El Juicio Final, fue diseñado y realizado en su totalidad por Miguel Ángel entre 1533 y 1541. Este impresionante mural realizado por Michelangelo Buonarroti (mejor conocido como Miguel Ángel) para el ábside de la Capilla Sixtina, en Roma, es una amalgama de figuras que van del horror infernal hasta la plenitud celestial. Entre las anécdotas que destacan de esta magnífica obra, está el valor que tuvo Miguel Ángel de retratarse a sí mismo como San Bartolomé, que aparece desollado y se expone en la obra como una piel colgante y vacía. Pero sin duda la anécdota más relevante en torno a este mural, data del 31 de octubre de 1541, cuando la obra fue descubierta para su contemplación. El hecho de la desnudez de los personajes fue todo un escándalo. Muchos fueron los críticos. Pablo III, el Papa, lo aceptó bastante bien, pero no así Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del Papa. Miguel Ángel tuvo el ingenio y la astucia de retratarlo en la obra, ubicándolo en el infierno. Al verse retratado de tan indigna manera, Da Cesena se quejó ante el Papa. El Papa, que tenía cierto sentido del humor y mejor ánimo que De Cesena, le dijo: “Si el pintor te hubiera colocado en el purgatorio, yo podría ayudarte pidiéndole que te pusiera en otro sitio; pero como te ha arrojado al infierno, no está en mi potestad quitarte de penar, porque allí no hay redención posible”. Así fue como finalmente, el maestro de ceremonias del Papa, pasó a la historia con orejas de burro y dominado por una serpiente infernal.
Mural del Juicio Final en la Capilla Sixtina
El 17 de octubre un diario nacional recogía la siguiente noticia, “Pallete encarga a McKinsey un nuevo plan estratégico para levantar Telefónica en bolsa” https://cutt.ly/IBKen8t En la noticia se informa que Telefónica ha iniciado los trabajos internos para definir la nueva hoja de ruta 2023-2025, con la que José María Álvarez-Pallete quiere convencer a los inversores del futuro de la operadora. El presidente del grupo de telecomunicaciones ha contratado los servicios de la consultora estadounidense McKinsey para dibujar una nueva estrategia tres años después del lanzamiento del último plan rupturista que, sin embargo, no ha tenido el impacto esperado en la cotización, pese a la reducción de la deuda y la vuelta al pago del dividendo en efectivo. Según han confirmado fuentes internas, la comisión delegada de Telefónica ha comenzado a evaluar el lanzamiento del plan estratégico 2023-2026, que Pallete quiere tener preparado en las próximas semanas para que sea valorado por el consejo de administración. El calendario inicial es que el órgano de gobierno de la operadora lo valide a finales de noviembre, por lo que la definición del proyecto está ya en fase avanzada, según las mismas fuentes. Para esta nueva guía, el actual presidente se ha apoyado en McKinsey, consultor habitual de Telefónica. En concreto, en Alejandro Beltrán, presidente de la sucursal española de la compañía estadounidense, y en Duarte Braga, el socio director del área de Telecomunicaciones, que está asesorando al grupo español en las tendencias del mercado y la visión global de un sector sometido a unas normas de supervisión del siglo pasado. La cotización de la española ha caído un 37%, frente al descenso del 18% del Ibex 35, desde el lanzamiento de su anterior hoja de ruta, en noviembre de 2010. En este periodo, el Euro Stoxx Telecom ha bajado un 16%, mientras compañías como Vodafone y Orange, sus dos grandes competidores en España, han cedido cerca de un 25%. El mercado no ha premiado lo que Pallete definió como “una nueva Telefónica. Una Telefónica preparada para los próximos 100 años. Una Telefónica comprometida con hacer nuestro mundo más humano y más sostenible. Una Telefónica con el propósito de generar valor para todos sus grupos de interés y la sociedad a largo plazo, creando relaciones de confianza, con crecimiento y eficiencia". Ese plan tenía cinco decisiones estratégicas: foco en España, Brasil, Reino Unido y Alemania como mercados clave; creación de Telefónica Tech; constitución de Telefónica Infra; el 'spin-off' o segregación operativa de Hispanoamérica, y la redefinición del centro corporativo. Unos catalizadores que tenían como objetivo de fondo llevar a cabo operaciones corporativas para reducir la deuda desde los 37.700 millones, a 31 de diciembre de 2019, hasta los 28.800 millones, de junio de 2022.
