Cuando Steve Jobs regresó a Apple en 1997, la compañía atravesaba una de las peores crisis de su historia. Estaba al borde de la bancarrota, con pérdidas millonarias, una estructura empresarial caótica y una gama de productos tan amplia como confusa: más de 15 modelos de ordenadores, todos con escasa diferenciación y márgenes negativos. Su rival Microsoft dominaba el mercado con Windows, y la prensa tecnológica ya daba por hecho el fin de Apple como competidor relevante. Jobs había sido despedido en 1985 tras un enfrentamiento con el consejo de administración, pero doce años después volvió como parte del acuerdo de compra de su empresa NeXT, que Apple adquirió para modernizar su sistema operativo. Sin embargo, su regreso no fue solo técnico: fue una operación de rescate cultural y estratégico. Jobs asumió la dirección interina (“CEO”) y en cuestión de meses comenzó a reconstruir Apple desde la base, aplicando una filosofía de enfoque, simplicidad y excelencia en diseño.
Su primer movimiento fue reducir drásticamente la oferta de productos: pasó de decenas de modelos a solo cuatro —dos ordenadores de sobremesa y dos portátiles—, cada uno pensado con una finalidad clara. También cerró proyectos secundarios, despidió a equipos ineficientes y apostó por un lenguaje visual minimalista y coherente. En paralelo, consiguió una inversión clave de 150 millones de dólares de Microsoft, algo impensable hasta entonces, que permitió asegurar liquidez y credibilidad en los mercados. Con esa base, Jobs se concentró en devolver a Apple su espíritu innovador. Bajo su liderazgo nacieron productos icónicos como el iMac (1998), el iPod (2001), el iPhone (2007) y el MacBook (2006), cada uno acompañado de una narrativa inspiradora y un mensaje claro: tecnología al servicio de la creatividad y la experiencia humana.
Su manera de presentar los nuevos productos —culminando cada evento con su célebre frase “one more thing…”— se convirtió en una firma personal que encarnaba la credibilidad total del líder: cuando Jobs hablaba, el público sabía que algo importante iba a cambiar. En menos de una década, Apple pasó de estar al borde del colapso a convertirse en la empresa más valiosa del mundo, símbolo de innovación y visión estratégica. El regreso de Jobs no solo salvó a la compañía: redefinió el concepto moderno de liderazgo empresarial, demostrando que la credibilidad no nace de los PowerPoints ni de las previsiones financieras, sino de la claridad de propósito y la ejecución impecable de una visión.
El próximo 4 de noviembre, Telefónica vivirá una de las jornadas más determinantes de su historia reciente con la presentación de su nuevo plan estratégico durante el Capital Markets Day, dirigido por su presidente Marc Murtra. El mercado, los analistas y los principales accionistas esperan con expectación un anuncio que podría redefinir el rumbo financiero y corporativo de la operadora, tras años de caída bursátil y elevado endeudamiento. Las previsiones apuntan a un ajuste profundo que incluiría un recorte del dividendo y posiblemente una ampliación de capital, medidas destinadas a fortalecer el balance y recuperar la confianza de los inversores.
En este contexto, el nuevo plan no solo será un ejercicio financiero, sino una declaración de intenciones sobre el futuro de Telefónica: si seguirá siendo una multinacional competitiva con ambición de crecimiento o se consolidará como una empresa estratégica bajo fuerte influencia estatal. A la luz de la experiencia de Murtra al frente de Indra, el encuentro del 4 de noviembre podría marcar el inicio de una etapa de disciplina, prudencia y control institucional, donde la clave estará en encontrar el equilibrio entre saneamiento financiero y visión empresarial.
Ayer se publicaba en un diario nacional que existe un informe de BNP Paribas, que recomienda una ampliación de capital de hasta 10.000 millones de euros, equivalente a casi el 40% de la capitalización actual de la operadora, con el objetivo de sanear su balance y reducir su elevado endeudamiento. Según el analista Joshua Mills, se trata de una medida “dolorosa pero necesaria”, y considera que esta inyección permitiría a Telefónica tener margen para futuras operaciones de consolidación, como la compra de la alemana 1&1 o de Zegona (actual controladora de Vodafone España).
