Decía el comediógrafo griego, Menandro de Atenas, “el hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, si no el que pudiendo ser injusto no quiere serlo". En todo suceso o hecho cuando se desencadena, se producen una serie de pensamientos que dan lugar a una serie de emociones que experimenta la persona que sufre dicho hecho. La maldad ha sido estudiada por multitud de filósofos a lo largo de la historia, dando como resultado corrientes de pensamiento que se pueden resumir en tendencias tales como los usos y límites de la libertad, los vicios, el desenfreno o las pasiones desbocadas. Platón habló de desajustes en los fundamentos de lo justo e injusto; Aristóteles, alumno suyo y ya entrando en planteamientos de la “virtus”, habló de vicio y desenfreno; Spinoza sentenció que la ausencia de la razón había permitido el exceso de los afectos; Schopenhauer centró su estudio en el concepto de la voluntad y habló directamente de egoísmo; Von Hildebrand del orgullo; para después Nietzsche revolucionar la perspectiva psicológica hablando de instinto de conservación y huida del dolor. Y si todas estas corrientes han tenido un encaje acorde a su época. A modo de resumen todas las visiones del mal de estos grandes exponentes expresan un análisis en base a un logos racional en busca de la procedencia y composición de la maldad. San Agustín evocaba la degradación de una buena voluntad hacia una realidad inferior con componentes que podían acudir “de la nada” alejando al Ser de su mejor versión reflejando una moral débil. En cambio San Agustín, todo y aludiendo a ese espacio de privación inferior, afirma claramente que el mal es un efecto del bien y que en esencia el mal no puede darse como un principio de todos los males, ya que el propio mal es un derivado accidental de la voluntad de alcanzar un determinado bien.
Hoy podemos leer en la prensa que la entrada del fondo público saudí PIF en Telefónica, dueño de la operadora STC en Arabia Saudí, sigue proporcionándonos noticias a la ciudadanía que cuando menos parece más oscura y turbia según vamos conociendo los hechos. En la noticia se informa, que el gobierno español está decidido a tomar cartas en el asunto de Telefónica y depurar las responsabilidades que sean precisas para aclarar quién o quiénes dejaron abierta la puerta trasera de la operadora para que la Saudi Telecom Company (STC) se colara hasta la cocina de una compañía que se supone estratégica e intocable para los intereses del Estado español. Según la noticia, las sospechas se centran en los directivos de Telefónica, cuyos principales ejecutivos se han declarado inocentes desde el primer día. Es probable que tengan razón porque nadie en la empresa considera que su presidente, Pallete, sea capaz de tomar el jet para viajar solo y por su cuenta y riesgo a Riad y cerrar un pacto de esta naturaleza con sus colegas árabes.
Otra cosa es que el presidente haya inducido de manera involuntaria un especial apetito inversor por parte del grupo estatal árabe. En su afán por encontrar fondos de inversión que avalaran la gestión de la compañía y dieran impulso a la cotización en bolsa, Pallete se ha colocado en primer tiempo de saludo, evidenciando que su compañía no sólo estaba barata sino que podría suponer un tierno bocado para las estrategias de expansión del reino saudí. Esta hipótesis no es nada descartable si tenemos en cuenta que ya en enero del año 2020 el presidente de la operadora hizo una gira por los fondos de inversión como CVC o Oriente Medio buscando un caballero blanco que respaldara su gestión. En la noticia donde se recogía dicho hecho, se reflejaba que el débil momento que atravesaba la operadora en bolsa está atrayendo la atención de los mayores fondos de inversión del mundo para analizar una potencial entrada en su capital, con el fin de aprovecharse de los bajos precios de la cotización. Según han confirmado fuentes financieras, CVC Capital Partners, uno de los mayores ‘private equity’ de Europa, ha mantenido varias conversaciones con Pallete con el fin de poder estudiar una alianza a medio y largo plazo, tal y como el fondo británico ha hecho en Naturgy. Según las mismas fuentes, Javier de Jaime, director general de CVC Capital Partners y el hombre fuerte de esta firma de capital riesgo en España, se ha reunido con el presidente de Telefónica con el fin de conocer la verdadera situación de la operadora española y sondear la