La
Teoría
Cínica proviene de la práctica y su fundamento se encuentra en la exigencia
de libertad frente a todo aquello que pueda esclavizarle. Como parte de
esta libertad radical se encuentra la libertad de palabra (parrhesia).
Esta
libertad de expresión es un rechazo de la polis y de la autoridad,
porque va directamente contra sus propias normas, asumiendo la posibilidad de
recibir severos castigos, incluso el exilio. La libertad de palabra utilizaba
formas que habitualmente llegaban a ser ofensivas. Junto con la
libertad de palabra, otra característica
del cínico es su desvergüenza (anaideia).
Aceptaban el apodo de perros porque lo tomaban precisamente como el símbolo de
su falta de vergüenza. Como parte de esta desvergüenza asumían el desprecio por
las convenciones y el placer. El cínico adopta un estilo de vida que
representa su independencia y proclama la necesidad de autosuficiencia (autarkeia) para
conseguirla. Pero para lograr esta autosuficiencia es preciso vivir de
una manera sencilla, con deseos que puedan ser satisfechos
fácilmente y con las únicas pertenencias que uno pudiera "salvar en caso
de naufragio".
Los
cínicos concedían un gran valor a la austeridad y a la frugalidad y en esto se
asemejaban a los estoicos.
Otra cuestión fundamental para el cinismo era la práctica de ejercicio físico,
porque la disciplina (askesis) le fortifica
frente a las adversidades imprevistas y aumenta su resistencia a vivir en la
intemperie. Acostumbrarse a cuidar de sí mismos, sin criados, seguir dietas sencillas
y vestir un simple manto y un bastón. Los cínicos proponen también una
vida conforme a la naturaleza, tomando a los animales como ejemplo de
autosuficiencia. Los animales tienen pocas necesidades y se adaptan rápidamente
a la situación en que se encuentran. Diógenes vivía en la polis, como si
fuera un perro, con un comportamiento escandaloso para un ser humano, aunque no
todos los cínicos llevaron el compromiso a tales extremos. La imperturbabilidad
(apatheia)
es el ideal del sabio cínico, que vive alejado de todo lo que le produce
perturbación o angustia y es capaz de adaptarse con indiferencia a las
circunstancias. Y por último el cosmopolitismo cínico, que está
relacionado con la libertad de no pertenecer a ningún país, ni estar obligado por las
leyes, porque son regionales y lo que vale en un sitio no vale en otros.
También está relacionado con la oposición a la polis, porque la naturaleza no
tiene fronteras ni leyes.
Las inversión en actividades
de investigación y desarrollo (I+D) son esenciales para los diferentes
sectores productivos de un país, en la medida que reducen a futuro los
requerimientos de capital, los costos de operativos y la generación de
productos innovadores y acordes a los requerimientos de mercado, en la medida que también se mejora en
productividad, se reducen recursos y problemas ambientales, lo cual ayudará a
las empresas ser más eficientes y económicamente viables incrementando
el aparato productivo de los países. El rol principal de la I+D es
crear información y conocimiento para resolver los problemas o dificultades de
entendimiento frente a un aspecto clave de la sociedad. La innovación tecnológica, su
adopción y apropiación puede variar entre sectores productivos a partir de la
percepción de riesgos, inversiones a realizar, rentabilidad y beneficios
esperados. Los gobiernos tienen que incentivar y bonificar todos
aquellos aspectos clave que impulsen dicha palanca con el fin de dinamizar el
tejido empresarial, con ello lograrán la sostenibilidad económica de dicho país
a través de los múltiples beneficios que aporta dicha I+D. Además, la inversión
en I+D
está asociada a los avances que han permitido a la humanidad mejorar sus estándares
de vida, cubriendo y solucionando
problemas o dificultades que dificultaban el devenir de personas y sociedades.
No es un accidente que los países
que más invierten en I+D, sean los que disponen de las compañías más
innovadoras y competitivas a nivel mundial. Es más, si observamos un poco más de cerca estos países, podemos percibir como
existe una estrecha relación entre la proyección de sus empresas a lo largo de
la historia y el aumento de la inversión en I+D. Alemania, Corea del Sur y Estados
Unidos, son ejemplos de países que poseen un tejido empresarial y unas tasas de
crecimiento altísimas que distan mucho del resto de países a nivel global.
Estos países, además, son los que poseen las mayores tasas de inversión
en I+D del mundo, una muestra de la gran relación entre crecimiento económico e
inversión en I+D. Para más inri, estos países atesoran las compañías con mayores tasas de inversión
en I+D del mundo, un hecho que les ha llevado a ser las mejores del mercado, un
ejemplo de esto último es la compañía norteamericana Apple.
Histórico de la inversión en I+D de la norteamericana
Apple.
Una
parte importante de la caída sostenida de la inversión pública en I+D+I por
parte del Gobierno de España desde el año 2010 se explica por la decreciente
tasa de ejecución del presupuesto dedicado a esta política. En 2017
se volvió a acentuar esta tendencia. La Administración Central solo
invirtió el año pasado uno de cada tres euros del presupuesto para I+D+I
consignado en los ministerios competentes. De los 4.635 millones de euros de
presupuesto público para I+D+I disponibles en 2017, finalmente se invirtieron
1.376, un 29,7%, la tasa de ejecución más baja en I+D+I desde que se registra
este dato (2000) y la menor entre las 25 principales políticas del Gobierno en
2017. Estos datos los ha hecho públicos la Intervención
General de la Administración del Estado (IGAE) y corresponden a la
llamada Política de Gasto 46, Subsector Estado (lo que deja fuera a la
inversión autonómica y a las agencias estatales, como la Agencia Estatal de Investigación
-AEI- y el CSIC).
Según un informe elaborado
por el Observatorio Social de la Caixa que se publicó a finales del
año pasado, las empresas españolas invirtieron un 0,57% del PIB en I+D en el año
2014, por un valor de 6.000 millones de euros, casi la mitad que la media de la
Unión Europea, cuyo porcentaje se sitúa en un 1,07%. Si como hemos
visto el Gobierno español es una calamidad en cuanto a ratios de inversión en I+D,
el tejido empresarial no le va a la zaga si observamos los datos facilitados
por la Comisión Europea en el año 2017. España tiene 16
compañías entre las 567 firmas de la Unión Europea que más invierten en
investigación y desarrollo, es decir, menos de un 3% del total.
El listado lo encabezan Alemania y el Reino Unido, ambas
con 134, Francia (71) y Holanda (39). Esas empresas europeas representan
el 26% del total de las 2.500 firmas
recogidas en el listado de compañías de 43 países de todo el mundo que más destinan a
investigación y desarrollo y que cada año publica el Centro Común de
Investigación de la UE (JRC, por sus siglas en inglés). Completan dicho
ranking 822 empresas estadounidenses (39%), 365 japonesas (14%) y 376 chinas
(8%), a lo que se suma otro 13 % de inversión de firmas del resto del mundo,
siendo 9 de ellas brasileñas y 2 mexicanas. La primera empresa española del listado es el Banco Santander,
en el puesto 81 y con un avance de la inversión en I+D del 16,5% respecto al
año pasado. Le acompañan en el podio Telefónica, con una caída en su inversión
de un 10,5% hasta (862 millones de euros), y Amadeus, tercera compañía española
que más invierte en I+D tras incrementar dicha partida un 9,8%. Los
datos en el caso de España no sorprenden, si tenemos en cuenta que ha pasado
una década y España apenas ha incrementado su gasto en investigación y
desarrollo. El año pasado nuestro país dedicó a este tipo de actividades el
equivalente al 1,19% de su riqueza, apenas dos décimas más de lo que invirtió en
2006, justo antes de que se iniciase la crisis económica. Según Eurostat,
España
está entre los países comunitarios donde menos avanza el gasto en
actividades de I+D, que son las más productivas.
Fuente: COTEC
El caso del Gobierno español
es sintomático de una falta de política en I+D, la Administración española presupuesta
una serie de inversiones anuales en dicha partida, y a la vez juega con dicha
partida para cuadrar las cuentas en caso del déficit público. A la
vez que realiza dicha acción, se carga la inversión en dicha partida a través de
la iniciativa privada, ya que carece de incentivos fiscales que
hagan de dicha I+D un motor económico del país. Todo lo contrario por
ejemplo que hace el gobierno de Estados Unidos, donde su inversión privada en
I+D supone un gran porcentaje de la inversión realizada en I+D.
Además, sus grandes esfuerzos por lograr ser los líderes de la industria los ha
llevado a desarrollar fuertes iniciativas por parte del Gobierno para fomentar
la innovación y el desarrollo en sus empresas, unas iniciativas que han obtenido
unos grandes resultados si observamos el caso de Sillicon Valley, una
ciudad con un gran número de compañías tecnológicas entre las que se encuentran
las más innovadoras del mundo.
Para terminar este post,
decir que a políticos y directivos empresariales de este país les
encanta sacar pecho como verdaderos abanderados de dicha I+D, aunque las estadísticas
reflejan lo incongruentes que son sus afirmaciones cuando se observa la
realidad. Todo lo contrario de lo que hacían los cínicos griegos, “los
perros”, que renunciaban a todo con el fin de vivir una vida sencilla sin
oropeles ni propaganda. Se puede decir, que los cínicos actuales en
la desgracia de sus afirmaciones… Llevan la penitencia de una realidad que
les deja a los pies de los caballos año tras año.
Ya lo dijo Steve Jobs: "Ni
siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar ahí. Muchas
veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario