miércoles, 7 de abril de 2021

COMPAÑIAS CON "PRIETAS LAS FILAS"... TRANSMITIR NORMALIDAD DONDE NO EXISTE

 

Prometeo era un titán que siempre defendía a la humanidad ante los dioses, era considerado un protector de los hombres. Zeus quería castigarlo, debido a que Prometeo habitualmente buscaba provocar su ira, entonces quiso perjudicar algo que Prometeo amaba y decidió castigar a los hombres para provocarle un dolor.

Zeus pensó que separando a los hombres del fuego les causaría suficiente daño y así fue. Solo que Prometeo no se conformó y procedió a robar el fuego para devolverlo a los hombres.

Esta acción, por supuesto, tuvo consecuencias. Zeus condenó a Prometeo a estar encadenado a una montaña y un águila comerle el hígado provocándole mucho dolor. El órgano se regeneraba durante la noche y el día siguiente seguía el tormento.

Tal y como la definió el gran economista norteamericano Paul Samuelson, la empresa es la unidad de producción privada básica en una economía capitalista o mixta que contrata trabajo y compra otros factores con el fin de hacer y vender servicios o mercancías. Las compañías se ven inmersas en la denominada “Sociedad de la Información” y, la comunicación se ha convertido en un valor intangible de importancia capital como valor estratégico. Si la compañía en la actualidad se define como, un conjunto de recursos humanos, técnicos y financieros relacionados entre sí y con su entorno por un sistema de comunicación que los aglutina y dota de una personalidad definida, que como tal tiene un principal objetivo:  su crecimiento y consolidación y, alternativamente su supervivencia. La comunicación por tanto, juega un papel estratégico en el proceso de adaptación a las exigencias de la internacionalización, ya que se ha convertido en una herramienta indispensable de la gestión de las relaciones empresariales y sociales.  En la actualidad existen algunas compañías del IBEX-35 que arrastran un déficit de gestión endémico, el cual tiene su mayor percepción en; la valoración bursátil, la deuda que arrastran, la venta de activos a la que están expuestas, etc. Para desdibujar dicha situación, sus directivos han recurrido de forma reiterada a la comunicación como medio y palanca que garantice que la sociedad civil perciba que las cosas son diferentes a lo que dicen sus métricas. Si bien en el mundo de la empresa, la comunicación debiera desempeñar una tarea clave con el fin de cohesionar a los diferentes stakeholders (grupos de interés) de la misma, esta se encuentra al servicio única y exclusivamente de los equipos directivos que dirigen las mismas. Para ello, la comunicación se desnaturaliza y se vuelve propaganda con el único fin de servir a intereses particulares que para nada están relacionados con la sociedad a la que sirven las mismas.  La falta de concepción integral del mensaje que emiten las mismas, queda completamente desvirtuado con una barrera artificial entre lo que es expresado, la identidad, y lo que es percibido, la imagen (métricas). Las compañías necesitan de una comunicación que responda a las exigencias y realidades que demandan la sociedad y que le ayude a poder desarrollarse y sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo. Sin embargo, con lo que sucede actualmente en algunas de ellas, nada aleja más a las mismas de la supervivencia que la “sordera” que padecen sus equipos directivos https://bit.ly/39OM06V Esta situación se retroalimenta de un mensaje unívoco propiciado por ellos mismos, todo lo demás que les rodea es ignorado, arrinconado y desvirtuado, aunque los resultados que presentan trimestre tras trimestre dicen lo contrario a lo que ellos pregonan.    

La aparición de la comunicación institucional o corporativa supuso la irrupción de un fenómeno importante, ya que significó el cambio de su estatus de simple productora (donde solamente dan a conocer sus productos o servicios), para presentarse ante la sociedad como un proyecto integral. En palabras de Pascale Weil, la empresa ha cambiado de legitimidad y ha pasado “de un estatus de empresa-productora, -y- se ha convertido en empresa-emisora”. Este cambio resulta de vital importancia, ya que a través de él las organizaciones van a dar a conocer su política, su misión y sus objetivos. Esta toma de conciencia transforma a la empresa en institución, ya que mientras la empresa organiza la producción, la institución está orientada hacia una vocación cuyo testimonio es la producción. Sin embargo, en algunas ese proceso se ha vuelto pernicioso al dañar las políticas de “corporate communication”.  La idea de integración de las diferentes políticas comunicativas que existen dentro de cualquier organización en relación con la sociedad y sus stakholders, se ha vuelto vulnerable al no tener capacidad de vertebrar a todos los implicados que interactúan con el fin de dotar de personalidad a la compañía. Esa falta de armonía entre las comunicaciones que emanan de una compañía y su equipo directivo, así como lo que se percibe que sucede en ella, conlleva que muchas veces las mismas incurren en graves contradicciones, confundiendo al público y a la larga desvirtuando su identidad.  

