martes, 21 de noviembre de 2017

ENCUENTROS CORPORATIVOS...¿SON EFICACES EN LA COMUNICACIÓN EMPRESARIAL?



Un sultán soñó haber perdido todos los dientes. Después, al despertar mandó llamar un adivino para que interpretase su sueño:
-¡Qué desgracia mi señor! -exclamó el adivino-, cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
-¡Qué insolencia! -gritó el sultán enfurecido-. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí Guardias, ¡que le den cien latigazos!.
Más tarde ordenó que le trajesen otro adivino y le contó nuevamente el sueño. Éste después de escuchar al sultán con atención, le dijo:
-¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes -el semblante del sultán se iluminó con una gran sonrisa- y gritó: ¡que le den cien monedas de oro!.
Cuando el adivino salió del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
-Recuerda buen amigo -respondió el segundo adivino- que todo depende de la forma en que se realiza la comunicación… uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de la comunicación. De la buena o mala comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, más la forma con la que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.”


La comunicación puede entenderse como la interacción mediante la cual gran parte de los seres vivos adaptan sus respectivas conductas frente al entorno mediante la transmisión de mensajes, signos convenidos por el aprendizaje de códigos comunes. Esta comunicación está también basada en un sistema de transmisión de mensajes o informaciones, entre personas físicas o sociales, o de una de éstas a una población, a través de medios individuales o de masas, mediante un código de signos también convenido o fijado de forma arbitraria. La acción de comunicar se puede efectuar mediante medios o industrias de la información o publicidad. Estas tres características hacen que nos encontremos ante una acción que fundamenta su sentido en una relación interpersonal entre el emisor y el receptor de dicho mensaje. Cuando hablamos de comunicación nos estamos acercando al mundo de las relaciones humanas, donde existen vínculos establecidos o que se pueden establecer. La comunicación es la base de la interacción social, y como tal, es un principio básico de la sociedad.  Si no existiese dicha acción, como diría Niklas Luhmann (1993), no podríamos hablar de sistema social:
“Todo lo que es comunicación es sociedad (...) La comunicación se instaura como un sistema emergente, en el proceso de civilización. Los seres humanos se hacen dependientes de este sistema emergente de orden superior, con cuyas condiciones pueden elegir los contactos con otros seres humanos. Este sistema de orden superior es el sistema de comunicación llamado sociedad”. 
Es la acción de comunicar la principal causa del desarrollo de la sociedad, ya que la interacción que proporciona la comunicación entre personas, ha desarrollado la misma proporcionando un conocimiento que ha sido clave en el devenir de su futuro. Fue en la Escuela de Palo Alto en California donde se desarrolló una de las principales teorías sobre comunicación que existen hasta nuestros días, la llamada “Teoria de la comunicación humana” (1971). Sus creadores, Paul Watzlawick, Janet Beavin y Donald Jackson, hacen hincapié en estos principios básicos del sistema comunicativo. La comunicación está asociada a la vida, con este planteamiento inicial Paul Waztlawick y sus colegas se referían a que todo comportamiento es una forma de comunicación en sí mismo, tanto a nivel implícito como explícito. Incluso, estar en silencio implica una información o mensaje, por lo que resulta imposible no comunicar. La no comunicación no existe. Aun cuando no hacemos nada, ya sea a nivel verbal como no verbal estamos transmitiendo algo. Puede ser que no nos encontremos interesados en lo que nos comentan o que simplemente preferimos no opinar. La cuestión fundamental es que hay más información en el “mensaje” que aquella que recogen estrictamente las palabras. Sus célebres cinco axiomas o reglas de la comunicación son los siguientes:



