El efecto Pigmalión se conoce como la influencia que una persona puede ejercer sobre otra, basada en la imagen que esta tiene de ella. Sus creencias podrán influir en el rendimiento del otro, de esta manera se buscará que sus expectativas sean ciertas y se hagan realidad con conductas que tiendan a confirmarlas. Si tratas a un hombre según lo que es, seguirá siendo lo que es, pero si lo tratáis como si ya FUERA lo que DEBE y PUEDE ser, se convertirá en ese hombre MEJOR Y MÁS GRANDE. Este efecto también se conoce con el nombre de “profecía autocumplida”, y así haremos todo lo posible para que aquello que consideramos o creemos que sucederá se haga realidad. El origen del efecto Pigmalión se remonta a la mitología griega cuando un rey de Chipre encontró serias dificultades para enamorarse de una mujer, pues ninguna le parecía perfecta a su juicio. El escultor Pigmalión, decidió realizar una escultura de marfil a la que llamaría Galatea. Tal fue el amor que este rey le profesó por su perfección, que pidió a Venus que la convirtiese en una mujer de verdad. Con este mito queda reflejado que tanto quiso creer que la escultura estaba viva que finalmente consiguió que así fuese. Si hacemos un balance de aquellas personas que han formado parte de nuestras vidas y cómo sus creencias sobre quiénes o cómo somos nos han afectado, e incluso la percepción que ellos tenían acerca de nuestras capacidades, nos daremos cuenta de que el efecto Pigmalión puede tener tanto repercusiones positivas como negativas en nosotros.
Koldo Saratxaga
Hoy un diario nacional publica la siguiente noticia, “Telefónica cierra la venta del 45% de su fibra rural a Vauban por unos 1.000 millones de euros” https://bit.ly/3PtSf2S En la misma se informa que Telefónica ya ha elegido el socio con el que llevar su fibra ultrarrápida hasta cinco millones de hogares de lo que se conoce como la España rural. La operadora ha decidido vender el 45% de Bluevia (filial que desarrollará los despliegues de fibra rural), en poblaciones pequeñas, a Vauban. El fondo gestionado por el banco francés Natixis va a pagar cerca de 1.000 millones de euros por esta participación al imponerse en la puja final a Caisse de Dépôt et Placement du Quebec (CDPQ) y Allianz. La noticia ha sido confirmada en la mañana de este lunes por la operadora española, tras la información adelantada por El Confidencial. El monto total de la operación asciende a 1.021 millones, lo que supone una valoración total de la compañía de 2.500 millones (27,1 veces el OIBDA proforma de 2022). La nueva compañía nace con el compromiso de acelerar su cobertura de fibra desde los 3,5 millones actuales a 5 millones de unidades inmobiliarias. La transacción, bautizada como Proyecto Altamira, para la que Telefónica contrató a BBVA y a AZ Capital, ha ido a parar finalmente a Vauban, que ha contado con el asesoramiento de Rothschild.
La primera cuestión importante de la noticia es que la enajenación de una parte de dicho activo supone a futuro que los beneficios serán compartidos con el comprador, lo que se hace es hipotecar los beneficios futuros por obtener liquidez en el presente. Un dato importante de la noticia es que informa el diario, Bluevia nace con un despliegue de 3,5 millones de accesos de fibra óptica, estos accesos son los primeros que sufren la enajenación de Telefónica, en todo el territorio español, en el primer trimestre del 2022 alcanzaban los 27.203.000 accesos de fibra. Este camino de venta de activos “core” de la operadora es el mismo recorrido con la filial de emplazamientos de telefonía móvil de Telxius, se empezó vendiendo un porcentaje al fondo KKR y después a Pontegadea para terminar vendiendo el 50,01% a la TowerCo, ATC, la compañía americana de gestión de torres. Ahora todos los años hay que pagar un alquiler a ATC por operar en dichos emplazamientos, que incide de forma directa sobre beneficios futuros de dicho negocio de la telefonía móvil (pan para hoy y hambre para mañana).
