Resulta difícil de creer
pero así ocurrió: el gran Diego Rodríguez de Silva Velázquez (Sevilla, 1599 – Madrid, 1660) fue
demandado y auditado por el fisco después de muerto. Se trata de uno de los
grandes genios de la pintura española y universal, no sólo del Siglo de Oro
sino de todos los tiempos y, probablemente, habría legado un catálogo mucho más
amplio de obras de arte sino se hubiera entregado en cuerpo y alma al servicio
del rey Felipe IV, donde ejerció diversos cargos de funcionario
cortesano (pintor del rey, ujier de cámara, alguacil de corte, veedor y
contador o aposentador de palacio); un trabajo que requería demasiada
dedicación y que relegó la pintura a un segundo plano cuando Velázquez tuvo que
encargarse de la intendencia real: pagaba a los acreedores, entregaba el sueldo
al personal de palacio y rendía cuentas de los gastos en logística que
conllevaba mover a la Corte y su séquito fuera de Madrid. El autor de “Las
Meninas, La venus del espejo, Los borrachos, La rendición de Breda o La fragua
de Vulcano” fue acusado de desfalco después de haber fallecido. Una
comisión del fisco revisó sus libros de cuentas y lo condenó a devolver 35.000
reales. Como el pintor ya no vivía, se procedió a embargar parte de sus bienes
y -de acuerdo con las leyes de la época- su yerno, el pintor Juan
Bautista Martínez del Mazo (1610-1667), que no tenía nada que ver con
la contabilidad de su suegro, tuvo que hacer frente al resto de la
deuda.
El 26
y 27 de noviembre el Consejo de Administración de la operadora alumbró una
nueva Telefónica, mas pequeña e irrelevante, que
tiene como santo y seña el posible abandono de 112,7706 millones de accesos en ocho
mercados de Sudamérica, que se sumarían al ya consumado a todas las divisiones
de Centroamérica que ya han sido enajenadas. Esto es el 32,61% más pequeña que lo que es
actualmente sin contar las divisiones de Centroamérica. Este hecho se produce en un momento en el que pintan bastos en
dichos mercados, y frente a las dificultades que existen en los mismos, se opta
por abandonar los mismos con la creación de una spin-off con el fin de
enajenarla parcial o totalmente. Ayer, publique un post “TELEFÓNICA Y "EL
MESÍAS" DE LA IRRELEVANCIA” http://bit.ly/2OWYNZI,
donde centraba mi análisis sobre las métricas que arrastra dicha compañía y las
razones que han llevado a la misma a encontrarse en la situación actual. Sin
embargo, hoy quiero entrar a analizar las razones que deben hacer que
los nexos y relaciones que tienen mas de medio siglo no sean rotos por cuestiones
econométricas, sino que los mismos sigan manteniéndose en un momento en el que
el ciclo económico no acompaña en dichas inversiones.
El idioma español se hizo
global en todos los países americanos pese a la independencia que fueron obteniendo
cada uno de ellos, y eso le confiere un valor difícil de cuantificar. Era una
lengua minoritaria en el imperio cuando se conquistó, sin embargo 527 años después es el nexo que sirve como pegamento a toda la población. Según
la CEPAL la población latinoamericana en dicho continente alcanzaba los 625 millones
en el año 2016 y se calcula que alcanzará los 680 millones en 2025 y 779
millones en 2050. Es célebre y elocuente la cita de uno de los padres de la revolución
de un país latinoamericano, "Les hicimos la guerra por ser
tiranos, no por hablar español". Los lazos humanos, históricos, sociales,
culturales, políticos, económicos y lingüísticos han hecho de Iberoamérica una
constante en la política exterior de los Gobiernos españoles. En la actualidad,
nuestro país aspira a lograr unas relaciones en pie de igualdad y equilibradas.
Además, España es un agente clave en las relaciones entre Europa y los países
de esa región. Los gobiernos que ha habido al lo largo de los años, han
concedido un estatus preferencial en su política exterior a la relación con los
países iberoaméricanos.
Los problemas sociopolíticos
que atraviesan diversos países en dicha región no han impedido que España
mantenga una estrecha relación económica con el continente. Ésta
se ha debilitado enormemente en el año 2019 por culpa de las incertidumbres que
azotan la región. Así lo confirman los datos de las
inversiones españolas en la inmensa mayoría de los estados, según se registra
en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Por ejemplo, a
Bolivia llegaron 510 millones el año pasado, y el primer semestre de 2019 no ha
recibido nada. Igual que Nicaragua, que viene de obtener 17 millones. En
Argentina, teniendo en cuenta la proyección, se prevé que la inversión se
reduzca un tercio, en Brasil un 65%, en Chile un 75% y en Uruguay un 86%. En
Venezuela se desploman cada vez más. En Ecuador sumaban casi 7.500 millones el
anterior 31 de diciembre, y el próximo sería una buena noticia que alcanzase el
millón. Y México, habitualmente “el Dorado” de las inversiones, ha pasado de
los 5.300 millones en los 12 meses de 2018 a los 73 millones en los seis
primeros de este ejercicio, registrando una proyección impactante por lo
negativa. Colombia y Perú iluminan un poco el panorama. Por otro lado, las compañías
españolas con negocios en Latinoamérica están aguantando la inestabilidad social
y económica, sin perder de vista la evolución de la situación de cada país.
