Imaginemos que no existe un sustrato último o una sustancia que sustente la realidad. Eso que llamamos realidad es el sentido que damos a las cosas. Ahora supongamos que el símbolo y la analogía son la base que soporta los lenguajes. Cada disciplina tiene un lenguaje propio. Tal vez, las grandes investigaciones de Copérnico y Kepler construyeron el lenguaje de la física moderna y la astronomía. Preguntarse si las órbitas que recorren los planetas y los astros son elípticas o circulares configuró los límites de ese mundo. Hoy en día, la teoría política se debate entre la democracia representativa o directa, sobre el liberalismo político o el republicanismo comunitario. Las teorías tienen sus propios lenguajes y con ellos configuran las posibilidades del mundo social y del orden económico. Por supuesto, que la riqueza de la filosofía depende de las distintas respuestas que se han aportado para solucionar sus problemas que hoy tienen la sociedad y sus individuos. Hay una enorme diferencia entre las distintas concepciones filosóficas sobre el bien moral o sobre la belleza. No es lo mismo la valoración ética de las acciones en el modelo aristotélico de la virtud, el deber kantiano o la compensación utilitarista. Lo que tienen en común estos y otros lenguajes es que todos juegan con el juego de la verdad. Imaginemos que los lenguajes son un juego como el ajedrez o el futbol. Si queremos jugar, necesitamos seguir sus reglas, no se vale mover la torre diagonalmente, ni el alfil verticalmente. La filosofía tiene una tarea peculiar dentro de los juegos de la verdad. Lo mismo se interesa por saber por qué y cómo funcionan las reglas de la física moderna o cómo funcionan las reglas de la tragedia o la comedia. Aprender filosofía requiere conocer las reglas del juego de la verdad. Lo mismo el “a priori” kantiano tiene esa extraña capacidad de funcionar como regla de verdad para toda ciencia, que la distinción aristotélica entre tragedia y comedia funciona como regla de verdad sobre aquello que ha de causar compasión y aquello que ha de causar risa.
Desde que se anunció la entrada del Estado en el capital de Telefónica el 19 de diciembre, muchas han sido las cosas que se han dicho sobre dicha intervención, la gran mayoría interesadas o mentiras por medios al servicio de actores que están hoy involucradas, las menos dichas son verdad y ciertas. Lo que si ha quedado claro, es que el equipo directivo que hoy dirige Telefónica está completamente en ayunas con respecto a lo que viene a implantarse dentro de la operadora, como se puso de manifiesto en la prensa con la comunicación de una hora antes del comunicado público donde se informaba de dicho hecho http://tinyurl.com/d7jrsjsk Todas estas dudas quedaron disipadas en una entrevista de la vicepresidenta y ministra de Trabajo en la Cadena Ser hace cuatro días, donde sin medias tintas dijo de forma nítida lo que el Estado tiene in mente para la operadora. La sociedad española hemos oído y leído durante ocho días argumentos de todo tipo sobre dicha entrada de la SEPI en Telefónica, que son los que la ministra Díaz ha zanjado de un plumazo. La entrada en el capital de la operadora vendrá a poner fin a una perversión que se llevaba produciendo hace 26 años en la operadora con el funcionamiento del consejo de administración. Hasta la fecha de hoy, el consejero delegado o CEO jugaba el siguiente rol, trazaba y diseñaba la estrategia que generalmente se encargaba a consultoras, en el caso de Telefónica a McKinsey. Esta estrategia posteriormente era presentada al consejo para su aprobación y se ponía en marcha por el consejero en el día a día. No hay que olvidar, que un consejero delegado es una figura que representa al consejo, no el que manda sobre el mismo. La figura de consejero delegado encarna a la persona en la que se delega casi todas las atribuciones del consejo de administración, previa aprobación por mayoría de dos tercios de sus componentes. A veces se utiliza incorrectamente este nombre el o los administradores únicos. En las grandes empresas se utiliza en ocasiones para cubrir un nivel del escalafón y entonces se hace compatible con el cargo de 'presidente ejecutivo' o 'director general'. Hay que recordar que encima del consejo, está la Junta de Accionistas, los verdaderos dueños de la compañía. Hasta la fecha los consejeros del consejo de administración de Telefónica eran correas de transmisión del consejero delegado