Un ejemplo de lo dicho anteriormente se produjo por ejemplo el 15 de marzo. Ese día se publicaba la siguiente noticia, “CaixaBank diluye su participación en Telefónica tras cobrar parte del último dividendo en efectivo” http://bit.ly/2Q73mVL Según el diario, CaixaBank ha diluido su participación en Telefónica, según ha podido confirmar Invertia con fuentes del mercado. En las últimas semanas se ha confirmado el movimiento después de que la entidad catalana haya cobrado en efectivo parte del dividendo que la operadora de telecomunicaciones entregó a sus accionistas el pasado mes de diciembre. En febrero del año pasado Telefónica anunció la política para 2020 manteniendo las mismas condiciones del año anterior: el pago de un dividendo de 0,40 euros por acción, pagadero en diciembre de 2020, (0,20 euros por acción), y en junio de 2021 (0,20 euros por acción). La operadora ofreció pagar en efectivo, pero también en acciones (scrip dividend).  De esta manera, en diciembre se pagó la primera parte del dividendo con 342 millones en efectivo (33%) y 197 millones en acciones (67%). La operación de CaixaBank no ha sido notificada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) porque la dilución no ha llevado al banco por debajo del 3% de participación en la operadora, el umbral que el regulador establece para que se notifiquen y actualicen este tipo de movimientos. De acuerdo con la última actualización remitida al supervisor, CaixaBank -el banco cotizado del grupo financiero- es titular de un 4,879% de Telefónica. Esta posición se declaró con fecha del pasado 14 de julio. Las fuentes consultadas indican que esta dilución, se hizo efectiva al no cobrar parte del dividendo en acciones tras la última ampliación liberada de capital. Hay que recordar que si a la participación de CaixaBank se suma la de CriteriaCaixa (1,27%), la entidad catalana se mantiene como el primer inversor de Telefónica, incluso tras la dilución. En esta composición le sigue BlackRock con un 4,983% del capital y BBVA que pasó a ocupar la tercera posición entre los accionistas relevantes de Telefónica tras comunicar el pasado mes de febrero que, reducía su participación desde el 6,96% hasta el 4,84% del capital. Por su parte, BBVA señalaba en su informe anual del ejercicio 2020 que sus inversiones en bolsa le habían provocado un 'agujero' de 1.300 millones de euros. Sin dar cifras concretas, se apuntaba que esta merma en su balance se atribuía, "principalmente, a la cotización de Telefónica". A lo largo del año pasado, la 'teleco' se dejó un 44% de su capitalización bursátil https://bit.ly/2ZZPApm La dilución fue significativa porque BBVA no había recortado su inversión en Telefónica en más de una década. En este sentido, la entidad financiera habría elegido el cobro en efectivo en lugar de asumir nuevas acciones de la compañía. De vuelta al caso de CaixaBank, en sus cuentas de 2020 el banco reflejó el impacto del mal año en bolsa de Telefónica, la única participación industrial que le queda tras la salida de Repsol en septiembre de 2018. La caída en el precio de las acciones fue del 44,5% el año pasado y eso provocó una reducción del valor patrimonial de CaixaBank de 774 millones de euros, según la memoria anual publicada por el banco. Al cierre del pasado ejercicio el banco declaró una participación en la operadora del 4,87%. En un año y, como consecuencia del descenso bursátil, el valor de este paquete de acciones cayó a la mitad, de 1.617 millones a 843 millones. Por el contrario, esta inversión en Telefónica dejó un impacto positivo de 100 millones, vía cobro de dividendos.

Ante dichos hechos cabe preguntarse, ¿Qué creencia tienen los dos principales accionistas dominicales de la operadora (BBVA y La Caixa) en la estrategia y equipo directivo, que prefieren cobrar en efectivo en lugar de mantener su participación en la misma en las sucesivas ampliaciones que se realizan para pagar el dividendo con el “scrip dividend”? ¿Por qué se mantiene dicha estrategia y equipo directivo que a punto de cumplir 5 años al frente de la operadora, cosecha una caída en el precio de la acción del 60% aproximadamente sin contar dividendos?

