domingo, 27 de septiembre de 2020

TELEFÓNICA, HISTORIA DE UNA TRAGEDIA...ACELERADA EN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS

Hace 108 años, el buque transatlántico más famoso de la historia (Titanic) se hundía en las aguas del océano. Todos conocemos la historia y nos sigue asombrando como si no hubiera pasado más de un siglo. Alrededor de 1.500 vidas se quedaron en el mar aquella fatídica noche de abril de 1912. El barco salió de Southampton, Inglaterra, hasta la ciudad de Nueva York cuando un iceberg se presentó delante de su camino, provocando su fatal desenlace. No fue hasta 73 años después de su hundimiento cuando se descubrieron los restos en el fondo del océano. Mucho se ha contado sobre este buque y sus pasajeros. Sin embargo, todavía hay misterios que siguen sorprendiendo a historiadores, periodistas e investigadores de todo el mundo. Con el objetivo de ser los primeros en presentar la información, tres periódicos ingleses cubrieron el accidente pero se equivocaron al admitir de que no había ningún fallecido entre los pasajeros. El rotativo “The World” no mencionó ninguna víctima, el “Daily Mail” declaró que no hubo pérdidas humanas y el “Belfast Telegraph” aseguró que “no hubo peligro de muerte”. En esta carrera informativa ganaron los medios estadounidenses, el primero en ofrecer el balance total de muertos y supervivientes fue “The New York Times”.

Esta semana Telefónica ha roto el soporte de los 3 euros varias veces en el precio de la acción, cerrando la sesión el viernes a 2,96 euros. El camino al que se encamina según multitud de expertos bursátiles es de 2,50 euros como primer soporte. La capitalización de la compañía cerró el viernes en 15.600 millones de euros, lejos quedan los 106.370 millones de euros que marcó en marzo del año 2000, rozando los 107.000 millones de euros. Lo increíble de la capitalización actual es que es inferior al precio de la OPV de 1997, cuando el Estado se desprendió del 20% restante que le quedaba de la compañía. En aquella ocasión el precio de venta del Estado valoraba la compañía en 17.820 millones de euros. El negocio del sector de las telecomunicaciones ha corrido paralelo al negocio de los OTT (over the top), desde la aparición de Internet en la sociedad en agosto del año 1991. Sin embargo, el de los últimos ha sido mucho más dinámico e innovador, terminando por engullir a los operadores tradicionales de telecomunicaciones. Un ejemplo, en España el sector TIC ha generado una cifra de negocio de 91.894 millones de euros en 2018, con un crecimiento del 4,1% gracias al tirón de la informática y el comercio, mientras que las telecomunicaciones y la industria experimentaron una bajada,  según el Informe Anual del Sector TIC y de los Contenidos en España 2019, el décimo publicado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Ontsi), de Red.es. El enfriamiento de las cifra de negocio de las compañías de telecomunicaciones también se reflejó en el empleo en el sector, que se vio recortado en un 1,2%, con lo que el número de trabajadores ascendió a 70.647 en dicho año. Unas cifras de ocupación importantes pero que se empequeñecen en comparación con el sector TIC, que precisa una mano de obra más intensiva y contaba con cinco veces más empleados, con 309.980 personas. En conjunto, los empleados en el área tecnológica son de 423.541 personas, un 8,3% más que el ejercicio 2017. En los últimos cinco años la progresión de la acción no ha sido muy buena que digamos y más recientemente la crisis del coronavirus ha acabado rematando las debilidades que arrastraba la compañía de forma continuada.

Hay que decir que los últimos cinco años de la operadora coinciden en fechas con la salida del anterior presidente de la operadora, Cesar Alierta y la llegada del presidente actual, el cual desde septiembre del año 2012 ejercía de consejero delegado en la operadora. La salida del anterior presidente se resume en la siguientes magnitudes con las que dejo en la operadora en el primer trimestre del año 2016; 