Esta bajada de la deuda se produjo tras las ventas de los negocios de infraestructuras, como Telxius, por más de 7.700 millones de euros, y la fibra rural en España, o la salida de varios países centroamericanos, como Panamá, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica. Sin embargo, la compañía no consiguió dar entrada a un socio que tomase una participación global en el 'holding' latinoamericano, por lo que se ha quedado en países como México, Perú y Colombia, de los que le hubiera gustado salir total o parcialmente. Unas desinversiones que, junto con la fusión con Virgin en Reino Unido, han sido los pasos más relevantes. La cotización de Telefónica, que en mayo de este año había recuperado los cinco euros tras un buen 2021 y un buen comienzo de 2022, ha caído hasta los 3,3 euros y no ha conseguido volver al Eurostoxx 50, el índice bursátil que engloba a las grandes empresas europeas. Este descenso bursátil provocará que tanto La Caixa y BBVA, sus dos mayores accionistas, tengan que realizar provisiones o nuevas coberturas con derivados para recoger el valor actual de Telefónica, que se deja ya casi un 10% de su capitalización (menos ya de 20.000 millones) en lo que va de año. Especialmente el 'holding' catalán, que este verano ha reforzado su apuesta por la operadora al invertir más de 100 millones en comprar acciones a más de cuatro euros por título. Ya cuenta con el 1,8%, cuando a finales de 2021 tenía el 1,4%, lo que pone de manifiesto su apuesta por el grupo. Según fuentes financieras, Isidre Fainé, presidente de La Caixa, se ha quejado en la comisión delegada, el órgano previo al consejo de administración, de que la bolsa no refleja el valor real de Telefónica, por lo que ha animado a Pallete a dar un paso más para que el mercado reconozca la suma de partes del 'holding'. El presidente se reunió hace unas semanas con la cúpula de Goldman Sachs para conocer su opinión sobre el 'equity story' de la compañía con motivo de unas jornadas sobre telecomunicaciones celebradas en California (Estados Unidos). Hace tres años Pallete dijo en una carta a los accionistas que calificó como, "sin ningún género de duda, la más importante que os he escrito desde que fui nombrado presidente de Telefónica", "nos corresponde imaginar, diseñar y construir la compañía que queremos ser en el futuro. Lo hemos hecho, la hemos imaginado, la hemos diseñado y queremos empezar a construir el camino hacia ella".
Lo primero que tenemos que hacer para entender lo que ha sucedido desde que el actual presidente está al frente de Telefónica es saber cuál ha sido el devenir de las principales magnitudes bajo su presidencia. Llegó a la presidencia de Telefónica el 8 de abril del 2016, ese día Telefónica cerró en bolsa cotizando a 9,31 euros por título. Entonces cotizaban en bolsa 4.931 millones de títulos, con un valor de la compañía de unos 48.000 millones de euros. Los ingresos por negocio a la llegada del nuevo presidente eran de 47.460 millones de euros en el último año, con una deuda total según la presentación de resultados del primer trimestre del año 2016 de 53.920 millones de euros. Seis años y seis meses después, los datos de la compañía son los siguientes; la cotización de la acción es de 3,38 euros (-63,69%), la capitalización de 19.520 millones de euros, la cifra de negocio en el último año es de 44.534 millones de euros, es decir 9.386 millones de euros menos (-17,4%). Los títulos que cotizan hoy en bolsa son 5.764 millones de títulos, son 833 millones de títulos más. Otro dato importante que hay que tener en cuenta es que cuando llegó a la presidencia el dividendo era de 0,75 euros por título, después se redujo a 0,40 euros por título y posteriormente se redujo a 0,30 euros por título. Cuando llegó a la presidencia la plantilla promedio del grupo Telefónica era de 129.324, el 30 de junio del 2022 la plantilla es de 101.962, 27.362 empleados menos (-21,15%).
Con la foto dibujada anteriormente, las cuestiones que han marcado la presidencia del actual presidente han sido los siguientes:
1º. Pago del dividendo pese al elevado endeudamiento de la compañía, en lugar de cancelar el mismo y lanzar un programa de recompra de acciones con el fin de reducir el papel que cotiza e impulsar la cotización de la acción.
2º. Venta de activos con la consiguiente reducción del perímetro de la compañía. Un ejemplo de esto han sido la venta de las divisiones de Centroamérica, venta de un porcentaje importante de las FiberCo (compañías de fibra) de países de Latinoamérica (Brasil, Colombia o Chile) y en Europa (Alemania o España), venta de la infraestructura (estaciones base) de Telxius, venta de parte de los centros de procesamiento de datos de la compañía, etc.
3º. Ligar el “core” de su principal negocio como es la conectividad a cuestiones que no son esenciales para la compañía (derechos televisivos del fútbol), en lugar de seguir desplegando fibra y 5g con los recursos que se destinan a dicho negocio.
4º. Buscar de forma exigua en la digitalización a través de la I+D+i los recursos que la compañía pierde de forma constante por la dura competencia que tiene en el mercado con la conectividad con los OMVs (operadores móviles virtuales). Si a este hecho añadimos que a la compañía le faltan servicios digitales propios (no subarrendados a los OTTs) para añadir a la oferta propia, la misma se queda corta con el fin de diferenciarla de la competencia.
5º. Recurso de forma periódica a las reducciones de plantilla con el fin de ajustar los gastos con ingresos, estos últimos se ven congelados o mermados año tras año en el Grupo Telefónica como nos indican en la presentación de resultados.
