Solamente las compañías que sepan
realizar una apropiada gestión del talento de sus trabajadores estarán en
disposición de competir en unos mercados que son cada vez más y más
competitivos. Se conoce el talento como el
producto de la siguiente fórmula:
TALENTO = CAPACIDAD *
COMPROMISO * EXPECTATIVAS ALINEADAS
Como se puede ver a las personas
no les suele faltar capacidad, pero falta en ocasiones compromiso,
si lo tienen, encajan sus expectativas de vida/trabajo con la cultura de la
empresa durante un tiempo esperando que sus expectativas y metas se vean
alcanzadas. Si eso falla comienzan los problemas para la compañía.
Es por ello fundamental que la
gerencia que dirige de forma directa o indirecta los factores que determinan el
rendimiento de los trabajadores lo hagan buscando las condiciones más
favorables para la evaluación del desempeño así como sistemas de compensación y
reconocimiento justos.
La motivación intrínseca es
el motivador más grande que posee el individuo, cuando la persona se encuentra
en ese estado desarrolla la tarea con las siguientes características: mantiene
fácilmente la concentración sobre la tarea más tiempo, se esmera en hacer la
tarea porque piensa que merece nuestro mejor desempeño y por último
nuestro compromiso va más allá de obtener una recompensa de
cualquier clase.
De nada sirve que un trabajador sea talentoso si no se esfuerza por mejorar
sus aptitudes, sin embargo pocas son las compañías que identifican y estimulan
las habilidades de sus trabajadores.Un ejemplo de empresa con talento es Google, esta empresa ha pasado de ser una máquina de generar dinero a ser un yacimiento de talento, hace sólo cinco años era un imán para ingenieros, todo el mundo quería trabajar allí. Sigue contratando fuertemente, pero ha entrado en una fase de madurez, ahora los imanes se llaman Facebook, Twitter o Zynga. Por cada 15 empleados que dejan Google para irse a Facebook, solo uno emprende el camino contrario. Mientras Facebook ficha sin problema de otras firmas, a Yahoo y Microsoft les cuesta muchísimo retener empleados.
Ya lo decía Honoré de Balzac: "No existe gran talento sin gran voluntad."
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