Otra cuestión importante donde los hechos desmienten los intentos de venta de las participaciones en Latinoamérica, son las relaciones Unión Europa y Latinoamérica. Los países y los pueblos de la Unión Europea están unidos a los de América Latina y el Caribe por muchas raíces comunes de carácter histórico o cultural y comparten con ellos multiples intereses. El Tratado de Maastricht confía a la Unión Europea (UE) la tarea de desarrollar una política exterior y de seguridad común (PESC). Partiendo de esta última, el documento básico sobre las relaciones de la Unión Europea con América Latina y el Caribe, del Consejo Europeo, tiene como finalidad reafirmar el compromiso sostenido de Europa de ampliar y profundizar las relaciones con sus socios de América Latina y el Caribe, así como reiterar la voluntad europea de llevar adelante iniciativas conjuntas basadas en una sólida agenda birregional. Con objeto de debatir esta agenda, la UE desea intensificar el diálogo y la cooperación con agrupaciones regionales y subregionales e, individualmente, con países. El fomento del comercio y las inversiones económicas son la piedra angular de las relaciones entre ambos bloques comerciales. Latinoamérica es un actor fundamental a nivel mundial en recursos naturales, cuenta con un tercio de las reservas de agua dulce de todo el mundo, una quinta parte de los bosques naturales, 12 % de los suelos cultivables de todo el mundo y abundante biodiversidad y ecosistemas de importancia climática global, como el Amazonas, además de cuantiosos recursos ligados a los sectores de la minería y los hidrocarburos. Según  documentos, en la región se concentra al menos 49 % de las reservas de plata (Perú, Chile, Bolivia y México), 44 % de las reservas de cobre (Chile, Perú y, en menor grado, México), 33 % de las reservas de estaño (Perú, Brasil y Bolivia) y 22 % de las reservas de hierro (Brasil, Venezuela y México), entre otros metales y minerales. Además, de acuerdo con cifras del año 2012, América Latina y el Caribe es la segunda zona del mundo con mayor cantidad de reservas petroleras, después de Oriente Medio, y concentra una proporción superior a 20%. La Unión Europea sigue siendo el mayor socio comercial del Mercosur por delante de China y los Estados Unidos: representó el 20,3 % del comercio exterior total del bloque en el año 2016, mientras que China representó el 19,4 %. Por otro lado, el Mercosur representó solo el 2,5 % del comercio exterior de la UE y como grupo ocupó el noveno puesto entre sus socios comerciales. El comercio entre el Mercosur y la UE aumentó de 68.900 millones de euros en 2006 a 111.600 millones de euros en el año 2012, pero se ha ido reduciendo sustancialmente en estos últimos años. En el año 2016, el valor del comercio de bienes entre la UE y el Mercosur llegó a 84.900 millones de euros, cayendo desde 93.500 millones euros en el año 2015, la cifra más baja desde el año 2009. Ante dicha situación aquellas compañías que operan en dicho mercado de 630 millones de personas como son; Telefónica de España, Vivendi y Suez Lyonnaise des Eaux de Francia, RWE de Alemania y United Utilities de Gran Bretaña, etc., son la columna vertebral de un bloque comercial como es el europeo que ni puede ni debe quedarse rezagado en sus relaciones con una parte del mundo que se ha vuelto esencial para regiones como son los asiáticos, (principalmente China) o los norteamericanos. Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) es uno de los mayores tenedores de deuda de Telefónica http://bit.ly/2sSYyrh, con lo que la venta de participaciones que se pretende en multitud de países latinoamericanos choca frontalmente con la estrategia que impera en Europa hacia esa parte del mundo, de hacer que sus compañías sean el vector de desarrollo y entrada para nuevas compañías en dichos mercados. La Unión Europea tendrá la oportunidad de manifestar dicha situación con la venta de las divisiones de fibra (FiberCo) de Brasil y Chile, las cuales tienen que ser aprobadas por Bruselas https://bit.ly/3rGaSUJ, al igual que el Gobierno español tiene que aprobar la venta de la unidad de emplazamientos de telefonía móvil de Europa y Latinoamérica a la compañia norteamericana American Towers. 


La pandemia del Covid-19 ha sacado a flote las enormes debilidades que presentan el tejido industrial de nuestro país, hasta el punto de que uno de los mejores indicadores donde se ha visto la debilidad es en la cifra de negocio de nuestras compañías. Prácticamente todas las compañías del IBEX-35 han sufrido una caída en su cifra de negocio en el año 2020, en el caso del Grupo Telefónica la cifra alcanza los 5.346 millones de euros, un (-11,04%). Otras que están en la misma línea es por ejemplo Naturgy (-5.416 M€, -26,08%). Estas dos compañías presentan una curiosa similitud, han presentado un plan estratégico el cual se basa en la venta de activos como sucedió en Chile con Naturgy https://bit.ly/2PF7NHj y como pretende Telefónica con múltiples activos en Latinoamérica.  Cosa curiosa es que a la vez que se pretende enajenar activos que son perímetro de la compañía, se está pagando un dividendo con un endeudamiento excesivo.  El Covid-19 quitó 80.865 millones de euros en ingresos a las compañías del IBEX-35 durante el año 2020 https://bit.ly/3v19fUd  El déficit que presentan dichas compañías en la inversión en I+D+i, no les ha permitido sortear la crisis de una forma eficaz como si han hecho por ejemplo los OTTs. Google (Alphabet), Apple, Facebook y Amazon, conocidas con el acrónimo GAFA, han crecido a doble digito en pleno año de pandemia como se puede ver en el siguiente gráfico:

