De regreso a Rusia, el Comité Ejecutivo se reunió para analizar las causas de tan desconcertante e imprevisto resultado. Las conclusiones fueron:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo ruso había un remero y diez jefes de equipo.
La decisión pasó a la esfera de planificación estratégica, con una reestructuración que calaría en lo más profundo de la delegación.
En 1995 de vuelta de nuevo a la prueba, el equipo japonés volvió a adelantarse desde el comienzo. Esta vez el equipo ruso arribó a la meta dos horas más tarde. El nuevo análisis del Comité Ejecutivo arrojó los siguientes resultados:
1) En el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros.
2) En el equipo ruso, luego de los cambios introducidos por el Departamento de Planificación Estratégica, la composición era la siguiente:
- Un jefe de equipo
- Dos asistentes del jefe de equipo.
- Siete jefes de sección.
- Un remero.
La conclusión del Comité fué unánime y lapidaria:
"El remero es un incompetente"
En 1996 se le presentó una nueva oportunidad al equipo ruso. El Departamento de Nuevas Tecnologías y Negocios había puesto en marcha un plan destinado a mejorar la productividad, introduciendo novedosas modificaciones en la organización que generarían, sin lugar a dudas, incrementos substanciales de efectividad, eficiencia y eficacia.
Serían la llave del éxito, el broche de oro de un trabajo que humillaría al mismísimo Peter Drucker.
El resultado fué catastrófico.
El equipo ruso llegó tres horas más tarde que el japonés.
Las conclusiones revelaron datos escalofriantes:
1) Para desconcertar, el equipo japonés optó por la alineación tradicional: un jefe de equipo y 10 remeros.
2) El equipo ruso utilizó una novedosa formación vanguardista, integrada por:
- Un jefe de equipo
- Dos auditores de calidad total.
- Un asesor de empowerment.
- Un supervisor de downsizing.
- Un analista de procedimientos.
- Un tecnólogo.
- Un contador.
- Un jefe de sección.
- Un apuntador de tiempos.
- Un remero
Luego de varios días de agotadoras reuniones y profundo análisis, el Comité decidió castigar al remero quitándole "todos los bonos e incentivos por el fracaso alcanzado".
En la reunión de cierre, el Comité junto con los accionistas representativos, concluyeron:
"Recurriremos a la contratación de un nuevo remero, pero a través de un contrato de outsourcing, con el objeto de no tener que lidiar con el sindicato y de no estar atado a convenios laborales anquilosados, que sin duda degradan la eficiencia y productividad de los recursos."
De la anterior historia se desprenden cuatro moralejas:
1) No hay justicia en los juegos olímpicos.
2) Existen japoneses con mucha suerte.
3) Los rusos no pasaban por un buen momento.
4) El remero era reactivo en lugar de ser proactivo. Era vago y no se apegó a la misión, visión, objetivos, estrategias y tácticas del sistema y por si fuera poco no supo trabajar en equipo
En
la actualidad se atisba una ligera recuperación del sector inmobiliario español,
parece que se empieza a atisbar una tibia recuperación según los últimos datos
que aportan las instituciones financieras en cuanto al volumen de firma de
hipotecas. Las inmobiliarias o Servicers Inmobiliarios gestionan la mayor parte
del mercado, sin embargo la aparición de las PropTech o Fintech de la industria de la
propiedad, amenazan con erosionar los márgenes de intermediación y eliminar el
tradicional modelo de agencia inmobiliaria. Los Servicers o empresas de gestión integral de activos
financieros e inmobiliarios de terceros, juegan un papel muy relevante dentro del sector, representando el 70% del mercado, gestionando
activos por valor de 180.000 millones de
euros.
Proptech es un término acuñado en el mercado
anglosajón para definir a toda aquella industria tecnológica que está creando
valor al sector inmobiliario: desde portales inmobiliarios, crowfunding, big
data aplicado al sector, realidad virtual para la comercialización o
visualización de inmuebles, software de gestión, domótica, etc. En los últimos
cinco años este mercado ha pasado de captar 221 millones de euros a superar los
2.665 millones de euros, según Real Estate Tech Global. principalmente en el
Reino Unido y Estados Unidos. Esta tecnología es un gran impulsor en el sector debido
a ser un enorme facilitador que proporciona a los usuarios que buscan inmuebles
un amplio abanico de posibilidades sin necesidad de efectuar por ejemplo los típicos
desplazamientos que se hacían antiguamente cuando alguien buscaba vivienda. Este mercado incipiente en Europa está muy
desarrollado en Estados Unidos donde existen más de 250 compañías identificadas
pertenecientes a 17 industrias o subsectores del sector inmobiliario.
