Paul
Von Beneckendorff
murió el 2 de agosto de 1934 cuando sus pulmones dieron su última exhalación
después de aguantar la degradación de un cáncer. Este personaje, leonino de
1,92 metros de estatura, fue presidente de Alemania en 1925 al vencer a Hitler.
Pero no se lo recuerda por eso. Tampoco porque terminó siendo el último
obstáculo para el ascenso de los nazis al poder. Menos aún porque se lo terminó
enterrando seis veces. Se lo conoce por una simple anécdota y hoy
es invocado inesperadamente por cualquier abuela aún sin saber que de él se
trata.
Un
día, este mariscal prusiano se encontraba revisando a su tropa y en un típico
alarde militar sentenció: “me basta echar en falta el botón de una
guerrera (chaqueta) para saber cómo es un soldado”. Obviamente, a los
soldados esta expresión no les cayó muy bien. No faltó quien se lo hiciera
saber: le advirtieron que para juzgar a una persona eso no era suficiente. Von
Beneckendorff insistió en su afirmación y explicó que las pequeñas
faltas son las que nadie se molesta en descubrir, pero que esconden a quienes
son proclives a cometer las grandes faltas. “Quien falla en lo pequeño, falla en lo
grande”, dicen los historiadores que dijo este luterano,
padre de tres hijos. Finalmente, concluyó su opinión con la expresión: “por eso, para muestra, basta
un botón”.
El
asunto del Clima Laboral, adquiere especial interés por su gran influencia
en las compañías en los procesos de organización y psicológicos como: la comunicación, la
toma de decisiones, la solución de problemas, el aprendizaje, la motivación
entre otros, y por ende, su influencia en la eficiencia de la organización y
en la satisfacción de los empleados. El precisar el nivel de Clima
Laboral en una compañía y su relación con la satisfacción laboral de
los empleados, se ha vuelto un
factor crítico de competitividad. A fin de dirigir las acciones
específicas que mejoren y cambien dicho indicador si es negativo, los
directivos tienen que priorizar su acción en dicho sentido a fin de garantizar
la continuidad de la compañía. Aquellos
directivos de compañías que se han vuelto unos zánganos y viven de cara al
“escaparate” con respecto a dicho indicador, están condenando a la compañía que
representan a la irrelevancia por una caída constante en sus indicadores
económicos de gestión, como pueden ser: ventas, clientes, cuota de mercado, etc.
El origen del Clima Laboral está en la sociología y lo refiere al resultado de la
forma en que las personas establecen los procesos de interacción social, que
están influenciados por un sistema de valores, actitudes y creencias, así como
también de su ambiente interno. Con los estudios de Clima
Laboral se consiguen determinar las causas que influyen en los empleados
a fin de comprender sus conductas dentro de la compañía. Los estudios de
Clima permiten el planeamiento de estrategias que beneficien el comportamiento
del factor humano, elevando la productividad y alcanzando mejores estándares de
calidad en parámetros como las relaciones laborales, la comunicación, y por
ende en la eficiencia de la organización y en sus beneficios.
Sin
embargo todo lo dicho anteriormente es una situación analizada,
comentada, aprendida y asumida por empleados, mandos y directivos, pero
sin embargo en algunas compañías siguen empecinados en su reiteración de
ningunear el trabajo que requiere la salud de dicho indicador.
Entonces, ¿Qué es lo que lleva
a dichos directivos a seguir destruyendo valor en la compañía de forma reiterada?
Varias son las causas, la primera de ellas y fundamental es la falta de actitud
hacia dicho indicador, existen muchos
directivos que tienen asumido que sus colaboradores están ahí para servirles
ciegamente, eludiendo saber una máxima con respecto al ser humano,
uno compra el trabajo
de una persona pero no sus ganas de trabajar. Las ganas es un intangible que
requiere la siembra de otros intangibles para que el trabajador ofrezca lo
mejor de sí mismo. Otro factor muy importante es el conocimiento y
la asimilación de la importancia de dicha variable por parte de estos
directivos zánganos. Generalmente en aquellas compañías que fracasan en la
gestión del Clima, sus directivos se comportan de esta forma porque carecen
de un conocimiento de la importancia del mismo, más aún, estas compañías
tienen implantada una política de incentivos con respecto al Clima que como
mucho puede representar entre un 10 o 15% de valor de todo el variable que
pueden percibir los mismos. Obviamente si el valor de la principal de
las palancas que mueven las compañías (el entorno laboral de las personas)
representa tan poco dentro de los objetivos del directivo, muchos de
ellos asumen que no compensa el esfuerzo por la cantidad de trabajo que hay que
realizar para tener dicho indicador sano, más allá de lo típico que suelen realizar,
presionar e intentar forzar a que los empleados hagan dicha encuesta de Clima
Laboral. Esto es un error mayúsculo, ya que este indicador tiene
una correlación directa sobre el resto de indicadores económicos por el que se
mide la compañía. Un ejemplo de esto último, ¿acaso existe la misma productividad
en una compañía con mal ambiente laboral que en aquellas que lo tienen sano? Es
conocido que a mejor Clima Laboral habrá mayores ventas y por consiguiente más
cuota de mercado, lo cual permitirá retribuir mejor al grupo de stakeholders
(accionistas e inversores) de la compañía.
