Charles Darwin hizo de
los seres vivos el objeto de su obra científica y, como aquéllos, llegó a conclusiones
que lo enfrentaron a poderes como por ejemplo la Iglesia. Sus ideas se
desarrollaron como en la mayoría de los grandes descubrimientos científicos, de
forma lenta y muy elaborada. Darwin empezó
sus investigaciones cuando era muy joven, empezó a estudiar historia natural en
Cambridge y en el año 1831, cuando contaba 22 años, le surgió una gran
oportunidad al ser invitado a participar como científico en la expedición naval
del Beagle, que
tenía como principal objetivo cartografiar las costas de Sudamérica. El viaje,
que iba a durar dos años, se prolongó hasta cinco; y fue clave para su
posterior obra científica, ya que le permitió recoger todo tipo de materiales y
realizar numerosas observaciones que servirían de
base a su teoría de la evolución de las especies.
En 1859 sistematizó sus descubrimientos en una de
las obras cumbres de la literatura científica de todos los tiempos, “El origen de las
especies”, en la que defendió la tesis de que todas las especies tienen
un origen común y se han ido desarrollando y diferenciando mediante un proceso
de selección natural. La teoría, que le permitía dar explicación a muchos de
los fenómenos que había observado en sus viajes y sus experimentos, se había
visto reforzada años antes por la lectura del libro de Malthus “Ensayo sobre el
principio de la población” que, en sus propias palabras, "le permitió
apreciar la lucha por la existencia que se da en todas partes, en la que las
variaciones favorables tenderían a ser preservadas, mientras las desfavorables
serían destruidas". Como no cabía esperar en esta época, estas
ideas, y sobre todo su aplicación a la especie humana, no fueron bien recibidas
por quienes interpretaban en términos literales la historia de la creación
narrada en la Biblia. Muchos consideraron su obra como un ataque directo a la
Iglesia. Es conocida la anécdota, probablemente falsa, de la esposa de un
obispo anglicano, quien,
cuando su marido le explicó la teoría de la evolución de las especies y la
tesis de que el hombre no había sido creado por Dios a su imagen y semejanza,
sino que descendía de otros animales y había alcanzado su actual situación de
dominio del mundo a través de un complejo proceso evolutivo, comentó: "¡Oh,
querido! Espero que esto no sea cierto; pero si lo fuera, deberíamos procurar
que la gente no se enterará".
El ser humano en su ámbito social busca en el acto de la
agrupación o reunión un proposito fundamental, el de unir esfuerzos y
conseguir logros que de manera individual no podría lograr. El homo
sapiens parte del reconocimiento propio de sus fortalezas y debilidades, asi
como de las mismas características de sus semejantes. A partir de esta premisa,
el objetivo individual o reto se convierte en objetivo común. Cuando
sucede este hecho, se puede decir sin lugar a dudas que se está enfrente de la
más alta expresión del ser humano. El hombre actua por sus instintos,
en una primera fase, pero cuando estos se controlan y orientan
en su beneficio propio y el de sus semejantes se convierte en un ente social.
El bien común se sobrepone al bien individual para justificar la unión social,
sus necesidades le obligan a trenzar una malla de vínculos y relaciones
sociales con el ambiente y personas que le rodean, estableciéndose una continua e
intensa atadura entre necesidad y satisfacción.
Las cumbres
directivas son la expresión máxima de esa atadura entre necesidad y
satisfacción que se puede producir en una organización empresarial. En ellas el
CEO y sus directivos proyectan sobre la organización los logros, las
necesidades y metas que colectivamente tiene la compañía. En estos eventos o reuniones corporativas de directivos sirven para presentar o potenciar aspectos
de la compañía como: productos, servicios, la marca, el desarrollo del programa
de empresa que está instaurado en ese momento (Visión, Misión, Valores) u otro
aspecto relevante de la compañía. El evento permite realizar un
acercamiento con los diferentes stakeholderes
de la compañía a través de lo que es un acto con enorme proyección mediática, con el fin de integrar y consolidar
la unión de dichos grupos de interés con el proyecto de empresa. Estos
eventos corporativos pueden ayudar a mejorar también otros aspectos
fundamentales de la compañía como; la
motivación del personal, mejorar el rendimiento laboral, incentivar la
fuerza de ventas, conmemorar aniversarios, etc. Actualmente con la
digitalización y las nuevas tecnologías se están rompiendo algunos “techos de cristal” que
presentaban dichos eventos como por ejemplo la no participación de las
plantillas en los mismos. Actualmente se están integrando interacciones,
(todavía pequeñas), como pueden ser preguntas o sugerencias de dichos empleados
que enriquecen mucho dicho evento, cuando
existe en los empleados un compromiso y ambiente laboral óptimo con el proyecto que la
compañía está llevando a cabo.
