La teoría de la mano invisible es una alegoría que señala a la economía de mercado como la herramienta con capacidad para alcanzar el bienestar social máximo mientras se busque el propio interés. Es decir, sostiene que la libre competencia es la mejor manera de funcionar de la economía, ya que las posibles contradicciones y problemas sistemáticos que las leyes del mercado crean, pueden tener solución por “la mano invisible” del sistema. La ausencia del gobierno en labores legislativas o regulatorias referentes al mercado, es una de las principales bases de la teoría económica elaborada por Adam Smith a lo largo de su obra bibliográfica. Para Smith, los mandatarios deben ocuparse de otros ámbitos de control más enfocados a la defensa o la justicia, dejando al mercado a su libre funcionamiento. La "mano invisible" es la manera metafórica con la que el histórico economista se refirió a la capacidad intrinseca de autorregulación que el libre mercado tiene según sus teorías y estudios. En su obra “Teoría de los Sentimientos Morales”, publicada en el año 1759, fue el primer lugar donde este término vio la luz, aunque alcanzó mayor notoriedad en su otro libro de 1776 “La Riqueza de las Naciones”. De esta manera, Smith indicaba que el papel del mercado es básico y fundamental y que cuanto menos control político o gubernamental exista en las economías, más fácilmente estas encontrarán sus caminos y el máximo bienestar. Según su ideario, el juego natural ejercido por la demanda y oferta es suficiente para lograr el equilibrio de la economía y la fijación natural de los precios.
La
"mano invisible" presupone que existe una fuerza o inercia por la cual el mercado
y su autorregulación llevan a los individuos a tomar las mejores decisiones
para que la mayoría de la población alcance el bienestar. En otras palabras, se
trata de una especie de mecanismo de control automático que compensa las acciones tomadas
en su conjunto regulando actuaciones del propio mercado.
http://bit.ly/2chhw17
La Comisión Europea aprobó en octubre del 2015 la regulación del Mercado Único de las Telecomunicaciones, lo que muchos ciberactivistas y defensores de la Neutralidad de la Red auguraban como un gran día resultó ser para los mismos un fracaso. Sus enmiendas no fueron incluidas, y el acuerdo se aprobó con 500 votos a favor. Entró en vigor el pasado abril. El martes 30 de agosto el BEREC (Cuerpo de reguladores Europeos para las comunicaciones electrónicas), ha presentado las directrices para que los distintos países implementen la nueva regulación http://bit.ly/2cc7tdW que han tardado en redactar tres años y en las que se explica a los reguladores nacionales de cada país cómo aplicar lo aprobado en octubre de 2015. Según el BEREC, han recibido en total 481.560 propuestas desde que se abrió la ronda de consultas el pasado 6 de junio y que se cerró el 18 de julio. Las contribuciones han llegado desde la propia UE, EEUU, Australia o Japón. Han sido redactadas por actores de todo tipo como operadoras de telefonía móvil y mensajería, telecomunicaciones, plataformas de VoD y organizaciones de consumidores, etc.
En
el año 2014 Jean Tirole director
científico del Institut d'Economie Industrielle (IDEI), de Toulouse recibió el
Premio Nobel de Economía. La Academia
destaca que Tirole es uno de los
economistas "más influyentes" de la actualidad y ha realizado
"importantes contribuciones" a la investigación teórica en varios
campos, aunque en su mayoría se ha dedicado a averiguar "cómo entender y regular los
sector con pocas empresas poderosas". Para Tirole "los procesos de desregulación realizados, han permitido una mayor
eficiencia y unos precios bastante más bajos". Pese a ello, este
economista francés, que ejerció como catedrático en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) durante 10 años y está
reconocido como una de las máximas autoridades mundiales en la operativa de
sectores desregulados, como telecomunicaciones, electricidad, postal, etc.,
reconoce que para que la competencia florezca "es fundamental que
existan reglas de juego claras y reguladores independientes y fuertes".
Para Tirole dejar estos mercados sin regular producen a menudo "efectos socialmente
indeseables", como son unos precios mayores que los justificados por los
costes o empresas improductivas que sobreviven por el bloqueo a la entrada de
nuevos competidores.
