Francesco Colonna fue un
monje italiano del siglo XV, al que se le atribuye el libro titulado Sueño de Polífilo, que se publicó en
Venecia a mediados de aquel siglo XV. Según la página del libro en la magnífica editorial Acantilado,
es una obra curiosa y enigmática, y hasta rara, podríamos decir. Pero este
libro guarda un mensaje más allá de su texto, más allá de la lectura que haría
cualquier lector. El texto de Colonna supone un caso de esteganografía
histórica, una cuestión está de la esteganografía que no es ajena a los
aficionados a la criptografía o la seguridad informática. Por acabar de
aclararlo, la esteganografía es la ocultación de un mensaje dentro de un objeto
o un texto, usando este último como canal de comunicación en el que el texto
oculto pasa desapercibido, salvo para aquel que sabe qué buscar o cómo mirar.
Colonna dejó el mensaje que quería enviar al mundo escondido en las primeras letras de cada uno de los 38 capítulos del libro. Al colocar juntas y orden esas 38 primeras letras, sale el mensaje PoliamfraterFranciscusColumnaperamavit, que en realidad es Poliam frater Franciscus Columna peramavit, es decir, el hermano Frascesco Colonna ama a Polia. Toda una declaración de amor que dejo oculta pero que una vez descubierta sigue viva, hoy, más de quinientos años después.
Colonna dejó el mensaje que quería enviar al mundo escondido en las primeras letras de cada uno de los 38 capítulos del libro. Al colocar juntas y orden esas 38 primeras letras, sale el mensaje PoliamfraterFranciscusColumnaperamavit, que en realidad es Poliam frater Franciscus Columna peramavit, es decir, el hermano Frascesco Colonna ama a Polia. Toda una declaración de amor que dejo oculta pero que una vez descubierta sigue viva, hoy, más de quinientos años después.
“Lurker” (acechador en inglés) es el nombre dado a los
participantes de comunidades virtuales que tienen una actividad solamente
receptiva, sin contribuir activamente aportando ficheros, escribiendo en grupos
de discusión, etc. (Wikipedia dixit). No sólo en el mundo virtual existen “lurkers”. Existen en todas las
comunidades, en el mundo real se les suele llamar “la mayoría silenciosa” o “la
mayoría invisible” a los que no participan en la vida pública de forma
pública, pero tienen opinión, piensan y sienten como cualquiera cuando se les afecta
por cualquier tipo de cuestión. Hay que circunscribir el ámbito de los “lurker” a la política, la empresa, el
asociacionismo, etc. En prácticamente todas las comunidades online, el
90% de los usuarios
son lurkers, personas que leen y/u observan, pero que nunca
contribuyen
a la discusión, mientras que un 9% contribuyen de manera esporádica o mediante actividades sencillas,
como emitir un voto, y el restante 1% son los usuarios que realmente
participan activamente
mediante sus contribuciones (2010. Fernández, Jorge Juan. Las reglas de juego).
Dicho esto diremos que el 1%
mencionado se comportan de una manera casi compulsiva,
introduciendo comentarios sólo unos instantes después de cualquier comunidad en
la que estén participando.
Según
diferentes estudios sobre la actividad de un “lurker” en la empresa a través de las redes sociales, esta se
relaciona directamente con el valor o beneficio que percibe de su participación
en la misma. Para los “lurker” el
beneficio esperado por una mayor exposición en las redes sociales tiene una percepción
negativa de dicho hecho, entre otros motivos por: la ausencia de
anonimato, falta de tiempo, temor a ser ridiculizado, creer que no se tiene
nada valioso que aportar a dichas redes, percepción de control por parte de los
directivos de dichas redes sociales, información aportada por directivos
sesgada en cuanto a su valor real, falta de presencia en tiempo real de dichos
directivos, implantación de filtros u otros elementos como buzones que
hacen de pantalla para dialogar con los directivos, etc. Mientras
que por contra, el beneficio derivado de la
información recibida de forma pasiva tiene una percepción más positiva por
la correspondiente participación activa y aportación de información de los
usuarios más activos de dichas redes sociales.
