El 5 de noviembre de 1940 Franklin Delano Roosevelt ganó por tercera vez consecutivas las elecciones en Estados Unidos, una nación en recuperación que habría sufrido el crac del 1929. En ese momento Europa se encontraba en guerra: las potencias del eje habían logrado convencer a Japón de que se sumara a ellos, lo que les daba en teoría el control del Pacífico.
Roosevelt siguió evitando la entrada de los Estados Unidos en la guerra hasta que, un año después de ganar las elecciones, seis portaaviones japoneses bombardearon Pearl Harbor.
El presidente declaró la entrada en la guerra hasta entonces considerada europea con un histórico discurso: “Ayer, siete de diciembre de 1941, una fecha que vivirá en la infamia, Estados Unidos de América fue repentina y deliberadamente atacado por fuerzas navales y aéreas del Imperio del Japón”.
Hundimiento del USS Arizona en el ataque de Pearl HarborEl 20 de abril se publicaba en diario la siguiente noticia, “Pallete y Borja Prado se reúnen en secreto para buscar un inversor clave para Telefónica” https://bit.ly/3v8aVO9 En la misma, se informaba que el presidente de la operadora y expresidente de Endesa se han reunido en al menos dos ocasiones en las últimas semanas para analizar el futuro de la operadora, algunas de sus áreas, como la televisión, y la búsqueda de un potencial inversor institucional para el grupo de telecomunicaciones. Las conversaciones han tenido un carácter muy reservado, hasta el punto de que la primera se celebró en la vivienda particular de uno de los comensales para evitar las especulaciones. Según el diario, Pallete acordó reunirse con Borja Prado, cuyo nombre se había vinculado al interés de algunos fondos internacionales por tomar una participación relevante en el capital de Telefónica. Aunque Prado está centrado en la gestión de su 'private equity', algunos de los mayores vehículos de inversión del mundo se habían interesado por conocer su disposición a dar un paso adelante y ponerse al frente de la operadora.
Borja Prado ha declinado hacer ningún comentario sobre esta información, mientras Telefónica ha señalado que no hace pública la agenda personal del presidente. Pero, según fuentes conocedoras de la primera reunión, el financiero le negó a Pallete cualquier interés en participar en ninguna operación hostil sobre Telefónica. No obstante, le argumentó que sí era conocedor de las intenciones de grandes fondos mundiales de entrar en Telefónica de forma proactiva, con pretensiones de promover cambios en la estrategia y en la gestión. Por ello, Pallete invitó al banquero a que le ayudara a sondear a potenciales inversores que pudieran tomar posiciones destacadas en el capital de forma amistosa y blindar a la compañía de inversores indeseados, como ocurrió en 2018 con Elliot, uno de los accionistas más activistas del mundo.
Según otras fuentes, la visita se alargó cerca de tres horas porque el primer ejecutivo de la teleco y el banquero dedicaron gran parte de la mañana a analizar alternativas corporativas para el grupo, una vez cumplidos en gran parte los objetivos marcados en el último plan estratégico, lanzado en noviembre de 2019. Aquella hoja de ruta perseguía reducir la deuda de forma significativa (ha pasado de casi 40.000 a 26.000 millones), acelerar la digitalización, con el lanzamiento de Telefónica Tech, la reestructuración de las filiales de Latinoamérica (Hispam) y la puesta en valor de la división de infraestructuras. La multinacional ha recuperado cerca de 10.000 millones de valor en bolsa en lo que va de año. El movimiento se ha apoyado en el anuncio de la fusión entre MásMóvil y Orange, cuya combinación reduciría la competencia de la apreciación de algunas divisas latinoamericanas, como el real brasileño, y la vuelta al dividendo en efectivo. Pese a este viento de cola, Pallete quiere construir un núcleo duro de accionistas que proteja la compañía de inversores hostiles, visto el baile de fusiones en Europa. Sobre todo porque a finales de año vence el plazo, ya ampliado en noviembre de 2021, por el que el Gobierno puede vetar la compra de más de un 10% del capital de una sociedad considerada estratégica para el Estado español. Una norma que aprobó cuando surgió el covid-19 y así evitar que inversores se aprovecharan de la caída generalizada de la bolsa.
