El 1 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama),
una costurera negra, llamada Rosa Parks, rehusó ceder su asiento
a un pasajero blanco en el autobús, tal como lo dictaba la costumbre. Fue
detenida y condenada. De inmediato, los negros decidieron boicotear el
transporte público. Estaban liderados por un joven pastor
bautista, Martín Luther King. «Al odio, nosotros contestaremos con amor»,
proclamó. Al enterarse del arresto de Rosa Parks, el joven pastor bautista,
nombrado en una iglesia de Montgomery en 1954, sin duda recordó un incidente
similar, diez años antes: Martín acababa de cumplir quince años de edad.
Regresaba de un concurso de retórica en el que había obtenido el primer lugar.
En el bus, él también rehusó dar su asiento. Sin embargo, ante las injurias
racistas, debió cederlo. Martin Luther King llamó al boicot de los autobuses de Montgomery con las siguientes palabras: "No tenemos otra opción que la protesta. Han sido muchos los años de notable paciencia, hasta el punto de que, en ocasiones, hemos dado a nuestros hermanos blancos la impresión de que nos gustaba el modo en que nos trataban. Pero esta noche estamos aquí para liberarnos de esa paciencia que nos ha hecho pacientes con algo tan importante como la libertad y la justicia". Las tácticas de disuasión pacifista (la desobediencia civil) que
Martin Luther King había tomado de Gandhi y aplicado con éxito para remediar la
situación en el Sur producían carcajadas en los jóvenes negros del Norte que
tenían a Patricio Lumumba en la cabeza, a Che Guevara en el corazón y estaban a
punto de tener a Malcolm X en sus consignas de combate. A la población negra no
se les escapaba que su participación en la guerra de Vietnam era del 30% de la tropa de
infantería de combate, este porcentaje triplicaba el de blancos que había
en filas, que era de aproximadamente un 10%.
Un año más tarde, y después de que le
arrojaran una bomba sobre su casa, lograba que el Tribunal Supremo confirmara
una condena federal del sistema de segregación en los transportes públicos.
En 1958 apareció su libro Stride Toward Freedom sobre ese boicot. King logró su máxima influencia sobre la
comunidad negra al unir la acción directa en favor del registro de
votantes afroamericanos en el sur y contra la segregación, a la presión
respecto a la legislación en favor de los derechos civiles a escala nacional.
El 28 de agosto de 1963 el doctor King convoco una marcha sobre Washington
D.C. en apoyo de los derechos civiles, se reunieron unas 250.000 personas, los
cuales le oyeron pronunciar su más famoso discurso: "Sueño con el día en que
esta nación se levante para vivir de acuerdo con su creencia en la verdad
evidente de que todos los hombres son creados iguales (...) Sueño con el día en
que mis cuatro hijos vivan en una nación donde no serán juzgados por el color
de su piel sino por la integridad de su carácter".
Al año siguiente la Ley de Derechos Civiles
prohibía la segregación racial en locales públicos y la discriminación
educativa y laboral. Martin Luther King ganaba el Premio Nobel de la Paz.
Todos los días asistimos a un mal uso de la
palabra “líder” cuando se le atribuye dicha cualidad a personas de cierta
relevancia social, bien sea políticos, empresarios, sindicalistas, periodistas, etc. Los medios de comunicación y por ende la sociedad ha llegado a
acostumbrarse a tildar con dicha cualidad a personas que ni lo son ni representan las
cualidades de dicho término. Es pues momento de detenerse y hacer una
reflexión sobre qué cualidades y virtudes sobre las que se asienta dicho termino a fin de hacer un uso adecuado de dicho término. Con ello se conseguirá que
cuando una persona escuche o tilde con dicho término conozca si se ajusta a su significado.
Para empezar diremos que la palabra “líder”
encuentra su origen en la partícula “lid”, que proviene del latín
lis-litis (nominativo y genitivo latinos, respectivamente). Su significación
original en la lengua latina es: disputa, querella o proceso. De esta
manera y según su etimología, el líder es quien inicia o se encuentra inmerso
en una querella, disputa o proceso. Este significado es verdaderamente interesante
pues coloca al líder, no como alguien con una postura pasiva frente a la
realidad, sino como alguien que tiene una postura activa de disputa mediante la
cual, se supone, quiere cambiar algo de su entorno inmediato. También, la
palabra líder, puede tener sus orígenes en el latín: “leit” que traducido al
español significa: “avanzar o ir hacia adelante”. Enfocándonos un poco en esta
definición del latín; el líder es, en este caso, el que toma el liderazgo y la
delantera para ser un pionero, el guía de su grupo.
