Muchas
veces funcionamos con el guion mental de la mentalidad de la escasez: vemos
la vida como una tarta, si alguien consigue un trozo grande, necesariamente
otro se quedará con un trozo pequeño. En este sentido, ganar simplemente significa derrotar.
Las
personas con mentalidad de escasez se sienten mal si tienen que compartir intangibles
como el reconocimiento o
el mérito, incluso con las personas que les han ayudado a
conseguirlo. Su sentido de la propia valía proviene de
las comparaciones y el éxito de otro en alguna medida significa su propio
fracaso.
La
mentalidad de la abundancia, por otro lado, reconoce las
posibilidades ilimitadas. Se piensa en clave ganar/ganar.
Se ve la vida como un escenario
cooperativo, no competitivo. No se trata de tu éxito o el mío, sino de un éxito mejor de un camino
superior.
La
mentalidad de la abundancia no se aplica sólo a intangibles. A ver que os
parece este ejemplo: “Se encontraban dos
hermanas discutiendo por llevarse la última naranja de la frutera. La madre
desesperada con tanto grito, toma la naranja y la parte en dos. La
primera reacción fue de asombro y, luego, comenzaron nuevos reclamos. La madre
ya muy cansada, pregunta entonces: ¿Bueno, pero por qué siguen discutiendo si
ya cada una tiene una parte de la naranja? La primera contesta, “es
que yo quería comerme la naranja de postre” y la otra replica, “y yo quería la
cáscara para hacer una tarta…”.
La mayor crisis económica
de la historia, la del año 2008, alteró el escenario económico cambiando
las formas de actuar y trabajar en las compañías. Para dar nombre a esta nueva realidad, se
recurrió al término VUCA, cuyas siglas responden al acrónimo de volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity). Pero antes de entrar en detalle sobre los entornos
VUCA tenemos que contextualizar su aparición, remontándonos a finales de la
guerra fría. El termino VUCA fue concebido por primera vez
en el ejercito de los Estados Unidos en el Colegio de Guerra del
Ejército, una escuela de graduados para los futuros generales, un entrenamiento
para la elite del ejército. Con el transcurso de los años, este modelo
se ha ido implantando en modelos corporativos, cuestionando los modelos más
tradicionales, que se rigen por un sistema de aprendizaje genérico. A
diferencia de otros sistemas, el entorno VUCA pretende ser un facilitador para
cualquier proceso emergente al que se enfrente una compañía. Este concepto ya había sido
usado previamente al finalizar la Guerra Fría y tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York para dar cuenta de una percepción
distinta del mundo. En su aplicación al ámbito empresarial, hace referencia actualmente
a los desafíos que tienen que afrontar las compañías en un escenariio de disrupción continua. Un ejemplo de esto último
lo encontramos en el informe de Randstad
Workmonitor del Q2 de 2017, donde el 77 % de los profesionales piensan que el
trabajo para toda la vida ya no existe.
Un 72,5% de los expertos considera que el
impacto de los entornos VUCA será alto (32,5%) o muy alto (40%) en los próximos
5 a 10 años. Las opiniones del 27,5% restante se reparten entre muy bajo
impacto (7,5%), bajo impacto (7,5%) y medio impacto (12,5%).
Los entornos cambiantes
siempre han existido, cuando nuestros antepasados en el Paleolítico aprendieron a
hacer hachas de piedra, su entorno cambiaba también considerablemente. Si hay algo que ahora ha cambiado y es lo que
genera y produce una necesidad si cabe más acuciante de adaptación hacia dicho entorno
es, la
velocidad de adaptación a dicho cambio. La agilidad es un factor
clave junto con la resiliencia de las personas, ambos se vuelven críticos para
poder sobrevivir en un entorno VUCA como en el que nos encontramos.
Una decisión mediocre a tiempo es mejor que una excelente tarde, ya
que de la mediocre se puede aprender para el futuro. Los entornos VUCA no son una amenaza, muy al
contrario, pueden suponer una gran oportunidad, si se exploran desde esa resiliencia
que proporciona fuerza a aquella persona que cuando cae, se levanta y persiste
en la búsqueda de dicha oportunidad. Para ello es
imprescindible incorporar en las compañías
nuevas
visiones, nuevos caminos, nuevas formas de hacer las cosas, que permitan a las
compañías poner en valor competencias que existen y están entumecidas por su
falta de uso. Una de los
problemas fundamentales a los que se tendrán que enfrentar los individuos
dentro de las compañías será el saber si están preparadas para
tolerar la frustración que supone el abordar nuevos tiempos y nuevos
escenarios, ya que “nada es para siempre”. La volatilidad provoca inseguridad,
frustración y desasosiego cuando se inicia un camino nuevo, sin
embargo, esto no tiene que servir para perder de vista el objetivo final, que
no es otro que el nuevo escenario de oportunidades que se abre ante el
individuo y su compañía.
Las principales cualidades que tiene que tener una
persona para gestionar un entorno VUCA son:
- Anticipar y reaccionar no sólo a la velocidad de los cambios, sino también desde la interpretación de su naturaleza.
- Actuar con determinación aunque no siempre pueda tener la certeza total de controlar todos los elementos y variables.
- Mantener la efectividad ante constantes sorpresas y la aparición de factores inesperados. Conocer las metodologías ágiles (lean).
- Poner al cliente en el centro de todas las decisiones.
- Aplicar la Glocalización, pensar localmente (cerca del cliente) y actuar globalmente.
- Conocer no solo como se gestiona el cambio, sino saber introducirlo en la organización.
- Construir consensos y generar compromiso en los empleados que rodean a uno
- Poseer una mente abierta al conocimiento, aprender de manera continuada.
- Inspirar a las otras personas con su visión de los retos futuros.
- Ser capaz de liderar equipos de diferentes generaciones, culturas y nacionalidades. Es lo que se conoce como agilidad cultural o diversidad cultural.
Nuestros hijos
y adolescentes se están desarrollando en un mundo cambiante, incierto,
complejo y ambiguo por un exceso de información que necesitan procesar.
Sobrevivir a esta fase del cambio en la que nos encontramos exige una redefinición
de la idea de inteligencia y de las herramientas que se aplican en todos los
niveles de la educación. Si nos fijamos sólo en fomentar la
adaptabilidad, aparecerán personalidades sin estructura, sin embargo, si
nos fijamos sólo en la estructura, las personalidades pueden quebrarse por
exceso de rigidez. Ante este escenario en el que se
mueve la sociedad con el VUCA actual, no sirve el concepto de predictibilidad
en el que se ha desarrollado el ser humano durante los últimos siglos,
ahora es necesario un nuevo “mindset” (concepto creado por
la reconocida psicóloga Carol Dweck,
que se define como la capacidad humana de aceptar los defectos, debilidades y
otros aspectos negativos del ser humano, y creer que es posible un cambio con
la única finalidad de crecer, avanzar y alcanzar el éxito). Esta
nueva forma de funcionar requiere no enfocarse solo en lo que es probable, sino
en lo que es posible. Para lograr esta situación es
necesario “formatear” nuestra forma de aprendizaje basada en categorizar y aprender
del pasado, para pasar de lo probable que nos ha servido hasta ahora, a lo
posible que es lo que está sucediendo actualmente y nos está dejando
desconcertados. Si bien el pensar en lo probable nos ha
servido hasta la actualidad para protegernos y hacernos prosperar durante
milenios, en estos momentos empieza a fallar y a limitarnos en el entorno
VUCA actual en que vivimos. Liderar personas en tiempos como
estos de cambio, es quizás el mayor desafío al que se enfrentan los
directivos actualmente, ya que les exige sacar todos los
intangibles que atesoran los empleados, y que los mismos solo lo harán, si
existen una serie de factores como son; un firme compromiso con la meta fijada,
un entorno laboral saludable (clima laboral), una gestión transparente de la
compañía, etc.
Así pues, necesitamos
personas con mentalidad ganar-ganar como al comienzo de este post, y eso solo
será posibles si pesamos en todas los miembros que integran una compañía de forma
real, sin propaganda u ocultación de la realidad como está sucediendo actualmente
en alguna, donde la; verdad, equidad y responsabilidad sea la guía
de todas las acciones y hechos que suceden dentro de la misma. Si
eso sucede, la personas se pueden caer, pero seguro que se levantaran y emprenderán
el camino otra vez hacia la meta fijada. Sin embargo, si eso no sucede… El
final puede estar más cercano de lo que pensamos.
Ya lo dijo
Charles Darwin: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el
más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio.”
Excelente articulo
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