Nombrar a Sergei Koroliov es quizás a fecha de hoy nombrar a un gran desconocido para la sociedad en general, sin embargo, fue una de las personas más brillantes de la carrera espacial de todos los tiempos. Nacido en 1907 en Zhytómyr (actualmente Ucrania), Koroliov se convirtió pronto en un hombre importante en la investigación aeronáutica soviética, al lanzar, a principios de los años treinta, el primer cohete de combustible sólido ruso. Fue, desde luego, un hito importante, pero los primeros años del estalinismo eran malos tiempos para destacar. Primero fue acusado de destinar un presupuesto excesivo a un objetivo no prioritario, y, años después, de formar parte de una red subversiva, un cargo bastante más grave y que en la época de las grandes purgas equivalía, en el mejor de los casos, a la deportación. El 27 de junio de 1938 fue arrestado, y aún hoy las versiones sobre quién le acusó son confusas, aunque una de ellas apunta a que fue Valentín Glushkó, otro ingeniero, que consideraba que el interés de Koroliov por otras nuevas tecnologías de propulsión contravenía las directrices del partido. Fue el ingeniero clave en el lanzamiento del Sputnik y en enviar el primer hombre al espacio, pero su identidad era secreta. Lo cierto es que, como señala su biógrafo James Harford, su caso es otro “inconcebible ejemplo de la increíble estupidez, por no hablar de la extrema crueldad, de las purgas de Stalin”, que, según varias estimaciones, supusieron la condena, en la gran mayoría de los casos basada en falsedades. Sin ser sometido a juicio, Koroliov fue destinado al gulag de Kolyma, tristemente famoso por las condiciones extremas que causaban la muerte de 10.000 internos cada año. Allí, el frío atroz, las desastrosas instalaciones y la malnutrición deterioraron su salud: perdió los dientes a consecuencia del escorbuto, se rompió la mandíbula y, al parecer, incluso sufrió un infarto. Sin embargo, muy poco después de haber sido destinado a Kolyma, su caso fue revisado, probablemente porque habría sido reclamado por el ingeniero también represaliado Andréi Tupolev, que ahora trabajaba para el Gobierno. Koroliov fue llamado a Moscú para un nuevo juicio, esta vez por un cargo menor, aunque la noticia, sin embargo, tardó varios terribles meses en llegar al gulag. Tras la sentencia, quedó recluido en un complejo para científicos e intelectuales, en el que empezó a trabajar para la maquinaria militar soviética que se preparaba ya para la Segunda Guerra Mundial. En los últimos días de la II Guerra Mundial, Koroliov recibió el encargo de desentrañar la tecnología de los cohetes nazis: lo logró. Con esa escasa información, Koroliov recibió el encargo de ir a Alemania para reconstruir la tecnología nazi y tratar de compensar así la avasalladora ventaja científica conseguida por los norteamericanos. El hombre que sólo unos pocos años atrás estuvo cerca de la muerte en el gulag recibía ahora, como coronel del Ejército Rojo, un encargo clave para el futuro de su país. Fue entonces cuando se labró la fama de trabajador incansable y apasionado, pero también extrañamente leal a su gobierno. La lista de logros de Koroliov es larguísima, pero en ella destaca sobre todo: el primer cohete intercontinental, el primer satélite artificial y, especialmente, lanzar al primer hombre al espacio. En el otro lado del planeta, los norteamericanos se quedaban atrás y sus errores eran amplificados por los medios de comunicación. En abril de 1961, Yuri Gagarin completó por primera vez la órbita de la Tierra. Pero el verdadero responsable de la misión, que mantenía una relación casi paternal con el astronauta, era un verdadero desconocido para el mundo. Las autoridades soviéticas, por motivos de seguridad, pero también por una doctrina –de aplicación selectiva– contraria al culto a la personalidad, evitaban revelar su nombre. Se referían a él como “el Diseñador Jefe”. Sólo a su muerte, el entonces gobierno ruso reveló a la población quién era realmente Serguéi Koroliov, una de las personas más importantes, y más desconocidas, en la carrera espacial. Hoy, una ciudad rusa que acoge un centro de control espacial, un cráter en la Luna y otro en Marte llevan su nombre.
