Había
una vez una carrera de ranas en la charca más grande del bosque cuya meta era
llegar a lo más alto de una torre que había justo en el centro. Ese día se
congregaron en la charca prácticamente todos los animales de los alrededores
para ver la carrera, aunque la mayoría no creían que las ranas pudieran
alcanzar la cima. Al poco de estar todos preparados la carrera dio comienzo y
fue entonces cuando empezaron a escucharse los primeros gritos en plan:
-
“Qué pena, esas ranas no lo van a conseguir… caerán y se harán daño… no lo van
a conseguir…”
Las
ranas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba subiendo
en busca de la cima. La multitud continuaba gritando y agitándose:
–
“¡Qué pena, es imposible que lleguen, no lo van a conseguir!…”
Todas
las ranas iban dándose por vencidas… salvo aquella rana que seguía y seguía. En
un momento tuvo un resbalón y retrocedió varios metros, todos se asustaron,
pero ella nuevamente tranquila y cada vez con más fuerza reemprendió la marcha.
Antes de llegar al final de la competición todas desistieron, todas menos esa
rana que curiosamente en contra de todos, seguía. Al final y aunque tardó
mucho, llegó a la cima con todo su esfuerzo.
Las
otras ranas y todos los demás animales querían saber qué había pasado, cómo
había conseguido concluir la prueba y se acercaron para preguntarle…
…y
descubrieron que era sorda y que pensaba que los demás desde abajo la
estaban animando para coronar la cima.
Se
termina el año y en muchas compañías se cierran balances, se estudia los
indicadores conseguidos y los no conseguidos y se fijan nuevas metas para el
año 2015. En el Clima Laboral si bien en muchas compañías los datos del
análisis de la encuesta a lo mejor no están disponibles, no es menos cierto que
ya existe un dato esencial para valorar, es el de participación. Aquellas
compañías que no han tenido un buen dato de participación tienen el problema de
la fiabilidad de sus resultados. El valor de dicha
encuesta de Clima Laboral será mayor cuanta mayor participación exista en la
misma, la participación cuando menos debería de estar aproximada al nivel de
ICC fijado en la compañía. Si la participación es reducida, dicha muestra
arrojará unos datos que si bien pueden ser representativos tienen una menor
confiabilidad ya que son propensos a cometer un mayor error de estimación.
Sin embargo por encima de las estadísticas existen dos preguntas que
deberían plantearse los directivos de una compañía en función de dicha participación, ¿qué compañía
puede decir que tiene buen Clima Laboral cuando por ejemplo tiene un 40 ó 50% de su
plantilla que no participa en la encuesta de Clima Laboral?, ¿puede una compañía
fijar metas ambiciosas sin la participación y el compromiso de ese 40 ó 50% de la
plantilla?, es pues fundamental que el índice de participación
sea lo más elevado posible para que con los datos que se obtengan se puedan
acometer las medidas que se necesitan para mitigar dicho mal Clima Laboral.
El
objetivo de las medidas adoptadas en el Clima Laboral es formalizar un contrato
psicológico o emocional en que el otro salario, él emocional, pese tanto
como el salario monetario. El salario emocional es aquella variable
retributiva compuesta por conceptos no económicos, destinados a satisfacer las
necesidades de tipo personal, familiar y profesional de una persona
trabajadora, con el objeto de mejorar de forma global la calidad de vida del trabajador y de su entorno. Se califica “emocional” porque, con independencia de la
satisfacción de que se trate: vacaciones, atención a las necesidades
personales, etc., se busca aportar satisfacción a algunos de los motivos
intrínsecos que acompañan toda relación laboral. Todo esto es porque, además
de las condiciones materiales, lo que más valora un trabajador en una compañía
es tener la sensación de que su aportación a la empresa tiene sentido si se
tienen en cuenta las necesidades de las personas que trabajan en la misma.
La satisfacción laboral y la calidad del Clima Laboral son factores que
agilizan y facilitan las relaciones entre departamentos dentro de la propia
compañía y eventualmente facilitan la negociación colectiva.
La
moraleja de la fábula al principio de este artículo es que no permitas que nada ni nadie te detenga en tú
camino hacia una meta concreta, conocida y fijada. Una buena estrategia es
ser “sordo” cuando te inviten al desánimo con algo que te impida
avanzar y conseguir tus sueños, siempre que lo que persigas sea bueno, justo y
sincero para ti y los demás.
Hay
que mantenerse alerta contra el desaliento, si hay un tropezón o una caída no
hay que rendirse. Después de cada recaída se comienza desde un punto más
avanzado… ya sabemos más, somos más expertos. Pero para eso hay que esforzarse,
hay que ser constante, seguir ideando, creando, investigando, invirtiendo…
estudiando y aprendiendo… o sea, trabajando cada día más.
La
constancia es virtud… pero la tozudez en el error un defecto. Ambos son los extremos de esa línea
que pueden llegar a tocarse, pero que son antagónicos.
Asi pues ahora que vamos a empezar las navidades y el año se acaba, los directivos en las compañías tienen unos días muy bonitos para pensar sobre el Clima Laboral en su compañía, direcciónes, gerencias, jefaturas, etc... si el mismo no está en buenas condiciones. Evaluar y plantear un escenario donde el Clima Laboral sea uno de los ejes estratégicos del año que viene, es algo fundamental si los directivos que rigen las mismas no quieren estar abocados a un estrepitoso fracaso.
Ya lo dijo el filósofo Yoritomo Tashi: "El sentido común es el arte de resolver los problemas, no de plantearlos".
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