El banco estima que la deuda real de Telefónica asciende a 58.700 millones de euros, muy por encima de los 27.161 millones reportados oficialmente a cierre de junio. Al incluir compromisos adicionales —como arrendamientos, deuda híbrida y su parte en Virgin Media O2—, la ratio de endeudamiento se elevaría hasta cuatro veces el ebitda, frente al 2,8 veces declarado por la empresa.
En este contexto, BNP Paribas cree que Telefónica debería recortar su dividendo a la mitad, pasando de 0,30 a 0,15 euros por acción a partir de 2026, ya que el pago actual representa el 80% del flujo de caja libre y dificulta la reducción de la deuda. La entidad calcula que, si se ejecutara la ampliación, los accionistas de referencia —SEPI, CriteriaCaixa y STC, con cerca del 10% cada uno— deberían aportar unos 3.000 millones de euros en conjunto para no ver diluida su participación.
Otros analistas coinciden en que el 4 de noviembre será una fecha difícil para Telefónica. Desde Kepler Cheuvreux, el analista Javier Borrachero considera poco probable que la operadora sorprenda al mercado con sus perspectivas, dado el deterioro macroeconómico y la debilidad de su crecimiento. En su opinión, la empresa podría optar por una ampliación menor, de unos 4.000 millones de euros, combinada con más ventas de activos y un recorte del dividendo.
Por su parte, JPMorgan ha realizado una encuesta entre inversores, cuyas expectativas apuntan a una ampliación de entre 3.000 y 7.000 millones de euros, acompañada de un recorte de dividendos de entre el 20% y el 50%, además de una posible salida del negocio en Latinoamérica (excepto Brasil) y un refuerzo de su posición en Alemania. El banco también advierte que estas medidas podrían retrasarse hasta 2026 si las condiciones del mercado no son favorables.
En resumen, los analistas internacionales coinciden en que Telefónica afronta un momento decisivo: su alto endeudamiento y el estancamiento del ebitda obligan a un reajuste profundo. El Capital Markets Day del 4 de noviembre se perfila como un auténtico “evento de limpieza”, donde la compañía deberá afrontar las exigencias del mercado con medidas contundentes que garanticen su viabilidad financiera a largo plazo https://tinyurl.com/yc36hu6r
Hoy el mismo diario publica que Telefónica prepara un recorte del dividendo como medida central de su nuevo plan estratégico, que se presentará el 4 de noviembre durante su Capital Markets Day. Según la agencia Bloomberg, la reducción busca reforzar la caja, mejorar el balance financiero y rebajar la deuda, alineando la rentabilidad por dividendo con la media del sector europeo.
Actualmente, la operadora destina aproximadamente unos 1.700 millones de euros al año al pago de dividendos (0,30 € por acción, en dos pagos de 0,15 €). El nuevo plan prevé una reducción del 28 % en 2025, hasta 0,216 € por acción, y del 22 % en 2026, hasta 0,234 €, lo que supondrá un ahorro total de 850 millones de euros (475 millones en 2025 y 375 millones en 2026). Con ello, la rentabilidad por dividendo bajará del 6,6 % actual al entorno del 4,8 % en 2025 y 5,2 % en 2026, en línea con el promedio del sector.
El recorte cuenta con el respaldo de los principales accionistas:
- SEPI (10 %),
- CriteriaCaixa (10 %),
- Saudi Telecom Company (STC) (9,9 %) y
- BBVA (5 %).
No obstante, esta medida reducirá los ingresos del Estado, que percibe 170 millones de euros anuales a través de la SEPI, y afectará también a La Caixa y BBVA, ya penalizadas por depreciaciones de sus participaciones.
En bolsa, la acción cayó casi un 2 %, hasta 4,38 euros, tras conocerse la noticia. En lo que va de 2025, Telefónica apenas se ha revalorizado un 10 %, frente al 38 % del Ibex 35 o el 40 % de Orange y Vodafone, reflejando su menor dinamismo bursátil.
