miércoles, 11 de enero de 2017

ECONOMÍA CIRCULAR Y SU APOYO EN LA DIGITALIZACIÓN




En 2005, la navegante británica Ellen McArthur (Whatstandwell, Reino Unido, 1976) se embarca en un reto personal: batir el récord de vuelta al mundo en solitario sin escalas ni asistencia. McArthur superó el reto y la propia experiencia le sirvió para reflexionar sobre la finitud de los recursos. Según sus propias palabras, “es difícil de explicar, pero tu forma de pensar cambia completamente cuando el barco es tu mundo y todo lo que llevas encima es lo que cargaste en el puerto”. La navegante también remarcaba: “Hay que gestionar y aprovechar hasta las últimas migajas de la comida. Ninguna experiencia en mi vida podría haberme explicado de forma tan clara el concepto de finito: lo que tenemos ahí fuera es lo que tenemos, no hay más”. A raíz de ese hito personal, Ellen McArthur investigó cómo podía promover cambios en la economía actual y creó el concepto de “economía circular”. La "economía lineal" (producir-usar-tirar) debía evolucionar hacia un modelo circular (cerrando el ciclo de vida de los productos).
Aunque la idea de imitar los flujos de la naturaleza y "el ciclo de vida de los productos" lleva dando vueltas desde los años sesenta, impulsada entre otros por el economista británico Kenneth Boulding y por el arquitecto suizo Walter Stahel promoviendo "la desmaterialización de la economía". El término "economía circular" se utilizó por primera vez en la literatura occidental en 1980 (Pearce y Turner 1990) para describir un sistema cerrado de las interacciones entre economía y medio ambiente. Un resultado importante de este es la idea de optimizar sistemas más que componentes, o la idea de “diseño a medida”. En los años noventa, el también arquitecto norteamericano William McDonough y el químico alemán Michael Braungart, le dan una vuelta de tuerca a la idea con un nuevo concepto Cradle to Cradle” que propone un cambio radical en los modelos de diseño y producción. Con el  “Cradle to Cradle” todo vuelve a su origen en un ciclo incesante. Ésa es la idea matriz del concepto "De la Cuna a la Cuna" de McDonough y Braungart. Todos los componentes de los productos se dividen en dos grupos: nutrientes biológicos y nutrientes técnicos. Los primeros son "biodegradables" y se pueden reintroducir total o parcialmente en la naturaleza a través de procesos como el compostaje, la digestión anaeróbica o la extracción de bioquímicos. Los nutrientes técnicos, en cambio, se diseñan para ser reciclados y reutilizados, de modo que puedan ensamblarse y desmontarse fácilmente para producir nuevos materiales, es la “economía circular”.

La “economía circular” es un concepto económico que se corresponde con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se conserve en el ciclo económico durante el mayor tiempo posible, y que se aminore al mínimo la generación de residuos de dicho proceso económico. El ser humano ha vivido durante décadas en una economía de “tomar, hacer y desechar”, o conocida con el nombre de “economía lineal”.  El sistema lineal de nuestra economía (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites. Se empieza a vislumbrar, en efecto, el agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. Por lo tanto, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los stocks y los flujos de materiales, energía y residuos y su objetivo es la eficiencia del uso de los recursos. La humanidad además ya sufre en carne propia un cambio climático generado por dichas acciones productivas, el cual en su agravamiento ya se predicen consecuencias de un enorme impacto económico para las próximas décadas.  Esta situación ha forzado a romper el mito o la comodidad asumida hasta hace no mucho tiempo de que dicha situación no se podía cambiar, siendo esta afirmación errónea, existen otras fuentes de producción menos agresivas con la naturaleza, que permiten reusar, reciclar y reducir, que permiten pensar en cero basura, que permiten integrarnos a ciclos  de producción cerrados, a economías circulares. Con la "economía circular" se pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento, o lo que es lo mismo, generen cero residuos. Para ello, desde su creación o diseño se tienen en cuenta  su adaptación, la toxicidad de los materiales con los que están elaborados y la forma en que realmente pueden ser reciclados, velando por una mayor eficiencia del producto que se va a desarrollar y su impacto final, obligándonos como productores y consumidores a pensar en las consecuencias que generan los procesos limpios y los consumos sostenibles. El emblema o filosofía que utiliza dicha "economía circular" es, “cerrar el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.