La Comisión Europea aprobó en octubre del 2015 la regulación del Mercado Único de las Telecomunicaciones, lo que muchos ciberactivistas y defensores de la Neutralidad de la Red auguraban como un gran día resultó ser para los mismos un fracaso. Sus enmiendas no fueron incluidas, y el acuerdo se aprobó con 500 votos a favor. Entró en vigor el pasado abril. El martes 30 de agosto el BEREC (Cuerpo de reguladores Europeos para las comunicaciones electrónicas), ha presentado las directrices para que los distintos países implementen la nueva regulación http://bit.ly/2cc7tdW que han tardado en redactar tres años y en las que se explica a los reguladores nacionales de cada país cómo aplicar lo aprobado en octubre de 2015. Según el BEREC, han recibido en total 481.560 propuestas desde que se abrió la ronda de consultas el pasado 6 de junio y que se cerró el 18 de julio. Las contribuciones han llegado desde la propia UE, EEUU, Australia o Japón. Han sido redactadas por actores de todo tipo como operadoras de telefonía móvil y mensajería, telecomunicaciones, plataformas de VoD y organizaciones de consumidores, etc.
La
neutralidad de la Red es el principio que sostiene que los paquetes de datos
que circulan a través de internet deben moverse de manera imparcial, sin tener
en cuenta el contenido, destino u origen. La neutralidad de la red se refiere a
veces como la “Primera Enmienda de la Internet”. En los Estados Unidos, los operadores de
internet de alta velocidad, incluyendo AT&T,
Comcast, Time Warner y Verizon, están buscando apoyo para un modelo de
servicio de internet de dos niveles. En un modelo de dos niveles, los
operadores podrían cobrar a los proveedores de contenidos una tarifa premium por colocación
prioritaria y una velocidad más rápida a través de sus redes.
Los
críticos de este modelo piensan que los costos adicionales generados por el
servicio premium serán
transmitidos a los consumidores y que debería darse algún tipo de legislación
para proteger los intereses del público. Ellos señalan que en un entorno de red
neutral, los sitios pequeños e independientes están en igualdad de
condiciones con los grandes sitios corporativos y que eso es lo que ha
provocado la innovación y el crecimiento económico. Por el contrario
los defensores de dicho modelo dicen que los dos niveles ya existen, los
consumidores tienen la opción de utilizar un servicio de acceso telefónico más
lento o pagar un precio superior por una velocidad más rápida a través del cable
o DSL, y los proveedores de servicios de internet ya dan prioridad al tráfico
para la calidad del servicio (QoS).
Si Adam Smith abriera los ojos desde su tumba en la Iglesia de Canongate, se sorprendería de ver que los mercados actuales no siempre son capaces de corregir dichos excesos con la "mano invisible". Quizás su teoría que combina la historia, la naturaleza humana, la ética y el desarrollo económico de manera ejemplar, ha sufrido alguna mutación que hace inviable la ayuda de dicha mano... ¡ que le vamos hacer, la vida es así !
En Europa las situación es la siguiente, el organismo regulador supranacional BEREC en el reglamento aprobado en el 2015 y que ha entrado en vigor, en su artículo 3.3, dice
lo siguiente:
"Los proveedores de acceso a
Internet deben tratar todo el tráfico por igual, sin discriminar, restringir o
interferir el contenido al que se accede o se distribuye, independientemente de
quién lo facilita, las aplicaciones utilizadas o el terminal desde el que se accede".
El
BEREC deja la puerta abierta a que en según qué
casos las operadoras apliquen "medidas de gestión"
que sean "razonables", pero no especifica cuáles. En
marzo de 2014 en Estados Unidos por ejemplo, Netflix tuvo que llegar a un acuerdo con el
operador de telecomunicaciones Comcast para mejorar la interconexión de sus
datos, en lo que se traduce como una violación de la Neutralidad.
