de bajas como si
lo ha hecho la prensa, se espera que el 8 de noviembre se anuncie algo al
respecto del mismo en el “Investor Day”. Lo que parece obvio, es que si tenemos
en cuenta el pronostico efectuado por JP Morgan sobre Telefónica, dicho plan
agravará el endeudamiento de la operadora al asumir un coste más de los muchos
que prevé y desglosa el banco estadounidense en su análisis de la situación
actual. Todo ello se puede volver todavía más grave
si se sigue con la errática política de “cristalizar valor” (venta de activos)
emprendida por el equipo directivo de Pallete, tiene
como consecuencia dos hechos, el primero es que se producen menos ingresos al
tener un menor perímetro la compañía y la segunda consecuencia es que los
ingresos que se obtienen están afectados por el pago de unos arrendamientos que
merman los resultados de la operadora, como pone de manifiesto JP Morgan en su
informe.
Una de las cuestiones que se ha puesto de manifiesto desde que el actual presidente de Telefónica ha tomado el timón de la operadora, es que el pago del dividendo ha sido su “santo grial”, pensando quizás que mientras lo hiciese no sería desalojado de la presidencia. Craso error, ya que el pago del dividendo con la elevada deuda que arrastraba la compañía desde que tomó posesión, ha ido socavando la rentabilidad de la operadora, propiciando una nula salida al problema de la deuda. Además ha impactado sobre el futuro de la operadora al no destinar los recursos necesarios a la I+D, que son los que garantizan la captura de nuevos nichos de negocio en la digitalización a la que se ve sometida la sociedad actualmente. Es todo lo contrario de lo que hacen año tras año los OTTs, como nos pone de manifiesto la Comisión Europea en su ranking que emite todos los años https://tinyurl.com/ybute72d Este año el pago del dividendo supone una salida de caja de 1.724 millones de euros, todo ello pese al grave problema que tiene hoy la operadora con la deuda, que se manifiesta como vemos diariamente en la cotización del valor de la acción. Hoy Telefónica tiene un valor en bolsa de 20.440 millones de euros, ofreciendo una rentabilidad de dividendo del 8%, todo un disparate https://tinyurl.com/mr43zwrw
Para terminar el post, quiero manifestar que esta es la séptima vez en los últimos años que JP Morgan saca la tarjeta roja al equipo directivo de Telefónica. La situación actual tiene grandes parecidos con lo sucedido en France Telecom en septiembre del año 2002 con la salida de su presidente Michel Bon https://tinyurl.com/mu6tmexp En aquella situación, el estado francés tuvo que prometer su apoyo financiero a la firma. Entonces tenía una participación del 55% en la operadora, lejos del 23% que tiene hoy, pero suficiente para ahuyentar aventuras como las de STC de los saudís. Aquella situación significó recorrer la travesía del desierto para la operadora francesa, donde el Estado francés tuvo que hacer de avalista de la operadora tras implantar un programa de ajuste que duro varios años para corregir la pésima gestión llevada hasta entonces, todo ello después de propiciar la dimisión del presidente de la operadora https://tinyurl.com/436r85m5 En las próximas semanas veremos que sucede tras la toma de posesión del nuevo gobierno español si se produce… Lo que parece claro, es que la situación actual por la que atraviesa Telefónica no se puede prolongar más tiempo.
Ya lo dijo Peter Drucker: “La gestión es hacer las cosas bien; el liderazgo es hacer las cosas correctas”.