Este interés se acentúa cuanto más real y verídica sea dicha información
aportada por los usuarios activos y contradiga la versión oficial instaurada
por los directivos de dicha compañía. Lo claro con todo esto es que “las
conversaciones están desplazándose de una forma estática y lenta –los
comentarios a las notas de blogs– hacia una forma más dinámica y rápida en el
flujo de Twitter, Friendfeed y otros” explica Stowe Boyd, uno de
los blogueros más respetados en San Francisco y Silicon Valley. “Pienso”,
agrega, “que esta orientación puede ser como una ley del universo: la
conversación se mueve hacia donde es más social”.
Ante
este hecho deberíamos pensar que los “lurker”
tienen una participación periférica legítima, esto hace que sea muy
difícil llegar a reconocerlos online, sino
no hay participación no hay rastro, por lo tanto una
estrategia fundamental que tienen que poner en marcha los directivos de las
compañías que quieren ser reconocidas como digitales es integrar a sus miembros
con una participación activa en las redes sociales propias, con ello se
conseguirá; unir
el equipo, aportar visiones diferentes a los problemas y obtener sinergias de
conocimientos y capacidades que están en la compañía pero que no afloran porque
el escenario que existe no ofrece ningún atractivo a dichos “lurker”. Partiendo de que es un enorme reto el integrarlos en
las redes sociales, lo solución a dicho problema tiene que venir de varias
cuestiones: la primera es una mayor calidad en las aportaciones a dichas redes
sociales, el segundo es una mayor transparencia informativa de la compañía
hacia dichas redes y por último hacer que la participación de dichos directivos
sea periódica (por ejemplo cada mes) en
cuanto a su comparecencia. No existe justificación que ampare que un directivo
no dispone de una o dos horas al mes al mayor activo que tiene una compañía: su
plantilla. En esta
comparecencia el directivo se tiene que poner a disposición de sus
colaboradores sin artificios o elementos pasivos intermedios, de “tú a
tú” explicando y razonando las cuestiones que recaben las personas que
integran la compañía. Con respecto a la calidad de las aportaciones, las redes
tienen que ser elementos vivos de debate y controversia, una red que está
sujeta solo a cuestiones triviales o de hechos que afecten poco y potencien la
controversia, será una red muerta. Aquí también deberíamos aplicar la máxima de “más vale calidad que cantidad”.
De no ser así, muy probablemente nos daremos de bruces con la Ley de Gresham de la interacción
online que afirma: “las
contribuciones idiotas de un foro en internet tienden a expulsar a las que
tienen algo interesante que aportar.” En la misma línea, la
Ley del wiki de Nicholas Carr afirma que “en wikis abiertos, la calidad del
resultado decrece al incrementarse el número de contribuidores”. Muchas veces cuando uno observa los
contenidos de determinadas redes sociales uno se pregunta, ¿Los contenidos de dicha red sirven
para cohesionar a la plantilla en busca de las metas y logros establecidos en
la misión de la compañía o son contenidos para distraer y hacer como que se
hace algo pero no se hace nada?, ¿Los contenidos se utilizan para informar y debatir sobre
cuestiones fundamentales de la compañía dando explicaciones los responsables de
la misma sin parapetos o se utilizan para el autobombo y el canto a las
excelencias?, y por último
¿Están dispuestos los líderes de las compañías a arriesgarse y establecer
marcos abiertos en la comunicación (facilitando todo tipo de información
interna que facilite una clara visión de cómo se encuentra la misma), donde su
prestigio y capacidad de gestión sean expuestos al juicio de dichos empleados?,
son preguntas que si uno responde encontrará claves para entender por qué
existen "lurker" en las
compañías.
Ya lo dijo
Walter
Lippmann: “Donde todos piensan igual nadie piensa
mucho“.
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