El 9 de abril se publicaba en uno de los periódicos, Cinco Días, la siguiente noticia, “Pallete cumple cinco años de complicada gestión en la presidencia de Telefónica” https://bit.ly/3taKZ0H En la misma se hace un repaso a la gestión de estos últimos cinco años del actual presidente, pero se omiten cuestiones que conviene recordar para situar lo sucedido en este último lustro. La primera cuestión que hay que recordar para entender lo sucedido, es que el actual presidente fue consejero delegado de la operadora desde el 17 de septiembre del año 2012. Cuando llega a dicho cargo como número dos de la operadora, la deuda financiera neta de la compañía era de 56.006 millones de euros con una ratio de Deuda financiera neta/ OIBDA de 2,77x. Cuando alcanza la presidencia, el 8 de abril del 2016, no se encuentra con la situación de venta de la división inglesa O2, sino que la venta de dicha división ha sido decidida estando como segundo del equipo directivo de la operadora. El 12 de mayo del año 2016 la Comisaria de Competencia, Magrethe Vertager, anuncia el veto de dicha venta para impedir que se resienta la competencia y la innovación en el sector de dicho país. Cuando el actual presidente alcanza la presidencia, la deuda financiera neta era de 50.213 millones de euros con una ratio de Deuda financiera neta/ OIBDA de 3,02x, por lo tanto, en poco más de tres años y medio como consejero delegado, la deuda financiera neta se redujo en 5.793 millones de euros, sin embargo, la ratio Deuda financiera neta/ OIBDA aumentó. En los últimos resultados financieros presentados del año 2020, la deuda financiera neta era de 35.228 millones de euros, incluyendo arrendamientos alcanza los 41.697 millones de euros, siendo la ratio de Deuda financiera neta/ OIBDA de 2,79x. Después de múltiples enajenaciones y ventas de patrimonio llevadas a cabo en estos últimos cinco años, la ratio Deuda financiera neta/ OIBDA solamente se ha reducido un insignificante 0,23x.
Para empezar, diremos que la nueva presidencia que arranca el 8 de abril del año 2016 viene marcada por dos hechos que simultáneamente se han demostrado incompatibles como nos ha demostrado el tiempo, son el pago de dividendo y la reducción de deuda sin vender el patrimonio de la compañía. El primer año de dicha presidencia todavía se pagó un dividendo de 0,75 euros, que posteriormente fue ajustado a 0,40 euros en metálico, luego se introdujo la opción del “scrip dividend” (una parte en acciones de forma opcional) y por último lo que se ha ofrecido es la totalidad en acciones (nada en metálico). Esto último no es baladí si tenemos en cuenta que cuando el actual presidente es nombrado consejero delegado había cotizando un total de 4.515 millones de acciones, en abril cuando llega a la presidencia hay 4.931 millones de acciones y por último en los resultados de diciembre del año 2020 nos informan que hay 5.471 millones de acciones. En total desde que está en posiciones de alto directivo (consejero delegado o presidente) el número de acciones ha crecido en 956 millones de acciones (+17,47%). A la vez que esto se produce, en sentido contrario a ese aumento del número de acciones, se ha llevado una campaña de enajenación de activos que en mayor o menor medida aportaban EBITDA a la compañía, reduciendo por tanto la capacidad de la compañía para pagar un dividendo que año a año aumenta debido a un mayor número de acciones. Como ya dije en él blog en diferentes posts, la situación debía ser abordada de otra forma para la creación de valor para los accionistas de la compañía, en primer lugar, se debía haber eliminado el dividendo y lanzado un plan de recompra de acciones que permitiese ser el propio mercado el que recogiese dicha situación, menor cantidad de acciones mayor valor para las mismas al ser el capital para repartir entre menos acciones. Esta situación lo llevan haciendo de forma recurrente por ejemplo Apple, 16.000 millones de dólares en el año 2013 https://bit.ly/2QcVqCv, Microsoft lanzó un programa de recompra de acciones de 40.000 millones de dólares en el 2016 https://bit.ly/3g2wKaG o Facebook que lanzó un programa de recompra de acciones de 7.940 millones de dólares en el año 2018 https://bit.ly/3t8YnlP