El recorte del dividendo marca una ruptura con la tradición de la compañía, que solo lo ha reducido tres veces en los últimos 30 años:
- En 1998 (-28 %),
- En 2012 (suspensión total),
La evolución real del dividendo bajo la presidencia de Álvarez-Pallete fue la siguiente:
|
Ejercicio |
Dividendo total por acción (€) |
Tipo de cambio / Medida relevante |
|
2015 |
0,75 € |
Último ejercicio completo antes del mandato de Pallete (presidente desde abril 2016). |
|
2016 |
0,55 € |
Primer año de Pallete. Se recorta el dividendo en 20 céntimos. |
|
2017 |
0,40 € |
Se mantiene el recorte para contener deuda. |
|
2018–2019 |
0,40 € |
Dividendo estable en esa cifra durante dos ejercicios. |
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2020 |
0,30 € |
Nuevo recorte del 25 % (de 0,40 € a 0,30 €) por presión de deuda y pandemia. |
|
2021–2024 |
0,30 € |
Se mantiene congelado. |
|
2025 (plan previsto) |
≈ 0,216 € |
Posible recorte por Murtra, sucesor de Pallete. |
Con esta decisión, Telefónica busca reducir su apalancamiento, que a cierre de junio era de 27.609 millones de euros (37.149 millones incluyendo arrendamientos). Aunque ha reducido su deuda en 23.000 millones en los últimos nueve años, sigue entre las operadoras más endeudadas de Europa. Su ratio de deuda/ebitda se situará en torno a 2,7 veces a finales de 2025 y podría bajar a 2,4 veces en dos años, aún por encima de la media del sector (2,15 veces en 2027).
Sin embargo, los analistas señalan que el recorte de dividendo no bastará para afrontar posibles operaciones corporativas como la alemana 1&1 u otro activo como el Grupo Digi. BNP Paribas, estima necesaria una ampliación de capital de hasta 10.000 millones de euros, equivalente al 40 % de la capitalización actual, lo que obligaría a los accionistas principales a aportar 3.000 millones de euros, con 1.000 millones a cargo del Estado para que la SEPI mantenga su participación.
Además, Telefónica reducirá su capex (inversión en redes e infraestructuras), que bajará de los 5.000 millones actuales a algo más de 4.500 millones en 2027, tras finalizar el despliegue de fibra y 5G. También prevé ahorrar costes mediante sociedades conjuntas como Fiberpass (con Vodafone) y Nexfibre (en Reino Unido), que aportarán liquidez gracias a la entrada de inversores financieros.
Por último, la compañía acelerará su salida de Hispanoamérica, con ventas ya cerradas en Perú, Argentina, Uruguay y Ecuador, y la de Colombia pendiente de aprobación. Pronto se desprenderá también de sus filiales mexicana y chilena, quedando solo Venezuela como presencia residual junto a Brasil, su único mercado estratégico en la región.
En síntesis, el nuevo plan de Telefónica combina recorte de dividendos, reducción de deuda, menor inversión y desinversiones internacionales con un único objetivo: reforzar la solvencia financiera y recuperar la confianza del mercado, después de perder más del 85 % de su valor bursátil desde el año 2000 https://tinyurl.com/3c6bycb6
Si analizamos la trayectoria de Marc Murtra al frente de Indra (2021–2024), y la extrapolamos al contexto actual de Telefónica, se pueden anticipar varios rasgos clave del estilo y la orientación que probablemente marcarán la presentación del nuevo plan estratégico del próximo 4 de noviembre.
Un análisis detallado de lo que puede esperarse de Murtra, basándose en su historial de la presidencia de Indra puede ser el siguiente:
1. Un plan con fuerte orientación política e institucional
Murtra
llega a Telefónica con el aval del Gobierno y de la SEPI, igual que
sucedió en Indra, donde consolidó el control público sobre una empresa
estratégica.
Por tanto, es razonable esperar un plan estrechamente alineado con los
intereses del Estado español, especialmente en:
- Seguridad tecnológica y soberanía digital (protección de infraestructuras críticas).
- Colaboración público-privada en telecomunicaciones y defensa.