posible compra de una participación. Por su parte, fuentes próximas a Telefónica admitieron los contactos, pero les quitaron trascendencia al considerar que se trata de conversaciones frecuentes con este tipo de inversores https://tinyurl.com/mr2zx6t6 El fondo CVC Capital Partners no es un inversor cualquiera, suelen comprar paquetes significativos que le dan derecho a tener asientos en el órgano de gobierno de las compañías en la que pone el dinero, con el objetivo de influir en la estrategia como está haciendo en Naturgy desde el consejo. El fondo soberano saudí PIF tiene la misma política como ya nos han informado los medios de comunicación https://tinyurl.com/528tcpzz Pero la pregunta que quizás se hay que hacer de esta situación es la siguiente, ¿a quién beneficia la entrada del fondo soberano saudí en Telefónica tras los problemas bursátiles qué atraviesa? Lo que parece evidente es que Telefónica necesita un impulso que reactive su capitalización porque en los siete años largos que lleva el actual presidente en el cargo los resultados en bolsa son decepcionantes, cogió la presidencia cotizando a 9,31 euros y hoy ha cerrado a 4,08 euros. La compañía ha perdido dos tercios de su valor y ha perdido puestos dentro del Ibex 35, superada por otras empresas de menor fuste y marca corporativa.
Mientras se espera que el gobierno se pronuncie sobre dicha inversión en el momento que tome posesión, no se trata tanto de buscar una cabeza de turco a la situación actual que atraviesa Telefónica como de poner pie en pared y cambiar la estrategia llevada hasta el momento por el actual equipo directivo que se basa en la venta de activos “cristalizar valor”, con el fin de pagar un dividendo que es inasumible por el endeudamiento que arrastra la operadora con respecto a su capitalización. El 'shock inicial' no puede obnubilar la razón de quien tiene que velar por el interés general como es la sociedad española. La solicitud de STC deberá ser resuelta definitivamente por el consejo de ministros, a propuesta de la Ministra de Defensa y previo informe de la Junta de Inversiones Exteriores -presidida por la directora general de Comercio Internacional, Alicia Rocío Varela, y con un representante del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y otro de la Dirección Operativa del Departamento de Seguridad Nacional de la Presidencia del Gobierno. El Gobierno tiene tres meses para completar el trámite, pero como ocurre siempre en estos casos, se podrá parar el reloj la veces que sean necesarias para ampliar datos, por lo que podría superar ampliamente ese plazo. Hasta la fecha el gobierno de coalición ha mantenido una posición desconcertante ante dicho hecho, tanto Sánchez como la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, han señalado que estudiarán a fondo la operación pero que están abiertos a la inversión internacional, mientras que desde Sumar han pedido el rechazo frontal de la irrupción accionarial. Por todo ello hay que ser muy prudente ya que los cambios y la adaptación a la situación política como estamos viendo en algunos políticos puede ser instrumentada en esta operación empresarial. Bien es cierto, que la llave a dicha operación esta en manos de Sumar con sus 31 diputados en el futuro gobierno de coalición.
Mientras tanto en Telefónica el equipo directivo intenta transmitir normalidad a una acción poco normal para los ciudadanos españoles, por los intereses que se están en liza con esta operación. Telefónica tienen dos fechas claves en el calendario a corto plazo, la primera es el consejo de administración que se reunirá el próximo 27 de septiembre y en el que, con toda seguridad, se pondrá sobre la mesa la operación. Los dos consejeros de, BBVA y Caixabank, podrán escuchar de primera mano las explicaciones del presidente Pallete, más allá de los contactos previos de los últimos días. La otra jornada relevante es el Investor Day que se celebrará el 8 de noviembre y en el que el primer ejecutivo presentará el nuevo plan estratégico con el que revertir el fracaso estrepitoso cosechado con el que lanzó en noviembre del año 2019. Mientras todo esto sucede y se evita la maldad de dicha operación… Desde la otra orilla, el gobierno, se velan lanzas ante la decisión que tomará una vez investido.
Ya lo dijo Arthur Schopenhauer: “El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos”.
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