Su situación como número dos (consejero delegado) de la operadora arranca como con la venta en el cuarto trimestre del año 2012, de Atento al fondo Bain Capital por 1.039 millones de euros. De esta forma se redujo la plantilla del grupo en 141.130 empleados, quedando el grupo según memoria de dicho año en 131.468 empleados https://bit.ly/31ZcSNo Desde entonces como consejero delegado y posteriormente como presidente de la operadora, la plantilla del Grupo Telefónica se ha reducido hasta un total de 113.182 empleados (-18.286 empleados) según los datos de la última memoria presentada del año 2020. Una de las filiales que más ha sentido la reducción de plantilla es precisamente la división de Telefónica de España. La misma en septiembre del año 2012 tenía una plantilla de 31.510 empleados. A 31 de diciembre de 2020 tenía una plantilla total de 22.978 empleados https://bit.ly/3a1PCm9, en total la pérdida de empleados desde que es consejero delegado es de (-8.532 empleados). La continua venta de activos que en un principio empezó siendo menor, pero que en estos últimos años se ha convertido en “mainstream” (tendencia) dentro del equipo directivo. Últimamente se han puesto en venta activos imprescindibles como son los emplazamientos de telefonía móvil, en los que en multitud de ellos hay que instalar la nueva red de 5G con la frecuencia de 700 MHz que saldrá a licitación próximamente, esta venta está pendiente de la autorización del Gobierno español. La venta de activos se realiza con él fin de conseguir una liquidez con la que reducir una deuda, a la vez que se paga un dividendo que en él momento actual no es factible. Esta venta, se realiza mediante un contrato de venta con derecho de alquiler (“leasing back”), al comprador esto le supone unos ingresos regulares por un número determinado de años, a la vez que lastrará el beneficio de Telefónica con el 5G al tener que pagar un alquiler con el fin de desarrollar dicho negocio. Otras ventas que también se pretenden y son emblemáticas puesto que son “core” de la compañía, son los activos de Latinoamérica (108.509.100 accesos y nos ingresos en el año 2020 de 7.922 millones de euros). También la venta-fusión que se pretende realizar en Gran Bretaña, donde Liberty compensará a la teleco española con 6.500 millones de euros por la deuda de 12.200 millones de Virgin que absorberá la nueva compañía, mientras que O2 se integrará sin arrastrar ningún pasivo https://bit.ly/3a1Djqd Dicha operación se encuentra en manos del regulador inglés (CMA), el cual ha recibido estos últimos días un informe de la Unión Europea donde avisa de los elevados riesgos de la unión de O2 y Liberty para los operadores virtuales en el mercado británico https://bit.ly/3wJhghz Tanto Telefónica como Liberty presionaron para que fuera la Comisión Europea y no la (CMA) quien tuviera la última palabra. Sin embargo, no fue así. Ante el escenario creado por el 'Brexit', el ejecutivo europeo decidió ceder el testigo el pasado mes de noviembre. Lo hizo con un comunicado público, pero sin enseñar su posición completa respecto a cómo afectará esta transacción al mercado británico de las telecomunicaciones. En este estudio de 50 páginas, la Comisión Europea no sólo justifica la decisión de ceder el testigo a la (CMA), sino que explicita los diferentes riesgos para la competencia que ha detectado tras su primer estudio. El organismo concluye que la transacción "amenaza con afectar negativamente la competencia" en varias áreas. Advierte del riesgo de exclusión de operadores móviles virtuales rivales (conocido en el argot con las siglas de OMV en España) ofreciendo paquetes convergentes, por un lado, y de red de fibra oscura, por otro. "Estas amenazas son independientes, en el sentido de que cada una de ellas por sí sola podría amenazar con afectar negativamente la competencia; su efecto potencial es acumulativo", avisa. Según recoge la noticia, sobre los riesgos vinculados a los operadores móviles, tanto Vodafone como Sky advirtieron al regulador británico de esos riesgos. "La competitividad se verá afectada si se le permite seguir una estrategia de exclusión", avisaba la primera. La segunda aseguraba: "Sky ya ha expresado sus preocupaciones; la entidad fusionaba tendría la capacidad y el incentivo para participar en la exclusión de SkyMobile". Con la primera, Telefónica no logró un pacto, como sí hizo con la segunda. “Hemos alcanzado un acuerdo con Sky para atender a las inquietudes que habían planteado; han quedado completamente satisfechas”, explicaba el consejero delegado del grupo español. Todo ello podría conllevar en la decisión final la implantación de 'remedies' (condiciones) regulatorios. Tras hacerlo, las operadoras tendrán la oportunidad de recurrir. El documento definitivo debe estar listo antes de que concluya mayo.