- Coordinación con la SEPI y CriteriaCaixa, que ahora controlan casi el 20% de Telefónica.
👉 En resumen: una Telefónica “estratégica” y nacionalizada en sus decisiones clave, más al servicio de los intereses del Estado que de la rentabilidad inmediata del mercado.
2. Priorización de la estabilidad financiera sobre el crecimiento
En Indra, Murtra se centró en sanear el balance, reducir deuda y contener el gasto, incluso a costa de tensiones internas. Ese mismo patrón ya se refleja en las filtraciones:
- Reducción del dividendo (de 0,30 € a 0,216 € en 2025 y 0,234 € en 2026).
- Refuerzo de la caja y disciplina financiera.
- Posible ampliación de capital de hasta 10.000 millones de euros, como reclaman bancos como BNP Paribas y JPMorgan.
Murtra no buscará gustar al mercado a corto plazo, sino restaurar la solvencia y recuperar la confianza institucional. En su lenguaje, eso se traduce en “reforzar los cimientos” antes de “acelerar el crecimiento”.
👉 Se puede esperar una presentación más conservadora que ambiciosa, centrada en deuda, liquidez y rentabilidad operativa (no en grandes adquisiciones).
3. Reestructuración interna y simplificación del grupo
Como en Indra, donde reordenó divisiones y sustituyó consejeros, Murtra tenderá a:
- Reestructurar el organigrama de Telefónica (más control central y menos autonomía de filiales).
- Reforzar áreas clave: infraestructuras digitales, ciberseguridad y datos.
- Reducir el peso de las operaciones con bajo margen (Latinoamérica no estratégica).
Ya se ha anticipado que Telefónica planea vender sus filiales latinoamericanas, excepto Brasil, lo que encaja con su estilo: foco geográfico y eficiencia operativa antes que expansión global.
👉 Espera un plan con tres ejes básicos: eficiencia, foco en mercados clave y rentabilidad sostenible.
4. Mayor protagonismo en defensa, ciberseguridad y soberanía digital
Murtra fue el arquitecto del giro de Indra hacia la defensa y la tecnología soberana, y ese mismo enfoque podría trasladarse parcialmente a Telefónica:
- Refuerzo de su papel en infraestructuras críticas (red 5G, fibra, nube soberana).
- Colaboración con el Estado y la UE en proyectos de ciberseguridad y conectividad europea.
- Posible papel en alianzas estratégicas con Defensa o Industria para asegurar la autonomía digital española.
👉 Telefónica podría evolucionar hacia una “tech utility” estratégica, con menos perfil puramente comercial y más peso geopolítico.
5. Comunicación corporativa: tono sobrio, realista y de transición
En Indra, Murtra se
mostró prudente en sus anuncios y poco dado a prometer cifras espectaculares.
Por tanto, es probable que el 4 de noviembre:
- No haya grandes sorpresas ni promesas de crecimientos rápidos.
- Se hable de reajuste, eficiencia, disciplina y visión a largo plazo.
- Se presente un horizonte de recuperación a 2027, no inmediato.
👉 El mercado espera un “evento de limpieza” más que un “evento de euforia”.
6. Riesgo: politización y desconfianza del mercado
El mayor peligro es que
repita uno de los errores de Indra: la politización de las decisiones
corporativas.
Si el plan se percibe como impuesto por el Gobierno o diseñado para proteger
los intereses de la SEPI antes que los de los accionistas, el mercado puede castigar
la acción, especialmente si se confirma:
- Un recorte fuerte del dividendo.
- Una ampliación de capital dilutiva.
- Falta de detalles sobre crecimiento orgánico o adquisiciones.
👉 Si no equilibra bien los mensajes, Telefónica puede salir del evento con más dudas que confianza.
Si extrapolamos su gestión en Indra, el plan estratégico de Murtra en Telefónica será probablemente:
- Pragmático, financiero y disciplinado, no espectacular.
- Centrado en la deuda, la eficiencia y la soberanía digital.
- Con un sello político y estatal claro, buscando estabilizar la compañía antes de crecer.
