Algo que tienen bien aprendido los gigantes de Internet norteamericanos es la necesidad de innovar permanentemente, de reinventar su modelo de negocio y de ofrecer nuevos productos y servicios…, como escribió en 1997 Andy Grove -entonces, presidente de Intel- “solo los paranoicos sobreviven”. Este leitmotiv, se ha convertido en el manual de supervivencia de estas compañías en un sector hiper dinámico que sufre constantes cambios, donde el tiempo es un bien escaso para poder garantizar un éxito que se resiste salvo que se busque insistentemente con la innovación. La destrucción creativa propia del capitalismo (Schumpeter) provoca el cierre de viejas glorias y el nacimiento de nuevas glorias lanzadas desde otros garajes de Silicon Valley. Cinco compañías tecnológicas norteamericanas, GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) se aplican este principio de supervivencia más que nadie: tienen en común ser las únicas empresas cuyo valor de mercado superan el billón de dólares, excepto Facebook que lo acaricia, en bolsa suman en su conjunto 9,37 billones de dólares. Inmunes a la pandemia del Covid-19, las GAFAM superaron por primera vez en el año 2020 el billón de dólares de ingresos agregados. Las cinco grandes tecnológicas ponen así un broche de oro a una década prodigiosa en la que prácticamente han cuadruplicado su cifra de negocio. Estos gigantes tecnológicos sumaron el año 2020 unos ingresos de 1,1 billones de dólares, (921.200 millones de euros), un 20% más. Además, el beneficio neto agregado se disparó un 24% hasta rozar los 206.000 millones de dólares. Por ponerlo en perspectiva, el PIB de España en 2020 fue de 1,120 billones de euros, tras hundirse un 11%. Si algo tienen claro dichas compañías son sus vulnerabilidades en el sector en el que se mueven: la complacencia propia que deriva en obsolescencia y desaparición; nuevos “garajes” en California que, como ellas hicieron, acabaron con los “viejos glorias de la informática” y la amenaza china que con gigantes como Alibaba, Tencent, Xiaomi y Huawei son un serio rival para dicho sector tecnológico norteamericano.
El denominador común positivo que tienen las GAFAM es su rápida capacidad de innovación y la facilidad que han conseguido que sus productos sean adoptados en el día a día. Sus productos y servicios se han convertido en algo imprescindible por los cuáles estamos dispuestos a pagar, ya sea con dinero, o a costa de nuestra privacidad. Para llegar a este nivel de aceptación, éxito y beneficio, han sabido combinar perfectamente una cuidada atención al cliente como una innovación constante para que sus clientes y usuarios no vean la necesidad de buscar otras alternativas. Otra característica común que tienen y que está siendo muy cuestionada por los reguladores, es su capacidad de ir comprando o invirtiendo en cualquier otra empresa que pueda ser una amenaza y convertirse en un player importante en algún sector que no dominan. Conocidas son las compras de YouTube por parte de Google, Instagram por parte de Facebook, Zapos por parte de Amazon, Linkedin por parte de Microsoft o Beats por parte de Apple.
Una de las mayores ventajas que tienen dichas compañías en esta cuarta revolución industrial que estamos viviendo, reside en que tienen mucho del nuevo petróleo del siglo XXI y, además, la tecnología para hacerlo rentable. Se trata de los datos. Estas compañías tecnológicas tienen en su poder los perfiles virtuales de sus millones de clientes, una vía de comunicarse con ellos (el servicio principal que prestan) y una enorme cantidad de datos adicionales (como su localización, hábitos de consumo, intereses, etc.). Además, cuentan con ventajas tecnológicas muy potentes (como las infraestructuras en la nube, los algoritmos de aprendizaje automático, análisis masivo de datos, sistemas de ciberseguridad...), una sólida capacidad financiera y el capital humano necesario para desarrollar o comprar las empresas especializadas que necesiten para evolucionar su plataforma hasta convertirla en un auténtico “servidor” de sus clientes. Todo ello sin olvidar que tienen un valor de marca muy elevado. El ecosistema generado por dichas compañías de Internet les permite conocer casi de forma total a los consumidores y esto a su vez les proporciona la posibilidad de expandirse, de ampliar cada vez más su mercado. La mayor parte de estas empresas tecnológicas son negocios de plataformas y estas empresas nativas digitales han transformado la cadena de valor. La minería de datos servirá de abono para nuevos modelos de emprendimiento en absolutamente todos los campos de la economía y en los que la capacidad de predicción se antoja descomunal, desde prever averías de coches, trenes o aviones, medir la salud mental de aquellos que hacen uso de las redes sociales, etc. El cambio de modelo de negocio es tan brutal que las alarmas han saltado en las empresas tradicionales que, si bien abrazan el cambio tecnológico, alertan del desequilibrio regulatorio que existe actualmente, ya que como bien es sabido su minería de datos es infinitamente menor que el que atesoran por sus plataformas las GAFAM. El reto de la regulación en el campo de la digitalización es enorme y apremiante. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el número de usuarios de Internet en el mundo crecerá un 7,3% y alcanzará los 4.660 millones en el año 2021, y que entre el año 2008 y 2012, el comercio transfronterizo de datos a nivel mundial aumentó un 49% mientras que el de bienes y servicios lo hizo solo un 2.4%, los retos son importantes, pero a la vez ilusionantes para aquellos que hacen sus deberes con respecto a la innovación y búsqueda de nuevas utilidades para la sociedad.