Pero esa norma, por una parte, protege a empresas singulares, pero, por otra, ahuyenta a cualquier fondo que quiera comprar una participación relevante de la que se pudieran beneficiar todos los accionistas, incluidos los minoritarios. Al dar por terminada la pandemia, el Gobierno de Pedro Sánchez se verá obligado a eliminar esa exigencia de pasar por Moncloa para obtener el beneplácito político y empresas como Telefónica o Repsol quedarán expuestas a cualquier intento de opa. Según estas fuentes, Pallete quiere ser proactivo y no reactivo. La primera medida ya adoptada fue reducir el número de consejeros que tenían BBVA y CaixaBank en el órgano de gobierno en representación de su 5% del capital cada uno. Pasaron de dos a uno para evitar que si un fondo hostil comprara un paquete similar reclamase dos asientos en el consejo, por lo que, junto con los independientes, siete sobre 15, la relación de fuerzas pudiera ser negativa. Ahora, lo que busca es inversores que construyan una columna vertebral de cara el futuro más cercano.
La noticia, vuelve a poner sobre el tapete un problema que percibe el equipo directivo, pero que no existe en la compañía tras la intervención del gobierno con el blindaje establecido desde el 17 de marzo del año 2020. Recordemos un poco la historia, el 28 de enero del año 2020 se publicaba en un diario la siguiente noticia, “Pallete se reúne con CVC y fondos soberanos árabes para blindar la acción” https://bit.ly/2RmV61K, en la misma se ponía sobe el tapete la misma situación de captación de inversores con el que blindar el capital y al consejo de administración actual de posibles entradas hostiles a ambos. Sin embargo, el 17 de marzo el gobierno español rompía los planes del equipo directivo al promulgar el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19. Desde entonces Telefónica y otras compañías estratégicas cayeron bajo la órbita del gobierno español al igual que sucedió en multitud de países de la Unión Europea, tras el desplome bursátil sufrido con el problema del Covid-19. Esta protección se ha ido prolongando sucesivamente hasta el 31 de diciembre del año 2022.
José María Álvarez-Pallete y Borja Prado |
Con el blindaje en vigor, en el año 2021 Naturgy tuvo que recibir el permiso del gobierno español para dar entrada en su capital al fondo de pensiones australiano IFM https://bit.ly/3CjSIOP Sin embargo, en la operadora si hicieron diversas operaciones de desinversión como fue la venta del 50,01% de Telxius (30.722 emplazamientos), la fusión de O2 en Gran Bretaña con Liberty, la venta de la división de El Salvador y porcentajes superiores al 10% que recoge el Real Decreto para ser necesario la aprobación del gobierno en las FiberCo en Brasil, Alemania, Chile o Colombia. Todas ellas fueron anunciadas por el equipo directivo, pero no aprobadas por el gobierno como recoge el Real Decreto. Las cuentas en este momento están en el BORME, (Boletín Oficial del Registro Mercantil), él cual se tendrá que pronunciar sobre si dichas cuentas son correctas con dichas ventas de activos sin los permisos perceptivos.
A la situación anteriormente relatada hay que añadir dos hechos importantes que se deben de tener en cuenta, ya que son indicativos de lo que está sucediendo dentro de la operadora. El primero se publicó en la prensa el día 21 de abril, “La ex relaciones con inversores de Telefónica (Credit Suisse) prevé recorte de dividendo” https://bit.ly/37Dh4bR En la noticia se dice lo siguiente:
“Telefónica tiene que hacer frente a numerosos desafíos y uno de ellos podría pasar por un recorte de su dividendo. Así lo prevé Pilar Vico, analista de Credit Suisse y ex relaciones con inversores de la empresa presidida por José María Álvarez-Pallete más de cuatro años, que ha abierto esta posibilidad en su último informe. Lo ha hecho al señalar que podría aplicar un tijeretazo de cinco céntimos de euro (de 0,30 a 0,25 euros) en su retribución al accionista, como consecuencia del mayor apalancamiento por la compra de espectro y de cuantías mayores en pagos por la prejubilación de parte de sus trabajadores.