Una Europa que utilice eficazmente los recursos, es una de las siete iniciativas emblemáticas que forman parte de la Estrategia Europa 2020 que fue presentada en el año 2010 por la Comisión Europea. Las siete iniciativas son http://bit.ly/1Q3mIVb:
  • CRECIMIENTO INTELIGENTE

  1. Una agenda digital para Europa
  2. Unión por la innovación
  3. Juventud en movimiento

  • CRECIMIENTO SOSTENIBLE

  1. Una Europa que utilice eficazmente los recursos
  2. Una política industrial para la era de la mundialización

  • CRECIMIENTO INTEGRADOR

  1. Una agenda de nuevas cualificaciones y empleos
  2. Plataforma europea contra la pobreza
La número 4 recoge precisamente esa "economía circular" que pretende generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Con el desarrollo de este tipo de economía se debería ayudar a disminuir el uso de los recursos, a reducir la producción de residuos y a limitar el consumo de energía. La nueva orientación del modelo productivo que trae esta nueva economía emergente (incluidas las del ámbito de la economía social), traerán grandes beneficios ambientales, creación de empleo y sobre todo nuevas tecnologías que harán más fácil y eficiente dicho desarrollo. Esto permitirá obtener a los países que aborden este cambio económico una ventaja competitiva uniforme en el conjunto del territorio, lo cual les permitirá afrontar mejor el contexto de globalización en el que se encuentran inmersos actualmente.
                                 Sectores afectados por la "economía circular"
 
Las principales características de la "economía circular" son:
  • Diseñar sin desechos. Los residuos no existen cuando los componentes biológicos y técnicos (o “materiales”) de un producto se diseñan con el fin de adaptarse dentro de un ciclo de materiales biológicos o técnicos, y se diseñan para el desmontaje y la readaptación. Los materiales biológicos no son tóxicos y pueden compostarse fácilmente. Los materiales técnicos –polímeros, aleaciones y otros materiales artificiales– están diseñados para volver a utilizarse con una mínima energía y la máxima retención de la calidad .El reciclaje, tal como se entiende habitualmente, provoca una reducción de la calidad y vuelve al proceso como materia prima en bruto
  • Aumentar la resiliencia por medio de la diversidad. Los sistemas diversos con muchas conexiones y escalas son más resilientes a los impactos externos que los sistemas construidos simplemente para maximizar la eficiencia y el rendimiento.
  • Uso de energía renovable. Los sistemas deberían tratar de funcionar fundamentalmente a partir de energía renovable, lo que sería posible por los valores reducidos de energía que precisa una "economía circular".
  • Pensar de forma holística. La capacidad de comprender cómo influyen entre sí las partes dentro de un todo y la relación del todo con las partes resulta fundamental. Los elementos se consideran en relación con sus contextos medioambientales y sociales. El pensamiento de forma holística se refiere normalmente a la inmensa mayoría de los sistemas del mundo real: no son lineales, tienen una gran retroalimentación y son interdependientes.
  • Pensar en cascada. Para los materiales biológicos la esencia de la creación de valor consiste en la oportunidad de extraer valor adicional de productos y materiales mediante su paso en cascada por otras aplicaciones.


Para la "economía circular" el proceso de “digitalización” es la palanca más potente que ha irrumpido en este cambio económico para garantizar un crecimiento más rentable y duradero, aunque no exento de aspectos controvertidos y, probablemente, de riesgos. Según las estimaciones de la consultora Accenture, el crecimiento sería de 1,36 billones de dólares hasta 2020 solo en las 10 primeras economías del mundo. La “digitalización” en su estadio actual, impulsada por el abaratamiento y el incremento de la capacidad de computación de los ordenadores, que crece exponencialmente cumpliendo la famosa predicción formulada por el fundador de Intel Gordon E. Moore en 1965, según la cual “el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas”... esta regla ha llegado a nuestros días. Con ello las organizaciones empresariales e individuos pueden tratar de forma distribuida cantidades masivas de datos en los procesos productivos que se ejecutan dentro de las compañías. Este cambio tecnológico y de producción podría tener profundas implicaciones económicas y sociales con carácter global como son las siguientes:  
  1. En primer lugar, se reducen significativamente las barreras de entrada para aquellas compañías que quieran irrumpir en un mercado, colocando a industrias enteras ante el riesgo de la temida “disrupción digital”. Y ello en sectores en los que, hasta hace poco, la competencia estaba limitada a un número reducido de empresas que se beneficiaban de las economías de escala originadas por sus inversiones iniciales y de la cercanía física de sus redes de distribución a los consumidores.  
  2. El contraste paradójico con lo antes indicado, la disrupción digital favorece la aparición de algunos “ganadores absolutos” que se hacen con todo o casi todo el mercado, un ejemplo de lo mismo lo vemos como la publicidad online, donde Google y Facebook acaparan más del 60% de la publicidad online a nivel mundial, unos 40.000 millones de dólares en el año 2015.  
  3. La digitalización puede contribuir a acelerar la concentración de la renta hacia el capital, fenómeno habitualmente asociado al incremento de la desigualdad, lo que a su vez, suele estar relacionado con una mayor inestabilidad social y política. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la participación del trabajo en la renta nacional de las 30 economías más avanzadas del mundo se redujo desde el 66,1% en 1990, al 61,7% en 2009, observándose la caída en 26 de los países considerados. Aunque para autores como Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee no dudan en asociarlo al desacoplamiento de la productividad y el empleo observado en la economía digital.



La "economía circular" ha desarrollado parcelas dentro de las compañías donde se ha instaurado una elevada productividad como es la logística. Las empresas más productivas disfrutan de una relación especial con unos pocos proveedores y clientes. Los directivos de Honda, por ejemplo, hablan de “superproveedores”, un pequeño grupo de empresas con las que la firma ha desarrollado una relación específica. Para los proveedores del sector de la automoción, Toyota está considerado como el mejor cliente, por diversos motivos: hace más fácil una ejecución impecable, nunca da por hecho que los problemas sólo son errores del proveedor, está dispuesto a enviar expertos para ayudar a solucionar problemas y realizará los cambios necesarios en la gestión para facilitar una ejecución excelente por parte de los proveedores. Toyota ha pasado de un modelo de “conformidad” a un modelo de colaboración. Proporciona a los proveedores más información, realiza menos cambios y sus diseños funcionan con menos modificaciones. Por supuesto, el nivel de colaboración varía de un proveedor a otro, pero los nuevos proveedores de Toyota normalmente se sorprenden por la franqueza con la que se les trata y la ayuda que se les proporciona. Muchas empresas trabajan ya con modelos de “economía circular” y encuentran en ella su ventaja competitiva, ya sea fabricando calzado totalmente desmontable y reciclable, generando ingresos a partir de la valorización de subproductos en el sector del automóvil o fundamentando sus modelos de negocio sobre plataformas colaborativas cliente-proveedor que rivalizan en valoración con las más importantes empresas de su sector. La combinación del diseño para la eficiencia, la digitalización, el impulso de la economía compartida y la recuperación de recursos podrían aportar a la economía mundial algo más de cuatro billones y medio de dólares en 2030, cuatro veces el tamaño de la economía española.
Así pues la “economía circular” contribuirá a la generación de una mayor riqueza y a instalar en nuestro cerebro una consciencia que permita cambiar nuestra visión y compromiso con un mundo de recursos finitos. Para el año 2050 nuestro planeta contará con unos 9.000 millones de personas, este desarrollo de la "economía circular" ofrecerá muchas oportunidades de negocios para compañías que puedan ofrecer productos y servicios que satisfagan las necesidades crecientes de una población en constante aumento dentro de las limitaciones de los recursos naturales. La clave para el éxito futuro será encontrar oportunidades de crecimiento que tengan un equilibrio económico, social y ambiental, y para ello la "digitalización" jugará un papel central en la meta fijada.
 


Ya lo dijo Jeremy Rifkin: “El mundo tal y como lo conocemos ahora va a desaparecer. Ya no se entiende un sistema económico que no tenga en consideración la sostenibilidad”.
                                 

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