Hunosa se creó
oficialmente por decreto de la Presidencia del Gobierno el 9 de marzo de 1967.
A partir de esa fecha se fijaron tres meses para su constitución, lo cual se
hizo el 14 de julio de 1967, por escritura pública, ante el notario de Madrid
Luis Sierra Bermejo. Corría el año 1966 cuando las productoras privadas de
hulla, Duro Felguera, Fábrica de Mieres, Industrial Asturiana Santa Bárbara y
Hullera Española, acordaron ceder su propiedad al Estado a cambio de
importantes cantidades de recursos económicos. La solución final para la
constitución de dicha empresa fue impuesta por decreto. A las empresas antes
citadas, se sumaban Carbones Asturianos y Nueva Montaña Quijano. Se establecía
que el capital social inicial sería de 3.600 millones de pesetas, de los cuales
el Estado español aportaría 2.600 millones, a través del Instituto Nacional de
Industria, y el resto, en especie, por las empresas hulleras asturianas que se
integraban en Hunosa. En su exposición de motivos, el decreto decía que se
fundaba para asegurar el abastecimiento de energía y utilizar más racionalmente
los recursos nacionales, a la par que se creaban rentas industriales y se
redistribuían la riqueza favoreciendo a Asturias. Las empresas mineras sumaban
una plantilla de 20.017 trabajadores y una producción de 3.145.140 toneladas.
El sector era, por tanto, un auténtico motor del desarrollo económico de la
región. Entre los años 1967 y 1970 se fueron sucediendo una serie de
integraciones de empresas hasta alcanzar un total de 18, y cuyo proceso culminó
el 1 de enero de 1970. A principios de ese año, las pérdidas acumuladas de la
empresa ya superaban su capital social. Y las pérdidas siguieron marcando la
actividad de la hullera. En 1975, Hunosa con capital 100% del INI, registraba
una producción de 4.190.000 toneladas y unas pérdidas de 6.479 millones
de pesetas. Hunosa, que
llegó a ser la mayor empleadora de Asturias junto con la entonces Ensidesa
(hoy ArcelorMittal), llegó a tener una plantilla de casi 28.000 trabajadores.
En Alemania hay unas
750 empresas con consejos de vigilancia de acuerdo con la Ley de Cogestión y
unas 50 empresas con consejo de vigilancia de acuerdo con la Ley de Cogestión
en la Industria del Carbón y el Acero. La cogestión
empresarial ha sido y es una pieza importante de la cultura laboral en Alemania. Los
expertos en relaciones laborales destacan que la canciller Merkel ha
contribuido decisivamente a que exista dicha paz social en las empresas y en la
administración pública en Alemania. Tanto es así que cuando en 2006 se celebró el
30 aniversario de la Ley de Cogestión la canciller Angela Merkel afirmó: “la cogestión es una ventaja y no es una
desventaja competitiva de Alemania y un componente imprescindible de la
economía social de mercado.”
La palabra cogestión es la transposición al castellano del vocablo
alemán "Mitbestimmung" que significa co-decisión. El concepto de la cogestión fue implantado por el Mariscal Joseph Brozovich Tito
en la República Federal Socialista de Yugoeslavia, como parte de la “vía
yugoeslava al socialismo”, en el que las empresas industriales estaban
dirigidas por órganos colegiados integrados por los delegados de las "Oour", que eran las
organizaciones de base de los trabajadores. La cogestión no es la participación de los trabajadores en la
distribución del trabajo y las acciones empresariales, la cogestión es la intervención conjunta de empresarios y
trabajadores en la adopción de las decisiones de gobierno y administración de
las empresas capitalistas.
La cogestión sindical "Mitbestimmung" esta basada en el modelo de economía de mercado social en el que
empresas y sindicatos comparten responsabilidades. En Renania esta cogestión consiste en que los empleados deben, por ley, estar
representados en los órganos de gobierno de las empresas, tanto públicas como
privadas, que tengan más de 500 empleados. El modelo también funciona en países
como Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Holanda, Suecia o
Noruega. En Alemania ciertas compañías tienen un gobierno tripartito
formado por empresarios, trabajadores y representantes de la autoridad federal.
En otras la cogestión está atenuada y sólo admite la presencia
minoritaria de los trabajadores. La experiencia alemana surgió de la
postguerra, cuando los ingleses asumieron el control de las industrias del carbón y
del acero del Ruhr, que habían sido los principales sustentos
económicos del nazismo, y las democratizaron con la participación de una
representación obrera en los organismos de decisión. Fue el canciller socialdemócrata
Willy Brandt, cuando ejercía la jefatura del gobierno en 1972, cuando institucionalizó
el "Mitbestimmung en los
estatutos de las fábricas, o sea la práctica de la codecisión de los
trabajadores en los Consejos de Administración.
