martes, 22 de marzo de 2022

IBEX-35, DIRECTIVOS QUE VIVEN DE ESPALDA A LA SOCIEDAD... Y EN ALGUNOS CASOS A LA LEY

 

Dice la leyenda que ningún esclavo quería ser tratado como se trataba Sócrates a sí mismo. Pero parece que esa exigencia consigo mismo no hacía falta que se la impusiera él, pues la tenía en casa. Su esposa, Jantipa, ha pasado a la historia como una mujer de gran carácter que no dudaba en poner firme al filósofo cuando su conducta no le gustaba. No debía ser fácil convivir con un hombre como Sócrates… aunque no deja de parecer excesivo lo que cuenta la anécdota más famosa de ella. En cierta ocasión, enfadada con Sócrates por algo que este había hecho, le vació un orinal en la cabeza. Sócrates era uno de los hombres más ecuánimes y se limitó a decir: “Después del trueno viene la lluvia”.

El 21 de marzo se publicaba en un diario la siguiente noticia, Los ejecutivos del Ibex 35 se suben el salario seis veces más que su empleado medio” https://bit.ly/36jU2pP  En el mismo se informa que en un año marcado por el Covid-19 como fue el 2021, los primeros ejecutivos de las grandes cotizadas españolas se subieron el sueldo en un 22,9% de media, mientras que el trabajador medio registró un alza del 3,9%. Es decir, una subida 5,9 veces mayor. En 2021, los consejeros delegados y presidentes cobraron desde tres hasta 560 veces más que su empleado medio. Son números de media, ya que cada empresa tiene su caso particular; de hecho, hay compañías en que los directivos han visto caer su salario mucho más que sus empleados. Dichos ejecutivos de las principales cotizadas suelen cobrar gran parte de sus sueldos en retribución variable, dividida entre un bonus a corto plazo que mide el desempeño de la compañía en el ejercicio cerrado y otro a largo que analiza el rendimiento en varios años. Los factores que se utilizan habitualmente son los números económicos junto con el retorno bursátil de las acciones, aunque cada vez más empresas están incorporando mediciones de sostenibilidad u otros parámetros extra financieros. Es decir, no es tanto que se suba o baje el salario a dedo, sino que los datos marcan lo que ocurre con la remuneración (aunque también hay excepciones en la discrecionalidad que puede tomar el consejo). Los consejos de las empresas tienen una Comisión de Nombramientos, “teóricamente independiente”, que se encarga de supervisar estas retribuciones. Los datos son revelados cada año en un informe de remuneraciones que, a partir de este año, también ha pasado a incluir cifras del salario medio de todos los trabajadores de las empresas. Dicho informe es luego puesto a disposición de los accionistas para que den su valoración en la junta. La particularidad en los sueldos de los altos directivos explica muchas de las disparidades que se ven en la evolución de sus salarios desde 2020 a 2021. En 2020, gran parte de los primeros ejecutivos del Ibex 35 rebajaron su remuneración en muestra de solidaridad con la situación económica. No en vano, también muchos trabajadores, especialmente aquellos en sectores críticos, tuvieron que afrontar rebajas salariales, suspensiones del empleo o despidos. De hecho, el Ibex 35 recortó en 2020 un 12% los gastos de personal. Ahora, han vuelto a recuperar algunos de estos bonus, por lo que la remuneración sube.

                                                   Fuente: El Confidencial

La brecha entre la retribución de los consejeros delegados de las empresas del Ibex-35 y la de los empleados aumentó en el ejercicio 2020, debido a que el salario de los primeros disminuyó menos que el de las plantillas por el efecto de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), según se recogió el informe 'Remuneración de los consejeros de las sociedades cotizadas' elaborado por KPMG Abogados. En concreto, la diferencia entre la retribución del consejero delegado de las empresas cotizadas y el sueldo medio de las plantillas (CEO pay ratio) aumentó hasta las 99,4 veces en el Ibex en 2020, frente a las 78 veces de 2019. En los resultados del año 2021 existen 8 compañías en las que el salario del primer ejecutivo ha superado en una cifra de tres dígitos al salario medio de sus empleados, son (Acciona, BBVA, CIE Automotive, Ferrovial, Iberdrola, Inditex, Banco de Santander y Telefónica). En algunos casos la disparidad de dicha retribución viene del hecho de que dicho ejecutivo ha cobrado una retribución que es el finiquito por el abandono de dicha compañía como es el caso de Pablo Isla en Inditex. Sin embargo, hay algunos casos que llama la atención de dichas retribuciones si tenemos en cuenta que, el récord de beneficios presentados no proviene del crecimiento orgánico, sino que vienen de los ingresos extraordinarios. Un ejemplo de ello han sido BBVA, Telefónica, Naturgy o Repsol https://bit.ly/3C0W21T  En algunos casos, como ha sido en Telefónica, su presidente y consejero delegado han aumentado un 68% y un 71%, respectivamente, lo percibido durante el ejercicio 2021 debido precisamente a un pago extraordinario por la gestión de estas transacciones.  Lo curioso de dicho hecho, es que el consejo de administración de la operadora aprobó dicha retribución pese a que la misma no fue aprobada por el consejo de ministros, como recoge el Real Decreto al que están sujetos los activos estratégicos de nuestro país actualmente

                                         Presidentes del IBEX

La situación actual que estamos viviendo no deja de ser enormemente compleja. Si hasta ahora era la situación pandémica la que azotaba la economía y prolongaba la agonía de la ciudadanía, ahora se le ha unido la situación bélica que se vive en el este europeo con la guerra en Ucrania. Como consecuencia de ambas situaciones, hemos visto una subida exponencial del precio de la energía que se ha trasladado de forma transversal a la economía. Dos son los factores que están impactando la situación actual, el primero son los cuellos de botella que han surgido en nuestra economía tras la pandemia y el segundo es la crisis energética. La consecuencia de estas cuestiones es una inflación preocupante con respecto a lo que veníamos sufriendo, si del año 2013 a 2021 la inflación fue del 4%, desde febrero del 2021 hasta hoy la inflación ha alcanzado un 8%. Esta situación ha disparado la alerta dentro de las organizaciones sociales para introducir cláusulas de garantía salarial que durante la última década habían caído en el olvido. Si a este hecho, le añadimos que las compañías ante el escenario que se ha abierto han empezado a subir precios con el fin de no erosionar sus márgenes, el escenario final será un grave problema para los bancos centrales con el fin de garantizar el control de la inflación. De momento la Reserva Federal ya ha anunciado siete subidas de tipos de interés para este año 2022, el objetivo final es situar el precio del dinero en el 2%. El Banco Central Europeo va más retrasado en la subida de tipos, sin embargo, se prevé de momento dos subidas de tipos de interés en el 2022. El fantasma de la estanflación (subida de los precios sin crecimiento económico) sobrevuela la economía española con una deuda pública que ronda el 120%. El tink tank de las cajas de ahorro, Funcas, rebajó 8 décimas el crecimiento para este año hasta el 4,8%, como consecuencia de la “elevada incertidumbre respecto a la evolución del conflicto en Ucrania, las nuevas sanciones que pueden adoptarse y la trayectoria que sigan los precios”. En este complicado contexto, solo cuatro de los 19 panelistas aún no han modificado sus previsiones para incorporar el impacto de la guerra. Si solo se tienen en cuenta las respuestas de los que sí han incorporado dicho impacto, la previsión media se situaría en el 4,6%, un punto porcentual menos que en el consenso de enero. Según la misma fuente, la inflación en 2022 se iría al 5,4%, casi dos puntos por encima de la proyección de principios de ejercicio. El impacto directo de la invasión de Ucrania en la economía de España por el propio daño a las relaciones comerciales y, principalmente, por el repunte de materias primas clave para energía, industria y agricultura, de las que Rusia es un productor importante, agrava una aceleración de la inflación que se venía enconando en los últimos meses por la tensión previa a la guerra, los cuellos de botella en las cadenas de suministro internacionales y la explosión de demanda por el fin de las restricciones de la pandemia.

Las retribuciones percibidas por algunos directivos del IBEX son y están fuera de la realidad descrita anteriormente, a la que está expuesto nuestro país. Si observamos cual ha sido la evolución en la creación de valor para sus propietarios (accionistas) de algunas compañías, desde que están al frente así nos lo corroboran. Dos ejemplos emblemáticos de dicho hecho son el Banco de Santander y Telefónica. Desde que el actual presidente de la operadora está al frente, llegó con el precio de la acción a 9,31 euros. En el año 2021 el precio de la acción evolucionó desde los 3,25 euros hasta los 3,85 euros que cerró dicho año. El caso del Banco de Santander es el siguiente, cuando llego Ana Patricia Botín el precio de la acción era de 7,5 euros. En el año 2021 la evolución de la acción ha sido de 2,54 euros a 2,94 euros con que cerró el año 2021. Lo llamativo de dicha situación en ambos casos es la posición del Consejo en ambas sociedades, sí el primer ejecutivo de la operadora recibía en el año 2021, 141 veces el salario medio de los empleados y en el Banco Santander 219 veces el salario medio, la pregunta que surge es la siguiente, ¿Cuáles son los criterios de dichos consejos, para que tras años de gobierno de dichos directivos se siga retribuyendo con unos criterios alejados de lo que es la creación de valor? En igual realidad se encuentra el BBVA o CaixaBank.

Otro problema o casuística que impacta de forma negativa como la anteriormente descrita en la valoración que se puede hacer de los consejos de algunas compañías, lo estamos observando con la posición que han adoptado algunas con lo que está sucediendo con el caso Tándem (Villarejo). Existen presidentes de cotizadas que están inmersos en causas abiertas como investigados (imputados) como son los presidentes de Iberdrola, La Caixa, Repsol, el vicepresidente de Telefónica o parte de la cúpula del BBVA, sin embargo, los consejos de dichas sociedades mantienen un silencio absoluto. Todo ello pese al reconocimiento de impacto reputacional en dichas sociedades como estamos leyendo en la prensa https://bit.ly/3qnkl5d

Esta “bula papal” que es el salario que reciben algunos CEOs o presidentes por su desempeño es un problema global que se extiende por todas las economías. La disparidad en el salario de los CEO y su plantilla de trabajadores, en lugar de reducirse, parece agravarse conforme pasa el tiempo. Desde 1978, los CEO de las principales compañías de Estados Unidos han visto como sus salarios se han incrementado un 1.322%, frente al escaso 18% que lo ha hecho el de un trabajador típico, según una estimación del Instituto de Política Económica. Solo en 2020, los CEO de las 350 empresas estadounidenses más importantes ganaron 24,2 millones de dólares, es decir, 351 veces el sueldo de un trabajador medio. Algún caso puede llegar a ser obsceno, el sueldo del CEO de Coca-Cola fue un 14.007% superior al de sus trabajadores.  El valor de un CEO se suele relacionar con el rendimiento generado por las acciones de la compañía que dirige. Contrariamente a lo que se suele pensar, una mayor remuneración no implica necesariamente que la empresa vaya a obtener un mayor rendimiento que sus competidores, como demostró un informe de MSCI Inc publicado en 2016.

Para terminar el post, quiero decir que algo falla en el modelo económico, cuando la estructura directiva de algunas compañías del IBEX vive ajena a lo que sucede en la sociedad civil, más allá de que los dueños de las compañías (accionistas) no digan nada. Lo cierto es que estos días estamos asistiendo a un claro divorcio entre las necesidades de la sociedad y los intereses de algunas compañías. El mejor ejemplo son las compañías que intervienen en el sector energético, eléctricas o petroleras. El precio del barril baja, pero la energía que consume la ciudadanía se mantiene intacta en su subida, símil del cohete y la pluma. Quizás nos hace falta una Janipa como sucedía con Sócrates, ella corregiría esta distopía a la que asistimos, entre el valor que generan algunos directivos y lo que perciben por su trabajo. Este es un ejemplo más de que nuevos cambios tienen que venir… No pueden esperar mucho más, si todavía se pretende realizar un cambio con respecto a privilegios de una minoría, que no producen más que pobreza y diferencia entre los ciudadanos de nuestra sociedad.

Ya lo dijo Noam Chomsky: “La idea básica que atraviesa la historia y el liberalismo moderno es que el público debe ser marginado. El público en general es visto no más que como excluidos ignorantes que interfieren, como ganado desorientado. La democracia occidental adolece de un verdadero sentido de entregar el poder de las decisiones al pueblo”.

 

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