Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro. ¿Triple filtro? Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso por lo que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y… Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. El segundo filtro, el filtro de la bondad ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? No, por el contrario… Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro de la utilidad ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no. Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
El 7 de marzo se publicaba un editorial en el diario “El País” por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez Castejón, cuyo título es “El primer PERTE de España: el coche eléctrico”. En el mismo, hay partes que resultan clarificadoras por cuanto que revelan en cierta medida cual es su visión con respecto a cuestiones importantes como son los activos estratégicos de nuestro país. En el mismo se afirma lo siguiente, “Seguimos dando pasos hacia la España que nos merecemos. Con estrategia, planificación y marcando un rumbo hacia la recuperación y la transformación. Sabemos hacia dónde vamos. Se trata del primer PERTE de España, el primer proyecto estratégico del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El vehículo eléctrico no es una iniciativa más: implica apostar por un modelo productivo, por un modelo de país e incluso por un modelo de vida, si nos atenemos a sus implicaciones en la movilidad del futuro en nuestras ciudades y nuestras vidas. Y la apuesta por España por el coche eléctrico es absoluta. La decisión nace de una visión quizás sencilla, pero con un gran componente estratégico e ilusionante: creemos en las capacidades industriales de España y por ello vamos a promover la especialización en las actividades de mayor valor añadido. El Gobierno tiene un compromiso inequívoco con el incremento de la productividad que generan estas actividades, entre otras razones porque crean un empleo de calidad con mayores salarios. Y tiene también un compromiso inequívoco con el freno a la desindustrialización que los países de nuestro entorno han venido sufriendo en las últimas décadas. La competencia internacional es feroz, y la robotización y la inteligencia artificial tiene impacto directo en la deslocalización de empresas, por lo que el apoyo al refuerzo y transformación de nuestra industria es imprescindible. Y, si me permiten vital. Queremos obtener el liderazgo en la producción de vehículos eléctricos y electrificados. Sabemos que nos va a obligar a acelerar y acompasar las llamadas “transiciones gemelas” – la verde y la digital- como base de la competitividad industrial. Esto es de especial relevancia en el entorno actual, en el que incluso los fondos europeos que alimentarán nuestro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia están condicionados al cumplimiento de unos estrictos objetivos medioambientales y digitales. Llevamos mucho tiempo trabajando y las prioridades en este sentido del Gobierno de España están completamente alineadas con las de la Comisión Europea. En cuanto a la transición digital, también tenemos un punto de partida privilegiado: somos el primer país de la Unión Europea en el despliegue de redes de fibra óptica y el segundo en servicios públicos digitales. La transición verde y la transición digital, por tanto, sustentaran nuestra apuesta decidida por el vehículo eléctrico. Avanzar hacia la movilidad sostenible y conectada es ya un objetivo imprescindible para España. Nuestro Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia contempla por ello una atención especifica a este propósito, y entre las actuaciones previstas figuran la creación de zonas de bajas emisiones – para lo que se empleará la gestión de la información y la integración de nuevas tecnologías –, y la colaboración multisectorial (el propio sector de la automoción y los del transporte, la energía, las comunicaciones, el turismo o la logística, entre otros). Todas estas actuaciones – desde los planes de movilidad urbana hasta los casos especiales de uso del 5G- redundaran en un impulso sólido a los vehículos limpios, con la renovación de nuestro parque móvil y las actividades auxiliares conexas”.
