Los primeros evangelizadores de América Latina se
propusieron tener como modelo de evangelización del Nuevo Mundo
la metodología que se había empleado para la Iglesia Primitiva. La
primera medida evangelizadora que tomaron los misioneros españoles fue
la de destruirle a los indígenas sus lugares sagrados y sus objetos
religiosos de culto, porque, según parecía, todo era pagano.
Amortiguaban la dureza del procedimiento porque daban primero una orden
para que los indígenas mismos destruyeran sus pertenencias culturales y,
si no obedecían, entonces los militares lo hacían con gran violencia.
La cristianización se hizo buscando acabar con tradiciones, autoridades y
valores antiguos, haciéndolos aparecer perversos o inadmisibles. La
religión estuvo íntimamente ligada a la opresión colonial: en el afán
por convertir a los indios al cristianismo, se utilizó la violencia,
como método de extirpación de cultos autóctonos. En esta forma, se
subvaloró la religión del indígena, con la convicción de portar una
religión y cultura superiores… se buscó evangelizar y "civilizar" al
mismo tiempo, utilizando el modelo español, pues se pensaba que la
religión indígena era una superstición.
Es
importante mencionar tres elementos que fueron utilizados ampliamente en la
evangelización americana:
- Las Doctrinas: eran pequeños poblados que se formaban en torno a un rancho-capilla levantado por los misioneros, en el cual se agrupaban los naturales que iban aceptando la fe. Las doctrinas estaban a cargo de un doctrinero, que era el encargado de transmitirles los contenidos de la fe a los indígenas. Este fue el método inicial de evangelización que dio lugar numerosas ciudades de hoy en día.
- La Encomienda: para ayudar este trabajo de evangelización de las Doctrinas, la corona española empleó el método de la encomienda, costumbre de origen feudal, mediante la cual los encomenderos, que solo podían serlo los españoles, imponían a los indígenas una serie de obligaciones, con la condición de sostenerlos económicamente y educarlos cristianamente. De ordinario el indígena era explotado, hasta en su misma dignidad personal, a nombre de la encomienda. Los encomenderos eran también los encargados oficiales de recoger las contribuciones de los indígenas para sostenimiento de la misión y pagar con esas contribuciones a los misioneros. Los abusos eran grandes porque los encomenderos llegaban a explotar inmisericordemente a los indígenas y de ordinario se adueñaban de los bienes y hasta de la persona misma de los pobres indígenas. En numerosas oportunidades, la Iglesia debió reclamar ante las cortes de España, justicia y castigo para estos excesos.
- Las Reducciones: Otro método que emplearon principalmente los jesuitas en la evangelización fueron las llamadas Reducciones. Eran poblados en los que se congregaban a los indios nómadas y, bajo la dirección de los misioneros, con rigurosa exclusión de cualquier otro europeo, se intentaba educarlos en una vida cristiana y civilizada. En la reducción había buena organización religiosa, social y política. Había catequesis obligatoria para niños y adultos. Bajo el aspecto político, la reducción gozaba de autonomía absoluta: allí mismo se tenía el comercio y se pagaba el tributo civil. Era como un estado dentro del estado. La suprema autoridad en la reducción, tanto en el aspecto espiritual como en el temporal y judicial, era el misionero. Una finalidad directa de las reducciones era proteger a los indígenas de los abusos de los encomenderos. No se trataba de explotar, ni de reducir la libertad del indígena, sino de acogerlo, protegerlo, educarlo y, sobre todo, de ayudarlo a defenderse de los mismos españoles no misioneros que andaban ya ávidos del oro americano.
Sirva esta pequeña
descripción del desarrollo de cómo se implementó la doctrina católica
sobre el pueblo indígena para ilustrar lo que pasa hoy en día en las compañías.
Cuando llega un CEO nuevo a una compañía lo hace con el espíritu de revitalizar
y dar un impulso a la compañía con nuevas formas, reglas y métodos. Con esta
doctrina pretende fijar un orden con el que alcanzar unas metas que permita satisfacer
unos intereses de los diferentes grupos de interés, principalmente los de accionistas, sociedad, empleados, etc. El problema surge cuando dicho credo
empieza a tropezar con las resistencias y dificultades que se encuentra dentro
de la propia compañía, principalmente cuando lo que se pregona no encaja en la
percepción y conocimiento de las personas que están en la compañía y tienen que empujar para conseguir dichas metas.
Es ahí
cuando otros grupos de interés como los (trabajadores) se alejan de la realidad
que se pretende implementar debido a que lo que se pregona o se impulsa no coincide con lo que se percibe o recibe en el quehacer diario. En contra de lo que pasaba en el proceso de evangelización aquí la
fuerza no sirve, ya que lo único que genera es un pésimo Clima Laboral,
afectando gravemente a la productividad, compromiso, etc.
Si cuando surge esta
dificultad el directivo no se implica y baja a la arena reconociendo y
dialogando con esos grupos de interés que tienen esa resistencia y por contra toma el camino del autobombo
con frases tipo como; "somos los mejores"..."marcamos la diferencia en el sector donde competimos"...etc., lo que sucederá es que la compañía
entrará en un declive inexorable, perdiendo; cuota de mercado, ingresos, innovación, etc. El intentar satisfacer el logro de resultados a costa de una mala dirección de personas derivará en consecuencias funestas para la compañía.
Para iconos de la gestíon de personas como Peter Drucker “ la tarea de liderar personas es
la más importante del directivo. Es a través del contacto personal con el trabajador como se saca lo mejor a sus trabajadores o se desperdicia. El directivo debe ser un
educador. Esta tarea es una responsabilidad que él mismo debe asumir y que no
puede ni debe delegar en nadie. A través de su relación con ellos y sus
decisiones, ayuda a que sus empleados se desarrollen como personas íntegras, o
que por el contrario, se corrompan.”
Mintzberg manifiesta que esta responsabilidad moral
es lo que mayormente define al directivo, y no el hecho de que su salario sea
mayor, que tenga subordinados bajo su cargo, o que tenga el poder en la
empresa. Hoy en día en la era de los servicios, la importancia de las personas, del
capital intelectual, se convierte en fundamental y en el activo más importante
de las empresas. Por ejemplo María del Mar Raventós, presidenta de Codorníu, dedica gran parte de su tiempo a estar con las personas de la organización,
comunicando, motivando, descubriendo y transmitiendo valores.
Ante este
matrimonio (directivos y empleados) con pasiones mal llevadas lo mejor es
buscar el lugar de encuentro donde ambos puedan ser felices, porque ya lo dijo Bernard Shaw:" Cuando dos personas están bajo la influencia de
la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la más fugaz de las pasiones,
se les pide que juren que seguirán continuamente en esa condición excitada,
anormal y agotadora hasta que la muerte los separe", no lleva a
ningún buen objetivo.
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