martes, 15 de diciembre de 2020

HASTA QUE LLEGÓ SU HORA... TELEFÓNICA

 

Alexandre Deulofeu formuló la Teoría de la Matemática de la historia. Deulofeu afirmó que las civilizaciones y los imperios pasan por unos ciclos equivalentes a los ciclos naturales de los seres vivos. Cada civilización puede llegar a cumplir, como mínimo, tres ciclos de 1700 años cada uno. Comprendidos dentro de las civilizaciones, los imperios tienen una duración promedio de 550 años. Afirmó que mediante el conocimiento de la naturaleza de los ciclos se pueden evitar las guerras, consideradas innecesarias, haciendo que los procesos sean pacíficos en vez de violentos. También afirmó que la humanidad podrá ser capaz, de conocerlos, de alterar los propios ciclos, y que ésta ha de tender a organizarse bajo la forma de una Confederación Universal de pueblos libres. Su pensamiento tiene relación con las ideas de Oswald Spengler y de Arnold J. Toynbee, que también enunciaron teorías sobre el carácter cíclico de las civilizaciones, pero sin alcanzar la medida matemática más precisa que expone Deulofeu. Durante su exilio y también con posterioridad, Deulofeu recorrió diversos museos, templos y monumentos de diferentes países en donde, entre otras conclusiones, dedujo haber encontrado el origen del arte románico durante el siglo IX entre el Ampurdán y el Rosellón, que era el origen de lo que él llama el segundo ciclo de la civilización europea occidental, después del primer ciclo. Una de las previsiones más famosas de dicha teoría fue la que anuncio en el año 1951. En dicho año vaticinó que alrededor del año 2000, la URSS se desintegrará en multitud de estados eslavos. “El comunismo, a excepción de los pueblos satélites que ya se encuentran hoy bajo su influencia, no se implantará en ningún otro pueblo de Europa. La URSS, en lugar de seguir una vía imperialista, va hacia la desintegración.” El 31 de diciembre de 1991, la URSS desaparece.

El día 14 de diciembre se publicaba en un diario digital la siguiente noticia, “El Gobierno se plantea controlar hasta un 5% de Telefónica a través de la Sepi” https://bit.ly/3qPK5Gh  En la misma se recoge lo siguiente:

“La ola de fondos europeos para la digitalización está a punto de llegar a España. Y en esta irrupción hay compañías que se convertirán en sistémicas por el papel que jugarán. El Gobierno quiere reforzar a algunas de ellas y tener un mayor control. El instrumento para ejecutar ese movimiento sería la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), donde ya cuenta con porcentajes significativos de empresas como Indra. En el seno del Ejecutivo de Pedro Sánchez ya está sobre la mesa la posibilidad de adquirir paulatinamente hasta un 5% de Telefónica, cuyo rol va a ser decisivo en los próximos años, como ese brazo inversor. Se trataría de la primera vez que el antiguo monopolio de las telecomunicaciones tenga capital público en su accionariado dos décadas después de su privatización.

La Sepi anunció el pasado mes de julio la creación de un fondo dotado con un presupuesto de 10.000 millones de euros con el fin último de apoyar a las empresas estratégicas afectadas por la pandemia. La digitalización va a ser uno de los dos pilares clave, junto a la transición ecológica. Basta recordar que sólo en el plan de conectividad y de la expansión del 5G llegarán a España más de 4.500 millones procedentes de Europa. En este contexto, Telefónica se erige en protagonista. Es por eso que en el Gobierno estudian si entrar en el accionariado con un paquete de hasta el 5% de manera gradual, según explican fuentes conocedoras. Se lograría un mayor control de una compañía que será gran receptora de fondos. Pero, además, se reforzaría el capital, que apenas ha tenido cambios pese a los intentos continuados de buscar un nuevo socio de referencia. Hoy, el trío de accionistas de referencia es CaixaBank (4,87%), Blackrock (4,98%) y BBVA (6,9%). Pese a una mejora acumulada en el último mes, la operadora cotiza en 3,5 euros por acción, lo que supone casi 19.000 millones de euros de capitalización. En caso de que se tomara el máximo de lo planeado, acarrearía un desembolso total de algo más de 900 millones.

El Estado español se desprendió de las acciones de la teleco en un proceso de privatización que concluyó de manera definitiva en el año 1999, bajo el mandato del Gobierno de José María Aznar. Al contrario de lo que sucediera en otros competidores europeos, el Ejecutivo decidió desprenderse de la totalidad de los títulos en la operadora en las diferentes transacciones que se completaron por la Sociedad Estatal de Participaciones Patrimoniales (Seppa), absorbida a principios de los 2000 por la propia Sepi. La teleco española siempre tuvo, pese a la salida del capital público, ese carácter sistémico, que incluso se ha acentuado tras la crisis causada por la pandemia del coronavirus, en la que se ha llegado a 'resucitar' la llamada 'golden share' con el objetivo de frenar cualquier irrupción de un inversor de fuera de la UE que aprovechara la caída en los mercados para hacerse con una participación significativa. Pero esa 'protección' se ha completado sin participación estatal directa. Donde sí que existe es en los antiguos monopolios de las telecomunicaciones más destacados del continente. En el caso de Deutsche Telekom, el Estado cuenta con casi un 32% de las acciones, mientras que en Orange (antigua France Telecom), esa cifra se sitúa en el 22% repartida entre el propio Estado y la entidad pública BPIFrance.

Con la llamada estrategia España Digital 2025, el Gobierno pretende movilizar 140.000 millones de euros de inversión pública y privada durante el próximo lustro. Hasta el año 2023 se dispondrá de unos 70.000 millones de euros y para los dos siguientes el resto. El desembolso público, según confirmó el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en julio, se va a situar en los 20.000 millones de euros en cada uno de los tres primeros ejercicios, de los que 15.000 procederán de los fondos europeos de reconstrucción acordados en el seno de la Unión Europa (UE), mientras que los otros 50.000 millones corresponderán a las empresas privadas. Entre los objetivos se encuentran la garantía del acceso a conectividad al 100% de la población, la aceleración de la digitalización de las empresas o el reforzamiento de las capacidades españolas en materia de ciberseguridad, inteligencia artificial o 'big data'. En el reparto de esos fondos, Telefónica, como operador incumbente y una de las grandes compañías prestadora de servicios digitales en España, va a tener un papel fundamental”.

La primera reflexión que merece la noticia, es que recoge algo esperado y natural, que por otro lado he manifestado en él blog en multitud de post escritos. Un aspecto importante y que no tenemos que perder de vista es que, Telefónica jugará un papel central en la digitalización de nuestro país. Otras cuestiones que también debemos analizar y valorar como aspectos centrales que de la noticia son por ejemplo; el papel de los dominicales en el capital de la operadora, el porcentaje con el que el estado entrará en el capital, el control de los fondos que llegarán de Europa y que el Gobierno pondrá en manos de un equipo directivo que goce de su confianza. No hay que olvidar, que fue el Gobierno actual el que ante la caída bursátil registrada por la operadora en el momento del inicio de la pandemia del Covid-19, promulgó un Real Decreto el 17 de marzo de este año http://bit.ly/3nasmHR en el que ponía bajo su órbita la protección a Telefónica ante posibles opas hostiles de interesados.