o presidente, sus opiniones y estrategia sentaban doctrina sobre los miembros del consejo. La mejor prueba de que esta situación no es la correcta y mejor para el devenir de Telefónica, es que desde el 8 de abril del 2016 que llego al frente de la operadora el presidente actual, la cotización era de 9,31 €, hoy cotiza en bolsa a 3,58 €, la perdida de valor se eleva al (-61,54%). Es curioso que ningún miembro del consejo de administración de Telefónica manifestara de forma pública su desacuerdo con la estrategia acometida durante este tiempo, pese a la caída prolongada de valor que se venía sufriendo en la acción a lo largo de estos siete años y medio. No hay que olvidar por otro lado, que el actual presidente de la operadora fue nombrado consejero delegado de la misma el 17 de septiembre del 2012, hasta que alcanzó la presidencia en el año 2016. El endeudamiento que heredó como presidente es coparticipe del mismo, ya que como consejero no manifestó ninguna salvedad mientras se producía. Pues bien esto es lo que se viene a corregir el Estado con su entrada en él capital de la operadora, el consejero delegado o presidente de la operadora se pondrá al dictado de lo que le ordenen los miembros del consejo de administración que representan a los accionistas o dueños de la operadora, no a la inversa como se venía haciendo con los “supuestos” consejeros independientes, aquellos que ante la caída de valor de la operadora no manifestaron ningún reparo. La representación del Estado en la operadora tendrá un papel activo dentro del consejo, buscando alinear a la operadora con los desafíos de España dentro del marco de la Unión Europea como viene sucediendo en países como los de nuestro entorno, Alemania o Francia. Un buen ejemplo de lo que digo lo estamos viendo en Indra desde que se sustituyo a Abril Martorell por Marc Mutra y el Estado aumento su participación hasta el 28%. La ganancia tras seis años de presidencia de Martorell fue del (-16,53%. Con Marc Mutra en dos años y seis meses de presidente es del (47,22% hasta alcanzar los 14,22 € para sus accionistas. Aquel "laissez faire” (dejar hacer) que se promulgo en España con la privatización de sus compañías estratégicas como Telefónica, ha concluido.
Leía el 23 de diciembre una noticia que me llamó la atención por lo inexacta a la hora de describir la situación actual de Telefónica. En la misma decía lo siguiente, “Pallete ha defendido su gestión, destacando el logro de la fuerte reducción de deuda. Una de las incógnitas se centra en saber cuánto poder le puede a quitar el Gobierno a la cúpula de la teleco”. Con respecto a la defensa de su gestión quiero manifestar que los números son suficientemente elocuentes como para que cada uno saque sus conclusiones. Esto no es lo que hoy tiene Telefónica si miramos los ingresos, en el año 2016 con la llegada del actual presidente, el Grupo Telefónica ingresó 52.036 millones de euros, sin embargo en el año 2022 los ingresos del grupo cayeron a 45.978 millones de euros, 6.058 millones menos (-11,64%). Las ventas de activos y los arrendamientos han ido menguando los ingresos al tener unos mayores costes de explotación y menor perímetro la compañía. Si a este hecho añadimos que durante estos algo más de siete años que lleva el actual presidente, se pagaron algo más de 17.000 millones de euros de dividendos, la foto es certera de lo que ha sucedido… Gestión financiera pero no industrial, que es lo que se persigue en este momento desde el gobierno de España. El dividendo ha sido el “santo grial” en la orientación de la gestión del actual equipo directivo, pensando que quizás esta garantizaba su continuidad al frente de la operadora, sin embargo, el valor de la compañía se ha desplomado. Todo lo contrario que ha sucedido con la operadora alemana Deutsche Telekom, que hoy tiene tras la pandemia del Covid-19 más valor. Con respecto al poder que le quitará el nuevo consejo de administración que se forme tras la entrada del Estado en Telefónica, lo veremos en los próximos días, no hay que esperar mucho si tenemos en cuenta la velocidad con la que se están desarrollando los acontecimientos y que este año terminan mandato cinco consejeros actuales http://tinyurl.com/jv7tuhsr
