Este año se ha cumplido el
260 aniversario de la muerte de Georg Friedrich Händel, un excepcional
compositor barroco. A pesar de su origen alemán, componía óperas al estilo
italiano (el estilo de moda en la época) y
terminó por adoptar la nacionalidad inglesa, pues fue en este país donde
desarrolló la mayor parte de su obra. Todo ello fue posible gracias a sus
constantes viajes por Europa y a su variada formación. “El Mesías”, es la obra
más conocida de Händel, fue compuesta en apenas tres semanas y se estrenó
en Dublín en 1741. A pesar de su argumento, la mayor parte del libreto está
tomado del Antiguo Testamento y consta de tres secciones distintas: El
Nacimiento, la Pasión y las Secuelas. Una anécdota curiosa sobre
este compositor es que la mayor parte de sus obras no hubiesen sido posibles
bajo las leyes de propiedad intelectual que rigen actualmente, ya que el mismo tomaba
la mayor parte de sus temas musicales de obras escritas anteriormente, tanto
suyas como de otros compositores, plagios que mejoraban con creces, eso sí,
el material original. Se ha conjeturado que acudía a este recurso
para superar el “temor” a la partitura en blanco. En cualquier caso, eran
prácticas plenamente aceptadas en la época y, de no haber sido por
Händel, toda esa música, plagiada o mejorada, habría quedado en el olvido. El
propio compositor decidió destinar todas las recaudaciones de la misma a obras
de caridad y se negó a publicarla en vida para que nadie rompiese aquella
costumbre. Desde ese momento y hasta hoy, cosa extraña en una obra barroca, “El
Mesías” se ha representado ininterrumpidamente y es, aparte de Patrimonio de la
Humanidad, la obra navideña por excelencia.
Ayer se anunciaba en la
compañía Telefónica una reestructuración societaria radical que ponía el foco
en la segregación de diferentes divisiones de Latinoamérica y el foco sobre
cuatro divisiones como son las de España, Brasil, Alemania y Reino Unido.
Para comprender dicha medida quizás haya que ir y observar algunas métricas que
presentaba dicha compañía cuando el presidente ejecutivo de la misma tomó
posesión allá por el 8 de abril del año 2016. El número de accesos del grupo al
cierre de dicho año 2016 después de nueve meses de gestión del equipo directivo
según la memoria publicada por la compañía era de 349,9721 millones, los ingresos
alcanzaron los 52.036 millones de euros, la deuda bruta era de 60.361 millones
de euros, la deuda neta o financiera era de 48.595 millones de euros y la cotización
el día de la toma de posesión cerró a 9,31 euros. Tres años y ocho
meses después dichos indicadores presentan la siguiente lectura según las memorias
presentadas, en los nueve primeros meses del año 2019, el número de accesos es de 345,8206 millones (-4,1515), los ingresos alcanzaron 36.023 millones de euros, si contamos la facturación interanual
la cifra alcanza los 48.940 millones de euros (-3.096), la deuda financiera bruta
alcanza los 56.900 (-3.096) millones de euros, la deuda financiera neta 38.293
(-10.302) millones de euros, y por último la cotización de la acción al cierre
del día 27/11/2019 es de 6,78 euros, un 27,17%
menos. Para la reducción de dicha deuda se ha enajenado diverso patrimonio tal como por ejemplo; las divisiones de Centroamérica, 11 Data Center,
la aseguradora Antares, una participación de Telxius, numerosos edificios emblemáticos
por todas las divisiones del grupo como por ejemplo en España o Chile, etc.
A
todo esto, hay que añadir que se han pagado dividendos durante la estancia de
dicho equipo gestor por importe de 7.206,8345 millones de euros hasta la
actualidad.
Telefónica inició su expansión
por Latinoamérica allá por el año 1.988 hasta la actualidad. Desde entonces la
operadora ha destinado, en casi 31 años, más de 121.000 millones de
euros en inversiones, de los que el 47%, es decir alrededor de 57.000 millones,
se destinó a la compra de activos y los otros 64.000 millones de euros se han
usado para inversiones materiales en redes de sus filiales en la zona hasta el
año 2014. El fuerte crecimiento de Latinoamérica en las últimas
décadas, unido al declive económico de Europa, ha llevado a que el negocio americano
de Telefónica haya sido soporte cuando Europa era un mercado maduro y su
crecimiento era muy inferior al americano. En el año 2014 por ejemplo Latinoamérica
suponía el 51% de los ingresos, el 48% del ebitda (resultado bruto de
explotación) y el 68% de los clientes totales de la operadora.
En la carta dirigida ayer por
el presidente ejecutivo a los diferentes grupos de interés (stakeholders) de la compañía http://bit.ly/33vZ5fj
se deja entrever un montón de deseos, pero pocas realidades si nos atenemos a
las métricas expuestas anteriormente. Todo ello hay que ponerlo en
la balanza de una gestión directiva manifiestamente mejorable, donde palancas
como la I+D, con una inversión de unos 862 millones de euros, languidecen frente
a una horquilla de entre los 6.500 y 15.000 millones de euros que invierten
los GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon),
unos recursos humanos con una política de Clima Laboral donde los mismos se les
relega y no se les sitúa en el centro de la estrategia, con unas inversiones como
las del fútbol que sin ser el “core” del negocio, han resultado un
verdadero fiasco económico, etc. Todos estos factores han conseguido que Telefónica
este en retirada en muchos mercados y en otros su crecimiento sea exiguo como ejemplo
el mercado español, el mayor del grupo. Frente a esto en la carta de reinvención
de la compañía se propone a los accionistas la constitución de una división independiente
spin-off,
(conocido como salpicadura, es un
término anglosajón que se refiere a un proyecto nacido como extensión de otro
anterior), que agrupe todos los activos de Latinoamérica, con el fin de
enajenarla parcial o totalmente, exceptuando Brasil. Piénsese que dichas
divisiones suman un total de 112,7706 millones de accesos y han facturado en
los nueve primeros meses del año 2019 un total de 7.665 millones de euros. En dicha carta del presidente
ejecutivo lo dice taxativamente, “Con este paso, ponemos en marcha la
revisión de nuestro portafolio de activos en Hispanoamérica con el doble
objetivo de modular nuestra exposición a la región, al tiempo que se crean las
condiciones para maximizar su valor, tanto vía crecimiento, como consolidación
y posibles operaciones corporativas”. Si se retraen de los accesos totales
del Grupo Telefónica actual esta nueva división creada (spin-off), aparte de
que se reduzca el endeudamiento porque se enajene o venda, los accesos totales del
grupo Telefónica se situarían en 233,0500 millones, siendo la compañía un
32,61% más pequeña.
Inversión en I+D año 2018 según la UE http://bit.ly/2L2Jqhe
Obviamente la deuda ha sido
el “Talón de Aquiles” de la compañía
desde la toma de posesión del actual equipo directivo el 8 abril del 2016, lejos
de asumir con cierta valentía medidas de choque para paliar el efecto de esta
en el precio de la acción como pueden ser; la compra de acciones en el mercado
y luego su amortización, el no pagar el dividendo y destinar dichos recursos (poco
más de 2.000 millones de euros) al año a amortizar dicha deuda, etc. Sin embargo,
se ha optó por enajenar patrimonio e ir reduciendo el perímetro de la compañía.
Tal situación despertó el interés de algunos “hedge fund”, como el de Elliot.