                                     Fuente: Telefónica

Cuando César Alierta tomó el mando de Telefónica el 26 de julio del año 2000 en sustitución de Juan Villalonga, el valor cotizaba a 20,96 euros. El día anterior a anunciar su marcha, el lunes 28 de marzo de 2016, cerró en 9,72 euros. Es decir, los accionistas de la operadora han perdido el 53,6% de su dinero, una inversión que probablemente no recuperarán durante muchos años más.  Alierta llegó a la operadora en pleno estallido de la burbuja llamada TMT (telecomunicaciones, medios y tecnología), que Telefónica había acaparado en España con operaciones como la salida a bolsa de Terra, la entrada en Antena 3, la creación de Vía Digital o las fuertes pujas por las licencias de móvil UMTS en toda Europa. La locura por el entonces incipiente Internet había llevado la cotización hasta un máximo histórico de 28,37 euros en marzo de 2000, y a partir de ahí comenzó la caída en picado. Ya había bajado a los citados 20,96 cuando entró el nuevo presidente, pero quedaba mucho todavía por caer hasta llegar al mínimo de 7,02 euros que alcanzó el 1 de octubre de 2002. A partir de ese suelo, la operadora española lo hizo mucho mejor que el resto de operadoras europeas, mientras estas apenas recuperaron el 50% de lo perdido desde julio de 2000, Telefónica llegó a superar en 2007 el precio en que se encontraba cuando Alierta asumió la presidencia, si bien siguió lejos de los máximos históricos de 2000.  Alierta se embarcó en una nueva estrategia de crecimiento a base de adquisiciones, tanto en otros países (Brasil, Reino Unido, Italia, China, Alemania, Chequia) como en nuevos sectores, como las redes sociales (Tuenti) o la vuelta al negocio de los media (Movistar Plus). La profunda crisis financiera global del año 2008 con la quiebra de Lehman Brothers y la doble recesión española dieron al traste con las esperanzas de los accionistas, a pesar de los intentos de remontada de 2009 y 2010. Los elevados precios pagados en las adquisiciones, con la altísima deuda que conllevaron, y la escasa rentabilidad de las mismas, atacaron de nuevo la cotización, influida también por la crisis del euro y al rescate bancario de España. Tan grave llegó a ser la situación que, en 2012, Alierta se vio obligado a tomar la decisión histórica de suprimir el dividendo. Con todo ello, la pérdida acumulada por los accionistas en los casi 16 años de presidencia del aragonés, se salda con ser él mayor valor del Ibex con diferencia a su llegada a situarse en tercera posición, por detrás de Santander e Inditex en el momento de la dimisión. A la llegada de Alierta,  la capitalización de Telefónica era superior a los 80.000 millones de euros, la mayor del IBEX con mucha diferencia. Santander y BBVA se disputaban la segunda posición con la mitad de capitalización, en torno a los 40.000 millones de euros. La deuda financiera neta de Telefónica cuando salió Alierta de la presidencia alcanzó los 50.213 millones de euros, esto era, superior incluso a su capitalización. En el año 2016 cuando se fue dicho presidente, su capitalización era 32.000 millones de euros menos que cuando llego a la misma, cuyo valor era de unos 80.000 millones de euros.

                                                                                                  http://bit.ly/2WzeUm0

La era del actual presidente de Telefónica que arranca el 8 de abril del año 2016, se ha caracterizado por heredar una compañía con un excesivo apalancamiento, el mismo, que como consejero delegado vio crecer y no manifestó ninguna salvedad. Con su llegada el endeudamiento heredado tuvo una primera consecuencia, la reducción del dividendo, de 0,75 euros a 0,55 euros en el año 2016 y a 0,40 euros en años sucesivos http://bit.ly/2Q2Br6T Sin embargo, dicha situación no fue suficiente para reducir el endeudamiento, por lo que su presidencia se ha caracterizado por embarcarse en una carrera sin cuartel en la enajenación de patrimonio de la operadora. Un ejemplo, las filiales del operador español en Nicaragua y Panamá también se vendieron, en este caso en febrero de 2019, por unos 952 millones de euros al grupo Millicom. Sólo un mes antes Telefónica llegaba a un acuerdo con América Móvil para la venta de sus negocios en Guatemala y el Salvador por 570 millones de euros. También cerró la venta de su aseguradora Antares a Catalana Occidente por 161 millones, con unas plusvalías de 90 millones y un recorte de deuda de 30 millones. En el año 2018 se vendió 9,99% del capital de Telxius, filial de infraestructuras de Telefónica, por un importe de 379 millones de euros, a Pontegadea, la sociedad de inversión de Amancio Ortega. Este año a primeros de junio Telefónica vendía 10.100 torres de telecomunicaciones a Telxius por 1.500 millones de euros.  Pallete ha vendido filiales por más 5.400 millones de euros desde que preside Telefónica https://bit.ly/30eYxMb

Otra de las cuestiones importantes que han gravitado y hecho mella en el devenir de la operadora son determinados acciones que se han implantado en la gestión de la misma que erosionan y limitan el compromiso del empleado con el desarrollo de la compañía. El primero de ellos es la cooptación que se ha realizado de los agentes sociales en la gestión de la compañía. Un ejemplo, la inclusión de los agentes sociales mayoritarios (UGT y CC.OO) en los procesos de selección de las vacantes de la compañía, ha sido un factor que elimina la meritocracia y diluye el valor y conocimiento del know how (conocimiento) que atesoran algunos empleados de la plantilla. Esta acción es un factor que aleja al empleado del compromiso con su compañía y empobrece gravemente a la compañía. En el fondo de dicha cuestión están razones tan poco confesables como por ejemplo: la obediencia ciega del empleado promocionado, la sumisión de las organizaciones sindicales en asuntos que no deberían estar de perfil, etc. Un ejemplo contra dicha situación lo podemos leer hoy en el diario “El País” en su suplemento de negocios. En la misma viene una entrevista con Jose Ignacio Goirigolzarri futuro presidente de la entidad que nacerá de la integración de La Caixa-Bankia, en la misma dice por ejemplo lo siguiente: “la responsabilidad más importante de un líder empresarial es la gestión de personas, que debe presidir un enorme respeto hacia ellas y la meritocracia, otro objetivo prácticamente imposible de conseguir” reconoció. Al tiempo que afirmaba “que la única manera de cambiar la cultura empresarial de una organización es a través del ejemplo, siendo coherente entre lo que se dice y se hace. Y la brújula para conseguirlo es la humildad intelectual”. 