En el
mercado inglés proliferan multitud de plataformas de gestión de la
propiedad, que segmentan la industria ofreciendo todo tipo de servicios:
- Plataformas de administración de propiedades: Es un modelo de agencia inmobiliaria que rompe a la tradicional al ofrecer servicios como valoraciones profesionales gratuitas y asistencia 24 horas al día los siete días a la semana, como pueden ser PurpleBricks o Tepilo.
- Plataformas de conexión directa: Ponen en contacto a compradores con vendedores o a inquilinos con propietarios, eliminando la intermediación de las agencias inmobiliarias. Un ejemplo de esto son MoveBubble o StreetSmart.
- Plataformas que ofrecen inversión inmobiliaria: Estas fintech ofrecen a través del crowdfunding financiación a promotores y propietarios para el desarrollo de proyectos inmobiliarios. Ejemplos de esto son CrowdLords o Property Partner.
- Plataformas de gestión de incidencias: Estas plataformas facilitan en un solo documento toda la información relacionada con una propiedad o inmueble. Esta facilidad permite al agente resolver los problemas relacionados con la propiedad de forma rápida sin demoras o comunicaciones cruzadas entre los interesados. Un ejemplo de ello es Fixflo.
- Plataformas de consolidación de pagos de alquiler: Consolidan proveedores y pagos, monitorizan costes, facturan a los compañeros de piso individualmente y proporcionan al usuario un único punto de contacto, como BillHub.
Health
Technology es básicamente la tecnología aplicada a la Medicina, un término muy
relacionado a él es eHealth, traducido al español como “eSalud”, que hace
referencia a las soluciones basadas en las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC). Éstas se emplean en el entorno sanitario, en todos sus
ámbitos: desde una cita electrónica a mecanismos mucho más complejos. Los
sistemas digitales actualmente materializan las interacciones dentro del sector
de los pacientes con la industria. Estas interacciones engloban desde las aplicaciones móviles, los
dispositivos “wereables” (todos aquellos que pueden llevar puestos los
pacientes y que se emplean sobre todo en monitorización como son los sensores),
el Big Data, Internet of Things, los videojuegos aplicados a la salud… El
objetivo de incorporar estas novedades no es ni más ni menos que mejorar la
calidad del cuidado de la salud que se da a las personas en todas las etapas y
reducir los costes de dicha industria con diagnósticos más tempranos para
desarrollar tratamientos menos invasivos, y para reducir los tiempos de
hospitalización y rehabilitación. El incremento de la aplicación de la
tecnología a la salud se refleja en las
siguientes magnitudes: según Deloitte, sólo en Estados Unidos y durante el
2015 la industria se valoró en 7,2 billones de dólares. Una de las razones del
éxito de esta disrupción es que los usuarios están cada vez más acostumbrados a
ver estas tecnologías disruptivas en su entorno. Según el estudio de IBM, “A
booster shot for health and wellness” (Una inyección de refuerzo para la
salud y el bienestar) de 2015, en el mismo se analiza la industria de la salud
y se detectan seis vectores o “drivers” que impactan en dicha industria. Los
“drivers” que más impactan en la misma son; los sistemas digitales, clientes empoderados, regulaciones más
exigentes, alzas en el costo social de los servicios, escasez de profesionales
preparados y los elevados precios del desarrollo de nuevos tratamientos.
La
digitalización de los procesos relacionados con la captura de información en el
diagnostico o monitoreo que se hace de la información del paciente, ha supuesto
un nuevo conocimiento que incrementa la
calidad de los servicios de salud, sin embargo el sector se enfrenta al reto de
implantar un nuevo modelo de gestión donde la preparación y cultura de los
profesionales de la salud se adecue a este nuevo escenario. Esta digitalización
de las interacciones entre pacientes y hospitales a través de registros
médicos, expedientes clínicos, reportes de investigación, diagnósticos e
incluso la telemática que se obtiene de sistemas de monitoreo para pacientes
internados, genera un universo de datos sobre la salud de dichos pacientes que crece
aceleradamente y se convierte en un reto el poder capturarlos y tratarlos obteniendo información relevante. Sin embargo, en
la actualidad se calcula que más del 80% de estos datos son inservibles si se
procesan con sistemas de gestión ordinarios, porque no son capaces de leerlos. De
acuerdo con cifras del libro “Big Data” (2014) de Bernard Marr, cada día se
generan más de 2,5 pentallón de datos (2,5x 1030) pero de
ellos el 80% no están estructurados. Antes de la explosión de las redes
sociales, los dispositivos móviles y el internet de las cosas, los datos que manejaba cualquier empresa eran
de tipo fecha (como el día y la hora en que se produjo una devolución de un
artículo), de tipo numérico (como las ventas de un producto en un determinado
periodo) o cadenas cortas de caracteres directamente interpretables (como el
nombre y apellidos de un cliente). Es decir, la práctica totalidad de los datos
utilizados para la toma de decisiones eran datos claramente estructurados,
acotados y bien definidos. Estas herramientas de computación y
tratamiento de datos convencionales servían principalmente para almacenar
dichos datos, sin embargo este nuevo escenario y la magnitud de volumen de datos precisa nuevos
desarrollos tecnológicos que permitan optimizar dicha información y extraer el valor
de la misma. Para ello está el Big Data,
esta herramienta incorpora algoritmos de aprendizaje de máquina, razonamiento
profundo y procesamiento de lenguaje natural, entre otros, dan comienzo a lo
que se conoce como la era de la computación cognitiva. Estas soluciones
plantean un nuevo paradigma, ya que logran capturar, analizar y comprender
datos no estructurados.