Otra cuestión importante de dicha enajenación es el hecho de que dichos despliegues se realizan en parte con fondos públicos, el Gobierno de España está colaborando con los operadores para llevar fibra óptica a las zonas rurales y a las menos rentables en general de todo el país. Para ello, encontramos planes de ayudas como el PEBA-NGA, y también el programa UNICO. El resultado de la adjudicación en octubre del 2021 adjudicó a Telefónica el 80% de las ayudas. Este plan es uno de los más importantes de la historia para el despliegue de fibra rural en España debido a la magnitud de las ayudas. En los dos años anteriores se habían repartido 150 millones cada año, pero para este año se habían reservado 250 millones, gracias sobre todo a los fondos europeos Next Gen https://bit.ly/3zvMoVf En concreto, Telefónica se ha hecho con 197,8 millones de euros de ayudas, mientras que el resto han ido a parar a Adamo y Avatel. Telefónica se ha hecho con 39 provincias, además de Ceuta y Melilla. En ellas, invertirá un total de 407,3 millones de euros, por lo que las ayudas “sólo” serán un 48,6% del total de la inversión. Es llamativo que un activo como este estratégico para la economía del país, por un lado, reciba dinero público y por otro sea a la vez vendido a fondos de inversión una vez recibidas las correspondientes ayudas.
Frente a esta situación de enajenación patrimonial de un activo estratégico de este país como es una parte de la red de fibra óptica, cabe preguntarse, ¿existe otro tipo de estrategia para abordar el problema que supone que la sociedad tenga acceso a la banda ancha? Obviamente sí, lo que hacen países de nuestro entorno cabecera de la Unión Europea como son Francia y Alemania, allí el Estado no pierde el control sobre dichos activos estratégicos. Con una participación minoritaria en sus operadoras de referencia, el Estado francés tiene el 23% de Orange y en Alemania el Estado tiene el 30% de Deutsche Telekom. Esta participación sirve para alinear la estrategia de la compañía dentro de un entorno de libre mercado con las necesidades del país en cuanto a desarrollo y crecimiento de la economía con el fin de que beneficie a la sociedad. En España esto no existe, aquí se ha magnificado la privatización de todo lo público, incluso de aquello que es estratégico para la ciudadanía, como son las telecomunicaciones. Telefónica es 100% privada, lo único que la protege actualmente de una OPA hostil de un oferente no deseado es el blindaje que estableció el gobierno con motivo de la pandemia del Covid-19. Sin embargo, esa acción que va en la buena dirección con respecto a la protección de los activos estratégicos como hacen los países principales de la Unión Europea, se cae cuando uno observa como dicha acción tiene una puerta falsa como es la venta parcial de los activos que son fundamentales para la prestación de dichos servicios de telecomunicaciones. En la actualidad, dicha acción viene precedida de una caída de ingresos que se viene cosechando estos últimos años por las operadoras del sector, al tener como oferta principal la conectividad y carecer de musculo en el ámbito digital como si hacen los OTTs, como son (Google, Apple, Facebook, Microsoft, etc.). Estos invierten miles de millones de euros en I+D https://bit.ly/3sCEc2o, por unos cientos de millones de las operadoras. Esto situación hace que las telecos no sean capaces de compensar la fuerte competencia del sector con nuevos ingresos que proporciona la digitalización. A este hecho, hay que unir que es un sector que consume ingentes cantidades de capital con el fin de adaptarse a las nuevas tecnologías en cuanto a despliegue de redes. Esto genera un cuello de botella, caída de ingresos que producen menos beneficios y a la vez sé necesita ingentes cantidades de capital para desarrollar nuevos despliegues con es el 5G o las redes de fibra óptica (FTTH). Si a este hecho unimos el pago de dividendo que efectuan dichas compañias, tenemos un foto preocupante ya que en algunas operadoras esto se está realizando básicamente con beneficios extraordinarios como son los que proporciona la venta de activos de la compañía.
Decía hace escasos días el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, " No vamos a hacer como los gobiernos del PP en anteriores crisis. Tenemos clara la ruta y las prioridades: gobernar para sacar adelante al país, para la mayoría social, para el interés general, siempre del lado de quienes necesitan el auxilio de los poderes públicos, aunque resultemos incómodos para los poderosos. Vamos a por todas en la defensa de las clases medias y trabajadoras. Vamos a estar con ellos y no vamos a permitir que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos pocos”. Esta defensa también comprende aquellos activos que son básicos en el desarrollo de la sociedad española, la mano silenciosa del mercado no resuelve los problemas como nos ha demostrado las crisis a lo largo de la historia. Por lo tanto, en situaciones de crisis cojo las palabras de una persona con un predicamento demostrado como es Koldo Saratxaga del video del principio, la sociedad necesita romper el individualismo que nos asola y la venta de activos que son críticos para la sociedad son una muestra de dicho individualismo. En esta realidad, las personas en la mayoría de los casos son los últimos en participar y decidir lo que sucede en sus vidas… Y en el país.
Ya lo dijo Goethe: “Pensar es fácil, actuar es difícil, y poner los pensamientos de uno mismo en acción es lo más difícil del mundo”.
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