Todos
tenemos conocimiento de personas que proyectan una imagen de estar enamoradas
de sí mismas y hasta cierto punto para tener una autoestima sana
hay que saber valorarse. Otra cosa muy distinta, son las personas
que en esta valoración se colocan en el escalón más alto, sin ninguna capacidad
de autocrítica. El problema no es la falta de
autocrítica, sino que estas personas, al situarse en un lugar tan alto, puedan
perder humildad y motivación para mejorar. Fue Ortega y Gasset quien definió
a este tipo de personas como “señoritos insatisfechos”. Los
mismos, suelen utilizar a menudo frases como “yo soy así y no voy a cambiar”, o “no voy a cambiar porque si me
quieren me tienen que aceptar tal como soy”, etc. Estas frases reflejan que le
confieren un carácter de ataque personal a cualquier crítica que reciben, de
manera que no se paran a analizarla y únicamente dedican sus esfuerzos a
defenderse de ella o a ignorarla. Al considerarse
perfectos, en su imperfección, sienten que pueden juzgar a los demás desde su
púlpito por no sentirse tan maravillosos como ellos se sienten. La parte
negativa para ellos mismos está en que se ponen metas demasiado altas, las
cuales casi nunca son conseguidas. Esto les permite fantasear en un
mundo irreal donde las fantasías están acordes con sus pretensiones. El final
de esta situación es un mundo de desilusiones debido al fracaso en la consecución de los
objetivos fijados. La acción de la autocrítica permite al ser humano
hacer una evaluación de su situación y le da pistas para mejorar. En resumen,
es la capacidad que tiene un individuo de verse a sí mismo, a fin de identificar
sus errores y fortalezas, con miras de reforzar sus cualidades positivas o
corregir aquellas que no lo son tanto, logrando con esto ser cada día
una mejor persona. El proceso y
capacidad de autocrítica mantiene alejado a los miembros relevantes de
cualquier parcela en la sociedad de caer en el incumplimiento de normas,
corrupción o delincuencia, hechos que llevan a la sociedad a pagar a veces un
grave peaje económico, social, político, etc., y que en el fondo sirve para que
se cuestione la justicia y credibilidad del sistema democrático de un país.
Por lo tanto, la autocrítica es un valor que permite a los individuos de la
sociedad que tienen a manifestar y dar ejemplo, ser capaces de crear un modelo
de comportamiento para la sociedad que sirva de ejemplo y conciencia para todos
en su conjunto.
Hoy se han presentado los
resultados de Telefónica del año 2019, la reacción en los periódicos ha sido prácticamente
unánime en cuanto al sentir de quien tiene que dictar sentencia, los
mercados. Estos han hablado con una
bajada bursátil importante, llegando a casi el 6% en algunos momentos y
cerrando la jornada con una bajada del 2,91%. Esta rotundidad manifestada por
los mercados e inversores parece que deja muy pocas dudas con respecto al plan estratégico
y los directivos que lo encabezan. Piénsese que desde que el actual
equipo directivo tomo posesión de Telefónica, cogió el valor de la acción a
9,31 euros, hoy con el cierre de 6,32 euros, la perdida del valor de la acción
alcanza el 33,12%. Una de
las cosas importantes que ha sucedido en estos últimos días en el precio de la acción,
ha sido que se ha visto espoleada por una subida constante y fuerte desde el
día 14 de febrero, que hoy se ha visto rota de forma drástica después de presentados
los resultados. Una cuestión importante que quiero resaltar
es que no sabemos el nivel de autocartera que tiene en este momento la
compañía, la última vez que se publicaron datos de la misma se afirmaba
que alcanzaba un 2,44% http://bit.ly/39OIVBu
Sin embargo, desde entonces la compañía ha sufrido serios reveses en el mercado,
con lo que sería importante conocer a fecha de hoy dicho porcentaje para saber
el nivel de compra del inversor externo y si dicha cotización se viene manteniendo sobre los 6 euros
por la compra de autocartera. Según la CNMV, cualquier compañía que cotiza
en el IBEX puede tener como máximo un 10% de autocartera. El 6 de
febrero de este mes se publicaba en prensa http://bit.ly/2HGOF4o
que el banco norteamericano de negocios JP Morgan fijaba un precio objetivo para la acción
de Telefónica de 5,6 euros. Si tenemos en cuenta las subidas de estos últimos
días ha tenido el valor de la acción, más de un 5%, sin un motivo aparente, este colchón ha servido para que la acción cuando ha llegado a la presentación de resultados no perfore el
soporte de los 6 euros, con lo que dicho hecho significa en este momento para el actual equipo directivo.
