Decía el célebre economista, humanista y escritor, José Luis Sampedro, lo siguiente en una entrevista, “no entiendo nada de eso que llaman Twitter y demás, pero me doy cuenta de que, gracias a la red, se están desarrollando otras formas de agregación social, formas espontáneas de relación y de movilización social. Actualmente las comunicaciones permiten convocar una reunión, una protesta con inmediatez; con eso del “pásalo”, se están creando formas de asociación diferentes superando a los sindicatos clásicos, que tienen el lastre de la poltrona, de negociaciones y pactos no siempre explicados ni entendidos”.
El 3 de enero la dirección de Telefónica firmaba un acuerdo con los sindicatos, UGT, CCOO y Sumados donde rubricaban su conformidad con el III Convenio Colectivo (CEV)y un ERE que entre otras cuestiones, contempla la salida de 3.421 empleados de la operadora. Entre las cuestiones que contempla dicho ERE, está la aceptación de “DESPIDOS FORZOSOS”, una línea roja que nunca se había traspasado hasta la fecha http://tinyurl.com/4da9pu5w La pregunta que surge ante dicha cuestión es la siguiente:
- ¿Existe justificación para la presentación y salida forzosa de tal cantidad de empleados de la operadora?
Lo primero que tenemos que mirar para contestar a dicha pregunta son las razones que argumenta la dirección de la compañía para la presentación de dicho ERE, en el documento que se entregó a la representación sindical de la empresa se puede leer lo siguiente:
“De acuerdo con el artículo 51 ET, el despido colectivo debe fundarse en causas de naturaleza económica, técnica, organizativa o de producción.
Acorde con lo que se acaba de señalar, el presente despido colectivo se encuentra motivado en la concurrencia de una serie de causas objetivas productivas, organizativas y técnicas que se especifican con profusión en los documentos de la memoria y, sobre todo, el informe técnico que se aportan junto a la presente comunicación y a cuyo contenido se realiza una remisión expresa en relación con la concurrencia de las antecitadas causas objetivas.
Firmantes del Convenio Colectivo y ERE de Telefónica
Sin perjuicio de lo anterior y, muy resumidamente, se anticipa que dichas causas tienen su origen en el Plan Estratégico que se está llevando a cabo por el grupo Telefónica, aplicable a la Compañía -así como a otras sociedades pertenecientes al mismo-, y que se compone de distintas inversiones estructuradas en una serie de proyectos de transformación que constituyen el mismo.
El citado Plan Estratégico está compuesto por una serie de programas e iniciativas implementadas de manera progresiva hasta el año 2026, o incluso en fechas posteriores, que buscan la digitalización, automatización y la eficiencia de las distintas áreas que componen la Compañía, y con estas sinergias contribuir a la mejora de sus servicios.
Entre sus mayores desafíos se encuentra el Proyecto Faro que consiste en el despliegue de la fibra en todo el territorio nacional y la finalización de la red de cobre, mejorando la conectividad y la calidad del servicio. Asimismo, destacan otros proyectos tales como el Proyecto Fénix que consiste en la migración y actualización de los principales sistemas utilizados en las actividades de finanzas y control de gestión, con el fin de simplificar y unificar dicho proceso”.
Ante la argumentación empleada
por el equipo directivo para justificar el ERE, hay que decir que dicho
argumento colisiona frontalmente con una realidad incontestable, los 100.000
puestos de trabajo precario que giran en la órbita de Telefónica realizando los
trabajos de conservación y operación que necesitan las infraestructuras de
la operadora http://tinyurl.com/mrx7tjtn
Tenemos un buen espejo en el que mirar del daño que produce la excesiva
subcontratación en una compañía emblemática que puso en manos ajenas el proceso
productivo, Boeing. El calvario que atraviesa hoy el gigante
americano de la aeronáutica como consecuencia del Boeing 737 Max, es
orientativa de lo que significa precarizar el trabajo buscando la eficiencia económica
para lo que se recurre a poner en manos ajenas el proceso productivo.
Desde el 2019, se vienen produciendo nuevos fallos, más problemas, demandas,
inspecciones por parte de los organismos reguladores e investigaciones por la
Fiscalía federal y el Departamento de Justicia (DOJ). Tras las
investigaciones de dicho aparato, se ha sabido que el software del 737 MAX fue
subcontratado a ingenieros a nueve dólares la hora, según publicó la agencia
Bloomberg. El resultado de dicha acción es una compañía que lleva
años atravesando un calvario, con una pérdida de miles de millones de dólares
en capitalización y ventas de sus productos, ante la pésima calidad de sus
productos frente al gigante europeo Airbus http://tinyurl.com/25mph5j4 La
subcontratación excesiva hizo que Boeing perdiera el control en la fabricación
de sus productos, esto se vio incentivado por la excesiva presión que los
gerentes aplicaron sobre los ingenieros de Boeing para limitar los cambios
que podrían introducir tiempo o costes adicionales, el resultado una catástrofe
para dicha compañía por perdidas millonarias de valor bursátil y contratos con sus clientes.