                                          https://bit.ly/2OmhABw

Las cuatro compañías en su conjunto han invertido en el año 2017 un total de 81.570 millones de euros, seis veces más que lo que invierte España en I+D, que alcanzó los 14.052 millones de euros https://bit.ly/2YtH8id

En una situación como la actual, se vuelve más necesario que nunca fijarnos en nuestros vecinos franceses o alemanes, los cuales se han volcado de forma rotunda sin dudar en mantener bajo el interés del país aquellos activos que son estratégicos. La última que lo ha hecho es Francia con su línea de bandera Air France https://bit.ly/3uG39bd Francia contribuirá con 4.000 millones de euros a la recapitalización de Air France-KLM, elevando la participación del Estado a más del doble de su participación actual en la aerolínea (14,3%). El Ejecutivo galo convertirá, en concreto, un préstamo de 3.000 millones de euros concedido al grupo el año pasado en un instrumento híbrido y comprometerá hasta 1.000 millones adicionales para una emisión de acciones planificada, elevando su porcentaje en el grupo a casi el 30%. "Esto convertirá al estado en el mayor accionista de Air France", ha incidido el ministro de Finanzas francés de tendencia conservadora, Bruno Le Maire, en declaraciones a la radio France Inter, donde ha asegurado además que esta medida, cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea, es una "señal de compromiso" con la aerolínea y sus empleos en Francia. Un caso similar es lo que puede suceder con la compañía eléctrica gala EDF https://bit.ly/3uqJUlu El Gobierno alemán aprobó en abril del año 2020 una iniciativa que refuerza el control sobre los intentos de compra de empresas estratégicas por parte de inversores extranjeros, en el marco de una reforma acelerada por la pandemia del coronavirus. Este proyecto busca reforzar la legislación, y dar prioridad a "la preservación de los intereses alemanes de seguridad", en particular "el abastecimiento de determinados bienes esenciales, como las vacunas", dijo el ministro de Economía, Peter Altmaier. En el mes de marzo del año pasado, el Gobierno vio como Estados Unidos intentaba apropiarse de un proyecto de vacuna contra el coronavirus desarrollado por el laboratorio alemán Curevac. Bajo la presión del gobierno alemán, la empresa germana rechazó la oferta estadounidense y el gobierno alemán entro en el capital de dicha compañía con la compra de un 23% de su capital. Después del disgusto que sufrió el gobierno alemán por la compra de su compañía de robótica Kuka https://bit.ly/2PxHAe0 , Berlín ya tiene la posibilidad de bloquear adquisiciones de más del 10% del capital en ámbitos considerados "sensibles" como la defensa y las telecomunicaciones, robótica, inteligencia artificial y biotecnología, si la operación representa un peligro para la seguridad pública. Bastará una simple sospecha de amenaza contra algún país de la Unión Europea –y no solamente contra Alemania– para iniciar un control por parte del ministerio de Economía.  

El gobierno español, no puede ni debe ser ajeno a esta realidad, máxime si tenemos en cuenta la situación post pandemia que ha aflorado en todos los gobiernos del mundo, tanto en Europa como en Estados Unidos. El hecho es que los sectores estratégicos están bajo el paraguas de los gobiernos tanto, de países europeos como del norteamericano. La situación real de lo que esta sucediendo en Telefónica lo hemos visto con las cifras de portabilidad del primer trimestre del año 2021 https://bit.ly/3tby0fr, en la cual la operadora fue la que peor se comportó en el mercado español, se dejó un total de 233.000 accesos (104.000 líneas fijas y 129.000 móviles).

Para terminar el post, hay que decir que en algunas compañías falta un Prometeo al frente de las mismas, ya que la defensa de los intereses de estas a las que representan se ve trimestre tras trimestre en claro retroceso con las métricas que anuncian a sus diferentes stakeholders. Aquí al contrario de lo sucedido con Prometeo, el “hígado no se regenera de noche”, sino que las compañías se ven carcomidas de día y de noche como un queso Emmentaler… Bonita imagen, pero lleno de agujeros en su interior.

Ya lo dijo Frederick Barthelme: “Lo que había sido tranquilo y apacible ahora era silencioso y vacío”.

 


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