sábado, 22 de enero de 2022

SECTOR TECNOLÓGICO Y TELECOMUNICACIONES... PINTAN BASTOS EN EL AÑO 2022

 

Sandeep Singh Bhinder consiguió un puesto como jugador de hockey en el año 2004. Poco después, se convirtió en un miembro valioso del equipo nacional de la India. Cuando estaba en lo más alto de su carrera, era capaz de golpear una pelota con el palo de hockey, y hacer que ésta alcanzara los 145 kilómetros por hora. Por eso se convirtió en el mejor de su equipo. Pero en agosto del 2006 sucedió una tragedia: Singh fue herido gravemente cuando viajaba a la Copa del Mundo de Alemania por culpa de un disparo accidental que le alcanzó a él. Se quedó casi paralítico, y estuvo en silla de ruedas durante los dos años siguientes, temiendo que su carrera se habría acabado para siempre. Pero no se rindió: hizo ejercicios de rehabilitación cada día, y tras una recuperación muy dolorosa, pudo de nuevo volver a caminar y correr. En 2009 se convirtió en el capitán del equipo nacional de hockey gracias a volver a ser el mejor entre todos sus compañeros por el esfuerzo y el trabajo duro que hizo para recuperarse.

Estos últimos días estamos asistiendo a un nuevo escenario económico que pasa por el endurecimiento de la política económica de los bancos centrales -cada uno a su ritmo-, este hecho es descontado por los inversores, lo que producirá una subida de tipos de interés para frenar la inflación. Este cambio de rumbo ha provocado un 'pinchazo' en las bolsas, especialmente la estadounidense que fue la que más subió tras el 'shock' por la pandemia, pero las caídas son más graves de lo que reflejan los principales índices bursátiles. Estando todavía en pandemia, el índice S&P 500, que empezó el año en máximos históricos, retrocede algo más de un 6% en lo que va de 2022, el índice Russell 3000, que también registró récords los primeros días retrocede cerca del 7%. Sin embargo, en la bolsa estadounidense cerca de 500 empresas ya caen más del 50% desde sus máximos y marcan mínimos de los últimos 12 meses. Las caídas bursátiles registradas en los últimos días se explican por la incertidumbre que enfrentan los inversores en todos los frentes. Destacan las presiones inflacionistas, con un mercado de bonos que ha tocado máximos de dos años y con un petróleo que ha marcado máximos de 7 años, a lo que se une que la inflación en Estados Unidos se ubica ya en el 7%, muy por encima de los estimado por la Reserva Federal. Todo ello augura una política monetaria más agresiva de lo previsto inicialmente, dando lugar a que el mercado tecnológico se vea lastrado. El mercado tecnológico se encuentra sobrecalentado en parte por los estímulos financieros que la Reserva Federal implantó para combatir la pandemia del covid-19, esta burbuja de valoraciones afecto a aquellas compañías beneficiadas por la pandemia como, (Zoom, Peloton, DocuSign, etc.), cuyas actividades fueron más demandadas durante el confinamiento. Sin embargo, la vuelta que se atisba a la normalidad frenan sus expectativas de crecimiento. La compañía norteamericana Peloton, dedicada a la fabricación de equipos deportivos para casa, en especial bicicletas estáticas y cintas de correr, ha perdido desde sus máximos registrados hace un año casi un 85% de su valor. El jueves 20 de enero se desplomó un 24% tras anunciar que iba a parar su producción temporalmente -de febrero a marzo- para controlar los costes y hacer frente a la debilidad de la demanda. La medida es consecuencia de un exceso de producción ante el 'boom' registrado por los confinamientos y que ahora permanecen sin vender. Los inversores interpretan que muchas de las compañías tecnológicas que se habían visto favorecidas por el fuerte incremento de la demanda de sus productos y servicios consecuencia de los confinamientos masivos de población implementados por la mayoría de los gobiernos para intentar, que no lograr, combatir el Covid-19, no iban a poder mantener el ritmo de crecimiento de sus resultados tras la reapertura de las economías. El sentimiento se extiende a otras cotizadas. La compañía de videollamadas Zoom Video, sufrió en bolsa también la vuelta a la normalidad. Su cotización está un 73% por debajo de su máximo, ya que prevén un menor crecimiento de sus usuarios. La compañía DocuSign, que permite gestionar acuerdos electrónicos, cae más de un 50% en el último año y casi un 62% desde su máximo registrado en septiembre. Las caídas son similares para Roku, que fabrica reproductores de medios digitales para transmisión de vídeo y pierde un 63% anual, o Teladoc, una multinacional de telemedicina, asociada con Telefónica, que gestiona la atención médica virtual, sufre un desplome anual asciende al 70%. Esta situación de retroceso en la cotización del sector tecnológico lo sufren también los gigantes de Internet. Netflix fue uno de los protagonistas negativos en la última sesión tras sufrir su mayor caída diaria en casi 10 años, su cotización se desplomó casi un 25%. La decepción vino de las perspectivas de suscriptores en plena batalla de los gigantes del sector. La plataforma de 'streaming' prevé un crecimiento neto de 2,5 millones de suscriptores este trimestre, cuando el año pasado logró sumar cuatro millones en el mismo periodo. Antes del viernes, su caída en el año ya superaba el 12% y el 26% respecto al máximo registrado hace algo más de tres meses. Netflix vio impulsado su negocio por las restricciones que produjo el confinamiento, sus ingresos trimestrales desde que saliera a bolsa han pasado de 30 millones de dólares a más de 7.700 millones. Así, su capitalización en bolsa -a pesar de los recortes recientes- se ha multiplicado por más de 300 desde 2002 y solo en los últimos cinco años se ha revalorizado casi un 170%. Otras compañías afectadas por la pandemia son Apple, Microsoft, Google, Amazon y Tesla, las cinco compañías de mayor capitalización bursátil en Estados Unidos, también sucumben a la espiral bajista del mercado tras iniciar 2022 con optimismo. Amazon y Tesla son los que más retroceden, un 25% desde sus máximos.  Apple, que llegó a superar la barrera de los tres billones de dólares de capitalización, cotiza ahora por debajo tras perder un 11% desde su récord. 

