El ajuste que se produce en una compañía sobre
los recursos humanos no puede ser un recurso permanente en el tiempo a costa de
sacrificar el conocimiento y capacidad de la compañía.
Existen compañías que lejos de buscar nuevos
productos, servicios o mercados que enriquezcan su cartera basan su
competitividad en un ajuste sobre el capital humano de forma permanente en el
tiempo, sustituyendo conocimientos, experiencia, etc. por salarios bajos con el
consiguiente problema que esto genera a nivel de compromiso y clima laboral.
Esta situación es lo que llamaríamos el ajuste infinito, estos gestores
demuestran una nula capacidad para vincular el compromiso del trabajador con la
meta fijada a alcanzar deteriorando la relación empresa-trabajador. Con ello se
condena el futuro de la compañía puesto que los ajustes de rotación del
personal que se producen con el tiempo terminan siendo una herida mortal por la
destrucción de intangibles que existen y que lleva mucho tiempo adquirir como
pueden ser el conocimiento, experiencia, compromiso, etc. Por otra parte
también se generan problemas en el funcionamiento de la compañía ya que se
sustituyen personas con capacidad por otras que carecen de ella ocasionado
pérdidas de calidad, deterioro de las relaciones con el cliente, etc., hasta
que las mismas adquieren los conocimientos necesarios para poder dominar su
puesto de trabajo.
Reducción de personal en grandes empresas en el año 2013 en España
El trabajador que permanece en la
compañía después de este tipo de ajustes está afectado en sus planos; laboral y personal. Estos planos son
indisolubles y están condicionados por
variables como: falta de confianza, relaciones deterioradas, decisiones
arbitrarias, etc., todo ello condicionará su compromiso para salir de la situación en la que se
encuentra.
Ya lo decía Peter Drucker: "La contribución más importante del empresariado en el siglo XX, y de hecho la única, fue multiplicar por dos la productividad del trabajador manual en la manufactura. La contribución más importante que el empresariado tiene que hacer en el siglo XXI es aumentar en la misma proporción la productividad del trabajo inteligente y del trabajador inteligente".
Ya lo decía Peter Drucker: "La contribución más importante del empresariado en el siglo XX, y de hecho la única, fue multiplicar por dos la productividad del trabajador manual en la manufactura. La contribución más importante que el empresariado tiene que hacer en el siglo XXI es aumentar en la misma proporción la productividad del trabajo inteligente y del trabajador inteligente".
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