jueves, 3 de septiembre de 2015

COMUNICACIÓN DIRECTIVA, VERDAD Y SU RELACIÓN CON EL COMPROMISO



La siguiente anécdota define a la perfección a la comunicación interna: Cuando el presidente John F. Kennedy visitó por primera vez la NASA, en el pasillo se encontró a un conserje barriendo. “¿En qué consiste su trabajo?”, preguntó Kennedy. “Yo ayudo al hombre a llegar a la luna”, respondió el empleado.

 Definía el filósofo alemán Nietzsche  que la verdad es “un ejército móvil de metáforas, metonimias (figura retórica que consiste en designar una cosa con el nombre de otra con la que mantiene una relación de proximidad o contexto), antropomorfismos (doctrina o creencia basada en atribuir aspecto y personalidad humana a animales, cosas y personajes divinos), en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas, adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas, canónicas, obligatorias". El hombre pues necesita usar su inteligencia para sobrevivir, enfrentarse o convivir con los demás, sin embargo, ese intelecto es usado muchas veces para la fabricación de escenarios ideales de ficción. Se encuentra siempre inmerso en ilusiones y ensueños que le sirven como defensa, sobre todo a los individuos más débiles o que no alcanzan los objetivos que persiguen. Así la persona es muchas veces un ser humano limitado, que se engaña pensando que como ser superior la naturaleza está a su servicio. Soberbio de su conocimiento, el engaño lo lleva a sobrevalorar tanto la ciencia, como el conocimiento de la realidad que tiene en base a su experiencia vivida. Es aquí donde la inteligencia desarrolla sus fuerzas, fingiendo, mintiéndose y mintiendo a los demás.

Uno de los objetivos de la comunicación interna es que todos los integrantes de la organización se sientan comprometidos con el proyecto de compañía que tiene en marcha el equipo directivo, para ello es imprescindible que las personas  sepan los motivos y razones de dicho camino. Es decir, que todo trabajador tenga claro en qué contribuye a que la compañía llegue a sus objetivos”. Obviamente, comunicación interna sin verdad no parece un binomio ganador. Frecuentemente nos encontramos en prensa noticias empresariales donde la realidad que se comunica por parte de los directivos de una compañía no guarda relación con la realidad que viven en las mismas sus empleados o colaboradores, manifestándose dicha problemática por ejemplo en encuestas de satisfacción o Clima Laboral.



La variable verdad se vuelve un intangible definitivo para que dicha comunicación interna funcione a la perfección dentro de las compañías. De hecho, las grandes compañías y organizaciones han conocido siempre que el primer público en el que hay que pensar para lograr metas es el equipo humano que sustenta su negocio. En un principio, la comunicación interna se focalizó en difundir de forma vertical información de tres tipos: laboral, operativa y organizacional, es decir, información sobre condiciones de trabajo, salarios, normativa, etc. De esta manera, se consiguió establecer una relación fluida entre todos los trabajadores de la empresa. A mediados de los años 90, la comunicación interna se desliga de los recursos humanos y pasa a integrar, junto con la comunicación externa, la estrategia de comunicación corporativa. Desde entonces las compañías han volcado sus esfuerzos en fijar y conseguir que dicha comunicación sea bidireccional, establecer un feedback activo con sus empleados, con ello se pretende implicar, motivar y lograr extraer todas las sinergias que atesoran sus empleados. Este enfoque ha sufrido un vuelco con los nuevos soportes que han surgido con las nuevas tecnologías como los móviles y las redes sociales, la tecnología cambiará la velocidad y la transmisión, pero no el objetivo de dicha comunicación. 



Uno de los mayores errores que se suelen cometer en la comunicación corporativa es la ocultación de información en tiempos de crisis, el hacer que como que se está trabajando en algo que no avanza, el parar los proyectos sin que nadie explique el ¿por qué?, el dejar languidecer las iniciativas sin explicaciones, etc. De acuerdo con el libro Nueva Comunicación Interna en la Empresa, los directivos suelen mantener al margen a los empleados en situaciones de crisis, un “grave error”, pues son un enlace directo entre la empresa y la sociedad y pueden se aliados, portavoces y colaboradores en la lucha por salir de la misma. 


Esta equivocación limita y no favorece aspectos fundamentales que se pueden conseguir con una fluida comunicación interna dentro de la compañía, como pueden ser los siguientes:

  • Mejora de la efectividad de la empresa: cuanta más información tengan tus trabajadores, mejorará su trabajo en equipo y su trabajo individual. Los empleados se sentirán integrados plenamente en la organización y por tanto, se comprometerán mayormente con ella.
  • Mantiene a los trabajadores enterados de todo lo que sucede en la empresa: nadie recibe sorpresas y todos conocen los cambios (positivos y negativos) que tienen lugar en su entorno.
  • Permite que la resolución de problemas sea más sencilla: si se pide opinión a los trabajadores sobre un determinado tema, es probable que la resolución de un conflicto sea más fácil porque se aportarán más ideas.



Cuando las compañías logren que el conserje diga que está ahí para ayudar al hombre a llegar a la luna, se habrá conseguido tener una comunicación directiva eficaz alineada con el compromiso del trabajador.



Ya lo dijo Baltasar Gracián: "Querer hablar y oírse no sale bien; y si hablarse a solas es locura, escucharse delante de otros será doblada."











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