REMINGTON
era una compañía líder en el sector de las telecomunicaciones que sufrió un
profundo cambio, pasó una larga travesía por el desierto como consecuencia de estrategias
y decisiones erróneas de su equipo directivo para adaptarse al nuevo escenario
surgido con la liberalización del sector de las telecomunicaciones. Posteriormente
un nuevo equipo directivo tomo las riendas, emendo la estrategia llevada
hasta el momento, dando como resultado una compañía dominante, con gran
innovación, con partners comprometidos en su desarrollo y fundamentalmente con la participación de todos sus miembros. Esta situación terminó
demostrando a muchos escépticos que cuando se cambia de estrategia y se cierra
la puerta a la resignación, apatía, desencanto, falta de ideas, etc., como la que imperaba en Remington, se puede
triunfar en el mercado donde se compite.
Remington
operaba bajo el régimen de monopolio dentro de su país, el gobierno de turno realizó una
privatización y abrió el capital de la compañía hacía el inversor privado con
un cambio sustancial en la orientación de dicha compañía, paso de prestar un
servicio público a tener una orientación y criterio de beneficio para sus
accionistas en el eje de sus operaciones.
Al mismo tiempo que se realizaba dicha privatización,
el gobierno legisló para abrir el mercado de las telecomunicaciones buscando
con dicha apertura un escenario donde los actores compitiesen facilitando un
mayor desarrollo al sector en beneficio de los consumidores. Para vigilar dicha
competencia formalizó y dio roles de vigilante del mercado a un regulador, el
cual entre sus funciones estaba la de velar por el cumplimiento de todas aquellas
directrices que incentivaban la competencia y corregían posibles situaciones de
abuso que se pudieran producir por parte del actor dominante en el sector.
En
un principio la regulación tenía una clara asimetría en beneficio de los nuevos
entrantes hasta que se consolidaron como actores independientes con capacidad
para competir con Remington. Esto facilitó que los nuevos entrantes empezasen a
operar en aquellos negocios con mayores márgenes aprovechando la estructura y
capacidad del dominante para poder competir, para lo cual el regulador
intervenía dichos precios con una oferta mayorista hacia dichos actores
entrantes en el mercado. Esto era debido a que los mismos carecían de
infraestructura para poder prestar dichos servicios, así mismo el regulador
fijo el coste del servicio universal y lo repartió entre los diferentes actores
para cubrir el coste que le suponía a Remington prestar dicho servicio.
Este
modelo de competencia descansaba en sus orígenes en la capacidad de inversión
del principal (Remington), ya que los nuevos entrantes no disponían ni del
musculo financiero ni del know how del sector para poder invertir, con el
tiempo esta situación se revertió haciendo que los nuevos entrantes cogiesen
ambas capacidades y tuteasen al principal a la hora de competir. Mientras sucedía esto, Remington
dispuso de unos años para poder adaptar su estructura de funcionamiento al
nuevo escenario, pero se encontró con dos factores que condicionaron su
futuro, uno externo y otro interno. El externo es la influencia que
ejercieron los gobiernos de turno en el nombramiento y gestión de los
directivos en la compañía, siendo generalmente personas afines al gobierno de turno, se encontró con la dificultad política en su gestión. El
factor interno fue la influencia y poder que ejercieron los agentes sociales a la hora de
nombrar a personas que integraban la estructura de la compañía en los concursos
y promociones que se desarrollaron dentro de la compañía. Esto muchas veces
lastraba su competitividad debido
a que dichos puestos eran asumidos por personas con perfil simpatizante de las mismas, que ni tenían capacidad ni los conocimientos para el
desempeño de los mismos, ocasionando un importante impacto en su cuenta de
resultados.
Durante
el proceso de liberalización Remington fue perdiendo cuota de mercado, lo cual
obligó a la compañía a realizar ajustes de personal para equilibrar los costes
de dicha cuota con sus recursos disponibles, siendo este proceso
dinámico, a medida que la cuota de mercado decrecía se realizaba dicho ajuste. Esta situación venía respaldada por una caida constante en los ingresos de la compañía, siendo el sector además
deflacionario, los precios bajaban anualmente por debajo de la subida del IPC.