En julio del año 2020 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró nulo el escudo de privacidad denominado Privacy Shield, un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea que permitía a grandes empresas tecnológicas almacenar datos personales de sus usuarios en servidores ubicados en Estados Unidos. Esta consecuencia de la entrada en vigor del RGPD (Reglamento General de Protección de Datos), vigente en la Unión Europea desde 2018, marcaba una nueva etapa en las relaciones en materia de privacidad y protección de datos al afectar a grandes empresas como Amazon, Apple, Facebook, Google, Microsoft, etc. Ante dicho escenario la primera en reaccionar ha sido Microsoft, esta compañía ha aseverado que no necesita trasladar sus datos fuera de la UE. Esto incluye todos los servicios en la nube: Azure, Microsoft 365 y Dynamics 365. La iniciativa acaba de ponerse en marcha y tiene previsto que quede completamente implementada a finales de este año 2021. En la actualidad la compañía ya dispone de diferentes centros de datos con servidores ubicados en 13 países de la Unión Europea, entre ellos España. Para evitar esta dependencia de los gigantes de Internet, Europa ha lanzado el proyecto Gaia-X, con el fin de defender la soberanía de datos europea en la nube. Se busca dejar atrás los servidores de empresas americanas como Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft para configurar una alternativa viable dentro de las fronteras del Viejo Continente. En la actualidad, la iniciativa cuenta con más de 250 integrantes entre empresas, asociaciones y centros de investigación.
En este escenario el 19 de octubre toda la prensa recogía la siguiente noticia, “Telefónica invertirá 100 millones para reconvertir Distrito C en un 'hub tech'” https://bit.ly/3G7h14O En la noticia se informa que dicha inversión será efectuada en los próximos tres años, “El plan, al menos por ahora, es llenar ese espacio con proyectos internos a los que buscan dar más visibilidad”, después de que la pandemia remita y las oficinas no se queden vacías sin ninguna utilidad. “Nuestra apuesta pasa por convertir nuestra propia sede en un gran centro neurálgico donde se conectará el conocimiento”, ha anunciado el presidente ejecutivo de la compañía. Los edificios se centrarán en áreas como el 5G, la Inteligencia Artificial, la fibra óptica inteligente, el internet de las cosas o la ciberseguridad. El Distrito Telefónica -que recibió el nombre de Distrito C en sus inicios- se inauguró en el año 2008 después de más de tres años de trabajos de construcción en una superficie de 370.000 metros cuadrados. El objetivo no era otro que unificar sus principales sedes de la compañía en estos terrenos, con una inversión total de más de 500 millones de euros. De los 13 edificios, dos en la zona norte ya quedaron desocupados (uno de ellos iba a ser vendido, pero finalmente se cedió a 42). La implantación del teletrabajo hará que previsiblemente se desocupen nuevos edificios.
Lo primero que hay que hablar es referente al montante de la inversión, la misma languidece con otra anunciada hace escasos meses por Alphabet (Google) en Málaga. La compañía tecnológica norteamericana invertirá más de 650 millones de dólares (559 millones de euros) durante cinco años, un plan en el que entra la apertura de este centro, que estará listo en 2023. Dicho centro será sólo de un área de dicha digitalización como es la ciberseguridad. Durante ese lustro, Google planea entre otras cosas, instalar una súper sede en Málaga dedicada a la ciberseguridad. Un espacio de 2.500 metros cuadrados ubicado en el céntrico Paseo de la Farola de la ciudad en el que se ofrecerá “formación, charlas, talleres y mentorías” sobre seguridad informática, además de investigación y desarrollo de producto, “uno de los grandes retos asociados a la transformación digital”. La propia compañía reconoce que “la elección de Málaga para albergar este nuevo hub no es casual”. Esta región cuenta con gran talento, un ecosistema de startups vibrante e incubadoras y aceleradoras de empresas que llevan cultivando el tejido tecnológico mucho tiempo. Desde Google adquirimos VirusTotal en 2012, equipo que está en constante colaboración con la Universidad de Málaga para fomentar el ecosistema y que pasará a desarrollar su trabajo desde este centro de excelencia para la ciberseguridad”, destaca la compañía. Con un equipo de solo 40 personas, VirusTotal tiene la mayor base de datos de ciberseguridad a nivel mundial, analizando más de dos millones de archivos y URLs al día, medio millón de ellos sospechosos. Cuenta entre sus clientes con Facebook, Apple, Netflix o Samsung https://bit.ly/3ndifT8 Obviamente los motivos del nacimiento de ambos proyectos no coinciden como vemos en ambas noticias, uno es ante el espacio vacío que surge por motivos como es el teletrabajo y otro es la búsqueda de nuevas utilidades que puedan surgir del clúster ubicado en Málaga.