Según
el gurú del comportamiento organizacional y el liderazgo Warren Bennis, profesor
de la Universidad de Cincinnati, la MIT Sloan School of Management y Harvard
Business School, asesor de cuatro presidentes norteamericanos y
autor del best-seller "Cómo llegar a
ser líder”,
existen algunos ingredientes básicos que todo líder tiene;
1. Visión. Bennis afirma
que el líder tiene una idea muy clara de que es lo que quiere hacer personal y
profesionalmente, y la fortaleza para perseverar a pesar de los contratiempos y
hasta de los fracasos. A menos que uno sepa a donde va y porqué, no es posible
que llegue. Para Burt
Nanus coautor de libros sobre liderazgo con Bennis, el
líder mantiene su vista firme en el horizonte lejano, incluso cuando camina
hacia él. John P.
Kotter nos dice que visión se refiere a una imagen del futuro con algún
comentario implícito sobre el motivo por el que la gente debe luchar para crear
el futuro, incluso afirma que puesto que la función del liderazgo es la de
producir cambio, señalar el rumbo de ese cambio es fundamental para liderar. El
señalamiento del rumbo como parte del liderazgo no se traduce en planes, sino en visión y
estrategia, que describen lo que un negocio, una tecnología o una cultura
corporativa deberían llegar a ser a largo plazo, articulando una manera
factible de alcanzar esa meta. El líder va más allá de lo cotidiano, desafiando
abiertamente el statu quo y perseverando a pesar de todas las dificultades con
el único fin de que se alcancen las metas que soñó para su organización.
2.
Pasión. El líder
tiene una pasión fundamental por los procesos de la vida, combinada con una
pasión muy particular por una vocación, profesión, línea de conducta. El
líder ama lo que hace y le encanta hacerlo... el líder que comunica pasión les
da esperanza e inspiración a otros.
3. Integridad. Warren Bennis
nos indica que la integridad para él tiene tres partes: el conocimiento de sí
mismo, sinceridad y madurez. Conócete a ti mismo, sigue siendo la tarea
más difícil para todos. Para que un líder pueda triunfar debe conocer sus
puntos fuertes y débiles y debe saber ¿qué es lo que quiere? y ¿por qué lo
quiere? La sinceridad es la
clave del conocimiento de sí mismo y se basa en la honradez de pensamiento y
acción, firme devoción a los principios y entereza fundamental. La
madurez es importante para el líder, todo líder debe haber tenido la
experiencia de ser seguidor, de haber aprendido a ser laborioso, observador,
capaz de trabajar con otros y aprender de ellos, nunca servil, siempre
veraz. Habiendo hallado estas cualidades en sí mismo puede fomentarlas
en los demás. Según James Otoole el
líder nunca pierde de vista sus objetivos o compromete sus principios. Es
simultáneamente una persona de fuertes principios y pragmática.
4. Confianza. Bennis nos dice que la confianza es una
cualidad que tiene que ganarse, la otorgan los colegas y seguidores y sin ella
el líder no puede funcionar. Para James Ottole
refleja los valores y aspiraciones de sus seguidores.
5. Curiosidad. El líder se interesa por todo,
quiere aprender todo lo que pueda.
6. Audacia. El líder no se preocupa por los
fracasos, está dispuesto a arriesgarse, experimentar, ensayar cosas nuevas.
Acepta los errores sabiendo que de ellos se puede aprender.
Por otro lado para Bennis existen una serie de mitos
sobre el liderazgo que distorsionan las cualidades de dicho término. En su
libro “Aprendiendo a liderar” (Learning to lead) expuso cinco
grandes mitos sobre liderazgo:
- El liderazgo es una habilidad extraña: Todo el mundo tiene el potencial para ser líder, en el mundo existen millones de roles de liderazgo, una persona puede ser líder en una faceta de su vida y “corriente” en otra.