En
1946 Rensis Likert,
psicólogo norteamericano, realizó una serie de investigaciones para el Instituto de
Investigaciones Sociales de la Universidad de Michigan, pretendiendo
explicar el liderazgo. Dichos estudios se realizaron inicialmente con empleados
de oficina de una gran empresa aseguradora; gracias a ellos se observó que había diferentes
estilos de liderazgo asociados a diversos niveles de productividad. Los departamentos
en los que había una alta productividad eran dirigidos con estilos diferentes a
aquellos cuyo índice era menor. Las características básicas en los
departamentos con productividad más elevada eran donde los supervisores o
mandos delegaban más autoridad, ejercían una supervisión más flexible y mostraban
un mayor interés por la vida personal y el bienestar de sus subordinados.
Posteriormente, al continuar sus investigaciones, Likert se
percató que ambas dimensiones, interés por los subordinados e interés
por la tarea, son independientes, no excluyentes, o sea que se puede tener una
calificación baja o alta en una o en ambas simultáneamente, que es el mismo
resultado alcanzado por otros investigadores. Además Likert, en
compañía de Jane Gibson Likert, su esposa, concluyó que el Clima Laboral de
un equipo de trabajo o nivel jerárquico específico está determinado
básicamente por la conducta de los líderes de los niveles superiores. Dicha
conducta es la influencia más importante. La capacidad para ejercer esta
influencia disminuye a medida que se desciende en la escala jerárquica, pero en
la misma medida, es mayor la influencia del ambiente organizacional.
Para
medir el Clima Laboral, Likert
estableció cuatro sistemas de liderazgo que determinan el mayor o menor impacto
de mando o directivo en dicho indicador, son los siguientes:
Cuando
los directivos no tienen, ni proyectan este compromiso con las personas que son
sus colaboradores, no es de extrañar que fracasen estrepitosamente en la
gestión de las metas y objetivos económicos que tienen fijados. Cando hablamos de recursos humanos,
rápidamente aparecen los términos satisfacción y Clima
Laboral cómo la manera de medirla. Sin embargo cuando los directivos
hablan de Clima Laboral se refieren al mismo como si de un fin
en sí mismo se tratara, equiparando Clima Laboral a la satisfacción de los
trabajadores, y pensando que en un mundo ideal estaría bien que nuestros
empleados estuvieran satisfechos, pero que con los tiempos que corren, todo
esto deja de ser prioritario y mejor olvidarlo. Una visión de lo más lamentable
e irresponsable, ya que en muchos casos no están jugando con su dinero, sino
con el millones de accionistas e inversores. http://bit.ly/2hcai2E
Esta falta de claridad en la
estrategia corporativa se acaba por convertir en una falta de objetivos
concretos y específicos ya que carecen de la mejor de sus palancas para
alcanzarla, LAS PERSONAS. Entender
esto y actuar sobre dicho contexto poniendo foco sobre dicho problema hará que
la compañía comparta la foto del plan estratégico que tiene en marcha, quienes somos, a
donde vamos y como lo haremos, solo entonces y nunca antes, se podrán tomar las
decisiones dentro de la compañía con conocimiento y por lo tanto con mayor
posibilidad de acertar.
Con
estos precedentes sobre el Clima Laboral en algunas compañías,
no es de extrañar que en el año 2011 la consultora Hay Group efectuara un
estudio http://bit.ly/2ADarB2 sobre una
muestra de 70.000 empleados de empresas europeas que evaluaron a más de 14.000
responsables. En el mismo se
concluye que un 64% de los directivos españoles fallan a la hora de crear un
ambiente de trabajo positivo y, por lo tanto, corren el riesgo de generar
desmotivación entre sus colaboradores. Las investigaciones
sugieren que la principal causa es una diferencia importante en los estilos de
liderazgo utilizados en las compañías. En concreto, se sabe por las
investigaciones y la experiencia, que la manera
dirigir tiene un impacto aproximado del 70% en el clima de motivación y la
satisfacción que se respira en un equipo de trabajo. Actualmente, parece que
las cosas han cambiado poco en algunas compañías, se sigue hablando mucho de
dicho tema, pero las acciones concretas que requiere dicho problema brillan por
su ausencia.
Si los directivos no
cambian su actitud hacia el Clima Laboral,
será el
"botón de muestra" que les retrate en cuanto al compromiso que tienen
con los empleados que dirigen en su compañía, como decía el
mariscal Paul Von
Beneckendorff al comienzo de este post. Solo optando por la
lucha y el trabajo abnegado de servicio hacia sus colaboradores podrán
triunfar. Tendrán que superar etapas de difíciles de resultados mediocres al
principio, pero con determinación férrea podrán superar las adversidades que
aparecerán en dicha carrera hacia el éxito. Los que sigan dicha recomendación,
trasladarán la imagen de que tanto en las cosas pequeñas como en las grandes lo
primero es... Su compañía.
Ya
lo dijo Nelson Mandela: “Aprendí que el coraje no era la ausencia de
miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es el que no siente miedo, sino
el que vence ese temor.”
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