Como la mayoría de las compañías caídas en desgracia, Abengoa ha llegado a su situación actual por el alto nivel
de endeudamiento que alcanzó en los últimos años. En concreto,
la empresa sevillana llegó a multiplicarlo por diez en una década, hasta
los 27.300 millones de euros. Cuando la caja de la compañía se
resintió, esa situación se volvió insostenible. En noviembre del 2014 Un informe de Fitch cuestiona el endeudamiento real de
Abengoa por entender que no contabiliza la emisión de un «bono
verde» como deuda corporativa. La compañía se desploma casi un 50% en dos días.
El consejero delegado, Manuel Sánchez, comparece para calmar a los mercados y
fija un nuevo objetivo de deuda para 2014 y 2015. En agosto del 2015, las dudas sobre la
situación de la compañía remiten hasta que Abengoa reconoce que el flujo de
caja será menor que el previsto. Anuncia, poco después, una ampliación de capital de 650 millones. La
compañía vuelve a caer con fuerza en Bolsa. En noviembre del 2015 Gonvarri, que
iba a convertirse en el principal accionista por medio de la ampliación de
capital, desiste de entrar en Abengoa, que se ve abocada a solicitar el preconcurso de
acreedores. En diciembre del 2015 la Audiencia Nacional admite a
trámite la querella contra el expresidente y el exconsejero delegado, Felipe
Benjumea y Manuel Sánchez Ortega, respectivamente, por administración desleal y
uso de información privilegiada. Ese mismo mes la compañía es incapaz de hacer
frente a los pagos más inmediatos como las nóminas, recibe una inyección de liquidez de 106 millones por parte
de la banca acreedora.
Mainstream es un anglicismo que significa tendencia o moda
dominante. La traducción literaria del término mainstream es “corriente
popular”. Este anglicismo está compuesto por dos expresiones: “main”
que significa “principal” y “stream” que expresa “corriente
o flujo”. La expresión mainstream se utilizó primero para
designar la parte principal de un río, el poeta inglés Milton uso
el referido término en su libro “El paraíso” para describir el río más
importante del Jardín del Edén
el cual estaba dividido en cuatro partes importantes. El significado que se le
otorga actualmente al término vino muchos años después, concretamente en el año
1831, el historiador y ensayista británico Thomas Carlyle utilizo
dicho término en un artículo que se publicó en el periódico “Quartertly
Review”, diario que combinaba estilos literarios y política haciendo
siempre referencia a la corriente dominante. Fue el
escritor e investigador francés Frédéric Martel a través de su
libro “On Guerra Mundial de las Culturas” donde relata la
existencia de “la cultura del secreto y a menudo de la mentira”. La función que ejercen algunas veces los Dircom
dentro de las compañías es la de ocultar, amortiguar o rebajar los hechos y
noticias que pueden ser perjudiciales para la compañía, pero principalmente a los directivos que gestionan la misma.
Sin embargo Internet está rompiendo esta cruzada por tapar y oscurecer lo
importante en la comunicación corporativa, cuando suceden hechos
gravosos o perjudiciales para la sociedad o los diferentes stakeholders que integran
la compañía. Esto sucede cuando existen filtraciones en
prensa de hechos o comportamientos que son delictivos o perjudiciales a los
intereses de los propietarios de las mismas (accionistas), un ejemplo de esto
último ha sucedido estos días con la financiación a grupos armados en Siria de
la mayor cementera del mundo LafargeHolcim http://bit.ly/2Amldzk
En el año 2013 se
publicó un artículo en el portal estadounidense “Infowars”, donde se
ponía de manifiesto la poca credibilidad que se les otorga a los medios tradicionales por
parte de la opinión pública, por lo que
la prensa “mainstream” (de masas) está perdiendo rápidamente su audiencia frente
a algunos medios de comunicación independientes en internet (los grassroots). En un
intento desesperado que emendar dicha situación que no prospero, se lanzó el Acuerdo
de Asociación Transpacífico (TPP). Impulsado por Estados Unidos, se
buscaba un cambio sustancial en la forma en que se utiliza internet, en
concreto, en el borrador de Propiedad Intelectual del Tratado que no fue
firmado, se limitaba la libertad de acceso a internet y se obligaba a los
proveedores de internet a suprimir contenidos por solicitud de los propietarios
de derechos de autor. Otra forma con la que los medios de comunicación mainstream
tratan de silenciar cualquier discrepancia que no está alineada con sus
intereses es mediante la eliminación gradual o la prohibición de los
comentarios en los artículos, algo que en gran medida refleja la
opinión pública. La versión digital del “The New York Times”
indicó en el año 2013 que estaba reduciendo los comentarios o eliminandolos en
algunos artículos. Esta decisión de eliminar por completo algunos comentarios
se produce después de un intento fracasado en las grandes compañías o gobiernos
de contratar a un gran número de empleados para la creación de comentarios
falsos con el fin de cambiar la opinión pública. En Estados Unidos en el año 2011
se reveló que el Gobierno norteamericano contrató a la empresa de seguridad
cibernética HBGary Federal para que desarrollara un software que
pudiera crear varios perfiles falsos en redes sociales para manipular e influir
en la opinión pública en temas controvertidos. Así pues, la
información es un arma poderosa que puede cambiar y torcer intereses ocultos de
quien gobierna una compañía u otra institución.
