La compañía
norteamericana Lockheed Martin Corporation fue la empresa que fabricó el avión Lockheed
L-1011 TriStar comercial que entró en servicio después del Boeing
747. El escándalo Lockheed está basado en graves casos de
corrupción que se llevaron a cabo en varios países en el año 1976, los cuales provocaron graves
crisis en gobiernos de determinados países occidentales, incluida España.
En el mes de febrero del año 1979 la compañía reconoció en una comparecencia
ante el juez federal John Lewis Smith de un tribunal de Whashington
el haber sobornado a altos funcionarios gubernamentales de Japón para
potenciar las ventas de la empresa en ese país, y fue multada con 647.000
dólares (unos cuarenta millones de pesetas).Los abogados de la Lockheed
Martin admitieron que, entre 1972 y 1974, la compañía aeronáutica pagó
2.600.000 dólares a políticos japoneses, incluyendo 1.800.000 dólares que
fueron a la oficina del entonces primer ministro, Kakuei Tanaka. El objeto
de estos sobornos fue conseguir contratos para la venta de aviones comerciales
del modelo L-1011 para las líneas aéreas niponas. Esta misma práctica fue
puesta en marcha en otros países como Países Bajos, Alemania Occidental e Italia. La
empresa Lockhedd Martin admitió haber pagado en total 22 millones
de dólares a los más variados personajes mundiales, desde el ultraderechista
japonés Toshio Tanaka y su primo el primer ministro Kakuei
Tanaka, pasando por dos Ministros de Defensa, el de Italia y Alemania, el príncipe Bernardo de Holanda, generales de la Fuerza Aérea Colombiana…etc. Se
llegó al punto de que el Ministro de Hacienda y ex embajador de los Estados
Unidos Hernán Echavarría Olózaga, confesó sin ningún rubor que: “en
nuestro gobierno no se hace un negocio importante con el Estado sin pagar
comisiones”.
El número de normas, directivas, reglamentos,
acuerdos, etc… que existen en vigor en la Unión Europea alcanza la cifra de 100.000.
En España existen 40.000 leyes estatales adoptadas en el periodo que va desde
el año 1970-2014. El total de páginas que ocupan las disposiciones que se
publican el BOE y los boletines oficiales autonómicos es de 1000.000.
Esta cantidad de normativa es suficiente para imprimir 850 veces el Quijote,
estas cifras reflejan la complejidad del entramado legal y fiscal al que se
enfrentan las compañías. El “compliance” es la disciplina que
existe dentro de las compañías para cumplir con las leyes y regulaciones en vigor
tanto externas como internas, para ello se precisa conocer cuáles son las
normativas de aplicación, implementar los mecanismos necesarios para prevenir
infracciones, detectar sucesos si llegan a generarse y establecer las medidas
necesarias para subsanarlos.
El número de normas,
directivas, reglamentos, acuerdos, etc… que existen en vigor en la Unión
Europea alcanza la cifra de 100.000. En España existen 40.000 leyes estatales
adoptadas en el periodo que va desde el año 1970-2014. Las disposiciones que se
publican el BOE y los boletines oficiales autonómicos es de 1000.000 páginas al
año. Esta cantidad de normativa es suficiente para
imprimir 850 veces el Quijote, cifras que revelan la complejidad del entramado
legal y fiscal al que se enfrentan las compañías. El “compliance”
es pues una disciplina fundamental para que las compañías cumplan con las leyes
y regulaciones en vigor tanto externas como internas, para ello se precisa conocer
cuáles son las normativas de aplicación, implementar los mecanismos necesarios
para prevenir infracciones, detectar sucesos si llegan a generarse y establecer
las medidas necesarias para subsanarlos. La evasión y lavado de dinero negro es una lacra que
moviliza más de 2 billones de dólares cada año a los paraísos
fiscales, los centros off-shore acumulan más de 21 billones de dólares,
cifra superior a los 19,2 billones de dólares del PIB de la economía de Estados
Unidos. Según los cálculos más conservadores de la OCDE las empresas
eluden el pago de 240.000 millones de dólares mediante argucias en sus
declaraciones sobre sus sedes productivas. Esta cantidad supone el 10% de
lo que se recauda por el impuesto de sociedades en todo el mundo. Según
Martin Arnold, del Financial Times, "los
grandes bancos, como HSBC, Deutsche Bank y JPMorgan, gastan más de mil millones
de dólares al año en cumplimiento y controles regulatorios. El banco
español BBVA calculó recientemente que en promedio las instituciones financieras
tienen entre el 10 y el 15% de su personal dedicado a esta área.
El RegTech
es capaz de modificar el trabajo de los empleados que gestionan el cumplimiento
y ganar tiempo a los agentes financieros, mientras disminuyen los costes. La
base de dicho negocio descansa sobre una plataforma de software que automatiza
completamente el proceso de gestión de la conformidad mediante la detección
automática de todas las normas de cumplimiento en los documentos (pdf, jpg…)
después de ser escaneada y transformada en algoritmos. Existen tres tipos de RegTech
dependiendo de las áreas regulatorias:
- RegTech orientada al reporting regulatorio “regulatory Awareness”
- RegTech enfocadas al cumplimiento de la normativa KYC “Know your customer”
- RegTech AML (Anti-money laundering)
Escándalos como el de Lehman
Brothers han aumentado los requerimientos y la información que las
compañías tienen que facilitar a los reguladores. El RegTech ofrece las
siguientes ventajas a las compañías que implantan dichas soluciones:
- Cumplir con los requisitos de información de una manera más simple, reduciendo de forma significativa los costes y esfuerzos para las compañías. Las aplicaciones ETL (Extract, Transform and Load)- Extraer, Transformar y Cargar- permiten a las compañías mover datos desde múltiples fuentes, reformatearlos, limpiarlos, y cargarlos en otra base de datos, data mart, o data warehouse para analizar o apoyar un proceso de negocio.
- Aumenta la eficiencia en el cumplimiento normativo, entre los requisitos a cumplir y su posterior interpretación, permitiendo suministrar información más precisa a los organismos supervisores.
- Sintetiza y apoya a las compañías en la gestión y explotación de los datos que poseen.
- Facilidad y agilidad para cambiar los requisitos cuando las autoridades regulatorias proceden a implantar cambios regulatorios, las aplicaciones están diseñadas para adaptarse de forma automática a los nuevos requerimientos.
El escándalo Lockheed fue el
precursor que sirvió para iniciar el “compliance”. Sucesivos escándalos en
el mundo corporativo sirvieron para que el Senado norteamericano en 1977
aprobase la Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), ley que prohíbe los pagos
ilegales a funcionarios extranjeros y exige a las compañías cotizadas registrar
todas las transacciones y contar con sistemas de control interno adecuados. Desde
entonces hasta nuestros días el camino ha sido largo, sin embargo todavía sigue
habiendo compañías en peligro por no cumplir con la legalidad allí donde presta
sus servicios al cliente. La solución para las compañías no es
escatimar esfuerzos y dejar dichas competencias en precario, ya que dicha
situación puede llevar a una compañía al borde del desastre… Basta
recordar por ejemplo, el suceso ocurrido a Volkswagen con el dieselgate en
el año 2015 y el alto coste que este hecho ha tenido para sus stakeholders.
Ya lo dijo Antonio Garrigues
Walker: “Hay un cambio radical en la actitud de las empresas en todos los
sentidos. Esto es lógico. A nada que desaparece la sensación de impunidad la
gente se pone a pensar. Se da cuenta de que el crimen no paga y que la gran
mayoría de los corruptos han caído”.
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