Se publicó estos días en la prensa noticias que describen a supuestos “hombres fuertes” que representan al gobierno de Pedro Sánchez en los hechos que suceden dentro de la operadora http://tinyurl.com/5n6cthjd Cuesta creer lo que los medios publican si tenemos en cuenta que alguno de estos ciudadanos está en la lista negra del presidente por haberle dado la espalda en la crisis interna del PSOE en el año 2016 http://tinyurl.com/52mz6zhx Mas allá de estos hechos anecdóticos con respecto a la situación actual, un hito que marcará el futuro de la operadora se producirá el 28 de diciembre que hay reunión de sindicatos y empresa para cerrar el ERE en marcha, con la posible salida de 3.411 empleados. Si el 27 de enero del año 2022 el presidente, Pedro Sánchez, decía, “esta es la legislatura del empleo” ateniéndose a los datos de la Encuesta de Población Activa, parece que este ERE va en la dirección contraria http://tinyurl.com/ysm3n43v La salida de personal de Telefónica no es un hecho baladí, si tenemos en cuenta que las personas que abandonan la compañía tienen un alto bagaje de conocimientos por sus largas carreras dentro de la operadora. Esto tiene un grave coste económico para nuestro país, según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y BBVA Research, calcula que casi 532.000 personas abandonaron el país en el año 2022 —nueve de cada diez en edad de trabajar—. Y casi la mitad con Bachillerato o formación superior. No se veían flujos de salida de tal magnitud desde el 2013, año récord desde que arrancó el siglo XXI. “Resulta atípico y se asemeja a las cifras habituales en períodos previos de crisis y aumento del desempleo en la economía española”, alertan los autores del informe. En un mercado de trabajo europeo abierto, con casi 4 millones de vacantes de empleo sin cubrir, el talento pone rumbo a territorios con mejores condiciones laborales y salariales, con perspectivas de promoción profesional. Esto, claro, dificulta el ya de por sí difícil casamiento entre la oferta y la demanda de profesionales en España. Y también tiene un coste grande para la economía. Los esfuerzos económicos que hacen las familias, la inversión en educación pública en colegios, institutos y universidades es solo una parte de la factura que España paga por partida doble al dejar marchar el talento que ha formado. También pierde capital humano, indispensable para que sus empresas puedan competir con sus rivales extranjeras. De hecho, el informe sostiene que el valor estimado para el conjunto de emigrantes mayores de 25 años alcanzó los 154.800 millones de euros en el último año —midiendo su contribución a la producción actual y futura proyectada http://tinyurl.com/3668ytdx Nos falta por ver que hace CCOO, sabiendo ya como así han manifestado sus delegados sindicales de UGT, que si firmará las salidas obligatorias. El secretario general Unai Sordo, afirmó el 5 de diciembre que no aceptaría ninguna salida traumática dentro de la operadora, solo voluntarias y universal a todos los departamentos http://tinyurl.com/93dhh5tt La oferta final que la empresa ha puesto encima de la mesa sobre el ERE, recoge que si no se alcanzan las cifras previstas se procederá a despedir por los trabajadores de mayor edad, por lo tanto la voluntariedad desaparece. En esta cuestión a partir del próximo 4 de enero escucharemos que tiene que decir si se llega a presentar el ERE en el Ministerio de Trabajo a la vicepresidenta, Yolanda Díaz, cuestión que ya manifestó con respecto a que estudiaría personalmente dicho ERE con los inspectores de Trabajo. Dentro de ese estudio estarán dos cuestiones centrales a valorar, como son el pago de dividendos y la subcontratación que tiene actualmente.
Postura de Unai Sordo sobre el ERE de Telefónica
Para terminar el post, quiero manifestar que en asuntos de dicha envergadura cada jugador emplea sus armas para llevar el gato al agua. Por lo visto hasta la fecha, hay un jugador (el equipo directivo de Telefónica) que va a remolque de los acontecimientos que se van produciendo al carecer de cualquier información al respecto. Para hacer frente a esta situación ha pensado que la mejor manera es fabricar un escenario irreal de los acontecimientos con el fin de intentar condicionar el desenlace final por medio de manipular a la opinión pública… Ya sabemos lo que dice la distinción aristotélica entre tragedia y comedia, esta funciona como regla de verdad sobre aquello que ha de causar compasión y comedia sobre aquello que ha de causar risa.
Ya lo dijo Aristóteles: “El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”.
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