Los grassroots (del inglés “raíces de césped”) es una forma
de asociación, natural y espontánea alejada de las iniciativas promovidas por
el establishment que existe en la sociedad o en una compañía. Grassroot
media serían aquellos medios producidos desde abajo como por ejemplo blogs,
comunidades, chats, wikis, etc., gracias a la
aportación de personas no profesionales.
Una de las principales causas para la aparición de dichos grassroots es la gran
cantidad de contenidos que existen disponibles en la era de Internet, tanto
que en la mayoría de las ocasiones se deprecia su valor al poco de publicarse.
Es el problema de la sobre abundancia, los contenidos siguen creciendo en
progresión geométrica y el tiempo de atención (o consumo) de contenidos es
limitado ya que el día solo tiene 24 horas. Actualmente se está librando una
batalla por el control de dicha información, ambos contendientes -grassroots
y mainstream- luchan por ganar el favor de la opinión pública tanto en ámbitos
internos como pueden ser en las grandes compañías, como en otros ámbitos de la sociedad. Sin embargo existe una relación desequilibrada si
atendemos al poder económico, el mainstream domina absolutamente. El grassroot por el contrario, es
una figura que cada vez tienen un mayor número de seguidores al constatar que
los principios y vínculos que defiende están más en línea con el sentir de la
sociedad o los empleados que existen en una compañía, y menos con los intereses
que mueven al pequeño grupo de personas que la dirigen de forma opaca muchas veces
el destino de compañías o gobiernos. La aparición de nuevos
espacios y canales para consumir nuevos contenidos, agudiza la híper fragmentación
y multiplica la abundancia de información. Tanta fragmentación es un fenómeno altamente
molesto para los mainstream media
(medios masivos), sin embargo se tienen que adaptar y convivir con ella. No les
queda más consuelo que dejar
entrar a ese selecto club a actores en la comunicación actual que están fuera del
establishment del poder informativo.
En el mundo corporativo el mainstream
oficial se produce a diario, bien a través de grandes actos
públicos donde asisten directivos u otros actores de las compañías, o bien con
medios digitales propios como redes sociales internas, en streaming, en blogs
corporativos, etc. Una de las primeras víctimas de dichos actos en aquellas compañías
donde existen problemas, ES LA REALIDAD, ya que el espectáculo vale más que
la verdad. Sin embargo, frente a esta situación los medios y
herramientas digitales nuevos o alternativos, grassroots, con sus
críticas constructivas ejercen cada vez más influencia sobre la
conciencia de los diferentes stakeholders de una compañía (empleados, accionistas, inversores, etc.). Un ejemplo del poder
de dichos medios digitales lo encontramos con el presidente norteamericano
Donald Trump, cuando quiere asustar al mundo no convoca a una rueda
prensa: lanza un tuit... La realidad virtual se ha impuesto a la realidad a secas.
En las compañías con problemas sucede lo mismo, existe un afán desmedido por
controlar y manipular dicha comunicación con un solo fin, gestionar de forma
adecuada y a los intereses de unos pocos lo que realmente sucede dentro de las
mismas. Sin embargo actualmente, tienen que gestionar esa
información sabiendo que la opinión pública conoce una parte importante de la
misma. Frente a este escenario, quizás haya llegado el momento de asumir y aceptar
por parte de los directivos, que si bien el poder económico oscila en una misma
dirección, el poder de la influencia se ha ensanchado de tal forma que solo
quien acredita con hechos y documenta sus opiniones consigue la credibilidad de los
empleados.
Esta nueva ventana que ha
surgido en la política de comunicación dentro de las compañías, hará que las
que tienen problemas y quieran sobrevivir al impacto de esta nueva ola, tengan que aterrizar sobre realidades que muchas veces han creado
con sus decisiones empresariales…El ejemplo de Abengoa debería ser
suficientemente ilustrativo.
Ya lo dijo Emile Coué: "Aprendamos
a decir las cosas con presteza, claramente, de forma sencilla y con una
determinación serena: hablemos poco, pero con claridad; no digamos más que lo
que es estrictamente necesario."
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