El calificativo y estigma de esclavo tiene referencia en el latín medieval como sclavus, al respecto del griego bizantino sklábos, siendo una derivación de sklabēnós, que se traduce como eslavo, originalmente como auto referencia por los pueblos eslavos, como slovĕninŭ, quienes se ubicaran geográficamente en su mayor parte en Europa del Este, y que sufrieran el abuso la comunidad musulmana española en el siglo IX. Por el otro lado, existe un paralelismo reflejado por la denominación latina servis, interpretándose como siervo, en la influyente cultura de la antigua Roma, que señalaba de este modo a la figura del esclavo como un bien, perteneciéndole todos los derechos de su vida a su respectivo amo y señor. A partir del desarrollo del feudalismo el siervo tomó ciertas atribuciones, sin embargo, ello funcionaría como una manera de disimular la continuidad políticamente correcta y avalada del sometimiento y la privación de la libertad, incluso instalando la idea de que se trabaja para la tierra, para esconder y proteger al patrón. La servidumbre, por su parte, se aprecia en el latín servitūdo, lo cual eventualmente, se adoptaría para referirse a las personas que se desempeñan en los quehaceres domésticos dentro de una residencia. Incluso, en el marco religioso se mezcla para manifestar la línea "siervo de Dios", para plantear una dedicación y devoción absoluta. La esclavitud, como institución jurídica, es una situación por la cual una persona es propiedad de otra; es una forma particular de relaciones de producción, característica de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la historia económica. Esclavismo es la ideología que sustenta la esclavitud. La esclavitud: se remonta a la Edad Antigua, aunque no de forma equivalente en todas las civilizaciones. Parece que su origen histórico proviene de la práctica de aprovechar como mano de obra a los cautivos en las guerras, como alternativa a otra posibilidad también usual: sacrificarlos. También fue la suerte de algunos pueblos conquistados. Otra vía para llegar a la condición de esclavo era la esclavitud por deudas o apremio individual. El florecimiento cultural de la Atenas de Pericles o de la Roma clásica estaba fundamentado en una economía basada en la fuerza de trabajo esclava. Aristóteles sostuvo que la esclavitud es un fenómeno natural. Con la transición del esclavismo al feudalismo, a partir de la crisis del siglo III, la mayor parte de la fuerza de trabajo ya no era esclava.
El 10 de enero un diario recogía la siguiente noticia, “Pallete (Telefónica) alerta del riesgo de “esclavitud digital” si no controlamos la privacidad de nuestros datos” https://bit.ly/3HZ0BLP En la misma se afirma lo siguiente:
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha asegurado que los individuos deben decidir el nivel de privacidad que le dan a sus datos, y por ende, el valor que le dan a esa información, porque, de lo contrario, estaremos hablando de “esclavitud digital”. Recuerda un estudio de ‘Harvard Business Review’ que calculó que el valor de los datos generado por un núcleo familiar de cuatro personas es de unos 20.000 dólares al año
Unos datos que son el “nutriente” necesario para alimentar a la Inteligencia Artificial, pero “quién acapara” su valor, se pregunta el presidente de la multinacional española. “Si los datos representan un nuevo factor de producción, la privacidad debe ser el elemento que determine su valor”, añade. “Y cada uno de nosotros, como individuos soberanos, los que determinemos qué nivel de privacidad queremos tener y, por consecuencia, qué valor deben tener nuestros datos. Si no es así, significa que minamos datos diariamente para que otros se beneficien de un valor que nos pertenece y determinan su nivel de privacidad sobre nosotros. Eso es esclavitud digital”. Para el presidente de Telefónica, “la paradoja es impactante”. “Generamos un valor enorme, pero no somos conscientes. Exponemos nuestra privacidad en el mundo digital, pero nunca lo haríamos en la vida analógica diaria; regalamos parte de nuestro legítimo patrimonio en el mundo digital, pero nunca lo haríamos en el analógico; cedemos una soberanía individual en las redes que jamás aceptaríamos ceder conscientemente”. “Esto no es el tiempo de la tecnología; la tecnología ya está aquí. Es también y, sobre todo, el tiempo de las ciencias sociales que nos ayudan a decir cómo queremos que ocurra. Llevamos mucho tiempo intentando aprender el lenguaje de las máquinas; es hora de que ellas aprendan nuestros valores”, concluye Álvarez-Pallete.