Estos
ajustes de personal produjeron una descapitalización del conocimiento en la
compañía ya que los recursos que se ajustaban en los expedientes de empleo eran
los de mayor experiencia. Para suplir las necesidades que surgieron por picos
de trabajo que tenía la compañía se recurrió a partner externos, sufriendo una caída
de calidad en la prestación de dichos servicios con respecto a la que
prestaba con personal propio. Esta acción si bien en un principio sirvió para
contener los gastos, a la larga supuso una gran dependencia de sus partner,
estos en cuanto Remington les bajo los baremos de puntuación para facturar
debido a la caída de ingresos que sufría, emprendieron una huelga que supuso
graves pérdidas de imagen, pérdida de nuevas altas, valor de marca, perdida de contratos
con administraciones, etc. Una razón que contribuyo a una mala relación
y falta de entendimiento con sus partner fue la acción de permitir una
subcontratación excesiva, lo cual producía una bajada excesiva de precios al
final de la cadena de contratación, siendo muy poco el margen que le
quedaba al trabajador que realizaba dicho trabajo. Esto fue utilizado
por diferentes organismos públicos para rechazar contratar con Remington por la
mala imagen que suponía tener una relación con una compañía que tenía una
imagen que se relacionaba con la explotación de trabajadores.
Mientras todo esto sucedía, Remington se vio
sacudida por una larga crisis económica que lastró sus ingresos de forma
reiterativa durante varios años, frente a esta situación en vez de cambiar de
estrategia y volcarse principalmente de mejorar el Clima Laboral para que
el nivel de implicación y compromiso de sus trabajadores fuera lo mayor
posible, huyo de mejorar dicho indicador en parte por impotencia y
dificultad al no ser capaces de alcanzar los retos que se fijaban así como por
falta de conocimiento en dicha materia por parte de mandos y directivos. Esta
actitud se tradujo en un abandono de la implicación por parte de los
trabajadores en el destino de la compañía, los cuales al percibir que no eran
lo más importante para conseguir los objetivos, pasaron a una situación
de burnout (ansiedad, falta de energía, estrés, etc.), en donde la regla
principal era "hacer lo mínimo sin que te llamen la atención". La
estructura de mando ante dicha situación recurrió a endurecer el liderazgo que
se ejercía dentro de la compañía buscando aumentar los ingresos, esto se
tradujo en graves problemas en su área de comercial, produciéndose graves daños
psicosociales en la plantilla a través de encuestas de riesgo que se hicieron.
Por otro lado para poder mantener la rentabilidad
la compañía trazó una estrategia centrada en recortar gastos dentro de todas las áreas, esto afecto gravemente a áreas críticas de la compañía como por
ejemplo, la formación, lo cual derivó en una mala preparación de
los trabajadores para poder competir en los nuevos escenarios que surgieron por
el desarrollo del sector. Mientras todo esto sucedía el mensaje que se
trasladaba desde la dirección era irreal con lo que estaba sucediendo, la euforia que se transmitía no se correspondía con los parámetros y
cifras en las que se movía la compañía, por ejemplo: número de clientes, ingresos,
etc.