El dilema del innovador nos dice que una compañía tiene dos ruedas:
Rueda trasera: Explotación, da fuerza y recursos para evitar caer. Es lo que saben hacer bien todos los empleados, es el trabajo diario por el que se retribuye al trabajador.
Rueda delantera: Exploración, encontrar nuevos caminos y abrir oportunidades. Es un trabajo diferente para las personas de una compañía, obliga a cambiar la forma de pensar, a salir de su entorno de confort y a asumir riesgos. La mayoría de los profesionales se resisten a dar ese salto, pero algunas compañías tampoco alientan mucho dicha situación más allá del ruido mediático.
Para garantizar la supervivencia de una compañía, la rueda delantera (la exploración) es tan importante como la rueda trasera. Cuando una empresa no innova, se acaba muriendo. Un poco de esto lo estamos viendo en el sector de las telecomunicaciones, la erosión de márgenes que sufren algunas compañías viene precisamente de esa falta de exploración de las nuevas oportunidades que han surgido en este entorno de la digitalización. Se han apostado por sectores maduros donde ya el mercado deja márgenes ínfimos como la seguridad, la medicina, los seguros, la banca, etc., sin embargo, dichos sectores no llegan a compensar la perdida de ingresos que sufren las compañías de telecomunicaciones con la caída de precio de la conectividad. Según uno de los mayores expertos mundiales de la innovación, Clyton M. Christensen, cinco son las habilidades que deben tener las personas con mentalidad innovadora, Agregar, Observar, Preguntar, Relacionar y Experimentar.
AGREGAR
La primera habilidad proviene de la capacidad de asociarse. Los profesionales innovadores deben conectar información y datos diferentes para pensar en nuevas soluciones, incluso cuando no tienen una relación aparente entre sí. La interdisciplinariedad es fundamental para lograr esto.
OBSERVAR
La observación también es una habilidad indispensable. En este sentido, es importante que el innovador se actualice constantemente sobre el universo que lo rodea: empresas, productos, servicios, clientes y tecnologías. Es por observación que toma los aportes y la inspiración para innovar.
PREGUNTAR
La innovación disruptiva es necesariamente un desafío para el statu quo. Es muy importante que el profesional tenga la costumbre de hacer preguntas y probar tanto como sea posible una idea ya establecida. Y más: los líderes de las organizaciones necesitan alentar ese comportamiento.
RELACIONAR
Con la colaboración entre profesionales de diferentes campos, las ideas se prueban y validan con mayor velocidad. Por lo tanto, establecer una red de contactos de confianza es una de las bases de los equipos innovadores.
EXPERIMENTAR
Finalmente, el último rasgo del ADN del innovador es la capacidad de experimentar constantemente con nuevas ideas.
En el momento actual, donde la cotización de Telefónica lleva sufriendo meses de castigo continuo que no permite albergar mucha esperanza con respecto al devenir bursátil, surgen noticias como esta que visto tanto el importe de la misma como la justificación de la inversión, no hacen albergar mucha esperanza más allá de interés mediático que tiene la noticia. Si a este hecho, unimos lo que nos dice la Unión Europea en cuanto a la cuantía que invierte Telefónica en I+D y cuanto lo hacen los GAFAM en porcentaje sobre ventas en el último ranking publicado en el año 2020:
Para terminar, lo que uno piensa al respecto es que, “Cuán largo me lo fiais”, si tenemos en cuenta que para entonces el escenario que nos encontremos con la digitalización es todavía impredecible en muchos aspectos… Pero en lo que, para nada parece incierto es que los actores que dominan hoy la digitalización seguirán dominando la misma si siguen como dijo Andy Grove “paranoicos” en su búsqueda de afianzar su posición a través de la I+D.
Ya lo dijo Andy Grove: “Me han citado diciendo que, en el futuro, todas las compañías serán compañías de Internet. Todavía creo eso. Más que nunca, de verdad”.
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