Vivimos
un tiempo difícil, en el que los trabajadores viven procesos de cambio
permanentes dentro de las compañías. Para el directivo entender dichos procesos
de cambio es algo fundamental ya que con su lectura y comprensión puede trazar
una estrategia de éxito para salir victorioso en la consecución de los
objetivos de una compañía. Estamos habituados a ver la vida más como una serie
de hechos, que como un hecho dentro de un conjunto, y concebimos que para cada
hecho haya una explicación o causa evidente. Esto da lugar a que tengamos
explicaciones fácticas, según la RAE (fundamentado en hechos o limitado a
ellos, en oposición a lo teórico o imaginario).
A
veces como consecuencia de esta visión limitada por parte de mandos y
directivos a la hora de mirar y observar en el entorno donde se lidera (a las
personas), hay una pérdida de la perspectiva sobre la magnitud de los cambios
que se avecinan y de cómo afectan a sus colaboradores, quizás la famosa
parábola de la rana hervida es la que mejor ilustra la forma de percibir lo que
está pasando:
"Si
ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente intentará salir.
Pero si ponemos la rana en agua a la temperatura ambiente, y no la asustamos,
se queda tranquila. Cuando la temperatura se eleva de 21 a 26 grados, la rana
no hace nada, e incluso parece pasarlo bien. A medida que la temperatura
aumenta, la rana está cada vez más aturdida, y finalmente no está en
condiciones de salir de la olla.
Aunque nada se lo impide,... ¡la rana se queda allí y se cocina! ¿Por qué? Pues parece ser que su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales, por lo que no llega a percibir los cambios de temperatura."
Aunque nada se lo impide,... ¡la rana se queda allí y se cocina! ¿Por qué? Pues parece ser que su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en el medio ambiente, no para cambios lentos y graduales, por lo que no llega a percibir los cambios de temperatura."
Si lo transcribimos a la empresa de hoy, la
situación sería la siguiente: las personas no visualizan el cambio global que
se avecina, como consecuencia de la entrada constante y despacio de
pequeños cambios que ni son explicados ni compartidos por quienes los atisban. El trabajador se acomoda a esos
pequeños cambios puntuales, pero a la vez este hecho no le prepara para lo peor
del propio cambio, que es el nuevo escenario que surge del montón de pequeños
cambios que se han producido, haciendo que cuando quiera reaccionar ya no sea capaz
de adaptarse, estando en una situación incomoda, falto de compromiso y aportando lo mínimo para la compañía.
Una de las principales cuestiones que tiene que
tener claro un CEO o directivo es que sin personas no hay compañía,
no lo digo en sentido metafórico, si no en sentido real. No sirve de nada
comunicar que se cuenta con la plantilla o los equipos de personas y a la
vez tener un indicador de Clima Laboral malo, porque lo uno no casa con lo otro, es como juntar el agua y el aceite, como bien se sabe el peso específico
de cada uno es diferente y nunca se llegan a juntar.
Vengo a lo largo de los últimos 46 post haciendo
hincapié en el valor las personas, pero observo y leo en prensa e internet que
todavía hay muchas compañías que viven más "en el escaparate
hacia fuera, que haciendo vida dentro de la propia compañía, sirviendo sus
mandos y directivos a las personas que lideran", cuestión que
a la larga siempre tiene un gran coste económico para la compañía por falta de
compromiso, coste de oportunidad, baja productividad, etc.
Es pues este tiempo estival un buen momento para
pensar en las compañías si la estrategia de hacer caso omiso a las personas es
la más acertada o bien es el momento de verdad para ponerse a servir y
liderar a las personas de los equipos. Estamos en un momento
donde el capital humano marca la diferencia de cualquier compañía con respecto a sus competidores, no es lo mismo la persona que siente como suya la
compañía que la que viene para llevarse el salario por necesidad ...el
compromiso marca la diferencia.
En cualquier compañía, cuanto más se presiona, más
presiona el sistema.
Este proceso se conoce como "realimentación
compensadora". Un ejemplo del mismo en otros ámbitos sería: mayores alimentos para el
tercer mundo son compensados con una mayor tasa de natalidad. Mayor
publicidad y reducción de precio para un producto en declive, gana a corto
plazo clientes pero obliga a recortar costes en otras cosas como servicio y
calidad, con lo que se pierden los clientes al final.
La
organización autoritaria tradicional ya no sirve, su rol de administrar,
organizar y controlar va en contra del nuevo dogma que se tiene que implantar
hoy, que es la Organización Inteligente (Peter Senge), la cual está
fundamentada en la Visión, Misión y Valores. Las mejores compañías serán
aquellas que sean capaces de coordinar a las personas de la organización para
desarrollar las mejores ideas y modelos mentales que faciliten abordar los retos y dificultades que se presenten.
Por todo ello la mejora del CLIMA LABORAL
es un factor fundamental para abordar los desafíos que tiene cualquier
compañía. El mismo se debe abordar con realidad pensando que lo que se gasta
hoy en el mismo es una inversión de presente y futuro. También es justo reconocer que lograr un buen Clima Laboral cuesta
mucho, pero muy poco que sea malo, dañino y perjudicial económicamente.
Por todo ello ánimo a todos aquellos que tienen la responsabilidad
de mirar por dicho factor a que durante el verano piensen y reflexionen si pueden hacer un
poquito más por el mismo, ya que su entorno y compañía se lo agradecerán.
Ya lo dijo Lao Tzu: " Para dirigir personas camina detrás de ellas".
Felices vacaciones de verano
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