En suma, no será un
plan para enamorar al mercado, sino un plan para tranquilizar
al Gobierno, a los acreedores y a los socios institucionales.
Su éxito dependerá de si logra equilibrar disciplina y ambición.
Esta presentación del plan estratégico se puede estructurar en tres posibles escenarios —optimista, base y pesimista— con métricas financieras, impactos esperados y valoración de riesgos.
ESCENARIOS TRAS EL CAPITAL MARKETS DAY DE TELEFÓNICA (4 DE NOVIEMBRE 2025)
1. Escenario Optimista: “Plan de estabilización creíble y disciplinado”
Probabilidad estimada: 25–30%
Características principales:
- Murtra presenta un plan realista pero convincente, con medidas equilibradas entre austeridad y crecimiento.
- Reducción del dividendo moderada (≈ 25%) explicada con objetivos financieros claros: reducir deuda y aumentar caja libre.
- Se descarta una ampliación de capital inmediata, optando por desinversiones y optimización del gasto.
- Compromiso explícito de mantener la nota crediticia de grado de inversión.
- Refuerzo de la apuesta en infraestructuras críticas, IA y ciberseguridad, con nuevas alianzas europeas.
- Se anuncia una hoja de ruta de crecimiento gradual del EBITDA y del flujo de caja a 3 años.
Principales métricas:
|
Indicador |
Situación actual |
Meta anunciada |
|
Ratio deuda/EBITDA |
2,7x |
2,3–2,4x en 2027 |
|
Capex anual |
5.000 M€ |
≤ 4.400 M€ en 2027 |
|
Dividendo total |
0,30 € |
0,216–0,23 € |
|
Ahorro estimado por dividendos |
— |
850 M€ (2025–26) |
Reacción del mercado:
- Acción sube entre 8 % y 12 % en el corto plazo (semana posterior).
- Los analistas valoran la coherencia y claridad del plan.
- Mejora la percepción institucional: S&P y Moody’s podrían mejorar la perspectiva del rating a estable.
Mensaje central:
Telefónica se convierte en una empresa más pequeña, eficiente y financieramente sólida, con foco europeo y tecnológico.
2. Escenario Base: “Plan continuista, de transición”
Probabilidad estimada: 50–55%
Características principales:
- Se confirma el recorte de dividendo a 0,216 € (–28 %) y 0,234 € para 2026 (–22 %).
- No hay ampliación de capital inmediata, pero sí se deja abierta “si las condiciones lo requieren”.
- Se anuncia la venta de activos en Latinoamérica (Chile, México) y desinversiones parciales en fibra o torres.
- Fuerte énfasis en disciplina financiera, pero sin objetivos de crecimiento ambiciosos.
- Murtra presenta un discurso prudente, técnico y conservador, sin grandes sorpresas.
Principales métricas:
|
Indicador |
Situación actual |
Meta estimada |
|
Deuda neta |
27.600 M€ |
25.000 M€ en 2027 |
|
Ratio deuda/EBITDA |
2,7x |
2,5x |
|
Ahorro anual en dividendos |
425 M€ |
— |
|
Capex |
4.800 M€ |
4.500 M€ |
Reacción del mercado:
- Acción cae entre 3 % y 5 % en los días siguientes.
- El mercado percibe el plan como “cauto pero insuficiente”.
- BNP Paribas y JPMorgan mantienen la presión sobre la necesidad de una ampliación futura (2026).
Mensaje central:
Telefónica busca ganar tiempo y credibilidad financiera, pero sin ofrecer una visión transformadora.
3. Escenario Pesimista: “Plan intervencionista y dilutivo”
Probabilidad estimada: 15–20%
Características principales:
- Murtra anuncia una ampliación de capital de entre 7.000 y 10.000 millones de euros, siguiendo las tesis de BNP Paribas.
- Reducción del dividendo del 50 % o más, hasta 0,15 € por acción.
- Se confirma venta acelerada de filiales latinoamericanas y posibilidad de fusionar activos en Alemania o Reino Unido.
- El plan se percibe como dictado por la SEPI o el Gobierno (tono político).