Inversión en I+D en el año 2021 según la Comisión Europea de los gigantes de Internet (OTTs) y de las compañias de telecomunicaciones. Por ejemplo, Alphabet (Google) invierte 1,92 veces más que todas las principales compañias de telecomunicaciones del mundo y 23,43 veces más que Telefónica https://cutt.ly/8Nwd4qf
Escoger a la consultora McKinsey (“la firma”) como aliado para rediseñar la estrategia de la compañía en el momento actual no parece que sea la mejor idea si recordamos los antecedentes. El 23 de octubre del 2019 escribí un post en el blog sobre dicha consultora https://cutt.ly/zNwqBD9 donde analizaba la forma de proceder de la misma. Un párrafo del mismo dice lo siguiente, “El estilo “McKinsey” es el mantra que dicha consultora vende al mundo, la idea es que los clientes tengan en mente dicho estilo cuando realicen nuevas operaciones o deban afrontar procesos de transformación o reestructuración. Las puertas giratorias, aseguran Sturdy y O'Mahoney, o el papel de Jeffrey Skilling en Enron (McKinsey fue conocida como “la consultora que construyó Enron”) son buenos ejemplos de cómo este tipo de prácticas pueden provocar que las decisiones de empresas e instituciones sean favorables a la consultora”. Hay que recordar, que una parte importante del actual equipo directivo de la operadora ha trabajado para dicha consultora en épocas pasadas de su vida laboral. Otra cuestión importante a recordar es que en octubre del 2019 la consultora asesoró a la operadora para la reorganización interna de su plantilla que desembocó en un Plan de Suspensión Individual de Contratos (PSI), incluido en el nuevo convenio colectivo de sus filiales en España, que supuso la salida de entre 3.000 y 4.000 empleados, la foto es muy clarificadora https://cutt.ly/pNwygEO Lo curioso de todo esto, es que lo que pregona como solución para las compañías que trabaja no lo aplica a si misma como nos ilustra el escritor y consultor Tom Peter en una columna escrita en el Financial Times https://cutt.ly/lNwoZvo
En un escenario como el actual, donde Telefónica presenta estas magnitudes internas y la situación económica que se vive actualmente condicionada por una elevada inflación debido principalmente a los costes energéticos, sé busca en el encargo a la consultora americana que revitalice la cotización de la operadora. Sin embargo, en la noticia ya se recoge que el plan actualmente en vigor que se lanzó en noviembre del 2019 no resultó provechoso para la operadora. Y lo que nos adelanta algún medio de comunicación con respecto al futuro tampoco hace que tengamos que ser muy optimistas con noticias como esta, “Telefónica planteará en el nuevo plan estratégico sacar a bolsa su filial Tech” https://cutt.ly/iNwlnIV Es decir, reducir perímetro de la compañía a la vez que se sigue pagando un dividendo más necesario que nunca para seguir desplegando las infraestructuras que proporcionen ingresos, como son el 5G en la frecuencia de 700 Mhz (Stand Alone) y las redes de fibra óptica allí donde todavía no han llegado. Hay que tener en cuenta, que el 26 de enero de este año se anunciaba en la prensa la firma de un mega contrato de la operadora con Iberdrola, Endesa y Acciona para el suministro de energía renovable, la duración del mismo es de diez años y el fin último era reducir la factura energética de la operadora https://cutt.ly/9NwxWtt Parece pues, que el mercado no ha premiado la cotización de la acción y por ende el plan estratégico lanzado en su momento con gran rimbombancia en lo que Pallete definió como "una nueva Telefónica. Una Telefónica preparada para los próximos 100 años. Una Telefónica comprometida con hacer nuestro mundo más humano y más sostenible.
Otros dos damnificados por la caída bursátil de la operadora son sus dos principales accionistas, BBVA y La Caixa. En la noticia, se hace mención a que Isidro Fainé se ha quejado por el devenir bursátil a la comisión delegada, el órgano previo al consejo de administración. Esta situación proviene del hecho que el banco ha tenido que realizar en diversas ocasiones provisiones contra patrimonio por él desplome del valor de la acción https://cutt.ly/rNwU8BK Esta situación de lanzamiento de nuevo plan estratégico, tiene el olor precisamente de quien ha estado apoyando al equipo directivo actual y su paciencia parece que se ha agotado (Fainé), poniendo sobre la mesa un ultimátum al presidente de la operadora para que revierta dicha situación.
Para terminar el post, quiero volver al principio del mismo con el magnifico mural del gran pintor renacentista, Miguel Ángel, con el Juicio Final. Es la expresión que define una visión religiosa del fin de la humanidad o fin de los tiempos: la que concibe este como un juicio que decidirá el destino final de cada uno para toda la eternidad. En Telefónica parece que actualmente se enfrenta a un escenario exactamente idéntico, para ello no tenemos más que situarnos en la posición en que se encuentra actualmente y el escenario que se cierne sobre la operadora. Lo que no sabemos los mortales que vemos los hechos… Es como terminará dicho juicio.
Ya lo dijo Marco Aurelio: “Si te afliges por alguna causa externa, no es ella lo que te importuna, sino el juicio que tú haces de ella. Y borrar ese juicio, de ti depende. Pero si te aflige algo que radica en tu disposición, ¿Quién te impide rectificar tu criterio? “.
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