Paul
Elliott Singer (EE UU) dirige el fondo activista más grande del mundo,
con 35.000 millones de dólares en activos: Elliott Management Corporación, que
ha sido calificado de fondo buitre por invertir en empresas y bonos soberanos
en dificultades. Su forma de actuar es la siguiente, el
fondo busca su rentabilidad de forma rápida, para ello cambia equipos
directivos y descapitaliza las empresas en las que participa troceándolas y
vendiendo las divisiones que aportan valor. Su entrada en Telecom Italia y la
A&TT ha sido un calvario para los diferentes stakeholders de dichas
compañías, llegando incluso en Italia el gobierno a tomar cartas en el asunto
al observar la deriva de este en la enajenación del patrimonio que proponía.
Frente a esta situación, existen países que han optado por proteger sus compañías
sistémicas como son las telecos de bandera, por ejemplo, Francia y Alemania. En
ambos países, France Telecom y Deutsche Telekom, son privadas pero el estado,
bien directamente o bien a través de bancos públicos mantiene una participación
en ambas compañías. En el caso de Francia hablamos del 27% y en Alemania el gobierno
alemán aún posee directamente (2005) un 15,7% de las acciones de la compañía y
otro 14% a través del banco publico KfW. Esta situación es completamente
disuasoria para fondos especulativos, ya que el gobierno es un arma disuasoria para
dichas intenciones. Tal llega la protección que ayer se publicó la noticia en
el diario alemán Handelsblatt http://bit.ly/2snjSF7 , sobre la
posible fusión de ambas compañías, sin embargo, sus gobiernos no quieren perder
el control de dichas compañías, por lo que la fusión parece bastante improbable.
En España Telefónica se encuentra huérfana ante la situación de extrema debilidad
por la que atraviesa, urge que entre dicho gobierno para que tome una participación
minoritaria a fin de controlar y velar por los intereses de la sociedad a la
que representan, como en Alemania y Francia, no como sucede actualmente en España.
Otras medidas que recoge la
carta del presidente ejecutivo son como dije anteriormente, centrar los esfuerzos
en las divisiones de España, Brasil, Alemania y Gran Bretaña, en
total son 218,1052 millones de accesos y en los nueve primeros meses del año 2019 ingresaron 27.650 millones de euros. Mejorar las eficiencias y
sinergias dentro de la compañía y la creación de una división nueva como es Telefónica
Tech, forman parte de la lista de buenas voluntades de dicha carta. A
parte de la puesta en valor de las torres de telecomunicaciones, enajenado las
misma a la sociedad Telxius o enajenándolas hacia otros competidores.
La praxeología (ciencia que estudia la acción humana desde
el punto de vista de las implicaciones formales de la descripción del concepto
de acción. Es el análisis formal de la acción humana en todos sus aspectos).
Pues bien, en Telefónica se ha invertido una ingente cantidad de recursos en
construir un relato favorecedor en la opinión pública, si nos atenemos a las
métricas publicadas. La consecuencia de todo ello ha sido un
empobrecimiento de los diferentes grupos de interés de la compañía, la
propaganda lo ha inundado todo, tratando de rellenar las carencias y
necesidades constantes en las que la compañía se ha visto envuelta.
Este hecho, ha llevado a la misma a una situación límite que ha desembocado en una
proposición de refundación de la misma, en otra compañía “nueva”, más pequeña e
irrelevante con respecto a lo que fue no hace tantos años. Es llamativa la noticia
publicada ayer en un diario con respecto al posicionamiento de algún dominical
que se sienta en el Consejo, La Caixa, http://bit.ly/2spN924
Lo qué si parece claro, es que la misma puede ser que no se lleve
a efecto si como parece se constituye nuevo gobierno y los cambios llegan a la dirección
de dicha compañía.
Para terminar este post, decir
que Telefónica
como en la obra “El Mesías” de Händel, está en el tercer acto, “Las
secuelas”. Falta por ver que la misma pueda entonar el “Aleluya”, con el fin de que pueda salir de la situación en la que
se encuentra tan lastimosa.
Ya lo dijo Wolfgang Amadeus Mozart: “Händel entiende el efecto mejor que todos
nosotros. Cuando quiere, golpea como un rayo”.
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