En el ámbito de salud, la computación
cognitiva puede ayudar a un médico a procesar incontables investigaciones para
encontrar revelaciones y conocimientos útiles y actuales, a una gran velocidad,
para elegir el tratamiento ideal para un paciente determinado. Estos
sistemas de tratamiento de datos serán capaces de procesar desde; comentarios
en redes sociales, literatura médica, hasta imágenes de radiodiagnóstico como
por ejemplo una resonancia magnética efectuada en un hospital, parámetros de
sensores, etc. Los Sistemas Cognitivos entienden, razonan y aprenden, sin
embargo sólo serán útiles a los
profesionales médicos si se retroalimentan constantemente y se vuelcan en la
plataforma. Igualmente importante son las campañas de capacitación y aprendizaje
digital de dichos profesionales, ya que si no será imposible que aprovechen las
sinergias que ofrecerán dichas herramientas. Un reto importante al que
se tendrán que enfrentar los gestores y economistas en dicho sector será el de
gestionar de forma eficiente los recursos. Si bien por un lado los pacientes
esperan que la medicina del futuro se personalizada para cada individuo, esto choca
frontalmente con la ley de costes que esta establecida en dicha industria. La regla es y
era, lo masivo es barato y lo
personalizado es caro. Una forma de
cuadrar dicha situación vendrá precisamente de ese análisis de datos, en la
actualidad el coste de los errores médicos a nivel mundial supone del orden de
unos 500.000 millones de dólares al año, esta cifra podría ser muy
reducida si los profesionales de dicha industria tuvieran a su alcance más y
mejor información, actual y relevante. La tecnología cognitiva ofrece las
capacidades necesarias para procesar y ofrecer la información necesaria en
cualquier contexto a los profesionales médicos para la toma de decisiones. Si
bien en un principio puede requerir grandes inversiones tecnológicas, a la
larga la reducción de errores y el incremento de la calidad médica justificarán
dicho desembolso.
En la
actualidad, con un cambio de época en marcha y diferentes disrupciones tecnológicas
en diversos sectores económicos como pueden ser en el sector inmobiliario (PropTech) y la de la salud (e-Health), toma todo su sentido para
los directivos y líderes empresariales el verdadero significado de la palabra
disrupción. Este significado no puede ser otro que, “no poder seguir haciendo lo
que se hacía si uno no quiere desaparecer”. Son muchos los retos a
superar, pero también muchas las oportunidades que se abren en ambos mercados, incluso
para outsiders ajenos a los mismos como pueden ser las “utilities”; telecos, eléctricas,
etc. Los nuevos escenarios desembocaran en nuevos jugadores o players, que
en muchos casos ya están compitiendo en mercados diferentes a donde van a
competir. De la capacidad que atesoren para aprovechar las
oportunidades que se abren ante este nuevo escenario dependerá que puedan
llegar a la meta como el equipo japonés del comienzo de este post. El
triunfo en este nuevo escenario vendrá de la capacidad que tengan los líderes de
dichas compañías para inferir y conectar el pasado con el futuro que emerge,
esto será lo que les garantice su supervivencia dentro de ese cambio constante.
Solo entendiendo la historia se puede dilucidar el futuro a través de asociaciones
y conceptos ingeniosos, todo ello con una férrea voluntad de adentrarse en los
nuevos escenarios que están emergiendo.
Ya lo dijo Peter Drucker: "Si quieres algo nuevo,
tienes que dejar de hacer algo viejo".
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