La primera cuestión que abordaré será el papel jugado por los accionistas dominicales en el capital de la compañía en estos últimos años. Durante años se consideró núcleo estable de la compañía a los accionistas dominicales, La Caixa y el BBVA. El 22 de noviembre del año 2007 la operadora que cotizaba a 22,90 euros, desde entonces, emprendió un camino de destrucción de valor para los accionistas que ha llevado la misma hasta un mínimo de los 2,71 euros con la pandemia del Covid-19. En esos trece años, los accionistas dominicales han guardado un escrupuloso silencio ante una gestión cuando menos cuestionable si tenemos en cuenta que los pares de Telefónica, como son Orange y Deutsche Telekom, han sufrido muchísimo menos en su valor bursátil que el incumbente español. Lo importante para dichos dominicales, era la percepción de un dividendo con el cual enjaguar una gestión que si vemos el valor actual de dichas entidades en la bolsa, tampoco es para tirar "voladores", La Caixa vale 13.380 millones de euros y el BBVA vale 26.880 millones de euros. Cuando la cotización estaba en máximos quizás tenía una justificación dicha acción, sin embargo, ahora que Telefónica se encuentra con un valor bursátil de 18.798 millones de euros, pagar un dividendo de casi un 12% de rentabilidad, parece cuando menos cuestionable. Hay que tener en cuenta que la deuda de la compañía está situada en 36.676 millones de euros. Si a esta situación se añade el hecho, de que se ha estado vendiendo patrimonio de forma continua estos últimos cuatro años con el fin entre otras cuestiones, del pago de un dividendo que hacía que el perímetro de la operadora fuese cada vez más reducido. La foto a dicho hecho no parece muy acorde con lo que se espera de una compañía estratégica para la sociedad española. La función de los accionistas dominicales  en el Consejo de la operadora, debería haber sido la de mantener y garantizar el desarrollo del “core” en las inversiones que realiza, como por ejemplo es el desarrollo y mantenimiento de la conectividad y el desarrollo de las redes que permitan suprimir el gap que tienen determinadas zonas del territorio español, como son por ejemplo las de la llamada “España vacía”. Sin embargo, han pasado de puntillas sobre todo lo que estaba llevando a la compañía a languidecer en los mercados bursátiles, como es la gestión o la deuda que arrastra. https://bit.ly/2BysuOi


Frente a la situación descrita anteriormente, es de urgente necesidad que la participación que tomará el Estado español en el capital de la operadora según anuncia la noticia del 5%, se vaya incrementando hasta alcanzar los ratios que tienen los gobiernos francés y alemán en sus operadoras. En ese caso, ante accionistas dominicales timoratos e interesados en su beneficio propio, pasarían a ser supervisados y controlados por un accionista mayor en dicha operadora. Téngase en cuenta el hecho, tanto en Francia como en Alemania cambian los gobiernos de signo político pero el activo estratégico mantiene su protección en post del beneficio social que presta con su actividad. La venta de la totalidad del capital social de la operadora en las décadas de los años 80 y 90 por Gobiernos del PSOE y PP https://bit.ly/2JVEVbf, llevaron a la operadora a una desprotección total frente tiempos difíciles como el actual, donde una cotización aminorada hace que sea presa fácil para fondos hostiles como el Fondo Elliot u otras compañías del sector http://bit.ly/2MQWPuu La toma del 5% del capital por parte del Estado español, será suficiente para mantener el control y supervisar lo que sucede dentro de la operadora, sin embargo, los dos consejeros a los que tendrá derecho por dicha participación no pueden ser impedimento para seguir incrementando dicha participación. De momento, los actuales dominicales tendrán un accionista con suficiente relevancia como para que se alineen con las decisiones que tome este dominical en dicho consejo, entre las que estarán los cambios que se produzcan en el equipo directivo actual. Otra cuestión importante, será la priorización de un cambio estratégico que se focalice de una forma más nítida hacia el servicio y la conectividad de la sociedad española y no tanto hacia intereses cuestionables como ha sido por ejemplo, el negocio televisivo.

La situación descrita anteriormente, se ha visto en la adjudicación de subvenciones por parte de la Administración. Esta, es un fiel reflejo de que la sintonía entre la dirección de la operadora y el Gobierno no es lo más fluida que cabría desear en una situación como la actual con el grave problema que tiene la sociedad española. El próximo año 2021 el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital tendrá un presupuesto de 4.230 millones de euros para destinar a digitalización y telecomunicaciones, una cantidad que sextuplica lo que tenía disponible para el año 2020. El objetivo de este presupuesto es desplegar la Agenda España Digital 2025, y entre sus objetivos para el año que viene está destinar 3.750 millones de euros del presupuesto anunciado para “conectividad, 5G, ciberseguridad, digitalización del tejido productivo y la administración, impulso del ecosistema de startups, la estrategia nacional de Inteligencia Artificial, el impulso de España como polo de desarrollo del sector audiovisual y de videojuegos, la capacitación digital de la población y la protección de los derechos digitales” http://bit.ly/3oSgRVm Una de las personas que jugará un papel importante en dicha digitalización será la Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carmen Artigas (ex Telefónica) dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital  http://bit.ly/2K0pbUm