Esta radiografía de Credit Suisse hace que el banco suizo muestre su preferencia por las filiales de Telefónica, que "tienen algunos atractivos adicionales, como un crecimiento acelerado en los próximos años. Sin embargo, esperamos que el crecimiento de los ingresos subyacentes y el ebitda en España siga siendo negativo (incluso después de consolidación)". Además, destacan que el alto apalancamiento será un obstáculo en un entorno de subidas de tipos, por lo que "preferimos las filiales, que tienen una perspectiva sólida y un menor apalancamiento, sobre todo en el caso de Telefónica Deutschland".
En el lado negativo, la antigua relaciones con inversores de la 'teleco' señala el "cambio de los paquetes comerciales de conectividad en España, que probablemente impulsarán una caída continua de los ingresos; y la posible dilución de las ventas de fibra en España", que se suma al ya citado de un apalancamiento más grande y mayores pagos de prejubilación, que justificarían el recorte de dividendos”.
De los datos facilitados por la noticia hay que tener en cuenta qué si se produjese el recorte de dividendo en cinco céntimos, este sería el tercer recorte de dividendo desde que el actual presidente está al frente de la operadora. Cuando llegó el dividendo estaba en 0,75 euros por acción, de ahí pasó a 0,40 euros, por último, se recortó hasta 0,30 euros. Es llamativo el aviso lanzado por la casa de análisis con respecto a la factura de las prejubilaciones, Telefónica lleva pagados 16.000 millones de euros en reducciones de plantilla desde el año 1999, lo que posibilitó la salida de 53.000 empleados https://bit.ly/3MmZcAL Los dos últimos PSI que se llevaron a cabo en la división española se justificaron por el equipo directivo por el ahorro de costes que producían, sin embargo, para Credit Suisse los mismos son un lastre a futuro que hipotecarán a la compañía en su crecimiento. Las reducciones de plantilla han sido un comodín tanto, para el equipo directivo como para la representación social que veía en los mismos la única cuestión que podía ofrecer a los trabajadores. Esta situación, llevó aparejada el silencio y complicidad de unos sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) con respecto a la decadencia en la que la división española ha entrado desde que se ha emprendido el camino de reducciones de plantilla. El fin último, es ajustar gastos ante el retroceso que viene sufriendo en los parámetros de cuota de mercado e ingresos.
El segundo hecho se publicó en un diario el 16 de marzo del año 2017, la noticia era la siguiente, “Asalto a la presidencia de Telefónica” https://bit.ly/36DNMcR En la misma se decía lo siguiente, “En círculos políticos y empresariales empieza a ser un secreto a voces que a Borja Prado le agrada reclutar apoyos a una operación que le catapulte a la presidencia de Telefónica”. Las preguntas que a uno le surgen ante lo relatado anteriormente son las siguientes, ¿Es normal reunirse en secreto con alguien que en su día intento arrebatar la presidencia de la operadora?, ¿Ha perdido el equipo directivo el apoyo de los grandes accionistas como se puso de manifiesto en la junta del 8 de abril con el punto X donde se votó la retribución del equipo directivo?, ¿Tiene algún sentido buscar protección para Telefónica fuera de nuestro país con los fondos, cuando la compañía está intervenida de facto por el gobierno?
Para terminar el post, quiero decir que cada día que pasa se aprecia una situación más compleja y difícil para la supervivencia del actual equipo directivo. Aquí no diremos como dijo Roosevelt para rechazar el ataque japonés que él mismo se produjo en “una fecha que vivirá en la infamia”. En la operadora las dificultades vienen de lejos no de una fecha concreta como en Pearl Harbor. Lo que sucede es que en estos últimos seis años que lleva el actual equipo directivo se ha acelerado hasta llegar a una situación irreversible… En un momento que sé tienen que abordar retos estratégicos para nuestro país y Telefónica es una pieza clave para la salida de estos.
Ya lo dijo Franklin Delano Roosevelt: “En política, nada sucede por accidente. Si sucede, puede apostar que fue planeado de esa manera”.
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