Mientras que en las empresas
españolas la toma de decisiones recae en un solo órgano (Consejo de
Administración), en las grandes empresas alemanas el Consejo de
Administración convive con un Consejo de Vigilancia o Supervisor que
participa en la gestión. En este sistema dual, entre las funciones del órgano
de supervisión se encuentra nombrar, controlar
y asesorar a la junta directiva en aquellos movimientos
estratégicos o en decisiones que puedan afectar al desarrollo del negocio. Este órgano de
supervisión está formado por una mezcla de representantes de los accionistas y
de los trabajadores. La ley alemana establece además que en las grandes
empresas en este órgano de supervisión estén representados los empleados, una
premisa que normalmente se cumple mediante representantes de los sindicatos.
Bajo el concepto de "Mitbestimmung",
se engloba la
legislación de codeterminación en Alemania que establece que en las empresas de
más de 500 empleados, deben estar representados en su consejo de supervisión.
Si la compañía tiene
entre 500 y 2.000 trabajadores la representación de estos debe ser de un tercio
y si supera esta cifra debe ser de la mitad del consejo de vigilancia http://bit.ly/2hadPKQ. En el caso de
estas últimas empresas con más de 2.000 trabajadores, el presidente del
consejo de vigilancia -que casi siempre es un representante de los accionistas-
tiene un voto de calidad en la toma de decisiones en caso de empate en el
Consejo. El presidente del Consejo de Vigilancia
coordina el trabajo de este órgano cuyos miembros son elegidos por los
accionistas en la junta general de accionistas. Volkswagen por
ejemplo tiene un Consejo de Vigilancia que está compuesto por 20
miembros, de los que la mitad de ellos son accionistas. Destaca la presencia
del estado de Baja Sajonia que tiene derecho a nombrar a dos de
estos representantes de los accionistas ya que le corresponden unos derechos de
voto por el 20% del capital. La otra mitad del organismo está formado por
representantes de los trabajadores. De estos, siete son empleados de la
propia empresa elegidos por los propios trabajadores y otros tres son
representantes de los sindicatos. Además de las reuniones del organismo
al completo, existen cuatro comités para llevar a cabo funciones concretas: Comité Ejecutivo,
Comité de Nombramientos, Comité de Mediación y Comité de Auditoría. El
primero de ellos está compuesto por seis miembros con tres accionistas y tres
trabajadores. En la comisión de nombramientos únicamente están presentes los
representantes de los accionistas, mientras que en las dos comisiones restantes
figuran dos representantes de los trabajadores y dos de los accionistas.
Sin embargo, en el resto de
Europa según informes publicados por la Comisión Europea se evidencia
que la afiliación sindical ha ido perdiendo peso en toda Europa a lo
largo de los últimos veinte años y con especial fuerza desde el inicio de la
crisis en 2007, en España en concreto se perdieron unos 500.000 afiliados
a dichas organizaciones sindicales desde el comienzo de la crisis. La
situación de las organizaciones sindicales españolas es completamente diferente
a la que juegan los sindicatos de países como Alemania o los países
escandinavos donde existen sistemas de protección “Ghent”, http://bit.ly/1IB6dZY. Los
casos de corrupción en los que se han visto salpicadas dichas organizaciones
han acelerado un declive de las mismas, por ejemplo: las tarjetas black en
Caja Madrid, los ERE y los cursos de formación en Andalucía o el hecho de que
el histórico dirigente minero Fernández Villa ex trabajador de Hunosa, se
acogiese a la amnistía fiscal de Montoro. Los expertos señalan que
no todos los modelos sindicales padecen la crisis como en los países
mediterráneos, un ejemplo que señala la Comisión Europea como modélico es el de los
países escandinavos, donde el mismo continúa en constante auge y
crecimiento. Para la Comisión
Europea es necesaria una transformación para que los sindicatos españoles sean
más independientes y transparentes. Una diferencia fundamental
entre los dos modelos sindicales es el tema de la
financiación, los sindicatos escandinavos son “sindicatos de
servicios”, lo que implican que se financian a través de
esas asistencias o actuaciones (que no son solo jurídicas) y
de las cuotas a sus afiliados. Por ejemplo cuando un niño nace en Dinamarca
se le afilia a un sindicato, porque solo así podrá tener acceso a clubes
deportivos, a campamentos, cursos y a todo tipo de servicios que irán
aumentando cuando crezca y por los que el sindicato irá recibiendo fondos e
implicándose más en el día a día de su sociedad. En Dinamarca, la
afiliación ronda el 80%. Este modelo sindical nórdico dota a los
sindicatos de una mayor legitimidad (ya que la misma se
sustenta no tanto en unas elecciones sindicales, que también, sino que
tienen en la afiliación una base sólida para legitimar más todavía su
representación, todo lo contrario de lo que sucede en España donde la
afiliación es de aproximadamente un 15%). En España los
sindicatos padecen una gran dependencia de los fondos públicos, ya sea vía
Presupuestos Generales del Estado (PGE) o vía subvenciones, lo cual les límita
totalmente a la hora de gozar de una independencia, maxime cuando sus gastos
están muy por encima de las posiblidadades de los mismos.