De dicho artículo, se infieren conclusiones importantes que en principio marcan una dirección precisa y concisa y el principio de acción en la dirección por la que transitará el gobierno de España con su Plan de Recuperación Económica, el cual estará avalado por la Comisión Europea. De lo afirmado, me quiero centrar en la parte que afecta a la digitalización con el sector de las telecomunicaciones, como vehículo tractor que afectará de forma transversal a múltiples sectores económicos para la recuperación económica. También me referiré a lo que se está haciendo actualmente en la sociedad por el operador incumbente y que alineacion tiene con lo publicado en dicho artículo periodístico por el presidente del gobierno. El proceso de solicitudes para optar a las ayudas se encuentra ahora mismo en fase de aprobación y revisión por parte de las administraciones públicas, pero se van conociendo algunos detalles. Se sabe, por ejemplo, que el Gobierno quiere movilizar 72.000 millones de euros entre 2021 y 2023, con el foco puesto en cuatro grandes ejes esenciales para la vertebración y el desarrollo del país en los próximos años. Un tercio de las ayudas (33%) se destinará a proyectos de digitalización. En España, el tamaño de la economía digital alcanzó el 19% del PIB durante el año 2019 y se espera que, como consecuencia de las medidas para frenar la expansión de la Covid-19, se afiancen hábitos que impulsen al sector, como el teletrabajo o el comercio electrónico, según revela el último informe Economía Digital en España. Algunos de los objetivos concretos son la mejora de la conectividad digital; la modernización de las administraciones públicas y el tejido empresarial —con especial foco en las pymes y en compañías de sectores tractores como la construcción, el turismo, el agroalimentario, el transporte, la automoción y la metalurgia—; la creación de ecosistemas emprendedores de base tecnológica, caldo de cultivo de startup y el refuerzo a la ciberseguridad y la economía del dato. La conectividad a través de Internet gracias al despliegue de la red 5G en la frecuencia de (700 Mhz) que se subastará en las próximas semanas, jugará un papel central en la generalización de la inteligencia artificial, con el fin de que se establezca como una herramienta útil y masiva para pequeñas y medianas empresas con el fin de mejorar su competitividad.
Pero mientras todo lo anterior sucede, nos encontramos con hechos que van en la dirección opuesta a lo diseñado, tanto por la Comisión Europea como por el gobierno español. El primer hecho relevante que colisiona de forma frontal con dicha estrategia para salir de la pandemia del Covid-19, es la venta y enajenación por parte de Telefónica de los emplazamientos donde se instalará parte de la nueva infraestructura que se desplegará para el desarrollo del 5G. Esta nueva red que se tiene que construir, aprovechará en parte la infraestructura actual (emplazamientos) existentes para la ubicación de esta nueva arquitectura de telefonía que vertebrará la digitalización en nuestro país, junto la con la red de fibra óptica. La red de fibra fue descartada su venta "por el momento" según el consejero de Telefónica, Ángel Vila Boix https://bit.ly/3kZfvHE, un hecho que choca con lo realizado hasta el momento con la constitución de diversas FiberCo, compañías de fibra óptica, en Brasil y Chile donde se pretende dar entrada a accionistas que tendrán participaciones importantes en dichas sociedades por un importe de dinero que servirá para reducir la deuda. Otra situación igual que la descrita anteriormente es la que sucede en Telefónica Tech, según recogía la prensa hace unos días, “Telefónica reestructura por completo el organigrama de Tech antes de su venta” http://bit.ly/3rzsOAU La propuesta de crear una ‘carve out’ para después pretender ser vendida choca frontalmente con la estrategia expuesta por el Pedro Sánchez si tenemos en cuenta lo dicho al respecto de la Ciberseguridad, Internet de las Cosas o 'Big data'. Todas estas operaciones al igual que la venta de los emplazamientos de telefonía móvil están sujetas al Real Decreto 436/2020, de 14 de marzo, y por el RDL 34/2020 de 17 de noviembre, que extiende la limitación también a los inversores europeos. Los decretos han reinstaurado el control del Ejecutivo sobre todas aquellas operaciones corporativas que pretendan hacerse con más de un 10% del capital de las empresas españolas consideradas estratégicas. Por ejemplo, Naturgy lo es por su relación con la empresa estatal argelina Sonatrach (accionista de la compañía con el 3,85%), sus contratos de suministro de gas y su posición en el gasoducto Medgaz (49%) le dan esa consideración. Telefónica como operador incumbente declarado por la CNMC, por el que circulan las comunicaciones principalmente de este país, también es una compañía estratégica.
El proceso de solicitudes para optar a las ayudas se encuentra ahora mismo en fase de aprobación y revisión por parte de las administraciones públicas, pero se van conociendo algunos detalles. Se sabe, por ejemplo, que el Gobierno quiere movilizar 72.000 millones de euros entre 2021 y 2023, con el foco puesto en cuatro grandes ejes esenciales para la vertebración y el desarrollo del país en los próximos años. Un tercio de las ayudas (33%) se destinará a proyectos de digitalización. En España, el tamaño de la economía digital alcanzó el 19% del PIB durante 2019 y se espera que, como consecuencia de las medidas para frenar la expansión de la Covid-19, se afiancen hábitos que impulsen al sector, como el teletrabajo o el comercio electrónico, según revela el último informe Economía Digital en España. Algunos de los objetivos concretos son la mejora de la conectividad digital; la modernización de las administraciones públicas y el tejido empresarial —con especial foco en las pymes y en compañías de sectores tractores como la construcción, el turismo, el agroalimentario, el transporte, la automoción y la metalurgia—; la creación de ecosistemas emprendedores de base tecnológica, caldo de cultivo de startup y el refuerzo a la ciberseguridad y la economía del dato. La conectividad a través de Internet gracias al despliegue de la red 5G, jugará un papel central en la generalización de la inteligencia artificial, con el fin de que se establezca como una herramienta útil para pequeñas y medianas empresas con el fin de mejorar su competitividad.