Otra cuestión que vengo poniendo de relieve hace tiempo, es la inversión en la I+D, la cual es exigua si se mira por ejemplo la inversión de los GAFA (Google, Amazon, Facebook o Apple) http://bit.ly/2EODh53  Un ejemplo, los 947 millones de euros invertidos por Telefónica en el año 2019 frente a los 18.270 millones de euros de Alphabet (Google) según la Comisión Europea, son una brecha insalvable que se manifiesta decisivamente en el mundo digital, ya que la captura de negocio e ingresos de los operadores es insignificante frente a los gigantes de Internet. Se invierte en negocios de dudosa rentabilidad como es el fútbol https://bit.ly/2BysuOi y se ignora el potencial de los nuevos caminos de la innovación.


Una cuestión que ha complicado la actual presidencia de la operadora, ha sido la pandemia del Covid-19. Si desde el 8 de abril del 2016 con la toma de posesión se venía gestando un declive continuado, la aparición de la pandemia ha supuesto un autentico terremoto en la cotización bursátil. Son múltiples los factores que han penalizado la cotización como por ejemplo: el elevado endeudamiento, la fuerte competencia en el mercado que propicia una caída de los ingresos, la no aparición de nuevos negocios que compensen los ingresos que se pierden, etc. Sin embargo, cuando otras compañías se han mostrado conservadoras en cuanto a pagar el dividendo previniendo la profundidad de la crisis como Orange o British Telecom, en Telefónica se ha optado por seguir pagando el mismo, unos 2.000 millones de euros. Bien es cierto que se ha dado la opción voluntaria del “scrip dividend”, si bien se evitaba la salida de caja, se diluía la participación de los accionistas actuales que elegían dicha opción al sacar nuevas acciones al mercado que ampliaban el papel que cotizaba. Un ejemplo de lo que digo lo hemos visto con La Caixa, al optar por cobrarlo en efectivo, su participación bajo por debajo del 5% como accionista dominical. Un factor que condicionará en los próximos días dicha presidencia es la fusión bancaria La Caixa-Bankia, donde el Estado tendrá una participación en dicho banco del 16%, y por lo tanto estará en el capital de la operadora. Una cuestión que se ha visto en dicha fusión, la hemos podido ver el 31 de agosto en el encuentro empresarial de la Casa de América, donde la plana mayor del empresariado se dio cita. En el mismo hubo una conversación de Isidro Fainé, presidente de La Caixa con el Presidente del Gobierno en la cual estaban abordando la cuestión que a los pocos días se dió a conocer con la revelación de dicha fusión. En los próximos 60 meses como reconoce hoy Goirigolzarri en la entrevista del “El País”, los tipos de interés estarán por debajo de la inflación o serán negativos, por lo que del negocio bancario los márgenes no van a producir grandes dividendos. Por todo ello, las participaciones industriales pueden ser un sustituto que permita paliar relativamente dicha situación. Lo que los bancos no se pueden permitir, son las perdidas que sufren contra patrimonio de miles de millones de euros como sucede en la operadora por La Caixa y el BBVA, ya que erosiona su valor contable en libros https://bit.ly/3fyHyt9

El nuevo fondo europeo Next Generation EU, dotado con 140.000 millones de euros de los que 28.000 millones de euros se tienen que dedicar a la digitalización https://bit.ly/3mDc4XF por imperativo de la Comisión Europea, tiene que ser el motor para que la operadora cobre un cierto impulso y salga del agujero en el que se encuentra. Estos recursos tienen que impulsar diversos sectores económicos, en un momento en que España está viviendo su mayor crisis económica en su historia. Telefónica será una pieza clave en dicha digitalización, en el momento que dicha fusión de Bankia-La Caixa tome forma y sean sustituidos sus dos consejeros dominicales en el consejo de administración de la operadora, Fainé y Gual.  Posteriormente, vendrán cambios de estrategia y personas en la operadora que impulsen la salida del profundo declive al que ha llegado sin que los sucesivos equipos gestores de los últimos 20 años, hayan podido revertir con estrategias erráticas.

Para terminar el post decir que al contrario que con el “Titanic” al principio del post, los periódicos y analistas actuales no se han equivocado en el devenir bursátil al que se ha visto expuesta la operadora, otra cosa ha sido la respuesta del equipo directivo, de negar y cuestionar lo que las diferentes casas de análisis llevan prediciendo hace tiempo… Pero que desgraciadamente se han confirmado.

Ya lo dijo Charles Bukowski: “El problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que la gente estúpida está llena de certezas”.


 

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