Luis trabajaba en una empresa
hacía dos años. Era muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones.
Llegaba puntual y estaba orgulloso de que no haber recibido nunca una
amonestación. Cierto día, buscó al gerente para hacerle un reclamo:
- Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero percibo que he sido dejado de lado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo seis meses y ya ha sido promovido a supervisor.
- ¡Ajá! -contestó el gerente. Y mostrando cierta preocupación le dijo-: Mientras resolvemos esto quisiera pedirte que me ayudes con un problema. Quiero dar fruta para la sobremesa del almuerzo de hoy. Por favor, averigua si en la tienda de enfrente tienen frutas frescas.
Luis se esmeró en cumplir con el encargo y a los cinco minutos estaba de vuelta.
- Bien, ¿qué averiguaste?
- Señor, tienen naranjas para la venta.
- ¿Y cuánto cuestan?
- ¡Ah! No pregunté.
- Bien. ¿Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?
- Tampoco pregunté eso.
- ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?
- No lo sé, señor, pero creo que...
- Bueno, siéntate un momento.
El gerente cogió el teléfono e hizo llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que a Juan, y en diez minutos estaba de vuelta. El gerente le preguntó:
- Bien, Fernando, ¿qué noticias me traes?
- Señor, tienen naranjas, las suficientes para atender a todo el personal, y si prefiere, tienen bananos, papayas, melones y mangos. La naranja está a 150 pesos el kilo; el banano, a 220 pesos la mano; el mango, a 90 pesos el kilo; la papaya y el melón, a 280 pesos el kilo. Me dicen que si la compra es por cantidades, nos darán un descuento de diez por ciento. Dejé separadas las naranjas, pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.
- Muchas gracias, Fernando. Espera un momento.
Entonces se dirigió a Luis, que aún seguía allí:
- Luis, ¿qué me decías?
- Nada, señor... eso es todo. Con su permiso.
- Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero percibo que he sido dejado de lado. Mire, Fernando ingresó a un puesto igual al mío hace sólo seis meses y ya ha sido promovido a supervisor.
- ¡Ajá! -contestó el gerente. Y mostrando cierta preocupación le dijo-: Mientras resolvemos esto quisiera pedirte que me ayudes con un problema. Quiero dar fruta para la sobremesa del almuerzo de hoy. Por favor, averigua si en la tienda de enfrente tienen frutas frescas.
Luis se esmeró en cumplir con el encargo y a los cinco minutos estaba de vuelta.
- Bien, ¿qué averiguaste?
- Señor, tienen naranjas para la venta.
- ¿Y cuánto cuestan?
- ¡Ah! No pregunté.
- Bien. ¿Viste si tenían suficientes naranjas para todo el personal?
- Tampoco pregunté eso.
- ¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?
- No lo sé, señor, pero creo que...
- Bueno, siéntate un momento.
El gerente cogió el teléfono e hizo llamar a Fernando. Cuando se presentó, le dio las mismas instrucciones que a Juan, y en diez minutos estaba de vuelta. El gerente le preguntó:
- Bien, Fernando, ¿qué noticias me traes?
- Señor, tienen naranjas, las suficientes para atender a todo el personal, y si prefiere, tienen bananos, papayas, melones y mangos. La naranja está a 150 pesos el kilo; el banano, a 220 pesos la mano; el mango, a 90 pesos el kilo; la papaya y el melón, a 280 pesos el kilo. Me dicen que si la compra es por cantidades, nos darán un descuento de diez por ciento. Dejé separadas las naranjas, pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.
- Muchas gracias, Fernando. Espera un momento.
Entonces se dirigió a Luis, que aún seguía allí:
- Luis, ¿qué me decías?
- Nada, señor... eso es todo. Con su permiso.
Si hay algo que define el éxito de las personas en
su emprendimiento o actividad es el compromiso con lo que se realiza. El
compromiso significa hacer lo que haga falta durante el tiempo que haga falta,
esta actitud se tiene o no se tiene, no existe la opción de tener un poco de
compromiso. El compromiso no es un bien negociable, quien no lo
entrega lo único que entrega es nada. El compromiso por otra parte
exige una determinación total con la meta fijada por el individuo. El actor
norteamericano Will Smith lo explica con el siguiente ejemplo para justificar
su compromiso con los proyectos cinematográficos que emprende.
“Aquí hay
dos máquinas de correr de gimnasio. Yo me voy a subir a una y tú a otra, y solo
pueden ocurrir dos cosas: o tú te bajas antes o yo me muero en la cinta.”