Hay que tener en cuenta, que todas las propuestas que se pondrán en marcha a partir del 30 de marzo cuando sean enviadas a Bruselas para su aprobación y desarrollo, serán las que el equipo de 129 expertos (Listado de Profesionales Seleccionados para formar parte de EQUIPO PAÍS (20 julio 2020) http://bit.ly/3v5IGNP proponen para el desarrollo de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Al respecto de dichas acciones, el artículo del presidente del Gobierno deja bien claro que piensa al respecto de la fibra óptica y del 5G, entonces ¿Por qué el equipo directivo de Naturgy o Telefónica persisten en realizar acciones que van en la dirección contraria a lo expresado por el Gobierno?
Si recordamos lo que la Comisión Europea afirmó al respecto con el lanzamiento del fondo “Next Generation EU”, nos encontraremos con un mensaje claro, nítido y sin fisuras de los diferentes miembros de la Comisión, con respecto al valor de la digitalización. La vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager enfatizó que, “tenemos lo que se necesita para marcar la diferencia: dejar a nuestros hijos un mundo en el que respiren aire limpio y beban agua no contaminada; donde los océanos y los bosques todavía están llenos de vida; y donde la actividad humana no está acelerando el cambio climático. Pero para hacer eso, todos necesitamos trabajar juntos. Y eso incluye a los encargados de hacer cumplir la competencia. Desde el inicio de este mandato, lanzamos una revisión de nuestras reglas de competencia para asegurarnos de que son adecuadas para su propósito, en un mundo cambiante: un mundo de transiciones gemelas, verde y digital, y de desafíos crecientes para un comercio global justo y abierto".
El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, afirmó: “La pandemia ha subrayado la necesidad de invertir en nuestras capacidades digitales, desde las supercomputadoras hasta la ciberseguridad. El Programa Europa Digital ayudará a las empresas europeas, especialmente a las más pequeñas, a desplegar tecnologías avanzadas, crecer y beneficiarse de las vastas oportunidades de la transformación digital. Ayudará a nuestros ciudadanos a mejorar sus habilidades digitales. Esto es esencial para cumplir con las transiciones gemelas digital y verde, para promover nuestra soberanía tecnológica y fortalecer nuestras capacidades digitales estratégicas "
Alejandro Caínzos miembro del gabinete de Margrethe Vestager participó en un debate en la Cámara de Comercio Oficial de España en Bélgica y Luxemburgo en octubre 2020 https://bit.ly/3l27hPa El señor Caínzos comenzó presentando la agenda digital planificada por la Comisión para la actual legislatura, que tiene como objetivo desarrollar una estrategia tecnológica común basada en el modelo europeo de transformación digital en la que se espera que participen los ciudadanos europeos y la sociedad civil. Incluso si la Unión Europea llegó tarde a la primera ola de innovación digital basada en la extracción de datos personales, la Comisión está trabajando para hacer de los próximos diez años la década digital europea basada en datos industriales a través del marco regulatorio adecuado junto con inversiones productivas que Fomentar la digitalización de nuestras economías y sociedades. Para esta estrategia será fundamental contar con hitos claros en una serie de temas como la conectividad, el 5G, la modernización de los servicios públicos, el uso de datos para ayudar a las pymes y la adaptación del sistema educativo a la digitalización. En todas estas áreas, la ciberseguridad será crucial. En el contexto particular de recuperación económica en el que nos encontramos, el ponente subrayó la importancia del desarrollo digital europeo ya que el 20% de todas las ayudas vinculadas al fondo de recuperación de la UE (UE de próxima generación) se destinará a la digitalización y modernización de nuestras economías. Finalmente, Caínzos destacó el caso particular de España, que será una de las economías que se beneficiará de un mayor volumen de inversión, dado el impacto de la pandemia. Estos fondos serán la oportunidad ideal para avanzar decisivamente en la digitalización invirtiendo en las tecnologías adecuadas en esta nueva ola de innovación digital.