Se hacen análisis exhaustivos, sin que de momento ninguna de ellas haya ido más
allá, salvo la que plantea la operadora con la creación de una spin-off
con el fin de enajenarla si surgen ofertas.
Según el Instituto
Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la
Universidad de Alcalá (UAH), asegura que las compañías españolas no se
pueden relajar porque algo como lo que se está viviendo actualmente, ya que no
había ocurrido nunca. Para las compañías españolas es difícil evaluar los
riesgos ante esta situación porque no están acostumbradas a esto. Antes había
protestas por los salarios y otras cuestiones concretas. Lo que está sucediendo actualmente
es que la población percibe la desigualdad y la falta de calidad democrática,
incluso en Chile, donde la situación que está ocurriendo ha cogido a muchos por
sorpresa. Hasta ahora, las protestas en Latinoamérica las organizaban los
sindicatos, pero esta vez no ha sido así. Posiblemente los sectores
que sufrirán más las tensiones serán los vinculados a los recursos naturales,
como la minería o los hidrocarburos. El financiero, puede ver reducida su
rentabilidad porque los tipos de cambio les perjudiquen. Todas las compañías afectadas
hacen seguimientos muy próximos al terreno, con el fin de que no les pillen con
el paso cambiado. Las compañías españolas tienen en Latinoamérica una parte muy
importante de su negocio. España y sus compañías multinacionales son
una potencia de primer nivel en la región, especialmente en algunos sectores
como las infraestructuras, la energía y las telecomunicaciones, que hace que
gocemos de un liderazgo que posibilita una mayor colaboración y un incremento
en la contribución al desarrollo de la región. El Banco Santander por ejemplo
genera un 46% de sus beneficios en el continente, Telefónica un 42,8% y Repsol
un 13%.
Para algunos analistas económicos,
es posible que las tensiones que están sucediendo en la zona vayan para largo,
porque han tenido mucho éxito y puede que se sumen nuevos grupos sociales que
reivindiquen otras nuevas cuestiones. Además, es posible que se
produzca un efecto contagio, la duda son Brasil y Argentina,
donde si el nuevo presidente Alberto Fernández no logra mejorar la economía de
la gente en unos pocos meses, quizá también aparezcan fuertes protestas. Todas las
crisis sin embargo tienen su lado positivo en dicho continente, ya
que a medio y largo plazo puede desembocar en una modernización y una mejora de
la sociedad donde ocurren. Esto puede propiciar que las compañías que se encuentren
operando en dichos mercados, empiecen a trabajar en un ambiente que les es más
familiar y obtengan de la misma los beneficios que surjan por su permanencia. Sin
embargo, aquellas que se vayan como la operadora, probablemente será imposible que
vuelvan a entrar a dichos mercados, si tenemos en cuenta la dificultad que
representa entrar en los mismos. Cada país de la región tiene
el deseo de incrementar los lazos con España (el idioma es el nexo), con su idiosincrasia
o particularidad, este factor no dificulta, sino que posibilita las
transferencias de tecnología y capital para ambas sociedades, la iberoamericana
y española. Las relaciones entre las compañías españolas con las instituciones
o gobiernos iberoamericanos en momentos de dificultad como el actual deben de
ser más estrechas, sin tenemos en cuenta que las diferentes sociedades
iberoamericanas son entes vivos, que piensan, sienten y se mueven por un fin común,
como es el desarrollo hacia un bienestar que se conjugue los intereses de todas
las partes. Abandonar a dichas sociedades a su suerte por criterios
economicistas, no es una opción, máxime si tenemos en cuenta como bien dije anteriormente
el nexo común que tenemos, el idioma. Mas allá de eso, existen
razones poderosas como ayer explique en el post que ponen el foco sobre una gestión
manifiestamente mejorable, sin embargo, sobre eso se pasa de puntillas. Esperemos que el gobierno que
surja en los próximos días en la sociedad española…Ni olvide los lazos y nexos
que nos unen con Iberoamérica, ni perdone los errores en la gestión de las
multinacionales españolas, como se está poniendo de manifiesto estos días con el "Caso Tándem". Todo ello para evitar que la deuda que nos une con Iberoamérica no sea pagada por al pueblo español como sucedió al yerno de Velázquez.
Ya lo dijo Platón: “La obra maestra de la injusticia
es parecer justo sin serlo”.