- Falta de detalles sobre crecimiento orgánico, digitalización o innovación.
Principales métricas:
|
Indicador |
Situación actual |
Meta anunciada |
|
Ampliación de capital |
— |
10.000 M€ (≈ 40 % capitalización) |
|
Aportación SEPI + Criteria + STC |
— |
3.000 M€ |
|
Dividendo total |
0,30 € |
0,15 € (–50 %) |
|
Deuda neta |
27.600 M€ |
< 20.000 M€ (tras ampliación) |
Reacción del mercado:
- Caída inmediata del 8–12 % en bolsa.
- Fuerte crítica de analistas internacionales por “politización” y “dilución masiva”.
- Posible revisión a la baja del rating crediticio si el mercado percibe desconfianza en la ejecución.
Mensaje central:
Telefónica se percibe como una empresa semiestatal más que como una multinacional de telecomunicaciones competitiva.
Conclusión general
|
Aspecto |
Escenario Optimista |
Escenario Base |
Escenario Pesimista |
|
Dividendo |
Reducción controlada (–25 %) |
Reducción previsible (–28 %) |
Recorte severo (–50 %) |
|
Ampliación de capital |
No |
Posible a medio plazo |
Inmediata (10.000 M€) |
|
Deuda neta (2027) |
< 25.000 M€ |
≈ 25.000 M€ |
< 20.000 M€ |
|
Reacción bursátil |
+10 % aprox. |
–3 % aprox. |
–10 % aprox. |
|
Percepción del mercado |
Credibilidad y estabilidad |
Prudencia sin transformación |
Politización y desconfianza |
Síntesis final
- Si Murtra repite su estilo de Indra —prudente, disciplinado y de fuerte control estatal—, el escenario más probable es el base, con recorte del dividendo, venta de activos no estratégicos, y una ampliación de capital pospuesta hasta 2026.
- El riesgo mayor no es financiero, sino de confianza del mercado: si los inversores perciben un exceso de influencia política o una pérdida de independencia, el castigo bursátil será inmediato.
- Para recuperar valor, Telefónica deberá demostrar que no es solo una empresa estratégica del Estado, sino una compañía rentable, moderna y europea.
Para terminar el post, quiero recordar que cuando Steve Jobs regresó a Apple en 1997, no heredó una empresa, sino un naufragio. Lo que hizo no fue prometer el futuro, sino reconstruir la confianza. Redujo productos, ordenó el caos, devolvió sentido a la marca y, sobre todo, convenció al mercado de que Apple volvía a tener un propósito. Su genialidad no estuvo solo en el iPhone o el iMac, sino en la credibilidad que supo transmitir a través de una visión clara, ejecutable y humana. Cada “one more thing…” no era una promesa de grandeza, sino una prueba tangible de que las palabras se traducían en hechos.
El próximo 4 de noviembre, Marc Murtra enfrentará un momento similar al que vivió Jobs hace casi tres décadas. Telefónica, como Apple en aquel entonces, llega a su cita más importante en medio de dudas, deuda y desgaste reputacional. El mercado no espera milagros ni grandes titulares: espera claridad, coherencia y convicción. Si Murtra logra presentarse no como el portavoz de un ajuste impuesto por la SEPI o los analistas, sino como el arquitecto de un proyecto empresarial con propósito, podrá transformar la narrativa de Telefónica de “empresa intervenida” a “compañía renovada”.
El desafío no está solo en reducir la deuda o el dividendo, sino en reconstruir la fe en el futuro de la empresa. Jobs lo hizo apelando a la simplicidad, la innovación y la autenticidad; Murtra deberá hacerlo con disciplina, transparencia y una hoja de ruta que inspire confianza. Si consigue que el 4 de noviembre no sea recordado como un día de recortes, sino como el inicio de una etapa de rigor y credibilidad, entonces podrá decir, como Jobs, que Telefónica también tuvo su “one more thing”: la recuperación de su propósito.
La lección final: los números sanan balances, pero solo la credibilidad sana empresas.
Ya lo dijo Steve Jobs: “El mundo está en tus manos”.

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