Esto es un ejemplo de lo que es darlo todo por la
causa, el compromiso no admite excusas, solo resultados, vencer o morir. A las
personas casadas con la excelencia se les presentan oportunidades brillantes, a
las personas normales se les presentan oportunidades normales y por último a
las personas mediocres solo oportunidades malas. La regla que debe medir el
desempeño de un individuo es "ser tan bueno en lo que uno hace que
la gente no pueda ignorarte". Cuando una persona realiza una
tarea, debe poner toda su capacidad, conocimiento y desempeño en lo que se
realiza, ya que la competencia y capacidad de una persona nunca está en
la excelencia si no en la mediocridad de lo realizado. El incorporar
valor a lo que se realiza es una ventaja que incrementa la competitividad y
hace que seamos diferentes del resto de los competidores.
Pero para tratar el compromiso debemos abordar el
mismo desde dos ámbitos o esferas diferentes: el del propio individuo y
el de la compañía donde realiza su actividad.
El compromiso propio del individuo tiene que estar
anclado en una firme decisión de invertir en sí mismo, esto se realiza
dedicando una parte de su tiempo a formarse, aprender, cultivar sus inquietudes
de aprendizaje, mejorar las relaciones con su entorno, pensar, etc. La regla
que debe guiar al individuo en su desarrollo es "quien no progresa,
retrocede. Quien no se enriquece se empobrece." Si una persona se guiara
solamente por su egoísmo de crecimiento, se podría decir que el nivel de sus
ingresos solo crecerá lo que sea capaz de crecer el mismo en su capacitación.
Esto hoy en día es ciertamente cuestionable debido a como se encuentran la
situación económica, pero no es menos cierto que individuos que empezaron
negocios o actividades de emprendimiento con por ejemplo Elon Munsk, han
triunfado sobre todo por su compromiso por la meta fijada. Los individuos
comprometidos están siempre orientados a buscar; resolución, resultados y
satisfacción, sin embargo el no comprometido siempre busca excusas, por
suerte existen muchos a quien echarle "el muerto del fracaso", los
compañeros, el gobierno, el proveedor, la logística, etc. En una compañía los
problemas son algo natural con lo que hay que lidiar, pero hay que partir de
la base de que para cada problema siempre hay una solución, si esta regla no
fuera así no sería un problema, lo cual, es un acicate que la persona
comprometida conoce y hace que sus soluciones fluyan de forma natural. Todas
las personas tienen fortalezas pero también debilidades, esto hace que las
personas comprometidas tengan la visión de que la solución a los problemas pasa
por la relación con sus semejantes. Conversar, debatir, cultivar su red de
contactos, mostrar empatía, aportar propuestas de valor, son actividades que el
individuo comprometido trata de maximizar, pero si hay algo que verdaderamente
rinde homenaje a los que es el compromiso es: la perseverancia.
Metodología 5s
Cualquier individuo que haya emprendido alguna misión se ha encontrado con dificultades, estas cuando se vuelven complejas ponen a prueba la resistencia del mismo, obligándolo a pasar momentos de bajón, negatividad, pesimismo, etc. Muchos abandonan cuando esto sucede, solo la persona comprometida avanza hacia delante, de ahí lo importante que es esta cualidad en las compañías, ya que la misma es el mejor arma para poder competir con el resto de compañías. El compromiso pues es la virtud que bloquea dichos pensamientos negativos y hace que el individuo posea una fortaleza emocional que no frena su ímpetu por llegar a la meta que tiene fijada. Ya lo manifestó Woody Allen, el 90% del éxito solo es cuestión de insistir. Zig Ziglar lo describía de la siguiente forma, "no se desanime, a menudo es la última llave del llavero la que abre la puerta."
Cualquier individuo que haya emprendido alguna misión se ha encontrado con dificultades, estas cuando se vuelven complejas ponen a prueba la resistencia del mismo, obligándolo a pasar momentos de bajón, negatividad, pesimismo, etc. Muchos abandonan cuando esto sucede, solo la persona comprometida avanza hacia delante, de ahí lo importante que es esta cualidad en las compañías, ya que la misma es el mejor arma para poder competir con el resto de compañías. El compromiso pues es la virtud que bloquea dichos pensamientos negativos y hace que el individuo posea una fortaleza emocional que no frena su ímpetu por llegar a la meta que tiene fijada. Ya lo manifestó Woody Allen, el 90% del éxito solo es cuestión de insistir. Zig Ziglar lo describía de la siguiente forma, "no se desanime, a menudo es la última llave del llavero la que abre la puerta."
