El 3 de noviembre de 1957, la perra Laika fue lanzada al espacio en el satélite artificial Sputnik 2 y se convirtió en el primer ser viviente en cursar el espacio exterior. Murió en el vuelo, pocas horas después de despegar, y también fue el primer ser viviente en morir en órbita terrestre. Le causó la muerte el sobrecalentamiento de la nave espacial. Durante cuarenta y cinco años, hasta 2002, las autoridades soviéticas primero, y rusas después, mantuvieron en secreto las verdaderas causas de la muerte de la perrita. Mintieron cuando informaron que había sobrevivido seis días en órbita y luego se había quedado sin oxígeno y mintieron luego cuando informaron que la habían sometido a eutanasia antes de que se quedara sin oxígeno.
La verdad es más cruel todavía: en aquella URSS de la Guerra Fría, todos sabían que Laika no iba a sobrevivir al vuelo espacial. La enviaron a la muerte para averiguar si era posible que un ser vivo superara la puesta en órbita y el enigma de la gravedad; para saber, en definitiva, si un hombre podía tripular alguna vez una nave espacial, y cuáles serían sus reacciones ante un vuelo de esas características. El despiadado sacrificio de Laika tendría así un valor científico, contribuiría al progreso de la humanidad.
Foto: la perra Laika antes de lanzamiento del Sputnik 2
El 30 de enero de este año a las 01:34 UTC, un cohete Falcon 9 FT v1.2
Block 5 despegó desde la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy (KSC)
de Florida con el satélite español Spainsat NG-1. El lanzamiento
fue el 13º de SpaceX en lo que llevamos de año. La misión fue también el
430º lanzamiento de un Falcon 9 y la 440 misión totalmente exitosa de SpaceX de
un total de 446, unas cifras que marean. El SpainSat NG-1 quedó
situado en una órbita de transferencia geoestacionaria de 722 x 34 827
kilómetros. El SpainSat NG-1 (Next Generation 1 o Nueva
Generación 1), también SNG I, es un satélite de comunicaciones
geoestacionario de 6100 kg y de doble uso militar y civil. Tiene
7,2 metros de altura y una envergadura de casi 50 metros una vez desplegados
los paneles solares. Ha sido construido por Airbus Defence and Space de
Toulouse (Francia) usando la plataforma Eurostar Neo para la empresa española Hisdesat
(Hisdesat Servicios Estratégicos, S.A.) con el objetivo de ofrecer
comunicaciones seguras al gobierno español. Airbus Defence and Space de
España ha fabricado la carga útil en banda X —2 zonas de cobertura global y 16
áreas de cobertura— y Thales Alenia Space España la carga útil en banda Ka
militar —con 6 haces orientables en recepción y emisión— y en UHF, mientras que
Thales Alenia Space Francia ha contribuido con soporte a la carga útil.
SpainSat NG-1 estará situado en la longitud 30º oeste y su vida útil se estima
en 15 años. Cuenta con un sistema de propulsión eléctrica con propulsores de
plasma para ajustes orbitales.
El GOVSATCOM es el programa de Comunicaciones Gubernamentales por Satélite de la Unión Europea, que busca proporcionar comunicaciones seguras, resilientes y rentables para misiones críticas de seguridad y protección, así como operaciones gubernamentales. En esencia, GOVSATCOM pone a disposición de los gobiernos las capacidades espaciales existentes para crear redes de comunicación seguras y confiables para las autoridades públicas de la UE. Los objetivos de GOVSATCOM son tres:
- Superar la fragmentación de los sistemas gubernamentales de comunicación por satélite y abordar la duplicación de esfuerzos en Europa mediante la creación de un conjunto suficientemente amplio de capacidades, servicios y usuarios. Esto conducirá a una mejor cobertura geográfica, así como a un mejor aprovechamiento de los recursos existentes y de las sinergias entre civiles y militares. Esto permitirá a la UE y a sus Estados miembros beneficiarse de economías de escala y optimizar la inversión. Tres son los objetivos de GOVSATCOM.
- Garantizar la autonomía estratégica europea (en términos de tecnologías, activos, operaciones y servicios), mejorando la eficacia de la protección civil y las intervenciones humanitarias a nivel europeo y mundial.
- Encontrar soluciones asequibles que garanticen el acceso a los medios de comunicación, fácilmente disponibles, tanto en tiempo como en lugar, para los actores gubernamentales de seguridad y defensa de la UE. Las soluciones implementadas también deberán ofrecer un nivel suficiente de confidencialidad, integridad, no repudio y autenticidad, así como protección contra la interceptación y la intrusión.
La iniciativa GOVSATCOM forma parte de la Estrategia Global de la UE, la Estrategia Espacial para Europa y el Plan de Acción Europeo de Defensa. Sus funcionalidades contribuirán a la respuesta de la UE a las amenazas híbridas y respaldarán numerosos ámbitos de políticas de la UE, en particular la Estrategia de Seguridad Marítima de la UE , la Política Ártica de la UE y el Marco de Política de Ciberdefensa de la UE.
Arthur Clarke imaginó un satélite situado a 35.786 km (22.236 millas) sobre la superficie terrestre que permanecería en una posición fija respecto a un punto de la Tierra. Esta posición, ahora conocida como “órbita geoestacionaria”, es ideal para las comunicaciones por satélite. Permite orientar las antenas terrestres hacia el satélite de forma continua, las 24 horas del día, sin necesidad de seguir su movimiento. Sin embargo, ningún tipo de red por satélite puede satisfacer las necesidades únicas y dispares de cada aplicación. Por ello, la conectividad multi órbita por satélite ha surgido como la próxima innovación en el floreciente sector de las comunicaciones por satélite. En la actualidad, los operadores de telefonía móvil navegan por un mercado muy competitivo para seguir siendo rentables y relevantes. Una de las limitaciones más difíciles a las que se enfrentan los operadores es el alcance de la cobertura de su red, incluida la prestación de servicios sin fisuras a todos sus clientes. Por ello, los satélites tecnológicamente avanzados, el abaratamiento de los costes y la flexibilización de las políticas de adopción presentan muchas oportunidades para que los operadores de telecomunicaciones integren los servicios por satélite en sus carteras. Internet por satélite es una red inalámbrica que cubre antenas parabólicas en el espacio y en la Tierra. Conecta a personas en lugares remotos de todo el mundo y proporciona acceso a información actualizada. Se accede a Internet por satélite a través de una red de alta velocidad proporcionada por satélites que giran alrededor de la Tierra. Es más rápido que el servicio de Internet estándar y distinto de los servicios de banda ancha terrestres, como la línea de abonado digital (DSL) y el cable. La comunicación por satélite ofrece una interfaz terrestre con voz, vídeo e información a la que se puede acceder desde cualquier punto del planeta.
El sector de las telecomunicaciones está en cierto modo deslumbrado con la puesta en órbita de la 5G para ampliar la conectividad mundial y mejorar las capacidades de comunicación. Es por ello que los operadores móviles celulares tradicionales y sus homólogos por satélite, junto con los proveedores de tecnología y los fabricantes de equipos, están alineando sus estrategias con la conectividad habilitada desde el espacio como alternativa a las redes terrestres. Lo cual es una oportunidad para los nuevos entrantes en el negocio que se ha abierto con las nuevas tecnologías satelitales, pero también una amenaza para las operadoras tradicionales de telecomunicaciones que no avancen hacia dicho negocio satelital como son las cuatro grandes operadoras europeas: Telefónica, Orange, Vodafone o Deutsche Telekom. Además, la inclusión de redes no terrestres (NTN) en las normas Release 17 del 3GPP ha proporcionado distintas opciones para la conectividad 5G por satélite. Estas opciones incluyen si la carga útil del satélite viene equipada con funcionalidad gNodeB/estación base o se utiliza únicamente como repetidor para conectar con equipos de usuario. Las opciones regenerativa o transparente para los satélites 5G presentan cada una sus pros y sus contras, que los operadores deben considerar cuidadosamente como parte de sus estrategias NTN 5G más amplias.
Foto: lanzamiento del satélite NG-1
Las empresas de telecomunicaciones están desempeñando en este momento un papel fundamental en la industria espacial mundial, que evoluciona rápidamente, ampliando su alcance más allá de las telecomunicaciones tradicionales a los ámbitos de la comunicación por satélite y la exploración espacial. La incursión de Omantel (es la primera y principal compañía de telecomunicaciones de Omán, también el principal proveedor de servicios de internet en el país), en la industria espacial ejemplifica esta tendencia, señalando un cambio hacia el aprovechamiento de la tecnología espacial para iniciativas de conectividad más amplias. Por su parte, los satélites Starlink de SpaceX están revolucionando las comunicaciones al permitir el envío directo de mensajes de texto desde la Tierra, lo que demuestra el potencial transformador de las redes de satélites para colmar las lagunas en las comunicaciones mundiales.
Por otra parte, los avances en la tecnología de las comunicaciones espaciales, como la exitosa llamada de voz desde el espacio de AST SpaceMobile a teléfonos inteligentes no modificados, demuestran el progreso tangible realizado para llevar los servicios basados en el espacio a los consumidores cotidianos. Empresas como e& y E-Space están superando los límites mediante el desarrollo de redes sostenibles en órbita terrestre baja (LEO) para dar soporte a aplicaciones IoT globales avanzadas, lo que demuestra el compromiso de las telecos con el impulso de la innovación y la conectividad en la industria espacial. A medida que las empresas de telecomunicaciones siguen invirtiendo y colaborando en iniciativas espaciales, se preparan para desempeñar un papel cada vez más integral en la configuración del futuro de la exploración y la comunicación espaciales a escala mundial.
La conectividad 5G por satélite ofrece a las compañías de telecomunicaciones una serie de posibilidades nuevas y apasionantes en términos de eficiencia operativa y ahorro de costes, pero la conectividad 5G por satélite se enfrenta a desafíos en comparación con la conectividad 5G terrestre tradicional. Un ámbito concreto en el que las soluciones 5G no terrestres se topan con un obstáculo es el de las pruebas. El elevado coste y los riesgos asociados al lanzamiento de satélites al espacio hacen que las pruebas deban ser extremadamente exhaustivas. Una vez en órbita, entran en juego factores como la velocidad orbital, la distancia a la Tierra y otras dinámicas. Estos factores influyen en la capacidad del satélite para mantener la posición designada y desempeñar eficazmente las funciones previstas. La mera complejidad de considerar la capa física de 5G para aplicaciones no terrestres presenta un conjunto único de retos en comparación con las redes terrestres. Sin embargo, dicho esto, el propio canal de radio puede ser más sencillo en un entorno no terrestre en comparación con la 5G terrestre. Está libre de reflexiones y suele funcionar con una configuración de una sola entrada y una sola salida (SISO).
Probar la capa física 5G para aplicaciones no terrestres es un paso crítico e indispensable para crear una solución óptima por satélite robusta y fiable. Aunque el canal radioeléctrico puede ser más sencillo en algunos aspectos, la gran variabilidad de parámetros, los elevados retardos de enlace y los requisitos específicos de los formatos PRACH plantean retos formidables.
De ahí que sea imperativo que las telecos inviertan más en I+D con el fin de explorar las capacidades de la arquitectura SATCOM y las ventajas y retos que aportan antes de decidirse por la mejor opción de despliegue. La conectividad 5G puede aportar más crecimiento económico a lugares remotos e impulsar mayores velocidades en zonas rurales, reduciendo la brecha entre zonas urbanas y rurales. La tecnología de comunicación por satélite, que requiere una infraestructura terrestre mínima, la convierte en una tecnología ideal para conectar regiones remotas y desatendidas en todo el mundo. A finales de noviembre de 2023, 23 operadores móviles de nueve mercados de Oriente Medio y Norte de África habían lanzado servicios comerciales de 5G. Con una adopción de 5G que supera el 20% en seis de estos países (Bahréin, Israel, Kuwait, Qatar, Arabia Saudí y EAU), la atención se está desplazando hacia la monetización de 5G, ya que los operadores buscan rentabilizar importantes inversiones estratégicas.
La estrella de la industria satelital es, los satélites de órbita terrestre baja (LEO, que está a la vanguardia de la comunicación mundial y fomenta la expansión económica. Se está convirtiendo en un componente integral de la infraestructura para reducir la brecha digital, permitir aplicaciones avanzadas de datos en tiempo real, fomentar la innovación colaborativa y reforzar la resistencia económica en sectores como el aeroespacial y de defensa, las telecomunicaciones, la agricultura, el petróleo y el gas, etc. Según la patronal del sector de la telecomunicaciones móviles (GSMA), seis operadores de la región MENA ya han desplegado redes 5G SA (standalone), lo que contribuye al 15% del total mundial de redes 5G SA. Los despliegues de 5G SA se han concentrado en los estados del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo), concretamente en Bahréin, Kuwait, Arabia Saudí y los EAU. La próxima fase de expansión de 5G SA incluirá a Omán y Qatar. Además, la tecnología se está abriendo camino más allá de los Estados del CCG, extendiendo su alcance a otras regiones. 5G SA aporta una serie de nuevas capacidades que serán cruciales para rentabilizar las inversiones en 5G, incluida la mejora de la compatibilidad con la fragmentación de redes.