Un problema grave que se detecta en el modelo sindical
español y que tiene unas consecuencias económicas considerables, es que, si
bien la cogestión no existe de forma legal por ley, como existe en los modelos
de países nórdicos o Alemania, en España se ha producido una cogestión
encubierta a través de la colonización de los cuadros de mando en las compañías por parte de los sindicalistas.
Esto ha tenido dos tipos de consecuencias, unas para las compañías y otra para
las organizaciones sindicales. Para las compañías se ha producido una caída en
los ratios de gestión o kpi´s, esto ha sido motivado por un desempeño y
aportación menor de lo posible que si se
hubiese escogido a otras personas que si disponían de dichos conocimientos.
Pero esta no es quizás la consecuencia peor con ser importante, lo peor es que
este tipo de acciones ha contribuido que el Clima Laboral haya empeorado sustancialmente
al comprobar los empleados los métodos y formas que se establecían en la toma
de decisiones por parte de los directivos en las compañías. Este tema como
señalan los expertos y que ha sido estudiado por la Universidad de Sheffield es
fundamental para el buen devenir de una compañía, un buen Clima Laboral genera
un 18% más de productividad y unos beneficios superiores en un 19%. A esto hay que
añadir los costes de intangibles que se ven dañados como la creatividad,
innovación, iniciativa, etc., que son machacados con este tipo de actuaciones y
que son los que garantizan la supervivencia de las compañías a largo plazo. No
hay que olvidar... que dichos intangibles los atesoran LAS PERSONAS.
A las organizaciones sindicales este tipo de actuación o cogestión
encubierta le ha supuesto en algunos aspectos un descrédito total
cuando dichas organizaciones participan en las promociones laborales. Cuando priman a unos trabajadores (afiliados) con
respecto a otros que no lo son, con un criterio (el de estar afiliado), es cuanto
menos discutible. Este tipo de acciones unidas a una excesiva burocratización y la
ausencia de conciencia de clase de dichas organizaciones sociales ha
hecho que en el barómetro del (CIS) Centro de Investigaciones
Sociológicas del 2015 reflejase que las instituciones que más confianza
inspiraban a la sociedad española eran la Guardia Civil con una
puntuación de 6,02 sobre diez. Justo detrás se sitúa la Policía, con
5,95 puntos, y las Fuerzas Armadas, con 5,51. Por el contrario, al
final de la tabla y con la peor puntuación se sitúan los partidos políticos
(2,23), sindicatos (2,61), el Gobierno (2,77) y el Parlamento (2,83). http://bit.ly/1S04O3v
Para terminar este post quiro recordar el caso de Hunosa
por ser emblemático por su excesiva politización en la gestión empresarial. Si
bien el sector del carbón es un sector en retroceso por las nuevas tecnologías
de las energías limpias (eolica, solar, geotérmica, etc.), no es menos cierto que
dicha forma de gestión contribuyo a que la sociedad asturiana y en particular
las comarcas mineras no aprovechasen las sinergias posibles de los recursos
económicos que se destinaron para convertir el modelo económico único basado en
el carbon a una economia diversificada a otros sectores. Hay que recordar los 24.000 millones de euros en ayudas y subvenciones que
se gastaron en cuatro planes específicos desde 1990 http://bit.ly/2xf6Eds
. Según
datos del año 2015, la minería española perdió más de 47.000 empleos en los
últimos 30 años. En 1985 el sector del carbón en España tenía 50.835 trabajadores y 221
empresas, cifras que descendieron hasta los 3.279 operarios y 15
compañías http://bit.ly/1JjygvC , la plantilla del Grupo Hunosa en
ese año 2015 era de 1.407 personas. Bruselas ha
impuesto la eliminación por completo del régimen de subvenciones a dicho sector
a partir del año 2018, que será cuando definitivamente dicho sector quede
reducido prácticamente a testimonial.
Ya lo dijo Peter Drucker: “Nadie
debería ser nombrado para una posición directiva si su visión se enfoca sobre
las debilidades, en vez de sobre las fortalezas de las personas”.
Telefonica+UGT= infinitos eres.
ResponderEliminarBueno, ahora que los sindicatos han demostrado capacidad para gestionar empresas va siendo hora de que las creen para ayudar a dar empleo a tanto desempleado como hay.
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