Otra de las cuestiones en las que se ha visto reflejada la situación anteriormente descrita es en el precio de la acción. El 17 de septiembre del 2012 cuando es nombrado consejero delegado de la compañía, el valor de acción cerro en bolsa a 11,50 euros. Posteriormente, cuando es nombrado presidente de esta el 8 de abril del 2016 el precio de la acción es de 9,31 euros. El viernes pasado el precio de la acción cerró a 3,80 euros, la depreciación desde que es consejero delegado hasta el viernes pasado sin contar dividendos alcanza un (-67%). Bien es cierto, que estamos acostumbrados a oír la coletilla que afirma el presidente de que el “precio de la acción subirá más pronto que tarde” https://bit.ly/3s3UzkN Sin embargo, si somos justos con lo sucedido hasta la fecha, existen ganadores y perdedores en dicha situación como escribí en un post publicado en el blog el 9 de junio del 2020 https://bit.ly/3c7FbNC Las retribuciones de los dos principales ejecutivos de la compañía en los últimos años, no han sufrido lo mismo que si han sufrido los accionistas e inversores de la compañía.
Retribuciones del presidente y consejero delegado
El mercado español de las telecomunicaciones ha cambiado profundamente desde que en el año 1998 se produjo la liberalización del sector. Mucho ha llovido desde entonces, lo primero y quizás fundamental ha sido que los avances tecnológicos han cambiado de forma radical la forma en que se comunica la sociedad. Hace más de veinte años todavía había tarifas diferentes en función de si se hacían llamadas locales o interprovinciales y para conectarse a Internet era necesario ‘disponer’ de una línea telefónica por la que pagábamos en función del tiempo de uso. Posteriormente en el año 2006, la entrada de los OMVs en el mercado español supuso un cambio de reglas para los operadores con red propia. La obligación impuesta por el regulador, (CMT) de alquilar dichas redes a operadores virtuales revendedores, fue un terremoto que desajusto los costes entrando el mercado en una deflación que se ha vuelto endémica. Los servicios de telefonía e incluso los de datos se han convertido en una “commodity”, algo que dan todos sin demasiado valor añadido. Las empresas de telecomunicaciones no han sabido vender su valor diferencial en los últimos años debido en gran parte, a la escasa inversión efectuada en I+D+i. Si uno coge el informe de la Unión Europea y ve el ranking de inversión verá que los OTTs se llevan la palma https://bit.ly/34Th82X Esa situación es la que ha propiciado que las compañías de telecomunicaciones sean meros “pagafantas” a la hora de capturar el valor que aporta dicha digitalización. Frente a esa realidad, los equipos directivos de las telecos se han animado a entrar en nuevos nichos de mercado como son; los seguros, servicios bancarios, seguridad, luz, servicios médicos, etc., pero todos ellos ya sufren una fuerte presión competitivas por los jugadores que están en dicho mercado. El fin ultimo es compensar la caída de ingresos de estas han sufrido en su sector primario según el regulador, (CNMC) la reducción ha alcanzado un 30% en la última década. A esta situación se une el hecho de que a punto de entrar en juego una nueva disrupción tecnológica con el 5G, las operadoras según la agencia Standard & Poor's se enfrentan al reto de monetizar y rentabilizar las inversiones que deberán efectuar y no disponen todavía de casos de uso que permitan rentabilizar dicho salto tecnológico. Frente a esa realidad, hemos visto como en el caso de Telefónica se compraban derechos audiovisuales (fútbol) que no aportan nada, ni en la durabilidad de negocio como puede ser un desarrollo digital de una aplicación ni en la rentabilidad, ya que es un negocio con una carga inflacionaria que hace que dicho negocio no sea rentable, esto ha sido puesto de manifiesto por los responsables de Vodafone y Orange.