El nuevo equipo directivo asumió dos cambios fundamentales en la estrategia de
la compañía, el primero fue el volcarse en mejorar el Clima Laboral y el
segundo fue aplicar un liderazgo de servicio hacia los trabajadores dentro de
la compañía. A la vez que se tomaban las medidas anteriormente descritas, se
cambió el planteamiento de orientación al cliente que se tenía, se pasó de un
marco teórico sin aplicación real que se pregonaba por sus directivos a uno
real que aplicaba cada uno de los empleados que interaccionaba con un
cliente. Las compañías no fallan en las intenciones a la hora de
orientarse al cliente, no existe ninguna compañía que diga “a nosotros los
clientes no nos importan”. Todo lo contrario, las compañías crean
lemas, mensajes, principios, valores, y los presentan de las formas más
atractivas para que los empleados los lean y los tengan en cuenta. Sin embargo,
a pesar de todo esto, existe una enorme
brecha entre las aspiraciones de la marca y la realidad de la experiencia que
se entrega y que es percibida por el cliente. Los
empleados son finalmente quienes entregan la experiencia o gestionan procesos
que impactan de manera directa e indirecta en el cliente. Las organizaciones
centradas en el cliente de forma real, cuentan con personas comprometidas con
este objetivo, pero además, estas personas son lideradas, medidas
y recompensadas en función de su contribución a la experiencia del cliente. En
último término “la
gente hace aquello por lo que le pagas, no por lo que le dices”, y las
organizaciones deben saber cómo alinear la motivación de sus empleados con los
objetivos del negocio. La verdadera orientación al cliente no puede
quedarse únicamente en buenas intenciones, es una estrategia de negocio que
debe estar presente en todas y cada una de las decisiones de la organización,
poniendo al cliente como centro de la estrategia, con la colaboración y
entrega de cada uno de los empleados de la organización. Para ello el Clima
Laboral es esencial, ya que es la palanca que proporciona compromiso,
implicación y sentido de empresa a cualquier persona dentro de una organización
que compite en un mercado.
Así pues, no se trata sólo de gestionar intangibles
(aunque obviamente son una parte de la ecuación), sino de estudiar,
identificar y comprender los puntos de interacción con el cliente (los
denominados touchpoints), se debe rediseñar y mejorar el servicio para
que éste sea lo más eficiente posible, relevante y adaptado a las
necesidades del mismo con la implicación de los empleados en dichos
cambios manteniendo y aumentando las actividades que realmente aportan valor
al mismo. Para el diseño de servicios es básico hablar con el cliente,
estudiarlo, preguntarle, observarlo, entender cómo se relaciona con el resto de
actores del servicio… en definitiva, ponernos en sus zapatos y conseguir una
sensación de co-propiedad del servicio que estamos diseñando (porque no
olvidemos, que el poder es del cliente, y como tal se le debe reconocer).Todo
esto no se puede realizar sin el compromiso de las personas que están en
primera línea con el mismo, para lo cual su nivel de implicación y compromiso
con la empresa debe de ser total.
Así pues el programa de Clima Laboral se retomó
fijando baremos ligados a incentivos de los directivos y fuera convenio en una
proporción sustancial, llegaban a alcanzar el 50% de su retribución
variable, con ello se pretendía favorecer el compromiso de sus directivos
para facilitar al máximo la implicación y desempeño de los trabajadores
favoreciendo entornos laborables lo más saludables posibles. Aquellas
personas que carecían de conocimientos y capacidades en dicha área se les formo
y preparó para dicho reto, favoreciendo la transversalidad y el know how de
áreas con indicadores buenos sobre aquellas que no disponían de los
mismos. Aquellos directivos que no alcanzaban reiteradamente los objetivos eran
relevados de su responsabilidad. Se abordaron muchos procesos de mejora en el ámbito
laboral (procesos higiénicos) como por ejemplo: mejora de instalaciones,
mobiliario, etc. Pero sobre todo donde se puso el acento fue en los procesos
motivacionales, aquellos que hacían que las personas de la organización
sufrieran desmotivación, como por ejemplo, el liderazgo, la los procesos
selectivos dentro de la compañía, la iniciativa, la creatividad, etc.