Otras compañías afectadas por este nuevo escenario económico serán las compañías de telecomunicaciones. Si bien las mismas han sido denostadas durante buena parte del último rally de las bolsas, se encuentran entre las compañías con capacidad de adaptarse a un entorno de inflación más alta gracias a las normativas que permiten 'indexar' las tarifas a la evolución del IPC. Este beneficio que en principio tienen se puede ver perjudicado si persiste la batalla que actualmente tienen en los mercados como es el español, donde el “low cost” ha impuesto su ley frente a las ofertas redundantes de los operadores tradicionales con red. Las compañías de telecomunicaciones se enfrentan a una inflación creciente y a unos costes energéticos cada vez más elevados, pero a diferencia de otros sectores cuentan con herramientas para neutralizar estos impactos. La capacidad de mitigar con aumentos de precios y reducción de costos varía según las regiones y los operadores. Por ejemplo, Alemania y Reino Unido son mercados con mayor poder de fijación de precios frente a Italia y España. Si bien a nivel europeo se prevé una mejoría de previsiones para todo el sector ‘teleco’, ya que se piensa que la inflación actuará como motor de crecimiento de ingresos al indexar la inflación a las tarifas. No es el caso de España o Italia, pero sí de Reino Unido, Alemania, Noruega o Países Bajos. Reino Unido ha pasado recientemente a la fijación de precios basada en el IPC con BT ofreciendo nuevos contratos B2C a un IPC+3,9% de crecimiento anual que ha sido seguido por otros como Liberty. En los Países Bajos, todas las ofertas de KPN tienen características vinculadas al IPC. En Bélgica, la suscripción por cable, mientras que los ingresos de la noruega Telenet generalmente están ligados a la inflación, según refleja el Bank of America. Para dicho banco de inversión, Telefónica está expuesta a este tipo de protecciones frente al alza de precios en Reino Unido, aunque también “tiene algunas tarifas ligadas a la inflación en Brasil e Hispanoamérica”, según expone. “Por otro lado, observamos que los precios ligados a la inflación siguen siendo relativamente poco comunes en muchos otros mercados o no está permitido por la regulación”, añaden.