Quiero recordar al último gran presidente que tuvo Telefónica, Cándido Velázquez Gaztelu, el cual se distinguió por tres líneas de actuación profesional indelebles: la honradez, la fidelidad a la empresa y la buena gestión. “Alrededor de esas tres facetas se expanden otras igual de indelebles como la honestidad, los ideales, la bonhomía o la capacidad para hacer amigos. De lo primero deja testimonio la sencillez que siempre marcó su vida, que en los tiempos que le tocó no era precisamente muy común en los que estaban en el palmito y que alcanzó mayor dimensión, si cabe, por la actuación que desarrolló su sucesor en Telefónica, Juan Villalonga, paladín de la cultura del pelotazo y del dinero fácil. De Velázquez-Gaztelu nadie va a encontrar ningún episodio en el que se saliera de la línea de humildad que le caracterizó. De su fidelidad a la empresa sirva de ejemplo que en su casa, como recuerdan sus hijos, nunca entró una Pepsi-Cola. Y de la buena gestión queda la impronta que dejó en las tres empresas que trabajó; pero, sobre todo, en lo que fue el inicio de la expansión internacional de Telefónica con la entrada en varios países latinoamericanos, que, con el paso del tiempo, condujo a la conversión de la compañía en una las principales multinacionales del planeta” http://bit.ly/3nnkWQT Durante su presidencia en el periodo comprendido entre los años 1989-1996, Telefónica emprendió una expansión por Latinoamérica que la catapulto a ser una de las principales operadoras a nivel mundial. Todo lo que vino posteriormente, Villalonga, Alierta y el actual han sido presidentes centrados más en las ganancias financieras rápidas que en el desarrollo y compromiso con las comunidades donde estaba implantada la operadora. Celebres fueron las compras de activos y su venta posterior con fuertes minusvalías, como por ejemplo las llevadas por Villalonga y Alierta; Lycos 9.768 millones de euros vendido posteriormente por 28 millones de euros, Endemol 5.500 millones de euros y vendido posteriormente en 2.629 millones de euros o la división de O2 comparada por 26.000 millones de euros, posteriormente puesta a la venta su principal división en Gran Bretaña a Huchinson por 13.000 millones de euros, operación que fue truncada por el veto de la Comisión Europea. https://bit.ly/3gNJVul Alierta, abandonó la presidencia de la compañía siendo consejero delegado el actual presidente, con una deuda financiera neta de 50.213 millones de euros. Actualmente, la andadura estratégica que se está llevado a cabo dentro de la operadora en los últimos cuatro años es una clara regresión del camino emprendido por el presidente Cándido Velázquez-Gaztelu. Con el último plan estratégico lanzado en el mes de noviembre del 2019, en el mismo se contempla; salir, abandonar o cogestionar las compañías en dichos territorios salvo la división brasileña. Es decir, todo lo contrario del camino emprendido por el instigador de una estrategia que tan buenos frutos ha dado a la operadora y que tanto sirvió para estrechar lazos de España con todos los gobiernos de países a los que nos unen muchos vínculos, entre ellos el idioma. En el mundo de la geopolítica, los 528 años de historia con dichos países pueden pasar al olvido si se lleva a efecto dicha estrategia, siendo para la Unión Europea un grave hándicap como puso de manifiesto la propia Comisión Europea cuando estableció que Latinoamérica era una zona estratégica para sus intereses https://bit.ly/2KqbLAI

                                                           Fuente: Telefónica

Quiero terminar el post volviendo al principio del mismo, los ciclos en los periodos son tanto, en la economía como en la propia vida de las culturas. En el caso de la operadora parece por lo que dice la noticia que se anuncia un fin de ciclo. El nuevo que se establezca nacerá con profundos cambios que afectará a multitud de áreas, personas e intereses. Lo único que pueden esperar los distintos stakeholders que integran la compañía (empleados, accionistas, proveedores, etc., y sociedades en general donde opera la operadora), es que el mismo sea como mínimo tan fructíferos como fueron los periodos que dirigieron los presidentes de la operadora como fueron Cándido Velázquez-Gaztelu o Antonio Barrera de Irimo… El tiempo será nuestro fedatario de lo que suceda.

Ya lo dijo Lao Tzu: “Lo que la oruga llama el fin, el resto del mundo le llama mariposa”.

 

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