Llegados a esta situación y metidos en harina empresarial, cabe preguntarse ¿Qué efectos tienen los eventos corporativos en las plantillas cuando se lanzan?
Los eventos corporativos son una de las acciones de comunicación con los empleados más eficaces y eficientes cuando se busca cumplir ciertos objetivos. Su característica más impactante es el directo, ya que permite comunicar cara a cara, en vivo, con nuestro público (los empleados). El hecho de ser en directo también conlleva otros efectos, y es que no hay segundas oportunidades, un evento de este tipo es un acto efímero e irrepetible y, en definitiva, único. Solo la consecución de las metas fijadas de forma real y la percepción por parte de la plantilla de que “algo” de lo que en el mismo se manifiesta les llega y lo viven en su día a día, hará que el mismo sea un éxito o un fracaso. Que se cumplan o no los objetivos de comunicación planteados solo depende del CEO y su equipo directivo, de nadie más, YA QUE SON LOS QUE DEFINEN Y TOMAN LAS ACCIONES QUE PUEDEN PERMITIR LLEGAR A LOS MISMOS. Para poder impactar sobre los empleados es necesario que el mensaje que se trasmita sea claro y alcanzable, para ello es necesario conocer bien el público al que se va a dirigir uno como por ejemplo; su realidad diaria, sus valores, sus comportamientos, la cultura empresarial, sus perfiles sociales, demográficos y profesionales. De este modo se podrá adaptar el mensaje al receptor correctamente. Estamos hablando de influir en los comportamientos de las personas que integran la plantilla, no de manipular los mismos. Y es aquí donde quizás está el mayor problema al que se enfrenta el CEO, ya que muchos empleados viven en su día a día alejados de lo que se proyecta en dicha cumbre. Desde la perspectiva humana, la realidad se identifica con la naturaleza tal como el ser humano la conoce, incluyendo las modificaciones que, sobre la misma, su capacidad e iniciativa creadora proyecta. Como la persona posee un instinto creativo con el que cambia de continuo su espacio existencial, se da a un tiempo lo que cree qué podría cambiar y lo que de lo hecho sobre la existencia conforma la realidad de cada momento. Pero entre esa creatividad que formaliza el deseo y lo que realmente percibe como la realidad, existe la diferencia de la ilusión y la verdad, esto puede distorsionar el conocimiento, confundiendo el deseo de lo que sea realidad con lo que la realidad es. Y es esta situación la que obligará al CEO a hilar muy fino, ya que si su mensaje obvia dicha situación (relación entre realidad-deseo que existe en su compañía), su evento corporativo será una bonita puesta en escena sin ninguna trascendencia.
Son múltiples los factores que impactan y distorsionan la realidad de los empleados en su día a día, desde liderazgos débiles o autoritarios, indicadores de gestión económica malos, Clima Laboral nocivo, comunicación jerárquica deficiente, falta de formación adecuada para los desafíos a los que se enfrenta la plantilla, etc. Las cumbres directivas en muchos casos tienen que ser la “prueba del algodón” frente a estos elementos que distorsionan y dificultan la consecución de objetivos, el CEO tiene que ser un elemento disruptivo en dicha situación, actuando como impulsor de medidas que eliminen estos hechos y situaciones que destruyen en los empleados los valores y principios que cohesionan y mueven a la misión establecida en la compañía. La honestidad y la sinceridad son elementos claves de éxito en la eficacia de un evento y cuando se obvia la realidad se está condenando el evento al fracaso. Así pues, el mensaje que se lance desde el atril de dicha cumbre tiene que ser creativo pero real a lo que sucede dentro de la compañía con el fin de captar la máxima atención de los empleados. Es evidente que nunca se debe mentir o edulcorar la realidad que existe, el mensaje tiene que ser claro y directo, que tenga fácil comprensión por parte de la audiencia y no distraiga la atención de lo fundamental. La organización de un evento corporativo o de empresa no es difícil, es complejo, hay muchos matices importantes que atender. Durante un evento de este tipo se combinan de forma precisa, o debería ser así, muchísimo elementos, personas y mensajes en diferente formato; todos ellos son elementos comunicativos, recuérdese los (Axiomas de Watzlawick). 


La comunicación interna no es un fin, sino un medio, es una de las principales herramientas encargadas de crear un clima de trabajo favorable para el desarrollo de empleados y compañía. Como tal, dicho instrumento es único para desarrollar nuevas capacidades en los empleados a través del contrato psicológico que vincula a los mismos con sus compañías. En definitiva, más allá de la parte lúdica que tienen este tipo de encuentros en cuanto a las anécdotas y elementos impactantes que se muestran, cuando dichos eventos se hacen por y para los empleados son eventos motivacionales, pero además, es una oportunidad única para que el CEO se acerque a la realidad que existe dentro de su compañía.

  

Ya lo dijo Swami Sivananda: "Pon tu corazón, tu mente, tu intelecto y tu alma incluso en tus más pequeños actos. En esto reside el secreto del éxito."



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