Aquellas
compañías que se olvidan de mirar hacia; el pequeño cliente, satisfacción del
empleado, desarrollo de capacidades de sus empleados a través de la formación y
desarrollo y solo vuelcan su esfuerzo hacia objetivos como; la
comunicación sin hechos que la sustenten, la eficiencia a secas sin ningún tipo
de inversión que permita desarrollar nuevas áreas de negocio, la apertura de nuevos
nichos donde la compañía pueda competir y revertir la pérdida de ingresos allí
donde compite, los ajustes de capacidad sustentados solamente en la reducción
de empleo, etc., están condenadas a ser compañías secundarias en el
mercado con el paso del tiempo.
Esto
tiene su reflejo en la caída una serie de indicadores como por ejemplo: OI
(ganancia operativa), caída del EBITDA (Ganancias antes de intereses,
impuestos, depreciaciones y amortizaciones), caída del OIBDA (Ganancia
operativa antes de depreciaciones y amortizaciones), FCF (Flujo de caja libre),
OFCF (Flujo libre de caja operativo o de explotación), a esto habría que sumar
en muchos casos otros dos parámetros como son la pérdida de valor bursátil y el
aumento de endeudamiento.
Las
preguntas que quizás procede hacerse en base a la caída de dichos indicadores es
¿cuánto tiempo se puede aguantar dicha situación?, ¿se puede prolongar la
misma solo basada en la eficiencia del gasto?, ¿Cuál es el sentimiento de las
personas que trabajan en dicha organización viendo esa retirada de posiciones
prolongada en el tiempo allí donde compiten, esto alienta al compromiso o
produce pesimismo?
Las
empresas tratan de encontrar sin descanso formas para subir la moral de los
trabajadores que se quedan dentro: la fábula es que "se despide a
uno de cada tres y luego se pone un cartel en la pared, como quien intenta
curar una herida con una simple tirita o como por ejemplo hacían los Estados
Unidos durante la guerra de Corea, en la que los mandos militares organizaban
espectáculos para subir la moral de las tropas cuando las cosas no iban nada bien en el frente con artistas como Glenn Miller y
Marilyn Monroe".
Hoy en día las compañías contratan a grandes
oradores en las convenciones, regalan cursos online de autoayuda a sus
empleados y organizan acciones outdoor training para directivos buscando
lograr cohesión en los mismos para que repercuta en los equipos que lideran. Todas estas medidas muchas veces no logran revertir ese sentimiento de derrota
que viven los equipos en las compañías debido a que el escenario que les comunican y perciben no es el real que a ellos les toca vivir.
Ya
lo dijo el Dr. E. L. Kersten, “Si te basta con una foto chula y una
frasecita para motivarte, es que tienes un trabajo muy fácil… uno de esos que
dentro de poco harán los robots”.
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