Es
frecuente observar a líderes empresariales evitar los problemas de la gestión
cuando las cosas se ponen feas con respecto a los objetivos fijados. Una
variable que se suele ver afectada es el tiempo, en este caso se utiliza para
dejar morir o pudrirse los problemas. Existe la famosa regla de los dos
montones para solventar los problemas que emplean aquellos que son incapaces de
abordar la realidad, uno es el montón en el cual los problemas se
solventan solos y otro es el montón en el cual los problemas no se pueden
solucionar. Decía Jim Rohn célebre empresario norteamericano,
"encuentro fascinante que la mayoría de las personas planifican sus
vacaciones con mucho más cuidado que sus vidas. Quizás eso se debe a que
escapar es más fácil que cambiar".
Los
líderes de hoy que no han aprendido todavía a identificar la importancia del
tiempo tienen un gravísimo problema, ya que la anticipación es quizás la baza principal que hace evolucionar una compañía hacia el éxito, ya que el que
pega primero pega dos veces. El resto de competidores tiene que ir a remolque
de quien guía el mercado, ejemplos hay muchos como; Apple, Google, etc.
Una
de las cosas que más llama la atención de este liderazgo trasnochado es la
tenacidad con que combaten la realidad demostrada de los llamados nuevos
liderazgos de personas. Las razones que podemos encontrar a dicha resistencia están
en; el desconocimiento hacia lo nuevo, el miedo a perder su "status
quo" dentro de la compañía, la poca disposición a adaptarse a las nuevas
realidades en las que viven las compañías hoy en día, la falta de compromiso
con la compañía en un momento que tanto se necesita el cambio para situarse en
el mercado, etc.
Estos
nuevos liderazgos basan su esencia en; la delegación, la comunicación, el
apoyo y servicio del líder hacia los demás, haciendo de las personas el
centro de todo lo que sucede en la compañía. Esto ocasiona nuevas formas de
gestión e interacción maximizando las capacidades de la compañía, todo lo
contrario de lo que hacen los liderazgos trasnochados, que es no dar valor a
las personas que componen las organizaciones.
Ya lo dijo el presidente italiano Sandro Pertini: "A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza".
No hay comentarios:
Publicar un comentario