Afirmar como afirma el
presidente de la compañía que los mercados no entienden o no valoran bien lo
que se está haciendo, es cuando menos atrevido
por calificarlo de alguna manera. En la presentación efectuada en esta mañana
por dicho directivo con los medios de comunicación, ha insistido en que su
equipo trabaja con vistas a cinco, diez o 50 años, y no con una visión a
tres meses. "Podríamos tomar medidas a corto plazo para impulsar la acción
como la venta de activos de infraestructuras, y también podríamos lanzar
agresivos planes de recompra de acciones, pero se debilitaría la compañía a
largo plazo", ha dicho. http://bit.ly/2uekVbK
Hay que recordar que la presidencia la ostenta desde el 8 de abril del 2016, es
decir hace casi cuatro años. Los mercados son soberanos, para “comprar” o no
las promesas del CEO de turno, lo que está en juego no es el dinero del presidente
de la compañía, que puede ser, pero en una cantidad insignificante, si tenemos
en cuenta que telefónica cotiza en el mercado con un volumen de más de 5.000 millones de acciones. Así
pues, buscar culpables fuera de la casa es cuando menos arriesgado, ya que el inversor lo único
que se juega, que no es poco, es su dinero. Por otro lado conviene recordar que la despatrimonialización de la compañía no ha parado estos últimos años, y el año 2019 de dicha presentación no ha sido una excepción.
Es difícil
saber cuándo sucederá algo después de dicha presentación, los dominicales
guardan un silencio prudente de cara a la opinión pública, sin embargo, miran
y observan al gobierno de turno. Lo que parece aventurarse, como siempre ha
sucedido en esta compañía, es que será una decisión política la que desencadene
la decisión que se tome. Ahora se abre un punto y aparte, con el cual se abre
la vía a que las decisiones importantes que se tienen que abordar dentro de la
compañía no sean como mochila heredada de estos últimos años. Las
minusvalías como se publicó el otro día en la prensa de alguno de los dominicales
(BBVA), es de 505 millones de euros en el paquete accionarial que poseen, este
hecho es motivo más que suficiente para plantarse en el consejo de la
operadora y defender cambios tanto de estrategia como de personas que lideran
el proyecto. http://bit.ly/322jHNt
Para terminar el post, decir,
que la autocrítica se puede entender como la capacidad para valorar los puntos
negativos y positivos de las actividades, comportamientos y pensamientos. Es
precisamente mediante esta capacidad de autoanálisis que se logra aprender de los
errores, corregir o atenuar las debilidades y aprovechar las oportunidades de
aprendizaje y crecimiento. Si no existe la capacidad autocrítica se detiene
el crecimiento personal. Lo malo de la ausencia de esta, es que
conduce a páramos y desiertos donde es imposible que crezca nada mas allá de un
egocentrismo desmesurado. Esto se traduce en muchos casos como afirma el nobel
de economía Paul Krugman a sociedades empantanadas en “crisis de la verdad”. Esto se
traduce en muchos casos en personas vulnerables a la realidad, que se engañan
creyendo verdades que les resultan convenientes. Krugman admite que,
para hacer frente a los mentirosos, los expertos han de cambiar sus formas de
comunicar. ¿Cómo? “Ante todo –indica–, debemos dejar de fingir que estamos manteniendo
discusiones honradas y sinceras”. Los números y las métricas en la presentación
de resultados de una compañía dejan poco lugar a la fantasía...Y los inversores lo saben.
Ya lo dijo Paul Krugman: “Si las personas son
políticamente estúpidas es porque hay gente muy interesada en mantenerlas así”.
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