Para el BEREC, estos casos serán los reguladores de cada país quienes "deberán
considerar los mecanismos internos de red de los ISPs usados en momentos
de congestión como un recurso en línea con el trato igualitario y, por tanto,
permisible, siempre y cuando estos mecanismos sean agnósticos de las
aplicaciones y no se circunvale la regulación". O lo que es lo
mismo: que cuando los proveedores de Internet consideren oportuno basándose en
lo que ellas consideren como un tráfico alto, podrán intervenir en la cantidad
de datos que alguien recibe o envía. Eso sí, después lo tendrán que justificar ante el
organismo regulador de cada país, que en España se trata de la CNMC (Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia)
En los últimos años, Telefónica,
Vodafone, Orange, Deutsche
Telekom, han defendido sin éxito la idea de que los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) y otros grandes de Internet les paguen por los servicios que ofrecen a
sus clientes por el uso de sus redes, pero la iniciativa nunca ha llegado a
cuajar. Para plantar cara a esta
situación los operadores como Telefónica
han creado la cuarta plataforma. Con ella se pretende en esencia dar poder
al usuario final sobre sus datos y privacidad, de tal forma que los OTTs tengan que pagar por dicha materia
prima, que es la esencia de su negocio. Para los operadores de telecomunicaciones esta será una forma de
poner en valor sus redes y servicios, ya que como carriers de los mismos sus
infraestructuras adquirirán el valor que hoy por ejemplo se les ningunea. Si
los usuarios se niegan a ceder dichos datos, los OTTs perderán la usabilidad parcial o completa de los servicios que
prestan, si se ceden, el usuario tendrá el verdadero control y poder sobre su
información y no los OTTs. En la
actualidad compañías como Google ya
ofrecen la posibilidad de dejar de usar tus datos para personalizar anuncios, ya
que cada servicio suele ofrecer al usuario cierto control con más o menos restricciones. En el trasfondo de esta batalla está el modelo de
negocio que han hecho los OTTs sobre
el BIG DATA, del cual han gozado de un
monopolio sin ningún tipo de restricción a lo largo de estos últimos años,
poniendo en jaque el modelo tradicional del sector de las telecomunicaciones. Según
el estudio ‘Big & Open
Data in Europe: A growth engine or a missed opportunity?, patrocinado por
Microsoft, encargado por demosEUROPA y realizado por el Instituto de Estudios
Económicos de Varsovia; el
Big Data aportará 206.000 millones de euros a la economía europea en el 2020,
lo que supondrá un incremento del 1,9% del PIB de la región, que se traduce en
un aumento del 1,6% para el Sur de Europa. Si hablamos de los sectores más
beneficiados, este mismo informe señala que el Comercio (47.000 millones de euros), la Industria (45.000 millones)
y la Administración Pública (27.000 millones) serán los que se situarán a la
cabeza.
El poder que han adquirido los OTTs ha quedado de
manifiesto en la comparecencia de los principales CEOs del sector a nivel europeo en el seminario
de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. El más contundente ha sido Stephane
Richard, presidente de Orange: “Somos unas subsidiarias digitales de
Estados Unidos”, ha señalado, y ha añadido que Europa se está quedando
retrasada del resto del mundo debido, entre otras causas, a la obsesión por la
regulación, “y la aproximación naif de
los líderes europeos”. Richard llamó la atención el poder de los llamados GAFA frente
a las operadoras tradicionales europeas. “La caja que Apple tiene pendiente de repatriar a Estados Unidos alcanza los 215.000 millones de dólares http://bit.ly/2bGYQZ3 ,es mayor que la capitalización de Telefónica,
Vodafone, Orange y Deutsche Telekom juntas, Facbeook vale más en Bolsa que todos nosotros
juntos”.
El profesor Tirole sostiene que "no hay un talle
único para solucionar todo", y que cada sector de actividad debe ser
regulado de acuerdo a su propia estructura. Lo que hace falta para los bancos
diferirá de lo que se necesita para el sector de las telecomunicaciones. En los
últimos tiempos el economista Tirole ha adquirido bastante notoriedad
por sus teorías para frenar a Google, "una de las empresas que más
trasgreden las normas sobre libre competencia". Se trata de
un caso en el que la respuesta no puede ser estrictamente judicial, "sino garantizando
que el resto de competidores no encuentren obstáculos más allá de su talento".
En particular, sus ideas sobre la forma de regular los sectores económicos dominados
por una sola empresa están ayudando a generar estrategias que evitarán, por
ejemplo, que Google sea un monopolio en el negocio de Internet o que
Amazon haga lo propio sobre el negocio del retail en este mundo nuevo que es el
2.0.
Si Adam Smith abriera los ojos desde su tumba en la Iglesia de Canongate, se sorprendería de ver que los mercados actuales no siempre son capaces de corregir dichos excesos con la "mano invisible". Quizás su teoría que combina la historia, la naturaleza humana, la ética y el desarrollo económico de manera ejemplar, ha sufrido alguna mutación que hace inviable la ayuda de dicha mano... ¡ que le vamos hacer, la vida es así !
Ya lo dijo Jean Tirole: "No hay que desconfiar de
los mercados, hay que saber regularlos bien".
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