Ecosistema Apple en el el mundo digital
Esta es una etapa más de la guerra que existe por el control de los datos, sin embargo, en la misma hay un claro perdedor, son aquellas compañías que muestran sus debilidades como es la capacidad de innovar. Según el ranking publicado a finales de diciembre del año 2021 por la Comisión Europea https://bit.ly/3sCEc2o , Apple aparece como la quinta compañía que más invierte del mundo en I+D en el año 2021, 15.281 (M€). En la cara opuesta de la moneda tenemos a las operadoras, Telefónica (959 M€), Deutsche Telekom (481 M€) y Orange (643 M€). Los usuarios de Internet pagan una cantidad de dinero por la conexión a Internet, y el 90% de los servicios y apps son gratis, porque lo que vale dinero son nuestros datos, que son masivamente rastreados por todos: operadoras, gobiernos, publicidad, redes sociales... Las operadoras los usan para descubrir los servicios, webs, gustos y tendencias de los usuarios, y con ellos planificar nuevos servicios, distribución de las redes de telefonía, productos, tarifas, paquetes televisivos, etc. Apple es una de las pocas compañías que no necesita los datos para planificar su estrategia, gana tanto dinero con su posicionamiento en el ecosistema digital con la App Store, que no necesita emplear dicha estrategia. Por eso cuando defiende la privacidad de los usuarios encriptando los datos de navegación, el resto se echa las manos a la cabeza cuando los datos si les son necesarios para estructurar su estrategia y negocio. En el fondo Apple no es un buen samaritano, pero la ventaja que tiene con su posicionamiento viene determinada por una estrategia de afianzamiento en el entorno digital, para ello compra una compañía cada 15 días https://bit.ly/3tjvtCv Apple busca principalmente talento y propiedad intelectual, compran todo lo que necesitan y puede encajar en el propósito estratégico de la compañía. Su liquidez hace que no tengan ningún problema para adquirir compañías, Apple tiene 190.000 millones de dólares. Una consecuencia de ello ha sido que la contratación de personal, también se ha incrementado, pasando de los 60.400 empleados a jornada completa en 2011 a los 147.000 en agosto de 2021. La cara opuesta de la moneda la tenemos con las operadoras. Por ejemplo, Telefónica ha emprendido un programa de ventas de activos que son “core” de su negocio como son las infraestructuras. Lo hemos visto con las torres de telefonía móvil imprescindibles para la prestación del servicio de telefonía móvil de quinta generación o compañías de fibra óptica (FiberCo) en distintos países como por ejemplo; Colombia, Brasil, Alemania o Chile. Otro ejemplo de dicha situación sucede en la división española, donde las reducciones de plantilla se han cronificado, desde la llegada del actual presidente de la operadora el 8 de abril del 2016, la reducción de plantilla ha alcanzado las 12.000 personas con un coste de 7.000 millones de euros https://bit.ly/3478Fvf El equipo directivo de la división española ha consensuado con los sindicatos tres planes de bajas incentivadas en cinco años para empleados con 53 años o más. Con el último recorte aprobado hace unos días, la plantilla quedará reducida a 15.500 empleados. Cuando él actual presidente del grupo Telefónica se puso al frente de la corporación, Telefónica España contaba con más de 33.440 empleados. Esto supone devolver el volumen de trabajadores a niveles de 1951.
Para terminar el post, hay que decir que muchos de los usuarios que se compran un Iphone asumen la esclavitud de entrar en un ecosistema digital cerrado como es que proporciona Apple, esta cuestión debería hacer reflexionar a aquellos que defienden los derechos digitales y buscar las razones que hacen que dicha situación suceda en la ciudadanía… ¿Obligada o querida esa esclavitud?, esa es quizás la pregunta del millón de dólares para los defensores de los derechos digitales.
Ya lo dijo Epicteto de Frigia: “Los hombres se fijan a sí mismos su precio, alto o bajo, según les parece, y cada uno vale el precio en que se estima. Valórate como hombre libre o esclavo, que esto no depende más que de ti.”
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