En el segundo aspecto donde el compromiso se tiene que arraigar como dije anteriormente es en las compañías. Según Gallup
los colaboradores desmotivados cuestan a las empresas 68000 millones de $ cada
año, debido fundamentalmente a dos causas: la disminución de la productividad
y una alta tasa de rotación. Las compañías que tienen a trabajadores
altamente comprometidos obtienen más del doble de beneficios que otras
compañías de similares características con fluctuantes niveles de compromiso e
implicación. Se puede sintetizar con la siguiente afirmación: cada trabajador
puede hacer ganar o perder dinero a una compañía, la clave será el grado de
implicación que nos muestre, y este vendrá determinado por el camino que ha elegido.
Los trabajadores que viven, conocen y apoyan la misión
de la compañía generan un entusiasmo que es contagioso para el resto de sus
compañeros. Esto promueve que surja la iniciativa y participación del resto,
produciendo que todo el mundo aporte un “plus” extra a la hora de
conseguir la meta que está fijada. Si los miembros del equipo están
desmotivados, no van a hacer más que lo mínimo que se espera de ellos.
Cuando surjan las dificultades, serán los primeros que se apartaran y
evitaran superar las mismas, esto además tiene un componente pernicioso
que es gravísimo para las compañías, es el estado de opinión negativa que
generan los mismos. Los empleados que no están ni motivados ni
comprometidos con la empresa se dedican a envenenar el ambiente y socavan el
trabajo de quienes lo hacen bien. Esto destruye la moral de las
personas comprometidas, produciendo un efecto completamente opuesto a lo que se
pretende dentro la compañía. Los
empleados totalmente comprometidos con la compañía son sus mejores embajadores,
defienden a su empresa en cualquier escenario, en el trabajo, en su vida social
o particular o donde sea menester. Son unos perfectos relaciones públicas de su
compañía, actuando como prescriptores y vendedores de sus productos y servicios
allí donde sea menester, este intangible tiene un valor incalculable.
Frente a este problema del compromiso, las compañías
tienen dos opciones, una lenta y de compromiso poco duradero y otra más difícil
pero generadora de un compromiso más duradero y rentable. La primera
consiste en generar compromiso en base a incentivos económicos como puede ser
los programas de acciones para toda la plantilla, estos buscan amarrar un
compromiso en base al incentivo que significa trabajar en la compañía siendo
copropietario de la misma, esto que puede vincular en un principio, tiene los
pies de barro si dentro de la compañía no existen otras circunstancias que
generen un ambiente o Clima Laboral adecuado, como por ejemplo; los
problemas se resuelven, los mandos y directivos se dedican a servir al resto de
empleados, donde existe una buena comunicación, veraz, real y adecuada, los
conflictos laborales se resuelven, etc. Si el compromiso de las compañías
se pudiese comprar con un puñado de euros, el sistema tendría más efectividad
en las encuestas de Clima Laboral, y por lo que sucede en muchas compañías, esto
sólo no motiva.
La segunda acción es más trabajosa, pero muchísimo más
efectiva para lograr dicho compromiso, requiere esforzarse en generar un
ambiente de trabajo dentro del espacio laboral que influya en la satisfacción
de la persona para que su productividad aumente. Para lo cual el directivo
tiene que realizar toda una serie de acciones tendentes a mejorar dicho
espacio, entre ellas están: la aplicación de valores y principios en la
gestión, políticas de personal justas y equilibradas a todos los individuos,
medios y espacios físicos de trabajos ergonómicos y seguros, etc. Aspectos como
el liderazgo, la comunicación, reconocimiento, la igualdad de
oportunidades, son fundamentales para la consecución de dicho Clima
Laboral que genera el compromiso en el trabajador.
Así pues, los directivos se encuentran en el momento
de la verdad como decía Jan Carlzon director
ejecutivo de SAS, los directivos deben reflexionar y pensar que es lo más
rentable y económico para sus compañías; el buscar un compromiso duradero o efímero,
luchar o abandonar por dicho compromiso, conseguir un beneficio más duradero en
el tiempo o renunciar a esos beneficios para sus grupos de interés (empleados,
accionistas, inversores, etc.). La decisión racional a dicho dilema no parece
muy difícil de tomar.
Ya lo dijo Plutarco de Cayo Mario: “No hay cosa
que más disfrute el soldado romano que ver a su oficial de mando comer
abiertamente el mismo pan que él, o tenderse sobre un sencillo lecho de paja, o
erigir una empalizada. Lo que admiran de un jefe es su disposición para
compartir el peligro y las dificultades, más que su habilidad para conseguir
honor y riqueza, y sienten más aprecio por los oficiales que son capaces de
hacer esfuerzos junto a ellos que los que les permiten pasarlo bien”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario