“El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Este proverbio chino es el origen, junto a las investigaciones del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, de una de las más cinematográficas teorías físicas: el efecto mariposa. Según este concepto vinculado a la “Teoría del Caos”, el aleteo de un insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York. Pero, ¿es posible que el aleteo de una mariposa en Sri-Lanka pueda provocar un huracán en Estados Unidos?
En un sistema no determinista (un algoritmo no determinista es un algoritmo que con la misma entrada ofrece muchos posibles resultados), pequeños cambios pueden conducir a consecuencias totalmente divergentes. Una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, puede generar un efecto considerable a medio y corto plazo. El movimiento desordenado de los astros, el desplazamiento del plancton en los mares, el retraso de los aviones, la sincronización de las neuronas; todos son sistemas caóticos o «dinámicos no lineales». Más que el aleteo de una mariposa, algunos investigadores prefieren hacer referencia al experimento del doble péndulo. Éste son dos péndulos acoplados, es decir un péndulo unido al extremo de otro péndulo. Cuando se trata de uno solo, el movimiento es bastante simple, pero cuando son dos los que oscilan, se vuelve impredecible y caótico.
El 7 de junio del año 1996 arrancó un modelo de gestión neoliberal con la cotización de la acción de Telefónica en 4,73 euros. La compañía Telefónica tuvo a tres presidentes durante dicho periodo, Juan Villalonga, César Alierta y José María Álvarez-Pallete, el cual duró 28 años, 6 meses y 13 días. El fin a este periodo tuvo lugar el sábado 18 de enero a las seis de la tarde, día de la destitución fulminante de José María Álvarez-Pallete. La cotización de Telefónica el viernes 17 enero del año 2025 cerró en bolsa cotizando a 3,97 euros… Un viaje de la cotización bursátil a ninguna parte durante todo este periodo de tiempo.
El arranque de dicho modelo de gestión en Telefónica coincide con la ola neoliberal que arranco a mediados de los años 80 y se prolongó en la década de los 90. Esta ola conservadora sacudió a todos los países del hemisferio occidental que abanderaban, Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Sus promotores se oponían a las políticas económicas keynesianas que dan al Estado un papel clave para sortear crisis o recesiones. El economista austríaco Friedrich Hayek, otro gran referente de los neoliberales, argumentaba en su obra "Camino a la servidumbre" (1944) que la planificación estatal de la economía conduce al totalitarismo. Los gobiernos conservadores de Thatcher en Reino Unido (1979-1990) y Ronald Reagan en Estados Unidos (1981-1989) adoptaron políticas defendidas por neoliberales, como la reducción del Estado y el control estricto de la oferta de moneda para bajar la inflación. Ambos gobiernos son los paladines de dicha teoría económica privatizando todos los servicios públicos que estaban a su alcance con el fin de reducir los costes a costa de precarizar los servicios. En sus orígenes el neoliberalismo tuvo distintas escuelas como la austríaca de Hayek y Ludwig von Mises, la escuela de Chicago de Milton Friedman y la escuela de Virginia de James Buchanan, con diferencias importantes entre ellas por ejemplo en política monetaria. Los críticos del neoliberalismo afirman que poner al mercado en el centro de prioridades, desregular la economía y desmantelar el Estado de bienestar contribuyó al aumento de la brecha entre los más ricos y pobres en varios países. Decía el premio nobel de economía, Paul Samuelson, que “Los sistemas de mercado no regulados acaban destruyéndose a sí mismos. ¿Ha llegado el sistema de mercado a su fin? Como persona apegada a los valores tradicionales, espero que no. Mil años de historia económica atestiguan objetivamente lo indispensables que son los sistemas de mercado. El capitalismo libertario del laissez-faire (dejar hacer) que predicaban Milton Friedman y Friedrich Hayek, al que se permitió desbocarse sin reglamentación. Ésta es la fuente primaria de nuestros problemas de hoy”. Hoy estos dos hombres, Friedman y Hayek, están muertos, pero sus envenenados legados perduran. Visto con cierta perspectiva en la actualidad tras el paso de dicha doctrina económica neoliberal, vemos en uno de los abanderados de dicha doctrina económica, Gran Bretaña, cual ha sido su legado. El primer ministro Keir Starmer tras la salida del gobierno del partido conservador de los tories denuncia el estado en que han quedado los servicios públicos https://tinyurl.com/357ctnhx
Con esta doctrina llegó al gobierno español, José María Aznar, en el año 1996, culminando un proceso de privatización de Telefónica con la venta del 20,9% que faltaba por privatizar, dejando en las manos del mercado el devenir futuro de Telefónica. Todo lo contrario de lo que hicieron franceses y alemanes con sus operadora incumbentes, France Telecom (Orange) y Deutsche Telekom. La participación del Estado en Telefónica que adquirió estos últimos meses tras la entrada de STC en el accionariado y por la que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) por la que pagó 2.284 millones de euros, supone algo menos de la tercera parte de lo mismo que un cuarto de siglo antes se había vendido por 4.598 millones de euros. Esas ventas de la participación del Estado en Telefónica se produjeron en plena ola neoliberal, los últimos del gobierno de Felipe González (1995) y los iniciales del de José María Aznar (1997), gobiernos que activaron una ola de privatizaciones de empresas públicas cuyos beneficios siguen aún sin estar claros https://tinyurl.com/yc3k8rxu Para gestionar dicha situación de orfandad del Estado en Telefónica, el gobierno de Aznar fichó para presidir la operadora a, Juan Villalonga Navarro, socio de McKinsey & Company (1980-1989), director general de Credit Suisse First Boston (1993-1994) y director general de Bankers Trust España (1995-1996). Con dicho presidente vino también de su mano la consultora McKinsey, que se estableció hasta la actualidad en el corazón de Telefónica, diseñando sus planes estratégicos de reducción de costes y pago de dividendo https://tinyurl.com/2v3jrrn2 Con Villalonga empezaron los recortes y ajustes de plantilla en Telefónica coincidiendo con el nacimiento de los gigantes de Internet como por ejemplo, Google (1997). Dicho periodo también coincide con una baja inversión en I+D de los operadores mientras los recién llegados de Internet al mundo digital empezaban su andadura haciendo todo lo contrario, mucha inversión en I+D mientras desarrollaban sus ecosistemas digitales como sucedió con Apple y Google. Los operadores hacían sus pinitos con los portales de Internet como fue el caso de Terra en Telefónica cuyo final ya conocemos, mientras los OTTs seguían tejiendo su ecosistema digital con nuevos servicios. Villalonga tuvo que dimitir el 26 de julio del año 2000 tras su fallido intento de fusionar Telefónica con la holandesa KPN, y después del escándalo de las “stock options”. Tras dicha dimisión llegó a la presidencia de Telefónica bajo la presidencia de Aznar, César Alierta, que provenía de los mercados bursátiles donde tenía una empresa de intermediación bursátil, Beta Capital. Su presidencia esta caracterizada como la de Villalonga por las compras de otras operadoras en el mercado latinoamericano y europeo, que significó que cuando abandono la compañía tenía una deuda financiera de 50.213 millones de euros. El problema que apareció bajo la presidencia de Villalonga con los gigantes de Internet, se magnificó con Alierta, ya que dichas compañías hicieron de la I+D su palanca de crecimiento para dejar atrás a las compañías de telecomunicaciones en la revolución digital que estamos viviendo, ya que sus inversiones en I+D eran testimoniales frente a los OTTs. Los operadores de telecomunicaciones ponían las líneas de teléfono que facilitaban la conexión a Internet con tarifa plana y las compañías de Internet ponían todos los servicios de valor que proporcionaba el ecosistema digital a través de Internet. El resultado de dicha acción fue que las tasas de crecimiento de los ingresos de las cuentas de los OTTs crecían a doble digito, mientras las de las de las operadoras de telecomunicaciones emprendían una caída sin fin. Esta situación llegó al extremo de que la conectividad también fue uno de los servicios que sucumbió a los gigantes digitales con sus plataformas. Plataformas como, Whatsapp, Facebook Messenger, Line, Telegram, etc., proporcionan conectividad telefónica sobre Internet, tirando por el suelo el precio de las llamadas internacionales y socavando uno de los muchos nichos de negocio en el que estaban las operadoras de telecomunicaciones. Una situación de dicha incapacidad para competir con dichos gigantes de Internet lo podemos ver con el siguiente video que tiene ya 14 años.
La herencia que produjo dicha ola neoliberal, fue que se abandonó por parte de los gobiernos la política industrial que se necesitaba en las operadoras de telecomunicaciones con el fin de no perder el tren a la cuarta revolución industrial (digitalización) que estamos viviendo. La no presencia en los consejos de administración de dichas compañías del Estado y el dejar hacer a los gestores de las mismas, produjo una situación defensiva en sus estrategias (océano rojo), que consistíó en ajustar ingresos a gastos mientras se pagaba el dividendo que no se podía pagar a la vez que se minusvaloraba la inversión en la I+D. Tras la marcha de Alierta llega a la presidencia el 8 de abril del año 2016, José María Álvarez-Pallete, cotizaba entonces el precio de la acción a 9,31 euros. Su presidencia arranca con una deuda que atenazaba cualquier situación, bien es cierto, que dicha deuda no era ajena a sus responsabilidades ya que desde el 17 de septiembre del año 2012 era consejero delegado de la operadora. El último día bajo su presidencia la cotización de la acción de Telefónica fue de 3,97 € (-57,35%). La deuda cuando llegó a la presidencia era fabulosa pero arrancó su presidencia pagando 0,75 € de dividendo y termino la presidencia pagando 0,30 € de dividendo (-60%). Su presidencia se ha caracterizado por vender todo aquello que estuvo a su alcance, reduciendo el perímetro de la compañía y por ende los ingresos. Arrancó su presidencia con unos ingresos de 52.036 millones de euros y terminó con unos ingresos del año completo en 2023 de 46.813 millones de euros (-5.223 millones de euros). Continuó con sus denuncias como su antecesor en la presidencia de la regulación asimétrica que existe con los gigantes de Internet (OTTs), en cuanto a la conectividad y uso de las redes de telecomunicaciones. Sin embargo, su apuesta por: el negocio de la TV, la baja inversión en I+D, el deterioro de la filial de Hispam y sus continuas apuestas por la externalización, las constantes reducciones de plantilla con las que conseguir ahorros de costes con los que pagar el dividendo, han tumbado el precio de la acción a un nivel más bajo que cuando llegó Villalonga a la presidencia de Telefónica. La rentabilidad del dividendo de Telefónica durante los últimos cinco años ha alcanzado el 8,21%, el mayor de las operadoras de telecomunicaciones https://tinyurl.com/35ubpuny Este periodo con este modelo de gestión de casi tres decenios ha supuesto para La Caixa el reconocimiento de una minusvalía de 1.000 millones de euros https://tinyurl.com/btr7kr4k, para el BBVA la minusvalía reconocida ha alcanzado los 1.123 millones de euros https://tinyurl.com/jdexedts
Llegamos al 18 de enero con la destitución del presidente Pallete, vista la información que se ha ido publicado en la prensa desde entonces, se puede ir intuyendo lo que puede venir con el nombramiento de Marc Murtra como presidente de Telefónica. Lo primero que hay que decir sin ningún género de duda, es que la SEPI no entra en Telefónica para seguir haciendo lo que hasta la fecha venía sucediendo con el modelo de gestión: ajustes de plantilla, pago de dividendo, caída de ingresos y apuestas por servicios que no entroncan con el desarrollo tecnológico de nuestro país. Tras el estudio pormenorizado que ha hecho durante ocho meses el consejero de la SEPI, Carlos Ocaña Orbis, del estado de la operadora y sus negocios https://tinyurl.com/3faehhhu y a la espera de ver lo que dichas cifras nos ofrecen cuando se presenten, parece intuirse que vamos hacia la formación de una compañía digital con un modelo de integración de toda la cadena de valor de la digitalización. Esto será desde la fabricación de equipos (INDRA), integración en redes (TELEFÓNICA) y comercialización de los servicios digitales como pueden ser los servicios que se prestan en la red a través (APIs) de lo que se conoce como “open Gateway” (INDRA). A esta cadena de valor hay que sumar servicios de ciberseguridad, cloud computing, servicios de Inteligencia Artificial (AI) como puede ser: el análisis de mercado, gestión del e-comerce, marketing virtual, etc., que podrían salir de (INDRA).
Fuente: Comisión Europea
Esta revolución que se avecina en Telefónica producirá lo que al comienzo del post se conoce como el “efecto mariposa”, una profunda renovación de su estructura de mando con el fin de fijar en las posiciones de este nuevo cambio a personas con un perfil acorde a dichas necesidades, alejándose de cuestiones disfuncionales como son los nombramientos con tintes ajenos al conocimiento y la capacidad. Una cuestión que parece desprenderse de la entrada de la SEPI, es que dicho cambio será inmediato, no se alargará más de lo necesario. También hay dos cuestiones que hay que aclarar como son la de presentar un nuevo plan estratégico que integre las sinergias de Indra y Telefónica, poniendo el foco en el crecimiento y expansión de servicios digitales como hacen las tecnológicas (OTTs). La segunda cuestión que tenemos que saber y no menor, es si se seguirá con la política del pago del dividendo, visto el resultado de dicha acción y las necesidades que tiene hoy Telefónica de aumentar su inversión en el despliegue de infraestructuras en los mercados en los que está presente y una mayor inversión en I+D con la que combatir a los OTTs. Son muchas las cosas que tienen que cambiar en Telefónica, pero parece que el futuro se presenta con nuevos tintes optimistas si pensamos que el cambio que se avecina, puede ser total para revertir la situación en la que se encuentra actualmente.
Ya lo dijo Isaac Asimov: “Es el cambio, el cambio continuo, el cambio inevitable, el factor dominante de la sociedad actual”.
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