Otro
aspecto, el liderazgo, fue abordado desde diferente óptica de cómo estaba siendo
tratado. Existe una gran diferencia entre los auténticos líderes
basados en los principios y los que sólo están por su posición (nombramientos
discrecionales). Los líderes de posición creen que lo saben todo y construyen
su valor en mostrar su “conocimiento” a otros. Los líderes centrados
en principios son personas que entienden que a medida que crece su campo de
actuación también crece su nivel de ignorancia. Por ello cuando
exploran con sus colaboradores el terreno de trabajo se dan cuenta del enorme
territorio que tienen por aprender. El líder auténtico está centrado en
principios, se forma, indaga, tiene pasión por el
conocimiento y la sabiduría, toma clases, asiste a charlas, escucha a
otros y tiene una gran predisposición por aumentar sus límites de conocimiento
en terreno desconocido. El líder con principios es una persona que no reacciona
negativamente a los comportamientos equivocados de sus colaboradores, no
critica la debilidad, por el contrario, aprovecha dichas experiencias
para ayudar a su equipo a crecer al siguiente nivel, son personas positivas que
aprovechan las dificultades para sacar las experiencias positivas, apartando
todo lo negativo que pueda surgir, incluso a las personas negativas. Por todo
ello el líder entiende que las fortalezas y las debilidades en un equipo se
complementan. Para lograr este estado el líder desarrolla una excelente
comunicación en el equipo. Se centra fundamentalmente en obtener la sinergia
del equipo, los dos pilares de la sinergia son la comunicación y la
cooperación. El líder basado en principios, escucha, reflexiona,
responde y coopera. Este tipo de liderazgo era totalmente opuesto al
que existía en Remington durante el periodo de crisis que vivió, su liderazgo
estaba basado en el ordeno y mando, era un liderazgo autoritario, en muchas
ocasiones discrecional, los líderes eran puestos por confianza no por
capacitación y aptitud. Este problema de liderazgo al mejorarse sirvió para que
otros intangibles que permanecían ocultos en la compañía, afloraran con gran
impacto en su cuenta de resultados, como por ejemplo; la iniciativa, la pasión
por el trabajo que se realiza y la creatividad como fuente de ingresos por
mejoras que se proponen por las personas que hacen su trabajo.
El nuevo equipo directivo consiguió cambiar el futuro de dicha compañía con propuestas audaces y trabajo intenso, aparte de las dos medidas anteriormente descritas abordo otra serie de cambios, algunos fueron los siguientes:
- Política de contratación justa, los partner pasaron de ser meros contratistas a socios del negocio, para lo cual se dejó de descremar los niveles retributivos de las personas que realizaban dichos trabajos. Haciendo que las retribuciones que percibían los técnicos fueran justas, no se podía contratar con Remington si no se disponía de recursos propios, (personas, medios materiales, etc.).
- Se cambió la política de crecimiento y desarrollo de los recursos humanos, haciéndola más transparente a todas las personas que participaban en dichos concursos, estableciéndose tribunales formados por personas ajenas al área que solicitaba dichos recursos y libres de interferencias sindicales con el fin de garantizar la imparcialidad de dichos procesos.
- Se establecieron metas y objetivos en todas las áreas de la compañía que fueran alcanzables, los objetivos e incentivos se establecían por un comité con participación de todas las áreas implicadas, donde se explicaba el porqué de dichos indicadores con el fin de que los mismos fueran asumidos por todos como propios, los trabajadores dejaron de hacer las cosas sin saber cómo contribuían a dichos objetivos.
- Se estableció un “data mining” sobre las capacidades y conocimiento de la plantilla. Con ello se obtuvo información relevante para planificar y cubrir todo tipo de carencia que surgiera en la compañía, puestos de trabajo nuevos, formación a impartir dentro de la misma, este se actualizaba periódicamente para cubrir las necesidades que fueron surgiendo en el programa que estableció la compañía. Con ello se obtuvo un ROI (retorno a la inversión) superior al que había anteriormente, ya que muchos de los puestos de nueva necesidad se cubrieron con personal propio que disponía de dicha capacidad. Esto fue un gran incentivo para mejorar el Clima Laboral ya que significo para todos los trabajadores oportunidades de crecimiento.
La lección de cambio que
aporto Remington Telecom sirvió para cubrir las expectativas y demandas de los
grupos de interés (stakeholders) así como la integración de los mismos en la
estrategia de la empresa, de tal forma
que todo el mundo remó en la dirección fijada por su equipo directivo.
Ya lo dijo Nassin Taleb: “Aquellos que toman decisiones en
la economía y en el mercado deben jugarse la piel en ello y ser responsables de
la falta de sus equivocaciones, no meros
espectadores.”
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