En España no existe este tipo de actualizaciones (indexado de la inflación a las tarifas) aunque las compañías se han encargado de subir precios por su cuenta a costa de perder clientes. Según los últimos datos publicados del mes de noviembre del 2021 por el regulador, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), Telefónica en los once primeros meses del año 2021 en España ha perdido 887.327 accesos https://bit.ly/3IjMelu España representa un tercio de todo el negocio a nivel global del grupo Telefónica, tiene una de las rentabilidades más atractivas de todas las geografías. Sin embargo, la mayor competencia y ahora la inflación pueden afectar de lleno a los márgenes. El resultado operativo (Oibda) se desplomó casi un 9% en el tercer trimestre del año 2021, mientras que los márgenes se resintieron en casi cuatro puntos porcentuales hasta el 38%. Si a todo esto le sumamos el coste del PSI puesto en marcha más los demás problemas que acechan a la operadora https://bit.ly/3GWmAlZ , el escenario que se cierne sobre esta oscurece de forma preocupante el año 2022. Las ventas anunciadas en estos últimos años han debilitado los músculos de Telefónica, ya que con cada desinversión ha empequeñecido su perímetro de beneficios. Las cifras así lo avalan. Tanto en 2016 como en 2019 (el año previo al Covid-19) se consiguieron un EBITDA (beneficio antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciaciones) similares, en el entorno de los 15.120 millones de euros. Este año se volverá a normalizar las cifras y el consenso de analistas que recoge FactSet prevé que acabe con un beneficio bruto de 12.254 millones, lo que implica un recorte de casi el 19% con respecto a la cifra de 2016 o de 2019. El mayor impacto en el (EBITDA), ha sido la desconsolidación de la filial de Reino Unido que pasa a entrar en la contabilidad del grupo por debajo de ebitda y la venta de Telxius que tenía un tamaño menor en las cuentas de Telefónica.

En Alemania, donde Telefónica también está presente, tampoco existe la indexación al IPC como tal pero las operadoras pueden argumentar que se eleven las tarifas a nivel de sector si justifican que se han elevado los costes de manera relevante y tienen que trasladarlo a sus clientes. Uno de los costes que más impacta en los negocios de las operadoras es el coste de la energía, principalmente por sus centros de datos, centrales y torres de telecomunicaciones.  Según BofA, los costes energéticos suponen alrededor del 3% de los ingresos para empresas como Telefónica y Telenor, que tendrán que afrontar subidas del suministro energético. Para Bank of America, los operadores ingresarán 386.048 millones de euros este año, un 1,8% más que en 2021, de acuerdo con las previsiones de la entidad.

Telefónica ha esgrimido la estrategia de un incremento de tarifas a cambio de servicios no solicitados por el cliente como potencial arma para tratar de frenar su exposición. Según su consejero delegado, cuentan con la estrategia mantenida en los últimos años de lo que ya se considera su doctrina 'MásXMás'. El último movimiento en este sentido tuvo lugar el pasado mes de abril del año 2021, cuando anunció el incremento de un mínimo de 3 euros a cambio de la financiación de la compra de un teléfono móvil 5G. Desde el año 2015 se han firmado casi una decena de subidas de precio con esa estrategia. Esto ha tenido reflejo en el ingreso medio por cliente convergente, es decir, el de los paquetes de al menos fibra y móvil. Este llegó a alcanzar los 91,8 euros en el primer trimestre de 2020, justo el del estallido de la pandemia del coronavirus. A partir de ahí no ha dejado de caer de manera significativa. El pasado mes de septiembre se cerró con 88,5 euros, supone una caída de más del 3% respecto al de ese mes de marzo de 2020. ¿La razón? El mayor peso de O2, con una oferta más orientada al bajo coste, en el 'mix' y la guerra de descuentos para captar nuevos clientes siguen pesando de manera importante.

Para terminar el post, podemos decir, sin lugar a duda, que el año 2022 será un año difícil para el sector de tecnología, lo único que quizás pueda compensar la misma sea que las compañías se orienten de forma nítida y rotunda hacia los nuevos servicios digitales que ofrece esta época tecnológica. Si a eso unimos el hecho de que se necesitan líderes como Sandeep Singh Bhinder del comienzo del post, donde su espíritu de lucha y constancia le permitió salir del agujero en el que se había metido tras su desgraciado accidente… Serán estos dos factores clave del devenir futuro de alguna compañía.

Ya lo dijo Ovidio: “No basta con predicar lo que queremos, hay que defenderlo”.

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