Sin embargo, en dichas cumbres directivas se desprenden otros
aspectos o hechos que pueden esombrecer las mismas, por cuanto que amenazan
el impacto que se pretenden con las mismas. La
principal amenaza de dichos eventos es, el
factor disociación, este se produce cuando el empleado no conecta
con el mensaje que percibe y le llega de dicha cumbre, debido a que la realidad que le
toca vivir en el día a día en su compañía, para nada se parece a lo que se dice
en dicho evento. Si el mensaje que se traslada desde la tribuna es
principalmente generico y motivador para la consecución de los objetivos, sin
resaltar ningún aspecto crítico que impacte sobre los stakeholders de la
compañía de forma grave, esto presenta el inconveniente de que aleja
al empleado del mismo si existen motivos para estar descontento con lo que
sucede dentro de la misma. Un ejemplo grave de esto último es el
que se produce por ejemplo con el Clima Laboral. En estos eventos
siempre se recalca el valor de los recursos humanos como factor crítico para la
consecución de objetivos y metas fijados, para ello se lanzan proclamas y
frases que resaltan dicho activo, sin embargo, el empleado que escucha dicho
mensaje percibe todo lo contrario, ya que si él mismo es el activo más
importante que tiene la compañía, se pregunta ¿Por qué se abandonan los
programas de Clima Laboral a su suerte en dichas compañías? ¿Por qué no se
establecen programas serios en cuanto metas y jalones con acciones que permitan
alcanzar objetivos serios?
Existe un libro que se titula “The Myth of Sanity” (El Mito de la
Cordura), que fue escrito por
la escritora Martha Stout, psicóloga y experta en psicopatía graduada en la Universidad
de Harvard. En dicho libro se trata el tema de, la disociación. Para
dicha autora este fenómeno se produce cuando las personas se
ven enfrentados al miedo y al dolor extremo. En situaciones traumáticas, la disociación nos permite separar el
contenido emocional –aquella parte de “nosotros mismos” que siente- de
nuestra consciencia presente. Al
desconectarnos así de nuestros sentimientos, tenemos mayores posibilidades de
sobrevivir a la situación traumática, de hacer lo que debemos y de sobrellevar
un momento crítico en el cual, de lo contrario, nuestras emociones
obstaculizarían el camino. Algunas veces, la disociación puede manifestarse cuando estamos simplemente confundidos, frustrados o nerviosos, ya sea que reconozcamos nuestra ausencia o no. En
las compañías que tienen empleados con el factor de disociación, estos cuando reciben el mensaje de dichas cumbres optan
por el silencio y el alejamiento del mensaje que reciben, la indiferencia es su
coraza.
Ante esta situación, las compañías que se lanzan a
estos eventos corporativos tienen que tomar medidas que sirvan para extender la
credibilidad del mensaje que sale de dicho evento sobre los empleados de la
compañía. Para ello es esencial que
el mismo no pierda la esencia y guarde una coherencia con lo que sucede en
todos los niveles jerárquicos de la compañía. Tiene que existir una coherencia total,
entre lo que se comunica y lo que sucede en la organización, de tal forma que
los empleados perciban en primera persona que esto se ajusta a la realidad que vive. Lo que rompe el compromiso del empleado son las mentiras
y falsas promesas. Cada empleado viene
de su casa con su nivel de engagement (compromiso) y las empresas tienen que
mantenerlo y como mínimo no disminuirlo. El secreto casi siempre está en
la transparencia, en decir las cosas como son para que el empleado tome sus
decisiones y critique, sin temor a las represalias. Cuando esto se realiza de forma
coherente y correcta existen una serie de beneficios que la compañía puede
extraer en dichos eventos, como son por ejemplo:
- Posibilitan y fomentan las relaciones interpersonales de los empleados. Estos eventos de empresa son una gran oportunidad para ampliar la red de contactos o el networking, conociendo a otros empleados, clientes, partners, colegas, etc.
- Mejoran la motivación y el Clima Laboral, pocos eventos pueden trasladar y proyectar una fuente de motivación como esta. La oportunidad de estrechar lazos, fomentando una comunicación abierta, horizontal y directa de dicho evento, proyecta sobre la organización una imagen de compañía abierta y atenta a todos los empleados.
- Sirven para reconocer logros y objetivos alcanzados tanto a nivel conjunto como individual, así como para dar a conocer metas y logros alcanzados en el proyecto de compañía.
- La comunicación adquiere un protagonismo estratégico para comprometer a los empleados con los objetivos de la compañía.
- Una mayor concienciación del empleado con respecto a las dificultades y retos a los que se enfrenta la compañía.
- Etc.
Ya lo dijo Charles Darwin: "Los hechos falsos son muy perjudiciales para el progreso de la ciencia, porque a menudo duran mucho; pero las visiones equivocadas, si están basadas en alguna realidad, hacen poco daño, pues todo el mundo obtiene un saludable placer en probar su falsedad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario