Se cuenta que una persona cansada
de luchar decidió darse por vencida. Renunció a su trabajo, a sus relaciones,
incluso a su espiritualidad. Quería renunciar a su vida. Se fue al bosque para
tener una última charla con su Dios.
Cuando llegó le preguntó: “¿Podrías darme una buena razón,
para no darme por vencido?”
La respuesta le sorprendió: “Mira a tu alrededor: ¿Ves el helecho y el
bambú?” Respondió que sí.
“Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien.
Les di luz, les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante
cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no
renuncié al bambú. En el segundo año, el helecho creció más brillante y
abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié
al bambú. En el tercer y cuarto año, aún nada brotó de la semilla de bambú.
Pero no renuncié. En el quinto año, nuevamente, nada salió de la semilla de
bambú. No renuncié. Luego en el sexto nada, hasta el séptimo año, un pequeño
brote salió de la tierra. En comparación con el helecho, era aparentemente muy
pequeño e insignificante. Pero sólo seis meses después, el bambú creció, más de
33 metros de altura.
¿Tardó seis meses en crecer?
No. La verdad es que se tomó siete años y seis meses en desarrollarse. Durante
los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un
complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a
tener después. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba
para sobrevivir.
La
felicacia es un vocablo nuevo que
parte de dos palabras, felicidad y
eficacia, FELICIDAD + EFICACIA= FELICACIA (Happicacy en inglés), se postula como una nueva forma de
gestionar, es un estilo directivo que utilizan los líderes felicaces y pretende crear climas propicios donde los trabajadores
se sientan mejor a la vez que se consiguen resultados óptimos en la compañía,
el término es de Juan Carlos Maestro Arcos. En la actualidad las compañías
salen lentamente de una profunda crisis, esto hace que ahora más que nunca se
necesite apoyar y potenciar a las personas para sacar todas las fortalezas que
atesoran buscando con ello maximizar dicho crecimiento que está experimentando
la economía. Para ello la eficacia es importante pero esta va irremediablemente
acompañada de ambientes laborales propicios donde la felicidad de las personas
es un factor clave para ganar su compromiso. Los directivos y mandos juegan un
papel clave en la creación de estos ambientes, no es obligación del mando crear
a la fuerza la felicidad de las personas que trabajan con él,
si es una obligación del mando no generar infelicidad al trabajador más allá de
la que pueda traer él mismo. Es por ello que esa infelicidad
surgirá de; decisiones, formas de relacionarse, tipos de liderazgo, motivaciones
oscuras, etc., que el mando tiene que obviar si no quiere perder ese gap que da
el tener a la personas comprometidas con el objetivo fijado. No es necesario
decir que existe una relación clara entre;
Empleados felices=Mejor desempeño= Mejores
resultados económicos.
El
compromiso de los mandos y directivos con este nuevo escenario que trae la felicacia tiene que ser total. Es de
justicia decir que nadie puede hacer feliz a otra persona que no pone nada de
su parte, pero si no podemos convertirnos en una fuerza favorable para el mismo,
por lo menos el mando o directivo no puede ni debe ser un factor agravante de
dicha infelicidad. Una de las labores primordiales que tienen encomendada el
directivo es la generación de escenarios favorables donde los empleados
disfruten de ambientes de libertad,
iniciativa, creatividad, etc. Uno de los problemas más comunes que tienen las compañías es la
mala relación con el mando que tiene el empleado, esto genera altos niveles de
estrés en el personal y deteriora el Clima
Laboral. La mayoría de los trabajadores
por norma general quieren sentirse identificados con su trabajo, quieren
aportar y saber que su esfuerzo contribuye a construir una empresa mejor,
ya que esto le da sentido al trabajo que realiza. Pero cuando percibe que no lo
puede conseguir, les frustra, abandonando dicha lucha y pasando al lado oscuro
de la compañía, el DESPIDO INTERIOR. Es decir, hacer lo mínimo
para que no le llamen la atención, sin aportar ese plus que posee y puede hacer
que la compañía sea diferencial de su competencia.
El
talento no se puede capturar si no se proporciona un ambiente laboral óptimo.
Los equipos son la piedra angular sobre los que deben descansar la felicacia. Es fundamental saber que
todas las partes deben de estar implicadas en busca de la misma, ya que no es
posible alcanzar una meta de forma individual, el esfuerzo debe de ser
colectivo. Ese es el mejor escenario para que surja el talento, para ello hay
que perder los miedos al cambio, el cambio tanto de personas como de métodos es
fundamental para aprovechar las oportunidades que se presentan fuera,
esto estimula al ser humano y le permite explorar otras vías que permiten
avanzar tanto a las compañías como lo ha hecho anteriormente con el ser humano
en otros escenarios complejos, ahí radica la felicidad del trabajador.
Un
ejemplo de lo que digo sobre la felicidad tuvo lugar en Iberdrola en el año
2008 cuando implanto la jornada intensiva de 7.15 a 14.50 con 45 minutos de
flexibilidad a la hora de entrar o salir todos los días del año, a una
plantilla de 9.000 trabajadores. “La medida podía beneficiar a los
trabajadores y era buena para la compañía”, dice Ramón Castresana,
director de recursos humanos de la compañía. Seis años después, Castresana en
una entrevista que concedió al diario el País, resalto los siguientes hitos o
kpis de dicha medida; “Hemos mejorado la productividad y ganado
más de medio millón de horas de trabajo anuales. Hemos reducido en un 20% el
absentismo y un 15% los accidentes laborales.
El año pasado Adecco realizó un estudio sobre la
felicidad en el trabajo de los españoles http://bit.ly/1Ye0l0G y sus resultados más
significativos fueron los siguientes:
- 6 de cada 10 trabajadores prefieren un menor salario a cambio de una mayor felicidad laboral. Así lo afirma el 62,7% de los españoles con empleo encuestados, una cuota de 3 puntos porcentuales superior a lo que respondieron un año atrás, cuando era el 59,7%.
- 8 de cada 10 trabajadores españoles (81,5%) se declaran felices en su profesión, dos puntos porcentuales más que un año atrás, y el porcentaje más elevado de la serie histórica de la encuesta.
- El 97,7% de los encuestados por Adecco cree que la felicidad laboral influye en el rendimiento y afirma que un empleado feliz, es un empleado más productivo.
- Disfrutar de un buen ambiente laboral y el compañerismo así como el desarrollo de las habilidades son los dos aspectos mejor valorados por los trabajadores españoles para ser felices, con 8,46 puntos cada uno de ellos, en una escala de 10.
- Un 39,9% cree que tener su propio negocio sí reporta mayor felicidad porque se tiene más libertad para organizar el tiempo y además dedicarse a lo que uno le gusta. Sin embargo, un 37,3% opina que no se obtiene mayor felicidad puesto que el emprendimiento acarrea demasiadas obligaciones y responsabilidades.
- El 84,4% de los trabajadores cree que, siguiendo el modelo europeo, una mayor racionalización de horarios y/o la opción de teletrabajar, les haría más felices. Porcentaje que aumenta casi 3 puntos en el último año.
- El 86% de los encuestados considera que es más feliz trabajando en España, por encima de cualquier otro país del mundo.
- Los españoles que ahora mismo no están trabajando pero quieren hacerlo valoran su índice de felicidad en una media de 5,56 puntos. Sin embargo, opinan que si consiguieran un empleo su índice de felicidad se dispararía hasta un 8,03 de una escala sobre 10.
Ya
lo dijo Miguel de Unamuno: "El modo
de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura".
Hola Sergio:
ResponderEliminarSoy Juan Carlos Maestro Arcos, creador del concepto de la Felicacia.
Gracias por divulgar el concepto.
He puesto un enlace en mi pagina web. https://cms04.website-start.de/app/669429866/923933286/#hm:cc-sa-window-close
Un cordial saludos