La palabra ética proviene del latín éticos,
y este del griego antiguo ἠθικός (êthicos), derivada de êthos,
que significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.
En el ámbito laboral la ética profesional está referida a lo que se conoce como
códigos deontológicos, normas de actuación que regulan la actividad
profesional. En las organizaciones empresariales el valor de la ética hoy
en día es quizás uno de los activos más importantes que puede tener cualquier
compañía. Los directivos son piezas clave por su ascendencia y poder sobre
personas y colectivos dentro de una compañía, sus decisiones impactan
directamente sobre el devenir de una compañía haciendo pues que las mismas
deban tener unos principios y reglas de cumplimento obligatorio, ya que son
espejo del resto de personas que trabajan en la misma.
Hoy en día
el cliente recibe la información de lo que sucede prácticamente en
tiempo real, siendo esta una variable que incide e impacta sobre cualquier
compañía cuando se desvía y practica unos principios que se alejan de la moral
general establecida. De ahí que todas se sujeten mucho la ropa antes de cometer
errores que tengan incidencia a ojos de la opinión pública, ya que el mismo
tendría consecuencias funestas en su imagen y facturación, ejemplos hay muchos pero si
existe un sector en este momento donde su prácticas están gravemente cuestionadas
y tardará muchísimo tiempo en recuperar dicha imagen es el sector de la
banca.
Otra
variable muy importante de la ética directiva es la preocupación por los recursos humanos que
existen en una compañía, aquellas que mantienen una preocupación por factores
como, remuneración, sentido de pertenecía, seguridad en el trabajo, clima
laboral, etc., todo ello dentro de un ambiente de respeto y autoestima, tendrán
a un trabajador feliz y motivado por hacer su trabajo con calidad y eficiencia,
proporcionando a la empresa una ventaja competitiva decisiva.
Según la Ethics
Officer Association, las empresas que figuran en el Fortune 500 cuentan con
códigos de conducta, lo cual no es gratis ya que de esta depende la capacidad
de cohesión interna de la empresa y la posibilidad de generar una buena imagen
corporativa ante los clientes y potenciales competidores. Podemos por otro lado
tomar las enseñanzas de Mahatma Gandhi, quien puso de rodillas al Imperio
Británico con el peso de sus ideas y no con el peso de su espada, decía en ese
sentido que hay siete cosas que nos pueden destruir, a saber; Riqueza sin
trabajo, Placer sin Conciencia, Conocimiento sin Carácter, Comercio sin
Moralidad, Negocios sin Ética, Ciencia sin Humanidad, Religión sin Sacrificio,
Política sin Principios.
Desgraciadamente es muy común en las empresas hoy en
día llenarse de buenas intenciones sobre el papel; memorias, programas de clima
laboral, códigos éticos, memorandos, etc. Los papeles por desgracia lo aguanta
todo, pero la percepción que tiene el trabajador es que todo lo que se dicen en
los mismos no guarda relación con la realidad que le está tocando vivir ni con
las intenciones que pregonan. Se trata a las personas más como recurso material
que como un recurso desarrollable, el cual si se cuida y mira, tiene una alta
potencialidad, el problema para el directivo es: ¿cómo sacar la misma?,
¿dispone de los conocimientos y herramientas para extraer dicha potencialidad de sus
colaboradores?, ¿tiene interés por realizar esa tarea?
En la actualidad se está más en la idea por parte de
los directivos de sustituir a dicho recurso cuando se hace mayor o no se alinea
con la dirección como estrategia corporativa, se busca que el recurso humano
sea joven, formado y barato. Esto es un grave problema, primero porque se
pierde un gran conocimiento y experiencia que tiene la persona que se sustituye
y segundo se genera un sentimiento de frustración al resto de personal que se
mantiene en la compañía que se traduce en conductas muy cortas de compromiso
con los objetivos, nunca van más allá de la estricta responsabilidad que
tienen, siendo esto un grave hándicap para trabajar con unos principios éticos
de servicio de cara al cliente, lo cual se traduce en una importante pérdida de
competitividad para dicha compañía.
Una organización que viva
según los cinco valores básicos: igualdad,
libertad, dialogo, respeto y solidaridad estará mejor preparada para
el futuro. Entre
ética y estética ya lo dijo Confucio: “Saber
qué está bien y no hacerlo implica falta de coraje”.
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