El argumento empleado por el equipo directivo de Telefónica para no internalizar y justificar dicho ERE, se cae por su propio peso. Trabajo hay demasiado para la plantilla que hoy tiene la operadora, 16.000 empleados, otra cosa es que el coste de dichos trabajos sea mayor que el que proporciona la subcontratación. En esa variable de coste hay que meter también, y no se hace, otras variables que significan valor en el factor trabajo que se realiza, como es: la calidad, conocimiento, compromiso, satisfacción del cliente, etc. Estos factores parece que no son importantes para los directivos, cuando estos lo fían todo al factor coste para la subcontratación. En muchos casos esta situación termina en una jibarización de la compañía, sí paralelamente se paga dividendo vendiendo perímetro de la compañía combinada dicha acción con una escasa inversión en I+D como sucede en Telefónica, como nos ha puesto de manifiesto hace unos días la Comisión Europea http://tinyurl.com/mv8j7n3w En un mercado hiper competitivo como es el español en el sector de las telecomunicaciones, con tres grandes operadoras que deben facilitar el acceso a su red a otras operadoras virtuales (OMVs), permite la existencia de un ciento de operadores que no tienen red pero que las ‘alquilan’ a los grandes operadores para poder dar servicios a sus clientes. Este es un factor que contribuye a que dicho mercado esté descremado con caídas constantes de ingresos año tras año o con crecimientos de ingresos exiguos. Este es un factor importante para la situación de dificultad que hoy atraviesa Telefónica, pero hay otros factores tan o más importantes como es no tener el foco puesto en los servicios digitales como hacen los grandes OTTs (GAFA) o la inversión en negocios de dudosa rentabilidad como es el negocio de la TV con una saturación de competidores con mucho mayor musculo financiero y escala de clientes que Telefónica, como son las plataformas de los OTTs (Amazon, Disney, Netflix, etc.). Si a lo descrito anteriormente añadimos el cambio de hábitos de la población en el mercado, en cuanto a los modos de comunicarse a través de las redes sociales o por comunicaciones de voz vía IP de Internet donde las plataformas proveen de aplicaciones para dicha situación, esta situación ha concluido que la conectividad que hoy proveen las operadoras cada día tiene menos valor, si no existe valor añadido con la misma.
El ERE que los sindicatos y la dirección de la empresa han firmado da continuidad a una forma de reducción de plantilla que comenzó en el año 2000, casi un cuarto de siglo con políticas de ajuste, con el fin de ganar eficiencia a coste de precarizar el empleo de calidad por empleo precario. El resultado de dicha situación ha sido la pérdida de más de 50.000 empleos con esta estrategia llevada a cabo en Telefónica en su división española http://tinyurl.com/y9rdyh28 La realidad que hoy nos muestra la presentación de dicho ERE con el beneplácito de los firmantes, equipo directivo y organizaciones sindicales (UGT, CCOO, Sumados), choca frontalmente con lo que viene manifestando el gobierno, tanto por sus declaraciones como por sus acciones. Las declaraciones de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz en la Cadena ser http://tinyurl.com/yc277v7f , y por la acción del gobierno español de entrar en el capital de la operadora con un 10% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El gobierno ha manifestado que quieren compañías estratégicas que actúen de “tractores económicos” del resto de la economía española. El término “tractor de la economía” ha sido y sigue siendo utilizado para hacer referencia a aquellas compañías, principalmente grandes empresas que actúan en sectores estratégicos, relevantes en su sector que ‘tiran’ del resto del tejido empresarial, creando empleo (directo e indirecto), innovan, etc. Esto es algo que hoy con la política de descapitalización del factor humano que abandera el equipo directivo de Telefónica no se produce. Según datos oficiales, DIRCE a 1 de enero de 2022 Estructura y Dinámica Empresarial en España el número de empresas existente en España a 1 de enero de 2022, según el Directorio Central de Empresas (DIRCE), es de 3.430.663, de las cuales sólo el 0,1% son grandes empresas. Por tanto, la práctica totalidad del tejido empresarial español (99,9%) está constituido por pequeñas y medianas empresas (PYME), es decir, por empresas con menos de 250 asalariados. Por otra parte, el 56% de las empresas no tienen asalariados y cerca del 96% tienen menos de 10 http://tinyurl.com/mr3e95n6 Telefónica es una compañía fundamental para el desarrollo en la digitalización del tejido productivo del resto de compañías que operan en nuestro país. El papel de Telefónica en la economía española es la de actuar de motor en el desarrollo económico de forma transversal, para lo que es fundamental una compañía dueña de sus procesos productivos, pero con la constante subcontratación que se produce en Telefónica dicha situación no está garantizada.
