Desde los caballeros de las leyendas medievales hasta Indiana Jones, pasando por los nazis, el Santo Grial es la reliquia más preciada y deseada de la cristiandad. Su búsqueda es una de las misiones más sagradas. Ha obsesionado a cazadores de reliquias durante milenios y hoy en día el paradero de la copa en la que, según la leyenda, Jesús bebió en la Última Cena con sus discípulos (y en la que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo cuando este fue crucificado) continúa siendo uno de los misterios más intrigantes. Durante años, los cazadores del Grial han especulado con que la reliquia más importante de la cristiandad podría ser uno de los cálices que se encuentran en iglesias y museos de todo el mundo. Hay varios candidatos. En particular, dos destacan sobre el resto. En primer lugar, el Santo Cáliz, conservado en un relicario espectacular en la catedral de Valencia. La propia web del templo afirma: “Tanto por los datos arqueológicos como por el testimonio de la tradición y los documentos que se poseen, es completamente verosímil que este hermoso vaso estuviera en las manos del Señor en la víspera de su Pasión”. El otro pretendiente es el Sacro Patino, el orgullo de la catedral de Génova. Este cuenco hexagonal de color verde brillante (tradicionalmente se creía tallado de esmeralda) fue considerado durante un tiempo el verdadero Grial y hoy hay quien estima que más bien se trata de una copia del mismo. Sin embargo, hay una pega importante con estos dos candidatos. Un problema que, como muchos seguidores de Indiana Jones sabrán, es determinante: ninguno parece una copa de la que un judío pobre del año (32 a.d) bebería con sus compañeros igualmente humildes. Aunque esté generalmente aceptado como un mito y su búsqueda todavía no haya dado resultados, la expectación y las teorías peregrinas alrededor del mismo aumentan con el tiempo. Las leyendas sostienen que podría estar en Glastonbury, Inglaterra, junto a un río donde la sangre fluye roja, o escondido por los templarios durante las Cruzadas o incluso en León, donde aseguran haber descubierto lo que los Monty Python en “Los caballeros de la mesa cuadrada” no pudieron.
El desarrollo tecnológico sufrió un fuerte impulso desde que en el año 1983 nació Internet, unida dicha acción al hecho de un proceso de globalización mundial de la economía, han modificado las formas y los equilibrios tradicionales de organización económica y social en la sociedades. El elemento que hace de pegamento sobre el que se articula este fenómeno, es el conjunto de nuevas tecnologías digitales, en el que ahora el énfasis se pone en la conectividad. Lo que comenzó como una serie de herramientas de mejora de la comunicación se ha convertido en un sistema sobre el que se apoyan prácticamente todas las innovaciones tecnológicas, con repercusión en todos los ámbitos de la sociedad y, por descontado, de la economía. Las tecnologías digitales y la utilización de la información como recurso esencial en la medida en que permite optimizar recursos, innovar en procesos y productos, mejorar la toma de decisiones y predecir acontecimientos futuros, presenta un gran potencial en ámbitos estrechamente ligados con el progreso social, como la salud, la educación, la conciliación de la vida laboral y personal, la protección del medio ambiente, la seguridad alimentaria, la eficiencia energética, los sistemas de transporte o la gestión de las ciudades. La extensión y desarrollo de las infraestructuras que facilitan el proceso digital a ciudadanos, instituciones y empresas, así como de todo tipo de objetos a través de la implantación de sensores como es en el Internet de las cosas (Iot), está generando enormes y crecientes cantidades de información que es la materia prima esencial para el desarrollo de cualquier negocio en el mundo virtual.
A la vez el aumento exponencial de la capacidad de computación y la sofisticación de las técnicas de análisis de datos, permiten el procesamiento de información digital a gran escala, lo que se conoce como (big data), facilitando desarrollos que permitan el avance hacia la inteligencia artificial y la fabricación de una nueva generación de sistemas inteligentes autónomos, capaces de realizar tareas cada vez más complejas. El continuo desarrollo de innovaciones, tanto de proceso como de producto, está llevando en algunos ámbitos a desdibujar la tradicional división entre bienes y servicios del modelo económico tradicional. Con la aparición de nuevas fórmulas, por ejemplo aquellas en las que el consumidor adquiere una suscripción o derecho de acceso a contenidos audiovisuales a través de la red, sin soporte físico alguno; o, por otro lado, la aparición de plataformas como por ejemplo Amazon, facilitan un intercambio descentralizado u horizontal a través de la red que están superando el clásico papel de oferta y demanda en el mercado, pudiendo afectar a la generación y distribución de la renta en el conjunto de la economía. El impacto de dichas herramientas digitales a día de hoy son claves en las compañías, sin ir más lejos el 75% de las empresas encuestadas considera la digitalización de su empresa como uno de los grandes objetivos del año 2020; de hecho, algunas incluso se atreven a clasificarlo como “el único objetivo”. Si bien la percepción ha cambiado con el paso de los años, quienes empezaron pronto a digitalizarse ya han comenzado a ver resultados; de ahí sus previsiones para el año 2020, la mitad de los directivos a los que se les preguntó cree que la digitalización tendrá un impacto alto o muy alto en los resultados de su empresa, y un 44% hace una valoración de impacto medio sobre los resultados de 2020. Según el informe Economía Digital en España, realizado por la asociación aDigital y Boston Consulting Group en el año 2020, se destaca que, a pesar de que ya representa alrededor del 19% del PIB español, su peso todavía está lejos de países como Estados Unidos o China. España ha mejorado tres posiciones en el IMD Digital Competitiveness Ranking 2019. En la tercera edición que se acaba de publicar, no hay cambios en las posiciones de cabeza, con lo cual la lista está liderada de nuevo por Estados Unidos, seguido de Singapur, Suecia, Dinamarca y Suiza. En el resto de Top 10 ha habido algún movimiento, al sexto puesto ha subido Países Bajos desde el noveno, y en el octavo y décimo están Hong Kong (antes en el undécimo) y Corea (antes en el decimocuarto). Ambos entran por primera vez en la lista de los diez países más competitivos. Finlandia se mantuvo en el séptimo puesto, pero Noruega pasó al noveno puesto desde el sexto y Canadá cayó del octavo al undécimo. La economía española ocupa el puesto 28, su mejor posición en los cinco años en los que existen datos del ranking, sobre un total de 63 economías analizadas. En el Digital Competitiveness Ranking del año 2019 se analiza la competitividad de los países participantes a partir de tres áreas: Conocimiento, Tecnología y Preparación para el futuro. España, cuyos resultados se pueden consultar en esta gráfica, alcanza su mejor clasificación en el área de Preparación para el futuro, en la que se sitúa en la posición 27, lo que muestra una mejora sobre 2018, fecha en la que estaba en el 30, pero ha descendido en Conocimiento (puesto 28 frente al 31 del año pasado), y Tecnología, ámbito en el que ha pasado del 33 al 29.
Hoy se ha celebrado en la Casa de América en Madrid un acto donde el Presidente del Gobierno expuso cual será el nuevo curso político que arranca después del periodo vacacional. En el mismo, el Presidente incidió en él reto de las grandes transformaciones que necesita este país de cara al futuro como son; digitalización, transición ecológica, igualdad total de las mujeres y cohesión territorial y social. En el primero de ellos, el país se encuentra con la pieza más importante para llevar el mismo a cabo, Telefónica, en una situación enormemente compleja. Hoy los medios digitales recogían una imagen ciertamente llamativa, el presidente y vicepresidente de la operadora departiendo con el Presidente del Gobierno, en un momento en el que la Telefónica atraviesa quizás por el peor momento bursátil de los últimos 25 años. En la conferencia pronunciada hay frases que son certeras en lo que se debe realizar en ese proceso de reconstrucción y transformación de la economía para hacerla más resiliente, el Presidente aseguró que "el futuro del trabajo, el ocio y la educación pasa por lo digital.; también el comercio, los contactos interpersonales y nuestra salud". Una visión del futuro que se alinea con los objetivos que se ha marcado la Unión Europea. "Alrededor del 40% del PIB europeo estará digitalizado en 2021", ha afirmado el Presidente, por lo que es necesario acelerar la digitalización de las pequeñas y medianas empresas. La pregunta que emerge en la situación actual en la que se encuentra nuestro país es la siguiente, ¿son las personas que hoy dirigen el sector de las telecomunicaciones las más indicadas para esta transformación hacia la digitalización del país, después de llevar a la principal compañía a la situación en la que se encuentra?
Existen todavía unos 6.000.000 de accesos de fibra óptica (FTTH) por desplegar, para rescatar a una parte de la población española que están en esa brecha digital de la digitalización. Son muchas las actividades, sobre todo de servicios, que están experimentando transformaciones considerables en su producción y en los modelos de negocio como resultado de la extensión de las redes de información y comunicación y del tratamiento del big data. La distribución comercial, los servicios de transporte y logísticos y el turismo, actividades con un elevado peso en el PIB español, están sujetas a una transformación radical en sus modos de producción donde el consumidor y la información procedente de sus hábitos de consumo adquieren una centralidad indiscutible. En concreto la formación de redes sociales y la constitución de plataformas de consumo colaborativo han otorgado una nueva dimensión a la provisión de determinados servicios, constituyendo tanto un desafío en términos de competencia como una oportunidad para rediseñar los modelos de negocios de las empresas existentes. Por otro lado, el sector financiero e incluso el sector público, actividades con elevado impacto en la vida cotidiana de los individuos, pueden resultar tractores en el proceso de diseminación del proceso de digitalización sobre todo en la extensión de la misma a la sociedad en general, y en particular, a consumidores y usuarios. En este entorno, también la competencia de nuevos actores, como por ejemplo las fintech en el sector financiero, ha supuesto un acicate para acelerar la transición digital.
Otro aspecto importante de
dicha conferencia por la importancia que tiene en la digitalizacion y por ende en otro problema critico de nuestro pais como es la demografía, es el fomento de la "cohesión
territorial y social, porque no podemos tolerar más desigualdad ni
desequilibrios", ya que no solo es una
cuestión de justicia, sino también de "eficacia económica", como dijo el Presidente en dicha conferencia.
Para terminar el post, decir que el proceso de digitalización de la economía, en la medida en que permite optimizar recursos, innovar en procesos y productos, mejorar la toma de decisiones y predecir acontecimientos futuros, presenta un gran potencial en ámbitos estrechamente ligados con el progreso social, como la salud, la educación, la conciliación de la vida laboral y personal, la protección del medio ambiente, la seguridad alimentaria, la eficiencia energética, los sistemas de transporte o la gestión de las ciudades. La transformación digital ofrece a España una oportunidad inigualable para cambiar el patrón de crecimiento y asegurar así un avance estable y sostenible tanto en la perspectiva económica como en la social y en la ambiental. No obstante, los cambios que la digitalización provoca en la economía no están predeterminados, sino que dependen de la estrategia y la proactividad de los agentes involucrados, como son: políticos, directivos, empresarios, ciudadanos, administraciones, etc. Esperemos que el Santo Grial de la digitalización en España, no le suceda como el del comienzo de este post… Que todavía no ha aparecido.
Ya lo dijo Arthur Schopenhauer: "El cambio es la única cosa inmutable."