En
un escenario tan complejo y difícil como el relatado, en Telefónica se
ha optado por implantar una política del “más por más” (más
servicios no solicitados en algunos casos por un poquito más de dinero). En
mayo del año 2015 empezó esa política de subida de precio de los servicios, en
aquel entonces, la operadora lo justificaba triplicando la velocidad de las
conexiones de Internet. Eran 5 euros más al mes que para los que pagaban
42 euros por el paquete más pequeño suponía un esfuerzo significativo. Ese era sólo el principio. Entonces
empezó una carrera por ir introduciendo más gigas de datos en las diferentes
líneas móviles; más velocidad en las conexiones de fibra en el hogar, o más
contenidos televisivos (fútbol incluido) en la oferta a cambio de entre 3 y 6
euros más mensuales. En total, desde ese 2015 se han ejecutado en torno a
una decena de subidas relevantes, más allá de algunas reestructuraciones
completas de la oferta de Fusión. Y muchas de ellas han sido ‘vendidas’
ante los analistas como avances en el objetivo por tratar de incrementar los
ingresos medios mensuales por cada uno de los contratos firmados (ARPU).
La tarifa más económica de la operadora en 2015 era Fusión TV Contigo, que incluía 100 minutos de llamadas a fijos y móviles, 500 megas con velocidad 4G en el móvil, fibra óptica y llamadas ilimitadas de fijo a fijo. El precio después de esa primera subida pasó a 47 euros. Tras la reorganización que acaba de ejecutar en este mes de abril, que implicará una nueva subida, el paquete de entrada es el llamado Fusión Cero, que tiene un precio de 58 euros, aunque lógicamente mayores prestaciones en conectividad especialmente en el lado del móvil. El último paso que ha dado en esta estrategia ha sido comunicado esta misma semana. Hasta la fecha se habían esgrimido todos los productos a su alcance para acompañar las diferentes subidas: la velocidad de la conexión, los datos móviles o el contenido. Pero aún quedaba algo que, después de años de subsidios, había sido relegado a un segundo plano: los dispositivos móviles. Movistar ofrecerá la posibilidad de comprar un móvil durante los primeros años de contrato a cambio de un desembolso obligado mínimo de 3 euros más (y hasta 36 en caso de dispositivos de alta gama). En caso de renunciar al ‘smartphone’, la subida se mantendrá. Desde Telefónica se avisa que no se trata de una subvención. La realidad es que esos 3 euros no cubrirían el coste total del móvil. Pero, según explican varios analistas, la subida lineal para todos hará que quienes no opten por adquirir el dispositivo paguen el coste del resto. Según los propios números presentados por Telefónica en sus informes anuales, en 2014, primer año en el que se desglosaba lo que se conoce en argot como ‘ARPU’, ascendía a 69,3 euros con una tasa de abandono (denominada ‘Churn’) del 1,1%, especialmente baja. Desde ese año ha ido escalando progresivamente hasta llegar a 91,4 euros en diciembre de 2020, marcado especialmente por la pandemia del coronavirus. Este incremento se ha producido pese a la fuerte presión a la baja de las tarifas, en una batalla comercial con descuentos del 50% en muchos de los rivales (y en el propio portafolio de Telefónica).
Frente
a esa realidad hemos visto como en el caso de Telefónica se compraban derechos
audiovisuales, que no aportan nada, ni en la durabilidad del
negocio ni en el desarrollo de la cuarta revolución industrial (digitalización).
Los derechos audiovisuales https://bit.ly/3wUGauA es un negocio con una carga inflacionaria que
no es rentable según manifestaron en su momento los Ceo de Vodafone y Orange https://bit.ly/3dcDJfi El 5G deberá ganar impulso, pero aún no supone
un cambio de las reglas de juego para diferenciar a los operadores. El crecimiento
impulsado por esta tecnología sigue siendo difícil de alcanzar, ya que existe
una cierta incapacidad en las operadoras para diferenciar y rentabilizar las
inversiones en 5G en medio de un número de casos de uso limitado de dicha
tecnología, según aseguran los analistas de S&P en su último informe sobre
el sector. En medio de dicha situación por la que atraviesa el
incumbente español, hoy la prensa viene con el siguiente titular, “El proxy europeo se une a ISS en contra de la
reelección de Pallete en Telefónica” https://bit.ly/32bT9dq
En la misma, los principales asesores de voto (proxy advisor) coinciden en
rechazar la reelección de José María Álvarez-Pallete en el consejo de administración
de la operadora y que se someterá a aprobación en la Junta de accionistas que
se celebrará el 23 de abril. Respecto a
las remuneraciones del consejo de administración, hay diversidad de opiniones.