El gobierno español, tiene que tomar una decisión sobre dos compañías “estratégicas” como son, Naturgy o Telefónica, que será precedente para otras a posterior que intenten vender o fusionar activos estratégicos con posibles oferentes ajenos a nuestro país. Dos ejemplos importantes que nos pueden servir como espejo en el que mirarnos son los dos principales países de la Unión Europea; Francia y Alemania. El caso francés es ejemplar por cuanto que el gobierno galo defiende a su tejido industrial ante posibles oferentes de una forma contundente, lo hemos visto recientemente con compañías como Carrefour o Aventis. El Estado posee capital propio en 81 compañías francesas, desde Alstom a Orange (23%), con un valor aproximado de 90.000 millones de euros y que generan 1,7 millones de puestos de trabajo https://bit.ly/3cgtGEh En muchas de dichas participaciones, no son de control, pero sirve para que cualquier ataque de un fondo u otra compañía no deseada quede completamente abortado si el Estado francés se opone. El caso de Alemania es similar por cuanto el Estado está en el capital de compañías emblemáticas como es el caso de; Lufthansa (20%), Deutsche Telekom (15%) así como a través del banco público Kreditanstalt für Wiederaufbau (Kwf) con otro (15%) del operador alemán. Recientemente ha entrado por ejemplo en el capital de la farmacéutica Curevac, comprando un 23% de su capital ante la amenaza de Donald Trump de postularse como oferente de dicha compañía ante la tenencia de la vacuna para el Covid-19. Un hecho que ha desatado un movimiento en toda Europa contra el capital chino se originó en Alemania, con la compra del 76% de la joya de la robótica, KUKA. Dicha acción generó que el gobierno alemán activase un mecanismo para bloquear compras de más del 10% de compañías “sensibles” https://bit.ly/2ZCL4xf La crisis del Covid-19 propició que el ministro alemán de Finanzas alemán, Olaf Scholz, anunciase que el Gobierno estaba preparado para tomar participaciones en las empresas para compensar el impacto del coronavirus. Alemania ya tomó este tipo de medidas en la crisis de 2008 para ayudar a los bancos. En Francia, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, también defendió este extremo para proteger a las empresas francesas. El monto comprometido para dichas compras de compañías alemanas es de 550.000 millones de euros para apoyar a las empresas del país a través del banco estatal de desarrollo KfW. Lo llamativo y curioso de la situaciones descritas anteriormente, es que independientemente del color del gobierno en dichos países, derecha o izquierda, ambos tienen claro cual es el interés del país en defensa de sus compañías estratégicas.
En el caso de las compañías Telefónica y Naturgy existen similitudes en su gestión durante el año 2020, como son; el pago de un dividendo elevado en una situación difícil como la que se ha generado por la pandemia del Covid-19, el deterioro del valor de las inversiones de Telefónica en empresas de su grupo y asociadas se redujo en el año 2020 con respecto a 2019 en 10.956 millones de euros, en Naturgy se apuntó un deterioro de 1.363 millones de euros por una nueva revisión en la valoración de activos, la reducción de la inversión (Naturgy (-1.279 millones de euros), los salarios de sus presidentes prácticamente no registraron un significativo recorte, Telefónica (5,041 millones de euros) pese a perder el valor de la acción en el año 2020 (-47,83%) y el salario del de Naturgy (4,5 millones de euros) pese a perder la compañía el año pasado 347 millones de euros en sus resultados finales. Esto por ejemplo, ha llevado al proxy europeo ECGS-asesor de voto- cuyo representante en España es Corporance, ha puesto la lupa, el dedo y una propuesta de voto negativa a tres de los puntos del orden del día de la junta de accionistas de Naturgy, entre ellos la retribución del presidente y su consejo http://bit.ly/2OH32fK
Para terminar el post, hay que decir que las “transiciones gemelas”, digital y verde, se han vuelto las llaves maestras para abrir la Caja de Pandora en la que se ha cerrado Europa a causa del Covid-19. Parece que el triple filtro de Sócrates ya ha sido resuelto en Bruselas… Falta por ver, si en nuestro Gobierno también se alinea con lo acordado por la Unión Europea con respecto a los activos estratégicos para la salida de la crisis.
Ya lo dijo Ursula Von der Leyen: “Parte de lo acontecido las últimas semanas resulta doloroso de relatar. Cuando Europa realmente necesitaba apoyo mutuo, hubo demasiados que solo miraron por su propio interés en un primer momento".
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