- Los líderes nacen, no se hacen: Los grandes líderes no llevan un código genético extraordinario o su papel de líder ha sido predeterminado al nacer. El liderazgo es un proceso profundamente humano, lleno de pruebas y errores, victorias y fracasos de ocurrencias, intuición y reflexión. Las principales cualidades y competencias del liderazgo se pueden aprender si hay el deseo de hacerlo.
- Los líderes son carismáticos: Los líderes en general son muy humanos, no hay nada en su apariencia, personalidad o estilo que los aparte de sus seguidores. Bien es cierto que un liderazgo efectivo puede conferir de cierto carisma al líder ya que recibe el respeto y la admiración de los suyos.
- El liderazgo sólo se da en la cumbre de la organización: Los líderes no solamente se sitúan en la cúspide de las organizaciones, pensemos en grandes corporaciones con sus mandos intermedios. Cuanto más grande sea la organización más roles de liderazgo deben existir.
- El líder controla, dirige y manipula el resto: Este puede ser el mito más peligroso. El liderazgo no es el ejercicio del poder, sino un empoderamiento o delegación (empowerment) de los otros. Los líderes, lideran atrayendo, no empujando, generando expectativas conseguibles y retadoras, y reconociendo el progreso hacía esas expectativas. Ha de fomentar que las personas asuman su propia iniciativa, en lugar de manipular.
Una de las características que hacen que el líder sea
de verdad reconocido es su capacidad y habilidad de persuasión para conseguir
que las cosas se hagan bien sea horizontalmente o verticalmente a través de
todas las líneas de mando de las que dispone con sus colaboradores. Las organizaciones de hoy
son políticamente complejas y fluidas, y tienden a difuminar las líneas de
autoridad formal. Los colaboradores continuamente cuestionan y desafían a la
autoridad de sus Líderes. La
horizontalidad de las organizaciones ha creado redes informales de poder que
hacen que los estilos de mando y control se resuelvan con un liderazgo
obsoleto.
Para liderar con éxito el líder debe tener la
capacidad de persuadir a su equipo, convencerles de actuar en su nombre y bajo su
dirección, a menudo sin autoridad formal. Incluso, cuando posea la
autoridad formal, debe ser reacio a utilizarla. Las personas que realizan trabajos no sólo preguntan "¿qué debo
hacer?", sino "¿por qué debería hacerlo? La persuasión eficaz se
convierte en un proceso de negociación y de aprendizaje, a través del cual un líder
persuasivo guía a sus colegas a alcanzar soluciones compartidas para los
diferentes problemas. El líder genera argumentos racionales en base a su información, ideas, enfoques y / o soluciones,
de una manera que recurran a las emociones humanas básicas de sus seguidores.
Para realizar dicha labor de persuasión se necesitan abordar cuatro elementos claves:
1. Poseer credibilidad
2. Conocer a la audiencia
3. Tener buenos argumentos
4. Comunicación fluida
La Persuasión eficaz puede
resultar difícil y lenta, pero en última instancia es el estilo más poderoso
para mejorar la gestión de los líderes. Hoy
tienes que apelar a la gente, ayudándoles a ver cómo pueden ir de aquí para
allá, estableciendo tu credibilidad y dándoles razones y apoyo constante para
llegar hasta allí.
Es curioso observar como en las organizaciones el
liderazgo se vende a través de mensajes a distancia, gestos y palabras huecas
alejadas de las personas que habitan y viven el día a día dentro de las
organizaciones, las cuales
he de decir disfrutan de una capacidad de información y lectura que hace
difícil que se les pueda manipular e inducir si no creen en lo que ven.
Por otro lado, los altos directivos de las organizaciones empresariales, sociales,
políticas, etc., deberían formularse la siguiente pregunta, ¿conseguiría
yo como líder de mi organización movilizar y mover a mis empleados,
colaboradores u otros por mi influencia en pos de una meta que me fije como
hizo Martin Luther King en 1963 cuando convoco a 250.000 personas en Washington
en pos de su visión de derechos civiles? Obviamente por lo que uno observa, lee y escucha he
de decir que el liderazgo en este país en muchas organizaciones sigue
todavía muy anclado en los tópicos del "ordeno y mando", empujando
a las personas para que realicen sus tareas, y ese no es el mejor camino.
Ya lo dijo Warren Bennis: “Los
líderes no surgen de la nada. Deben ser desarrollados: educados de tal manera
que adquieran las cualidades del liderazgo”.
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