Tanto ISS como Glass Lewis apuestan por dar el beneplácito a la política de
remuneraciones y al plan de “stock options” de más de 200 millones de euros.
Sin embargo, Proxinvest consideran que el pago a los consejeros no
ejecutivos es alto mientras que los salarios base de Álvarez-Pallete y de Vilá
son "excesivos". Esta situación no es nueva, ya se produjo en una
de las mayores eléctricas del mundo, Iberdrola, en el año 2019. Entonces el
proxy ISS recomendó votar en contra de la reelección de su actual presidente https://bit.ly/3dVPPsh , sin embargo, salió
reelegido. Quizás ahora, dicho directivo se encuentre más en apuros con la
instrucción del caso Tándem en la pieza 17 que menciona Iberdrola y donde se
encuentra en el centro de dicha investigación por el Ministerio Fiscal.
Los proxys advisors son entidades que prestan servicios a inversores, principalmente institucionales, de asesoramiento en relación con el ejercicio del derecho de voto derivado de la titularidad de acciones en sociedades cotizadas https://bit.ly/3dctcAM Son firmas contratadas por inversores institucionales para recomendar, a favor o en contra, sobre diversos aspectos en materia de gobierno corporativo (entre otros temas posibles), que serán tratados en distintos puntos del orden del día en las Juntas Generales de Accionistas (JGA). Su influencia real es difícil de medir, si bien puede afirmarse que sus recomendaciones son seguidas de forma significativa por los inversores institucionales. No obstante, dichos inversores cuentan cada vez más con equipos propios dedicados al análisis y decisión del voto en las juntas generales, utilizando las recomendaciones de los proxys advisors como contraste de sus propias conclusiones. Por tanto, son conocedores de lo que se mueve entre bambalinas en las compañías en las que emiten sus informes.
Para terminar el post podemos decir, que estos últimos cinco años en Telefónica no han sido fáciles, ya que opera en uno de los sectores más disruptivo que existe actualmente. Sin embargo, algunas compañías que operan en dicho sector han hecho mejor sus deberes, como pueden ser la alemana Deutsche Telekom o la francesa Orange. No obstante, el sector está a una enorme distancia de las que se mueven en el mundo digital como son los célebres GAFA, (Google (Alphabet), Apple, Facebook o Amazon). En las telecos ha faltado visión de dicha digitalización, acomodándose y haciendo la disrupción hacia sectores muy maduros donde se ha pretendido capturar los ingresos que se han perdido en el sector propio. Sin embargo, esta situación no es suficiente https://bit.ly/3dh79Jk, prueba de ello es que las casas de análisis vaticinan unas perspectivas de crecimiento de ingresos muy reducida. Los triunfadores de la digitalización no son actores que surjan de la noche a la mañana, son actores que llevan 20 años de camino invirtiendo en una progresión de, cada euro que Telefónica invierte en I+D, Alphabet invierte 20 euros, según las últimas estadísticas de la Unión Europea. Ese gap hace insalvable la reducción de dicha ventaja https://bit.ly/3wUWBag en la digitalización, más allá de las grandes afirmaciones a las que estamos acostumbrados a leer y oír a los responsables de las compañías de telecomunicaciones. Quizás nos falte un Sergei Koroliov en Telefónica, con una visión más próxima a lo que estamos inmersos con la digitalización… Quizás estemos llegando al encuentro de este por fin.
Ya lo dijo Dean Koontz: “Uno comienza a morir desde el momento en que nace. La mayoría de las personas viven negando el paciente cortejo de la muerte, hasta que, cuando ya es tarde en la vida y están sumidas en la decadencia o la enfermedad, toman conciencia de que la tienen sentada a su cabecera”.
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