Hoy se publicaba en la prensa que en el último año la Seguridad Social ha ganado 540.000 afiliados hasta sumar 20.836.010 cotizantes, un nuevo máximo anual, el segundo mayor incremento anual desde el año 2018, cuando el sistema sumó 564.000 trabajadores, según ha informado hoy el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Con estos datos cosechados en el año 2023, cabe preguntarse, ¿Dónde cabe el ERE de Telefónica, una compañía que el año pasado repartió 1.720 millones de euros de dividendo? http://tinyurl.com/4ydpnvx2 Telefónica ha comunicado a la CNMV que prevé un coste de 1.300 millones de euros por esos despidos, lo que supone un coste unitario de 380.000 euros por trabajador, muy por debajo del coste de los últimos planes de salidas. El equipo directivo estima que, “los ahorros anuales promedio de gastos directos se situarán alrededor de los 285 millones de euros a partir de 2025. En cualquier caso, el impacto en generación de caja será positivo desde 2024 al igual que la captura de ahorros, ya que la salida de empleados se estima tendrá lugar ya desde el primer trimestre de 2024" http://tinyurl.com/mrx32psv Estas previsiones chocan con las proyecciones de JP Morgan que hace dos meses decía lo siguiente, “Los analistas del banco estadounidense, que actualmente otorga a la operadora la peor valoración del mercado (un precio objetivo de 2,70 euros, un 26,7% por debajo de su cotización actual), lanzan estos mensajes a partir de la idea de que Telefónica podría ver reducirse sus flujos de capital libre del accionista (EFCF) durante los próximos años en más de la mitad desde los actuales 4.000 millones de euros. De este modo, señalan, la caja de la compañía “sería insuficiente para cubrir el dividendo y, además, no dejaría margen para el desapalancamiento”. JPMorgan alcanza estas estimaciones al considerar una serie de riesgos que, en su opinión, enfrenta la caja de Telefónica. En primer lugar, se refieren a la reciente pérdida del contrato de Telefónica Deutschland con 1&1, en Alemania, que, calculan, supondrá una merma de alrededor de 300 millones en términos de EFCF. Además, prevén la pérdida de una parte sustancial de los más de 1.000 millones de euros en dividendos que el grupo español viene recibiendo de la alianza que mantiene con Liberty en Reino Unido. Según advierten, esta compañía presenta actualmente unos niveles de deuda de más de seis veces ebitda, mientras que está distribuyendo en dividendos el doble de su EFCF. "Por lo tanto, esperamos que a medio plazo esta recaudación de dividendos disminuya sustancialmente", indica el banco estadounidense, que no descarta, incluso, una cancelación total de estos pagos para priorizar el desapalancamiento. Adicionalmente, JP Morgan apunta al efecto que puede tener en el balance de Telefónica el incremento de los costes de la deuda, que calcula que podrían elevarse hasta el 5,4% en 2030, frente al 3,9% actual, lo que, unido a un encarecimiento de los contratos de arrendamiento, implicaría una merma de unos 700 millones de euros al año en el largo plazo. Finalmente, JPMorgan pone sobre la mesa una previsión de alrededor de 550 millones de euros que tendrían que destinarse anualmente a inversión en espectro. Todas estas cuestiones llevan al banco estadounidense a señalar que Telefónica es la compañía del sector peor posicionada para lidiar con el aumento de los tipos de interés, estimando un recorte base del 22% de su EFCF a largo plazo. Aunque la entidad estadounidense tiene en cuenta los avances hechos por la operadora española para reducir sus niveles de deuda (es la única empresa del sector que ha logrado reducir su apalancamiento general en los últimos 18 años), señala que esto solo ha sido posible a través de un agresivo programa de desinversiones y venta y arrendamiento de infraestructura que, en última instancia, ha hecho poco por aliviar su balance. "Ajustando estos elementos, calculamos la ratio de apalancamiento proporcional de Telefónica en unas elevadísimas 3,9 veces", apuntan http://tinyurl.com/2d2hsbe3
Otra cuestión importante con dicho ERE es que ahora entra en el ámbito de la autoridad laboral, que será la que se pronuncie sobre la validez del mismo. Se puede dar una situación muy curiosa si el mismo no es aprobado por el Ministerio de Trabajo, al equipo directivo no le quedaría más que ir a un contencioso-administrativo contra el Estado, que curiosamente está en el Consejo de Administración como mayor accionista con un 10%.
José Luís Sampedro y su explicación sobre el miedo
Para terminar el post quiero manifestar que la situación que se produce en los “despidos forzosos” como los propuestos en este ERE de Telefónica, generan situaciones de miedo y desasosiego en las personas afectadas al percibir una vulnerabilidad no comprendida y entendida, cuando la compañía presenta unos resultados económicos (pago de dividendo) que no justifica el mismo. Si este hecho unimos unos representantes sindicales, que dicen una cosa y luego hacen otra (Unai Sordo) http://tinyurl.com/93dhh5tt, el sentimiento de despido arbitrario con la abrumadora subcontratación que existe en Telefónica se vuelve un sentimiento de ira y frustración… En aquellas personas que no quieren irse pero que se ven expulsadas del mercado de trabajo de forma arbitraria.
Ya lo dijo José Luís Sampedro: “Gobernar a base de miedo es eficacísimo. Si usted amenaza a la gente con que los va a degollar, y luego no los degüella, pero los explota, los engancha a un carro… Ellos pensarán; bueno, al menos no nos han degollado”.
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