Alineado con los objetivos de monetización del 5G de la industria de las telecomunicaciones, el tamaño del mercado mundial de Internet por satélite se valoró en 8.231,47 millones de dólares en 2022. Se prevé que el mercado mundial de Internet por satélite alcance los 24.600 millones de dólares en 2030. Este crecimiento está impulsado por una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 29,9% de 2024 a 2030. Se espera que una parte significativa de este crecimiento proceda del segmento de frecuencias de banda K, que se prevé que alcance los 10.800 millones de dólares en 2030 con una TCAC del 31%. Los gobiernos de todo el mundo han estado invirtiendo en tecnología de banda ancha por satélite para proporcionar servicios de banda ancha en todas las regiones de sus naciones. Confían en la tecnología de vanguardia para conectar las zonas rurales a la red de banda ancha, garantizando que incluso las comunidades más remotas tengan acceso a Internet de alta velocidad. Como proveedoras de conectividad digital, las compañías de telecomunicaciones tienen la responsabilidad de configurar el paisaje socioeconómico de la región donde operan. Recientemente, los operadores de telecomunicaciones de la región del CCG y Oriente Medio han estado ofreciendo diversos servicios VSAT a sus clientes. Además, la introducción de una infraestructura de red avanzada, habilitada por los servicios SATCOM, actuará como catalizador para acelerar el viaje de la transformación digital en la región, específicamente en sectores como el marítimo comercial, las aerolíneas comerciales, el gobierno y la defensa, el petróleo y el gas, entre otros.
A pesar de contratiempos como la escasez de equipos de pruebas comerciales, que agrava aún más la complejidad del despliegue de la 5G espacial, las compañías de telecomunicaciones como Telefónica tienen que apostar por aportar soluciones al mercado a medida que madura el mercado de Internet por satélite. El éxito y la eficiencia de la tecnología 5G por satélite en la región dependerán de la capacidad de las empresas de telecomunicaciones para superar estos retos y cumplir sus promesas.
En nuestro país la compañía Hisdesat es un actor de primer nivel a la hora de diseñar y construir satélites de primer nivel como Spainsat NG-1. La compañía Indra tiene el 50,1% de Hisdesat tras el acuerdo con Defensa y resto de accionistas, Sener y Airbus, motivo que suscito el interés de Indra para su adquisición https://tinyurl.com/5eud8u6f Telefónica tiene que buscar acuerdos con Indra que le permita abordar una estrategia industrial en el desarrollo del 5G satelital como se está desarrollando en el área de Oriente Medio. Dicha estrategia serviría para complementar su estrategia de telefonía móvil terrestre en los mercados esenciales de: España, Brasil, Alemania y Gran Bretaña. Esta tecnología satelital aligeraría costes y proporcionaría su desarrollo más rápidamente del 5G orbital que desplegando una red de forma terrestre.
Los satélites son un buen ejemplo del potencial que tiene Telefónica para convertirse en un actor importante en este nicho de negocio civil. Algo clave en el contexto de la autonomía estratégica en la que está inmersa Europa actualmente, con el problema geoestratégico que mantiene con los otros dos grandes bloques económicos, Estados Unidos y China. Las antenas activas es algo que es único en nuestro satélite NG-1. Es la antena activa más avanzada de Europa y prácticamente en el mundo, en igualdad con la que tiene Estados Unidos. El satélite hermano al lanzado, SpainSat NGF-2, será puesto en órbita en el mes de octubre de este año https://tinyurl.com/44wej8za
Para terminar el post, quiero decir que afortunadamente hoy no tenemos que sacrificar a nadie como los rusos hicieron en su momento para estar en el nicho de negocio satelital. Lo que tampoco podemos hacer, es obviar la potencialidad que están manifestando, tanto las compañías de nuestro país como Hisdesat (Indra) como el papel que puede jugar Telefónica con la integración de dichas tecnológicas aplicadas al desarrollo de su “core” de telecomunicaciones… Si lo hiciéramos estaríamos cometiendo un error imperdonable.
Ya lo dijo Séneca: “Quien da pronto da dos veces”.
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